Hoy escucharán acerca de Gedeón, un líder inesperado que dirigió a la manera de Dios. Esta historia comienza unos cuarenta años después de la historia de Débora, que tuvimos la semana pasada. Nuevos enemigos, los madianitas, invadieron a Israel y arruinaron sus cultivos. Los israelitas pasaron hambre y clamaron a Dios en busca de ayuda.

Diles que mientras lees la historia, vas a hacer una pausa en ciertos lugares para pedir a los niños que digan lo que creen que pasó a continuación. Tú leerás cuatro posibles respuestas. Cada niño va a pensar en cuál de las respuestas es la correcta. Después leerás las posibles respuestas por segunda vez, y los niños se pararán cuando piensan que esa es la respuesta correcta. Después les dirás lo que pasó.

El ángel del Señor se apareció a un hombre llamado Gedeón. Saludó a Gedeón, diciendo: “Valiente guerrero, el Señor está contigo. Eres fuerte. Ve a salvar a Israel del poder de Madián”.

¿Cómo creen que Gedeón respondió?

Lee las cuatro posibles respuestas. Después, léelas de nuevo y dile a los niños que se paren cuando tú leas lo que creen que pasó. Después que los niños hayan adivinado, lee la respuesta correcta, la cual está subrayada. Pide que los niños se sienten de nuevo.

1. ¡Tienen razón! Soy Gedeón, hijo del hombre más poderoso de Israel. Soy un líder fuerte e importante.
2. No soy más que un niño. Tengo que ir a pedir permiso a mi padre.
3. ¿Cómo es posible que salvaré a Israel? Mi clan es el más débil de la tribu de Manasés y yo soy el más insignificante de mi familia.
4. Me sorprenden tus palabras. Este es un trabajo grande e importante. ¡Pero estoy seguro de que puedo hacerlo!

Muchos de los hijos de Israel, incluso el padre de Gedeón, adoraban a un dios falso llamado Baal. Dios le dijo a Gedeón que derribara el altar a Baal que pertenecía a su padre y que en su lugar construyera un altar a Dios. Gedeón sabía que era malo adorar a cualquiera que no sea el único y verdadero Dios. También sabía que la gente se enojaría mucho si él derribaba el altar al dios falso.

¿Qué creen que hizo Gedeón?

Lee las cuatro posibles respuestas. Después, léelas de nuevo y dile a los niños que se paren cuando tú leas lo que creen que pasó. Cuando los niños hayan adivinado, lee la respuesta correcta, la cual está subrayada. Pide que los niños se sienten de nuevo.

1. Gedeón hizo lo que Dios le dijo que hiciera; pero lo hizo de noche para que nadie lo vea.
2. Gedeón decidió que no haría lo que Dios le dijo porque era demasiado peligroso. Se escapó aquella noche a esconderse en las colinas cercanas.
3. Gedeón decidió no hacer lo que Dios le dijo. En cambio, simuló rendir culto a Baal, como su padre.
4. Gedeón derribó el altar a Baal al mediodía, cuando todos lo vieron.

A la mañana siguiente, cuando la gente vio destruido el altar de Baal, se enojaron. Cuando descubrieron que Gedeón lo había hecho, querían matarlo. Pero su padre les dijo que, si Baal era un verdadero dios, castigaría a Gedeón. Como Baal era un dios falso, no le pasó nada.

Gedeón reunió al ejército de Israel, cerca de 32.000 hombres, y salió para pelear contra el ejército madianita. Dios le dijo a Gedeón: “Quiero entregar a los madianitas en tus manos. Pero tienes muchos hombres para que lo haga. Así, Israel podría decir que su propia fuerza los salvó. Di a todos los hombres que tienen miedo de ir a la guerra que vuelvan a su casa”.

Así, 22.000 hombres se fueron, y quedaron sólo 10.000 soldados con Gedeón. No muchos comandantes de un ejército querrían pelear contra un gran ejército con sólo 10.000 hombres. Pero Gedeón sabía que tenía que dirigir al ejército a la manera de Dios, y no de forma humana.

Pero eso no era todo lo que Dios tenía que decir. Le dijo a Gedeón que todavía había muchos hombres. Gedeón quería dirigir a la manera de Dios, así que siguió obedeciendo a Dios, aunque lo que Dios dijo no tenía sentido. Esta vez Dios le dijo que llevara a sus 10.000 soldados a tomar agua. La mayoría de los hombres se arrodillaron para beber el agua, pero 300 de ellos tomaron el agua en las manos y la lamieron como perros.

¿Qué creen que Dios le dijo a Gedeón que hiciera?

Lee las cuatro posibles respuestas. Después, léelas de nuevo y dile a los niños que se paren cuando tú leas lo que creen que pasó. Cuando los niños hayan adivinado, lee la respuesta correcta, la cual está subrayada. Pide que los niños se sienten de nuevo.

