El amor de Dios sana corazones heridos

INDICACIONES PARA MAESTROS SOBRE LOS RECURSOS DIGITALES

En la lección, la información que debes conocer está escrita en letra normal, y lo que se recomienda decir o leer en voz alta a los niños está en negrita. Todos los recursos para cada lección, incluyendo la Guía para el Maestro, la Página del estudiante, la Tarjeta de conexión familiar y otros materiales, pueden descargarse en un archivo ZIP haciendo clic en el siguiente enlace:

En algunas lecciones encontrarás "Artículos de recurso". Estos son textos escritos por expertos de todo el mundo que ayudan a los maestros en su labor con niños y adolescentes. Pueden compartirlos con padres o tutores si lo consideran apropiado.

Enfoque en la Formación Espiritual

Materiales
  • Biblia
  • 2 tazas (una rajada y una buena)
  • 2 jarras vacías, del mismo tamaño
  • Un balde con suficiente agua para llenar ambas jarras
  • 1 hoja grande
Materiales opcionales
  • Cartel del Versículo para Memorizar
  • La Biblia en Acción, imágenes de la noche antes de la muerte de Jesús
  • Hoja grande de papel
  • Lápices o crayones
  • Páginas del Alumno
  • Cinta adhesiva

Devocional del maestro

Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.
Juan 16:33

Dios promete que algún día experimentaremos una restauración bella y perfecta. Él nos promete cielo nuevo y tierra nueva, donde no habrá lágrimas, ni tristeza, ni dolor. Pero, hasta ese día, Jesús dice que habrá aflicciones. Piensa en el mundo que te rodea. ¿Qué clase de problemas y angustias ves todos los días? ¿Enfermedad, abuso, muerte, hambre, soledad, guerra? ¿Qué rompe los corazones de los niños a quienes enseñas? ¿Qué rompe tu corazón?

Como hijos de Dios, no tenemos que esperar hasta llegar al cielo para que Dios sane nuestros corazones heridos. Jesús ha vencido al mundo, y Él quiere sanar ahora a los quebrantados de corazón. Pasa tiempo en oración esta semana. Pide al Señor que sane a las personas cuyo corazón está quebrantado. Comienza pidiéndole que sane tus propias heridas. Luego nombra en oración a cada niño y persona que tú sabes que está sufriendo. ¡Pide a Dios que sane sus heridas y les ayude a aceptar su amor!

Conexión familiar

Informa a las familias que esta semana los niños aprenderán que Dios sana corazones heridos. Anima a los miembros de la familia a que hablen de cosas que les rompen el corazón o los hacen sentir muy tristes. Si es posible, pásales el artículo de recursos “El duelo y cómo ayudar a niños que sufren”.

Consejo para el docente: Si es posible, envíe por correo electrónico o mensaje de texto la tarjeta de conexión familiar a las familias de sus estudiantes.

La Lección

1. Conexión:

Hacer un juego de relevo sobre corazones heridos.

Da una calurosa bienvenida a tus alumnos. Diles que hoy aprenderán más sobre el amor. Comienza con un repaso de lo que recuerdan sobre el amor.

Durante las últimas semanas hemos aprendido cómo Dios define el amor en la Biblia. Veamos cuánto recuerdan. Traten de terminar estas frases:

  • El amor es ____________________.
  • El amor no ____________________.
  • El amor siempre ____________________.
  • El amor nunca ____________________.

Permite que los niños comenten lo que recuerdan de 1 Corintios 13. Luego léeles este pasaje, preferiblemente directamente de tu Biblia:

El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad, sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor jamás se extingue.
1 Corintios 13:4–8a

Dios siempre nos ama con esta clase de amor. Pero, a veces, la gente no nos muestra amor.

¿Qué pasa cuando las personas no aman de esta manera?

Cuando alguien no nos ama de esta manera, nos puede herir. Una forma de describir nuestro dolor es decir que se ha roto nuestro corazón. Vamos a hacer un juego que nos ayudará a entender cómo nos afecta un corazón herido.

Necesitarás un espacio libre para la próxima actividad. Divide la clase en dos equipos. Cada equipo debe formarse en fila, en un extremo del salón. Coloca el balde de agua entre los dos equipos. Coloca las dos jarras al otro lado del salón, cada una directamente frente a un equipo. Da al primer niño de cada equipo una de las tazas. Si los niños notan que una de las tazas está rajada, sonríe y anímalos a jugar de todos modos.

Diles que cada equipo tratará de llenar su jarra con agua del balde. El primer niño de cada equipo llenará su taza y correrá a la jarra de su equipo, allí verterá el agua. Luego correrá de nuevo a su equipo y dará la taza al siguiente niño en la fila. Esto continuará hasta que un equipo haya llenado su jarra. Di a los niños que empiecen.

