En la lección, la información que debes conocer está escrita en letra normal, y lo que se recomienda decir o leer en voz alta a los niños está en negrita. Todos los recursos para cada lección, incluyendo la Guía para el Maestro, la Página del estudiante, la Tarjeta de conexión familiar y otros materiales, pueden descargarse en un archivo ZIP haciendo clic en el siguiente enlace:
En algunas lecciones encontrarás "Artículos de recurso". Estos son textos escritos por expertos de todo el mundo que ayudan a los maestros en su labor con niños y adolescentes. Pueden compartirlos con padres o tutores si lo consideran apropiado.
Los gobernantes, al ver la osadía con que hablaban Pedro y Juan, y al darse cuenta de que eran gente sin estudios ni preparación, quedaron asombrados y reconocieron que habían estado con Jesús.
Hechos 4:13
Eran hombres comunes, sin estudios. Sin embargo, el valor y la sabiduría que Pedro y Juan mostraron asombraron a los líderes religiosos. La última frase de este versículo explica la razón: ellos habían estado con Jesús. Algo acerca de pasar tiempo con Jesús, de estar en su presencia, fue el motivo de que Pedro y Juan hablaran y actuaran de tal forma que las personas alrededor de ellos se asombraran.
¿Cuántas veces en tu vida necesitas valor, sabiduría o paz? ¿A dónde vas cuando te encuentras frente a una situación difícil, incluso alguna que te puede poner en peligro? Pasa tiempo con Jesús. Al dedicar tiempo para leer su Palabra, orar, adorarlo, y escuchar su voz, estarás lleno de todo lo que necesitas para el día que tienes por delante.
Anima a los padres o tutores a que hablen sobre qué hacer frente a situaciones en las que necesitan valor. Podrían preguntar a los niños para qué necesitan valor esta semana. Luego pueden pedir a Dios que les ayude.
Consejo para el docente: Si es posible, envíe por correo electrónico o mensaje de texto la tarjeta de conexión familiar a las familias de sus estudiantes.
Saluda calurosamente a los niños cuando lleguen a la clase. Cuéntales que hoy hablarán otra vez acerca de la valentía. Escoge a un estudiante, para que repase la historia de los tres jóvenes que fueron arrojados al horno de fuego porque tuvieron el valor de negarse a adorar la estatua de oro del rey. Pide a otros niños que completen la historia con detalles que se les hayan escapado. Este repaso sólo debe durar dos minutos.
Habla con un compañero y contesta esta pregunta:
La situación en la historia era muy peligrosa. En este caso, Dios rescató a los jóvenes. Nosotros seguramente no tendremos que pensar que seremos arrojados a un horno de fuego, pero enfrentamos otros peligros, como la pérdida de un miembro de la familia, problemas de hambre o de salud, o incluso de un niño malo, o un adulto, que nos amenaza. Hoy aprenderemos a tener valor frente al peligro. Cuando necesitamos valentía, tenemos que ver la manera de seguir adelante. Veamos una demostración de cómo podríamos sentirnos.
Escoge a un voluntario y pide que salga del salón. Cuando esté fuera, prepara una sencilla pista de obstáculos, con sillas, una mesa para pasar por debajo, una fuente de agua, piedras y otras cosas. Escoge a otro niño para que sea el guía. Coloca una venda sobre los ojos del voluntario que está fuera de la clase o que mantenga los ojos cerrados, y tráelo de vuelta a la clase.
El guía dará las instrucciones para guiar al voluntario con los ojos vendados a través de la pista de obstáculos. El guía no puede tocar al que tiene los ojos vendados. Mientras el voluntario pasa por el recorrido de obstáculos, el guía dirá cosas como: “¡Cuidado! Hay un precipicio”. “Tienes que agacharte o te golpearás la cabeza en las rocas”. “¡Cuidado con la serpiente!” Cuando el voluntario haya pasado por la pista de obstáculos, pide que se quite la venda o que abra los ojos. Luego formula estas preguntas:
Si los niños no lo mencionan, comenta que a menudo no sabemos a dónde Dios nos llevará o lo que pasará más adelante en nuestra vida.
A veces necesitamos valor para enfrentarnos a situaciones peligrosas. Recuerden que el valor no significa que no tengamos miedo, sino es creer que Dios nos dará fuerza para hacer lo correcto aun cuando tengamos miedo.
Escuchen estas dos historias. Hablaremos de ellas cuando yo termine.
La primera historia está en la Biblia. Esta historia verídica pasó después de que Jesús murió y resucitó.
Opcional: Si es posible, comparte las imágenes de La Biblia en Acción. Si usas La Biblia en Acción, comenta a los niños que lean “Dar la cara por Jesús”, en las páginas 659–663.
Un día, dos de los seguidores de Jesús, Pedro y Juan, iban al templo a orar. Pasaron por donde estaba un hombre que no podía caminar y mendigaba junto a una de las puertas del templo. Pedro y Juan no tenían dinero para darle al cojo. ¡Tenían algo mucho mejor! Escuchen lo que Pedro le dijo al hombre.
—No tengo plata ni oro —declaró Pedro—, pero lo que tengo te doy. En el nombre de Jesucristo de Nazaret, ¡levántate y anda!
Hechos 3:6
¡El hombre se levantó de un salto y comenzó a caminar! Todos estaban asombrados. Cuando la gente quiso saber lo que había pasado, Pedro les habló del gran poder de Jesús. Les dijo cómo dejar sus pecados y llegar a ser parte de la familia de Dios.