1. Manda a casa a los 300 hombres que lamieron el agua. Pelea contra Madián con los restantes 9.700 soldados.
2. Manda a los 10.000 hombres a casa. Vas a derrotar a los madianitas tú solo, porque yo estoy contigo.
3. Manda a casa a todos los hombres con barba. Sólo los hombres que se afeitan pelearán contra Madián.
4. Los salvaré con la ayuda de los 300 hombres que lamieron el agua. Manda a los otros hombres a casa.

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Gedeón quería dirigir a la manera de Dios, así que obedeció y mandó a casa a todos menos a 300 hombres. Gedeón separó a los 300 soldados en tres grupos de combate. Le dio a cada soldado una trompeta y un cántaro vacío con una antorcha adentro. Gedeón dijo a los tres grupos que fueran al extremo del valle, donde estaba acampado el ejército madianita. “Mírenme y sigan mi ejemplo”, les dijo.

Cuando llegaron a las afueras del campamento enemigo esa noche, había tantos soldados en el ejército que parecían numerosos como langostas. Gedeón y sus 300 hombres tocaron las trompetas. Rompieron los cántaros y levantaron sus antorchas. Luego comenzaron a gritar: “¡Por la espada del Señor y de Gedeón!”

¿Qué creen que hicieron los madianitas?

Lee las cuatro posibles respuestas. Después, léelas de nuevo y diles a los niños que se pongan de pie cuando tú leas lo que creen que pasó. Cuando los niños hayan adivinado, lee la respuesta correcta, la cual está subrayada. Pide que los niños se sienten de nuevo.

1. Tuvieron miedo y se escondieron en sus tiendas.
2. Se rieron de Gedeón y sus 300 hombres, porque eran tan pocos.
3. Persiguieron a Gedeón y a sus hombres hasta que llegaron a un gran río que no podían cruzar.
4. Huyeron llenos de temor y luego comenzaron a pelear entre sí porque estaban muy confundidos.

Gedeón y sus hombres fueron superados en número por el ejército enemigo. Probablemente parecía imposible. Cuando Gedeón y sus hombres tocaron las trescientas trompetas, el Señor confundió a los soldados enemigos y empezaron a matarse unos a otros. Gedeón dirigió a la manera de Dios ¡y Dios obtuvo la victoria!

Comente la historia con los niños:

A lo largo de la historia, Gedeón decidió escuchar a Dios y dirigir de acuerdo con lo que Dios le decía que hiciera.

¿Cuáles son los ejemplos de que Gedeón decidió dirigir como Dios manda?

Las respuestas pueden incluir que Gedeón creyó cuando Dios lo llamó “un valiente guerrero” que ayudaría a salvar a Israel, que Gedeón derribó el altar a Baal, que Gedeón mandó a casa a la mayor parte de su ejército, y que Gedeón y sus hombres usaron trompetas y cántaros con antorchas.

¿Qué piensan que habría sido diferente si Gedeón hubiera dirigido según su propio criterio, en vez de seguir las instrucciones de Dios??

Posibles respuestas: Gedeón no habría llevado al ejército a la guerra porque no creía que era un valiente guerrero. Gedeón no habría derribado el altar de Baal porque hubiera tenido demasiado miedo. Gedeón habría ido a la guerra con los 32.000 soldados en lugar de confiar en Dios.

Gedeón decidió confiar en Dios y dirigir a la manera de Dios. No tenía sentido hacer enojar a su pueblo derribando el altar. No tenía sentido pelear contra miles de soldados con trescientos hombres. Pero Gedeón confió en Dios y fue un líder a la manera de Dios.

Otra persona también fue un líder a la manera de Dios, y Él es el mejor ejemplo que podemos seguir. Fue Jesús. Escuchen lo que dijo:

Entonces Jesús afirmó: Ciertamente les aseguro que el hijo no puede hacer nada por su propia cuenta, sino solamente lo que ve que su padre hace, porque cualquier cosa que hace el padre, la hace también el hijo. Pues el padre ama al hijo y le muestra todo lo que hace. Sí, y aun cosas más grandes que estas le mostrará, que los dejará a ustedes asombrados Yo no puedo hacer nada por mi propia cuenta; juzgo solo según lo que oigo, y mi juicio es justo, pues no busco hacer mi propia voluntad, sino cumplir la voluntad del que me envió.
Juan 5:19–20, 30

Jesús siempre escuchó a su Padre en el cielo, y nosotros también podemos hacerlo. Podemos confiar en Dios y ser líderes a la manera de Dios.

Versículo para Memorizar

Si utilizas el Cartel del Versículo para Memorizar, muéstralo a los estudiantes.

Entonces Jesús afirmó: —Ciertamente les aseguro que el Hijo no puede hacer nada por su propia cuenta, sino solamente lo que ve que su Padre hace, porque cualquier cosa que hace el Padre, la hace también el Hijo.
Juan 5:19