En la lección, la información que debes conocer está escrita en letra normal, y lo que se recomienda decir o leer en voz alta a los niños está en negrita. Todos los recursos para cada lección, incluyendo la Guía para el Maestro, la Página del estudiante, la Tarjeta de conexión familiar y otros materiales, pueden descargarse en un archivo ZIP haciendo clic en el siguiente enlace:
En algunas lecciones encontrarás "Artículos de recurso". Estos son textos escritos por expertos de todo el mundo que ayudan a los maestros en su labor con niños y adolescentes. Pueden compartirlos con padres o tutores si lo consideran apropiado.
—Yo soy el pan de vida —declaró Jesús—. El que a mí viene nunca pasará hambre, y el que en mí cree nunca más volverá a tener sed. Pero, como ya les dije, a pesar de que ustedes me han visto, no creen. Todos los que el Padre me da vendrán a mí; y al que a mí viene, no lo rechazo.
Juan 6:35–37
Cuando Jesús dijo estas palabras, estaba entregando un hermoso mensaje de esperanza. Él es el pan de vida, el alimento sin el cual no podemos vivir y el sacrificio perfecto que trae vida eterna. Nos invita a venir hacia Él para encontrar justicia. Nunca nos rechazará y su amor sin medida saciará todas nuestras necesidades.
Toma un momento para estar en silencio y agradecer a Dios por el regalo de la salvación. Alábalo por abrir un camino para que tus pecados sean perdonados y tu vida eterna asegurada. Confía en Él para que te guíe hacia lo mejor que tiene para tu vida. No hay mejor respuesta a este tremendo regalo que un corazón obediente lleno de amor y gratitud.
Anima a las familias a disfrutar juntos un poco de pan. Pídeles que compartan por qué el pan y otros alimentos son importantes para sus cuerpos. Si es posible, pide a las familias que agradezcan a Dios por sacrificar a su Hijo, el pan de vida, por ellos.
Consejo para el docente: Si es posible, envíe por correo electrónico o mensaje de texto la tarjeta de conexión familiar a las familias de sus estudiantes.
Saluda a cada niño con un “choca esos cinco” al llegar a la clase. Pídeles que se sienten en un círculo cuando entren a la sala. Asegúrate de tener una taza o un recipiente pequeño listo para usar.
¡Vamos a jugar un juego! Necesito un voluntario para que sea el que adivine. El niño que pueda saltar más alto será el que adivina.
Haz una competencia de saltos para determinar qué niño será el que adivine.
Todos tomen asiento en un círculo grande. Traten de sentarse cerca unos de otros. El que adivina se sentará en el medio de nuestro círculo. Tomaremos turnos para pasar esta taza detrás de nuestras espaldas para que el que adivina no pueda verla.
Levanta la taza para que la vean los niños.
El niño que adivina debe mantener los ojos cerrados mientras cuenta en voz alta hasta 10. Pasaremos la taza por detrás de nuestras espaldas tan rápido como podamos. Cuando el que adivina llegue a 10, dejaremos de pasar la taza y todos mantendremos las manos detrás de nuestras espaldas. Cuando el que adivina diga: “Diez”, abrirá los ojos. Luego tendrá 3 oportunidades para adivinar qué persona tiene la taza.
Recuerda dejar de pasar la taza cuando el que adivina diga: “¡Diez!”.
Haz que el que adivina cierre los ojos. Ayuda a los niños a recordar seguir pasando la taza mientras que el niño que adivina esté contando. Cuando diga: “¡Diez!” recuerda a los niños que deben mantener las manos detrás de sus espaldas y quedarse quietos. Permite que el niño que adivina elija hasta 3 niños que crea que sostienen la taza.
Opcional: Si tienes tiempo, repite el juego varias veces con un niño diferente como el que adivina.
Después de que se termine el juego, haz que los niños regresen a sus puestos habituales.
¡Bien hecho! Hoy aprenderemos sobre una comida muy especial que Jesús tuvo con sus seguidores. Esta es una comida especial de pan y vino que se celebró para recordarnos lo que Jesús hizo para salvarnos. La comida que celebramos se llama Santa Cena.