Anima a ambos equipos durante el juego. Los niños del equipo que tiene la taza rajada pueden frustrarse. Anímalos a seguir intentando. ¡Felicítalos por su trabajo duro y su buena actitud! Cuando un equipo gane, que los niños se sienten.

¿Qué equipo llenó su jarra más rápidamente?

Debe ser el equipo cuya taza no estaba rota

¿Por qué creen que ellos llenaron su jarra más rápidamente?

En nuestra lección de hace algunas semanas, nos comparamos con una taza vacía. Dios te ama y quiere llenar tu taza con su amor. Cuando tu taza está llena, puedes amar a tu prójimo de la misma manera que Dios te ama. Sin embargo, tener un corazón herido es como tener una taza rota. Para el equipo con la taza rajada fue más difícil llenar su jarra. Parte del agua cayó en la jarra, pero otra parte no. Así también es difícil amar a nuestro prójimo cuando nuestro corazón está herido o triste. Hoy vamos a aprender cómo Dios puede sanar a los de corazón herido o triste.

Consejo para el maestro: Los niños lloran una pérdida de manera diferente que los adultos. Lee el artículo de recurso “El duelo y cómo ayudar a niños que sufren”, para entender mejor cómo ayudar a los niños que tienen un corazón herido o triste.

2. Enseñanza:

Escuchar acerca de la noche en que Jesús fue traicionado (Mateo 26:20–56; Salmos 34:18).

A algunos de nosotros nos han pasado cosas que nos han herido y nos han roto el corazón.

Muestra a los niños la hoja grande. Diles que simulen que la hoja es un corazón. O, si tienes papel disponible, dibuja allí un corazón. Al hablar de las siguientes cosas, que hieren y rompen el corazón de un niño, rompe en pedazos la hoja o el papel. Los pedazos deben ser tan grandes como para que más adelante, en la lección, puedan juntar las piezas como un rompecabezas.

¿Cuáles son algunas cosas que pueden hacer que un niño sienta como que se le ha roto el corazón?

Permite que los niños den sus ideas antes de comentar la siguiente información. Si dan ideas, rompe un pedazo de la hoja o del corazón de papel por cada cosa que mencionen.

Estas son algunas cosas que hieren o rompen el corazón de un niño:

  • Alguien que el niño ama se escapa.
  • Alguien que el niño ama muere.
  • Alguien que el niño ama ya no puede cuidar de él.
  • Alguien en quien el niño confía le hace daño.
  • Alguien en quien el niño confía le miente.

Ahora, la hoja o el corazón de papel debe estar roto en pedazos. Coloca las piezas amontonadas en un lugar. Las va a usar más adelante en la lección.

Dios no quiere que pase ninguna de estas cosas. Él no quiere que tu corazón se rompa en pedazos, como esta hoja (o corazón) de papel. Dios sabe que cuando tu corazón está roto o herido, puede ser difícil para ti creer que Él lo puede sanar. Si tu corazón está herido, puede ser difícil para ti dar o recibir amor. Si tu corazón está herido, tal vez no quieras creer en el amor, porque tienes miedo de que alguien te hiera de nuevo. Pero Dios quiere que conozcas su amor perfecto. Él te ha creado y quiere sanar tu corazón herido.

Responde a esta pregunta en silencio, para ti mismo: ¿alguna vez te han herido tanto que se te ha roto el corazón?

Consejo para el maestro: Si tienes un testimonio personal sobre alguna vez en que se te rompió el corazón, que sea apropiado para que escuchen los niños, cuéntalo ahora.

¿Sabían ustedes que Jesús, el Hijo de Dios, sabe lo que uno siente al ser traicionado por un amigo? Al igual que nosotros, Él sabe lo que es tener un corazón herido. Escuchen y les voy a contar lo que pasó.

Cuenta a tus alumnos esta historia familiar y dolorosa.

Opcional: Si es posible, comparte les imágenes de La Biblia en Acción.

Era de noche, y Jesús se sentó con sus doce discípulos para una cena especial. Jesús, mirando alrededor de la mesa a sus amigos, les dijo que uno de ellos lo traicionaría. Todos se pusieron muy tristes. Cada uno de los discípulos le preguntó a Jesús: “¿Soy yo?”.

Cada uno de los doce discípulos le preguntó a Jesús si él era quien lo iba a traicionar. ¡Incluso Judas, que ya había planeado traicionar a Jesús, le preguntó si él era el que lo haría!

  • Jesús sabía que Judas lo iba a entregar a las autoridades. ¿Cómo creen que esto hizo sentir a Jesús?

Después de la comida, Jesús y los discípulos fueron a un jardín. En el camino, Jesús les dijo que todos ellos lo iban a dejar esa noche. Pedro, uno de sus amigos más cercanos, dijo: —¡Aunque todos se aparten de ti, yo no lo haré!