Ahora bien, a los líderes religiosos no les gustó que Pedro y Juan hablaran de Jesús. Estos líderes eran los que habían presionado para que Jesús muriera en la cruz. ¡Ahora los seguidores de Jesús seguían hablando acerca de Él! Los líderes religiosos tomaron presos a Pedro y a Juan y los arrojaron a la cárcel.
Opcional: Si es posible, comparte la imagen de La Biblia en Acción.
Al día siguiente, los líderes religiosos interrogaron a Pedro y a Juan. Les hicieron preguntas sobre el poder con que había sido sanado al hombre cojo. Sabían que Pedro y Juan eran hombres comunes, y sin estudios ni preparación. Pero los líderes se asombraron de sus respuestas. Escuchen lo que la Biblia dice acerca de la reacción de los líderes.
Si utilizas el Cartel del Versículo para Memorizar, muéstralo a los estudiantes.
Los gobernantes, al ver la osadía con que hablaban Pedro y Juan, y al darse cuenta de que eran gente sin estudios ni preparación, quedaron asombrados y reconocieron que habían estado con Jesús.
Hechos 4:13
Aunque los líderes religiosos ordenaron a Pedro y a Juan que dejaran de hablar de Jesús, ellos se negaron hacerlo. Les preguntaron a los líderes si era mejor obedecer a Dios o a los hombres. Entonces dijeron a los líderes que no podían dejar de hablar de Jesús. ¡Qué valor!
Ahora les voy a contar una historia acerca de otros hombres que hablaron a la gente acerca de Jesús. Estos hombres eran misioneros. Un misionero es alguien que va a un lugar para hablar a otros de Jesús.
Muchos años después de los tiempos bíblicos, cinco jóvenes de Norte América fueron como misioneros a una tribu en el país sudamericano de Ecuador. Estos jóvenes creían que Dios quería que predicaran el evangelio a la tribu Huaorani. La gente de esta tribu nunca había visto a nadie de otro país. Eran un pueblo muy temible, todas las tribus vecinas les tenían miedo.
Los misioneros hicieron planes cuidadosos para llegar con seguridad a la tribu Huaorani. Ellos sabían que antes de que pudieran hablarles de Jesús, la tribu tendría que confiar en ellos. Los misioneros comenzaron a crear confianza sobrevolando con una avioneta el campamento Huaorani y dejando caer regalos. Les gritaron saludos amistosos por el altavoz de la radio. Lo hicieron cada semana durante tres meses. Ellos oraron a Dios para que les ayudara a hacer este difícil trabajo. Por fin decidieron que era seguro aterrizar y hacer contacto.
Los misioneros decidieron llevar armas porque oyeron decir que la tribu no les haría daño si veían las escopetas. Pero estuvieron de acuerdo en que no dispararían las armas, ni siquiera para salvar sus vidas. Creían que Dios podía salvarlos, si así lo deseaba. Pero los Huaorani pensaron que los misioneros habían venido para hacerles daño, así que los atacaron y los mataron.
Los cristianos alrededor del mundo lloraron la muerte de estos misioneros. A las pocas semanas del ataque, más de mil cristianos se ofrecieron voluntariamente para ir a la selva a contarle a esta tribu peligrosa acerca de Jesús.
Poco a poco, el pueblo Huaorani entendió que los extranjeros no iban a hacerles daño. Comprendieron que estos extranjeros fueron allí para contarles las buenas nuevas acerca de Jesús. Con el tiempo, aceptaron a Jesús como el único y verdadero Dios. Después de la muerte de los jóvenes misioneros, muchos de la tribu Huaorani se convirtieron a Cristo.
Dirígete a tu compañero y comenta las siguientes preguntas:
Esta última pregunta es difícil, tanto que aun para los adultos es un problema. Dios ve todo lo que sucederá: el principio, el medio y el fin. A veces hay un buen final, como vimos con Pedro y Juan, y a veces podemos enfrentar cosas difíciles. Dios sabía que la tribu Huaorani necesitaba oír acerca de Él y del amor de Jesucristo. Así que llamó a los cinco jóvenes misioneros para que fueran a contarles acerca de Él. Era peligroso, y tenían miedo; pero tuvieron el valor de obedecer a Dios. Dios puede darnos valor en cualquier circunstancia.
Lee las siguientes situaciones a tus alumnos y habla sobre lo que el niño podría hacer para mostrar valor y cuáles podrían ser los resultados.
Consigan todos un compañero; cada uno debe tener su pareja. Piensa en una situación que podrías enfrentar en las próximas semanas, en la que necesitarás valor. Por ejemplo, puedes necesitar valor para decir la verdad o para hacer una presentación frente a la clase en la escuela. Habla con tu compañero acerca de la situación. Después responde a estas dos preguntas: “¿Cómo puedo mostrar valor?” y “¿Cuáles podrían ser los resultados de mi valentía?”
Opcional: Si usas las Páginas del Alumno, los niños pueden responder a estas preguntas en su página.
Da a los niños alrededor de dos o tres minutos para que hablen de las preguntas. Anímalos a orar unos por otros. Finaliza con la siguiente bendición, basada en 1 Crónicas 28:20.
Bendición: Que Dios mismo te haga fuerte y valiente. Dios te ayudará a actuar y a no tener miedo, porque Él está contigo. Dios no te dejará ni te abandonará.
Si tienes tiempo, comparte esta canción con los estudiantes:
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