Jesús les explicó muchas cosas a sus seguidores más cercanos, sus discípulos, durante su tiempo en la tierra. Un día, cuando les hablaba sobre lo que Dios les entregaba, les explicó que venía del cielo con un propósito muy especial. Escucha un ejemplo que Jesús dio a sus discípulos.
—Yo soy el pan de vida —declaró Jesús—. El que a mí viene nunca pasará hambre, y el que en mí cree nunca más volverá a tener sed.
Juan 6:35
¿Qué crees que Jesús quiso decir con esto?
Permite que 1 o 2 niños respondan.
A veces todos tenemos hambre y sed. El pan alimenta nuestros cuerpos y nos da energía para vivir, y el agua nos ayuda cuando tenemos sed. Sin embargo, Jesús no habla sobre el pan que comemos o el agua que bebemos. Él está hablando sobre sí mismo.
Esto puede ser difícil de entender. Así que leamos un poco más sobre lo que dice la Biblia de Jesús como el pan de vida. Escucha algo más que Jesús dijo:
Yo soy el pan vivo que bajó del cielo. Si alguno come de este pan, vivirá para siempre. Este pan es mi carne, que daré para que el mundo viva.
Juan 6:51
¿Qué dijo Jesús que era el pan?
El pan es su cuerpo.
Recuerda que, cuando Jesús dijo que era el pan vivo, no hablaba sobre el tipo de pan que comemos. Estaba diciendo que nos da lo que necesitamos para vivir para siempre con Dios. Es por medio del sacrificio de su cuerpo que podemos hacer esto. Para entenderlo, necesitamos comprender por qué Jesús vino a la tierra.
¿Alguien recuerda por qué Jesús vino a la tierra?
Permite que 2 o 3 niños respondan. Las respuestas pueden incluir cosas como: vino para que nuestros pecados fueran perdonados, vino a salvarnos, vino a mostrarnos la manera cómo debemos vivir.
Dios envió a Jesús al mundo para salvarnos. La Biblia nos dice que todos pecamos. Esto significa que vivimos de manera que no es lo que Dios quiere para nuestras vidas. El pecado nos separa de Dios porque Él siempre es bueno y correcto. Debido a que no somos perfectos y Dios lo es, no podríamos estar con Él, a menos que hiciera algo maravilloso por nosotros. Nos envió a su Hijo Jesús.
Jesús nos ama tanto que murió por todos los pecados del mundo. Nunca hizo nada para merecer su muerte en la cruz, pero lo hizo para salvarnos a todos. Luego resucitó y fue al cielo para estar con Dios. Por esta razón, ya no tenemos que estar separados de Dios. Cuando creemos en Jesús, podemos vivir para siempre con Dios.
Opcional: Si es posible, comparte la imagen de La Biblia en Acción.
Ahora entendemos que Jesús es el pan de vida porque nos da lo que necesitamos. También sabemos que murió por nuestros pecados. Vamos a usar lo que hemos aprendido para ayudarnos a comprender lo que les dijo Jesús a sus discípulos durante la última cena que compartió con ellos, a menudo llamada la Santa Cena. Escucha con atención.
Opcional: Si tienes el permiso del liderazgo de tu iglesia para mostrar a los niños los elementos que tu iglesia utiliza para celebrar la Santa Cena, puedes hacerlo a medida que lees los siguientes versículos.
También tomó pan y, después de dar gracias, lo partió, se lo dio a ellos y dijo: —Este pan es mi cuerpo, entregado por ustedes; hagan esto en memoria de mí.
Lucas 22:19
¿Qué representa el pan?
Representa el cuerpo de Cristo.
De la misma manera tomó la copa después de la cena, y dijo: —Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que es derramada por ustedes.
Lucas 22:20
¿Qué representa la copa de vino?
Representa la sangre de Jesús.