Entonces Jesús dijo a Pedro: —Antes de que cante el gallo en la mañana, habrás dicho tres veces que no me conoces.

Jesús sabía que los discípulos lo dejarían y que Pedro iba a negar tres veces que conocía a Jesús. ¿Cómo creen que esto hizo sentir a Jesús?

  • Cuando llegaron al jardín, Jesús pidió a los discípulos que esperaran mientras llevaba a tres de sus amigos más cercanos más adentro, en el jardín, para orar. Estos amigos eran Pedro, Jacobo y Juan. Jesús sabía que pronto iba a morir para pagar por el pecado del mundo. Les dijo a estos amigos cercanos: —Mi alma está muy triste y estoy cerca de la muerte. Quédense aquí y velen conmigo mientras voy a solas a orar.
  • Cuando estaba solo, Jesús se puso de rodillas y oró a su Padre: —Amado Padre, si es posible, toma esta copa de sufrimiento. Pero estoy dispuesto a hacer tu voluntad, y no lo que yo quiero.
  • Cuando Jesús volvió a donde estaban Pedro, Jacobo y Juan, ellos se habían quedado dormidos. Él los despertó y les preguntó: —¿No podían velar conmigo una hora?

¿Qué piensan que Jesús sintió cuando encontró a sus tres amigos cercanos durmiendo, en vez de orar por Él?

Jesús fue solo a orar dos veces más. Cada vez, les pidió a Pedro, Jacobo y Juan que velaran y oraran. Siempre” que regresó, encontró dormidos a sus amigos. La tercera vez, Jesús los despertó, diciendo: —¡Despierten! Ha llegado la hora. Allí viene quien me va a entregar.

Judas entró al jardín acompañado de una multitud armada con espadas y palos. —¡Salud, Maestro! –dijo Judas y besó a Jesús.

Judas les había dicho a los soldados que el hombre a quien besara era la persona a quien debían arrestar. Así que los hombres armados tomaron a Jesús y lo arrestaron.

Judas era seguidor de Jesús. Él había estado con Jesús casi a diario por tres años. ¿Qué piensan que Jesús sintió cuando Judas lo traicionó?

Cuando Jesús fue arrestado, todos los discípulos huyeron.

¿Qué cosas probablemente hirieron a Jesús y le rompieron el corazón?

Los niños pueden responder lo siguiente: los discípulos que durmieron en vez de estar despiertos mientras Jesús oraba, saber que Pedro iba a negar que conocía a Jesús, Judas que lo entregó, o los discípulos que huyeron.

¿Crees que Jesús entiende cómo te sientes cuando tu corazón está herido? ¿Por qué sí o por qué no?

Consejo para el maestro: Si es apropiado, comenta a los niños que tú sabes que algunos de ellos tienen un corazón herido. Enfatiza lo mucho que te preocupas por cada uno de ellos. Debes estar disponible para hablar y orar con ellos después de la clase.

Cuando se te rompe el corazón, ¡Jesús sabe cómo te sientes! Dios está cerca de los que tienen un corazón herido.

Lee a los niños el Salmo 34:18, directamente de tu Biblia.

Versículo para Memorizar

Si utilizas el Cartel del Versículo para Memorizar, muéstralo a los estudiantes.

El Señor está cerca de los quebrantados de corazón, y salva a los de espíritu abatido.
Salmos 34:18

Si tu corazón está herido, el Señor entiende lo que sientes. Jesús no quiere que tengas un corazón herido. Él puede sanar tu corazón. ¡Él puede reparar tu taza para que esté llena de su amor!

Si alguien en quien confiabas te ha herido, puede ser difícil volver a confiar. Vamos a hacer una actividad acerca de confiar en otros.

Los alumnos deben formar un círculo de niños y otro de niñas. Deben estar en círculos estrechos, donde se toquen los hombros. A continuación, todos deben volverse a la derecha, al mismo tiempo, para que queden mirando la espalda de la persona frente a ellos. Cada uno sostendrá los hombros de la persona que tiene enfrente.

A la cuenta de tres, todos se sentarán lentamente sobre el regazo de la persona detrás de ellos. Todos debe sentarse al mismo tiempo, o alguno caerá al suelo. El objetivo es que cada niño esté sentado en el regazo de alguien al mismo tiempo. Permanece con una actitud alegre para que la actividad sea divertida, aunque a los niños no les salga bien. Después de la actividad, que todos vuelvan a sus asientos.

¿Te resultó fácil o difícil confiar en que la persona detrás tuyo estuviera allí cuando te sentaras? ¿Por qué?

A veces la gente no es fiel a tu confianza y te hace daño. Esto entristece al Señor Jesús. Él entiende lo que uno siente al tener un corazón roto. Él está contigo. Jesús te ama y quiere sanar tu corazón herido.