El pan nos recuerda el cuerpo de Jesús y el vino su sangre. Jesús explicó que Dios hacía una nueva promesa a través de su sacrificio. Jesús murió para que pudiéramos ser perdonados, y para que pudiéramos vivir para siempre con Dios si elegimos seguirlo.
Jesús les dijo a sus discípulos que “lo hicieran en memoria de Él”. Es por esta razón que todavía celebramos la Santa Cena. Nos recuerda lo que Jesús hizo por nosotros. Cuando creemos en Él y que murió para salvarnos, nuestros pecados son perdonados y podemos vivir para siempre con Dios.
¿Por qué piensas que Jesús hizo esto por ti?
Permite que 2 o 3 niños respondan.
¡Lo hizo porque nos ama más de lo que podemos imaginar! ¡Jesús desea que estemos con Él para siempre! Es por eso que su sacrificio es tan importante. Nos permite que nuestros pecados sean perdonados y ¡restaura nuestra relación con Dios!
Opcional: Si tu iglesia tiene una canción especial que se canta durante la Santa Cena, puedes usarla con los niños.
Divide a la clase en 2 equipos. Que cada equipo se siente en un lado diferente del espacio de enseñanza.
Vamos a jugar un juego para ayudarnos a recordar por qué Jesús murió por nuestros pecados. Te haré una pregunta sobre algo que aprendiste en la lección.
Si tu equipo desea responder la pregunta, un niño del equipo se debe mover rápidamente al centro del espacio. Al estudiante que llegue primero al centro se le permitirá responder primero. Si responde de manera correcta, se le otorgará un punto a su equipo, si no da la respuesta correcta, permitiré que el niño del otro equipo responda. Y en caso de que ese niño no responda de manera correcta, dejaré que el niño del otro equipo conteste. ¡El equipo con más puntos ganará nuestro juego!
Haz una pausa después de cada pregunta que está a continuación para permitir que ambos equipos corran al medio del espacio de enseñanza. El niño que llegue al medio del espacio será el primero en responder la pregunta. Galardona con un punto a cualquiera de los equipos que responda correctamente. Si ninguno de los equipos responde de manera correcta, dile la respuesta a la clase antes de leer la próxima pregunta.
Puedes dejar que ambos equipos respondan estas preguntas, premiando con un punto cada respuesta correcta.
Murió para que nuestros pecados pudieran ser perdonados y para restaurar nuestra relación con Dios. Puedes dejar que ambos equipos respondan, dando un punto por cada respuesta correcta.
Pregunta a cada equipo cuántos puntos tienen y anuncia al equipo ganador.
Todos aprendieron bastante sobre Jesús, el perdón de Dios y la Santa Cena. ¡Bien hecho!
Todos necesitamos el perdón de Dios porque todos cometemos errores y pecamos. Dios nos ofrece el perdón por nuestros pecados a través de Jesús. Finalicemos nuestra clase con una oración.
Toma un momento para pensar en las cosas que has hecho que no agradan a Dios. Puedes pensar en silencio y pedir perdón a Dios por estas cosas.
Haz una pausa de 30 segundos para dejar que los niños oren y pidan perdón a Dios.
Ahora piensa en lo bueno que has hecho para intentar seguir a Jesús. Puedes pensar en silencio y agradecer a Dios por ayudarte a tomar buenas decisiones.
Haz una pausa por 30 segundos para dejar que los niños oren y agradezcan a Dios por ayudarlos a tomar buenas decisiones.
Opcional: Si usas las Páginas del Alumno, pásales lápices y papeles y deja que tengan 2 o 3 minutos para completar la actividad.
Dios nos ofreció a todos una manera para que seamos perdonados cuando envió a Jesús a morir por nosotros. ¡Es maravilloso pensar en que Dios nos ama tanto!
Finaliza la clase diciendo esta bendición por los niños, basada en Lucas 22:9–20.
Bendición: Que sepas que Jesús, el pan de vida, murió por ti. Que siempre recuerdes que vino al mundo para que pudieras vivir para siempre con Él.
Si tienes tiempo, comparte esta canción con los estudiantes:
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