3. Respuesta

Hacer una actividad de arreglar un corazón roto y pedir a Dios que sane corazones heridos.

Escuchen esta historia y piensen en cómo este niño respondió porque tenía un corazón herido.

Tomás tenía muchos deseos de ser amado, pero tenía miedo de dejar que alguien lo ame, porque había sido herido profundamente antes. Cuando alguien era amable con él y trataba de ser su amigo, Tomás se portaba antipático y malo. No dejaba que nadie se le acercara porque no quería ser herido de nuevo. No sabía cómo recibir amor, y tampoco sabía cómo dar amor. Al poco tiempo, los niños no le hacían caso, por la forma fea en que actuaba. Así que pensó: “Lo sabía. No soy digno de ser amado. Tal vez una vida solitaria sea mejor. Al menos, nadie me va a lastimar como me lastimaron antes”.

Tomás muchas veces tenía miedo. Encontró un lugar que lo hacía sentir seguro. Se subía a un árbol y se escondía entre las ramas. Observaba a otros niños que tenían amistades, pero él sólo miraba. Tomás sabía que el árbol no podría herir su corazón. En el árbol se sentía seguro, pero nunca estaba contento.

  • ¿Qué hizo Tomás para tratar de proteger su corazón?
  • Contesta solo para ti mismo: ¿alguna vez te has sentido como Tomás o has actuado como él?
  • ¿Crees que lo que hizo Tomás le ayudó? ¿Por qué sí o por qué no?
  • ¿Qué le dirías a Tomás acerca de Jesús? Algo que podría ayudarle para que su corazón no le duela tanto.

Jesús no quiere que alguien tenga un corazón herido. Escuchen lo que la Biblia dice acerca
de Dios.

[Dios] restaura a los de corazón quebrantado y cubre con vendas sus heridas.
Salmos 147:3

Nadie jamás va a amarte tanto como Dios te ama. Él puede sanar tu corazón herido con su amor. Vamos a permitir que él restaure nuestros corazones heridos. Primeramente, vamos a reparar la hoja que se hizo pedazos al principio de la lección. Después vamos a orar y pedir a Dios que sane nuestros corazones heridos.

Coloca las piezas del corazón del papel roto, o de la hoja, sobre una mesa o en el piso para que los niños lo armen como un rompecabezas. Si tienes cinta adhesiva, junta las piezas para que formen de nuevo el corazón.

Dios puede reparar nuestros corazones. Él puede hacer que estemos dispuestos a confiar de nuevo en los demás. Él puede ayudarnos para que aprendamos a amar a otros. Dios tomará las piezas rotas y heridas de nuestro corazón y volverá a juntarlas, para que podamos aceptar amor y dar amor.

Opcional: Si usas las Páginas del Alumno, allí los niños pueden hacer la actividad.

Anima a los niños a que piensen y que oren en silencio. Pueden decirle a Dios cómo su corazón ha sido herido. Entonces pueden pedirle que les sane el corazón herido.

Si los niños aún no conocen al Señor o no creen que han experimentado un corazón herido, pueden pensar en alguna forma de animar a alguien que conocen que tiene un corazón herido. Si hay tiempo, deja que algunos niños comenten cómo pueden animar a alguien que tiene un corazón herido.

Finaliza la clase llevando a los niños a decir la siguiente bendición, basada en los Salmos 34:18 y 147:3. Diles que tú dirás una frase de bendición sobre ellos, y que ellos la repetirán después de ti.

  • Bendición: Sé que no estoy solo, porque Dios está cerca de los quebrantados de corazón. (Haz una pausa para que los niños repitan la frase.)
  • Sé que Él salva a los que tienen un espíritu abatido. (Haz una pausa para que los niños repitan la frase.)
  • Puedo llevar mi dolor a Dios. (Haz una pausa para que los niños repitan la frase.)
  • Dios está cerca de mí cuando mi corazón está herido. (Haz una pausa para que los niños repitan la frase.)
  • Él puede curar mis heridas. (Haz una pausa para que los niños repitan la frase.)
  • Siempre quiero confiar en Él. (Haz una pausa para que los niños repitan la frase.)

Si tienes tiempo, comparte esta canción con los estudiantes:

Copyright: VIDA POR VIDA © 2021 DAVID C COOK. SE PERMITE LA REPRODUCCIÓN SOLO PARA SER USADA EN EL AULA. TODOS LOS DEMÁS USOS REQUIEREN AUTORIZACIÓN POR ESCRITO. SOLICÍTELO POR CORREO ELECTRÓNICO A [email protected]. TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS.

Más lecciones

Primaria Elemental

Año 1

Año 2

Año 3

PRIMARIO

Año 1

Año 2

Año 3

ADOLESCENTE

Año 1

Año 2

Año 3