En la lección, la información que debes conocer está escrita en letra normal, y lo que se recomienda decir o leer en voz alta a los niños está en negrita. Todos los recursos para cada lección, incluyendo la Guía para el Maestro, la Página del estudiante, la Tarjeta de conexión familiar y otros materiales, pueden descargarse en un archivo ZIP haciendo clic en el siguiente enlace:
En algunas lecciones encontrarás "Artículos de recurso". Estos son textos escritos por expertos de todo el mundo que ayudan a los maestros en su labor con niños y adolescentes. Pueden compartirlos con padres o tutores si lo consideran apropiado.
Yo soy el buen pastor; conozco a mis ovejas, y ellas me conocen a mí.
Juan 10:14
Jesús es tu buen pastor. Él te ama. Él se preocupa por cada aspecto de tu vida; por las cosas importantes y por los pequeños detalles. El Señor quiere conducirte junto a aguas de reposo. Él quiere consolarte e infundirte nuevas fuerzas. Pero una oveja no puede seguir a su pastor si no reconoce su voz. Y una oveja no puede reconocer la voz de su pastor si no dedica tiempo a escuchar.
Dedica tiempo todos los días de esta semana para escuchar la voz de tu Pastor. Detente y pregunta a Dios: “¿hay algo que quieres decirme?”. Luego espera y escucha. Tal vez Dios traiga a tu mente un versículo bíblico o una canción. Puede ser que te dé una figura o una verdad acerca de quién es Él o acerca de quién eres tú para Él. Si no oyes nada, simplemente pasa tiempo alabándolo por lo que Él es.
Informa a los padres o tutores de tus alumnos que los niños están aprendiendo que Jesús es el buen pastor y que somos sus ovejas. Anima a las familias a que hablen de lo que saben acerca de los pastores de ovejas. Por ejemplo, ¿alguna vez han visto a un pastor de ovejas? ¿qué hace un pastor? ¿qué pasaría con las ovejas o las cabras si no tuvieran pastor?
Consejo para el docente: Si es posible, envíe por correo electrónico o mensaje de texto la tarjeta de conexión familiar a las familias de sus estudiantes.
Pregunta a los niños si alguna vez han visto a un pastor de ovejas. Si algunos han visto a un pastor, permite que hablen de lo que vieron. Si ninguno ha visto a un pastor, pregunta si saben lo que hace un pastor de ovejas. Probablemente tengan algunas buenas ideas. Tú puedes completar con otras cosas. Los pastores conducen a los animales, tales como ovejas o cabras, a lugares donde hay alimento y agua. Los protegen de los animales salvajes, del frío y la lluvia, y ayudan a los que están enfermos o lesionados.
¡Vamos a jugar acerca de ovejas y pastores! Un buen pastor cuida tiernamente a sus ovejas. Él las protege de otros animales, y las lleva donde hay alimento y agua. Una oveja tiene que conocer la voz de su pastor para seguirlo.
Escoge a un niño para que sea el “pastor”. Todos los demás son sus ovejas. Pide que las ovejas se pongan de pie y cierren los ojos. El pastor se moverá muy callado a otro lugar y dirá las palabras: “Síganme”. Las ovejas mantendrán los ojos cerrados y se volverán hacia la voz del pastor. Luego las ovejas abrirán los ojos para ver si están cerca del pastor. De nuevo cerrarán los ojos, y el pastor pasará en silencio a otro lugar. Luego susurrará: “Síganme”. Jueguen varias veces. Cada vez el pastor debe estar más callado. Si hay tiempo, escoge a otro niño para que sea pastor y jueguen de nuevo.
Opcional: Si es posible, comparte la imagen de La Biblia en Acción.
La Biblia describe a Jesús como el buen pastor y dice que somos como sus ovejas. Las ovejas necesitan a alguien que las cuide. No pueden protegerse solas. Ni siquiera pueden encontrar alimento y agua por sí mismas. Necesitan a su pastor para que las guíe y las cuide.
La Biblia habla de las muchas formas en que Jesús nos cuida, así como un pastor cuida a sus ovejas. Voy a leer algunas declaraciones basadas en versículos bíblicos. Al escucharlos, piensen en cuánto Él nos ama. Escuchen lo que Jesús nos dice en la Biblia:
Porque soy tu Pastor, me aseguro de que tengas todo lo que necesitas. ¡Todo! Tienes alimento para comer y agua para beber. Tienes un lugar donde acostarte y descansar cuando estés cansado. (Salmo 23:1–2)
Sé que a veces no solo tu cuerpo se cansa. A veces tu corazón se siente cansado y triste. Quiero darte nuevas fuerzas. (Salmo 23:3)
Cuando no sabes cuál es el camino que debes seguir, te guiaré. Cuando tienes que ir a lugares que te dan miedo o cuando tengas que hacer cosas difíciles, iré contigo. Nunca tienes que estar solo, ¡y nunca tienes que tener miedo! (Salmo 23:3–4)
A veces hay enemigos cerca, pero no te preocupes. Estás seguro porque estoy a tu lado. (Salmo 23:5)
¡Me perteneces! Si te pierdes, te buscaré llamando tu nombre. Buscaré por todas partes hasta que te encuentre. Cuando te encuentre, te llevaré al redil donde están las otras ovejas, y tendremos una gran fiesta. (Lucas 15: 1–7)
Aunque tengo muchas ovejas, conozco a cada una por su nombre. Sé tu nombre. Te amo y te enseñaré a reconocer mi voz. (Juan 10:3)
El diablo te dirá mentiras; te dirá que no me preocupo por ti. Él quiere que tengas miedo. El diablo te dirá mentiras para hacerte sentir mal acerca de ti mismo y para que desconfíes de mí. ¡No le prestes atención! Las cosas que te dice son mentiras. (Juan 8:44)
En este mundo, a veces te sientes fuera de lugar, como si no pertenecieras a tu entorno. Dios quiere que vivas con Él cada día de tu vida, siempre está contigo. Siempre cuida de ti porque te ama, su bondad y su amor están a tu disposición siempre y para siempre.
Anima a los niños a hablar de lo que acaban de escuchar.
¿Cuáles son algunas de las cosas que Jesús hace por ti como tu pastor?
Jesús, ¿te habló alguna vez? ¿Qué te dijo?
Si es necesario, recuerda a los niños que lo que Jesús dice siempre coincide con la Biblia, porque es su Palabra.
¿Por qué crees que Jesús quiere hablarte?
Explica a los niños que Jesús quiere que le hablemos y que escuchemos su voz porque quiere tener una relación con nosotros. Quiere hablarnos como amigos.
Aunque no puedes ver a Jesús, Él realmente está contigo. Siempre está cuidando de ti. Él te comprende y se preocupa por tus sentimientos. Jesús satisface tus necesidades. Él te protege y habla contigo.
Cuando escuchas a Jesús se llama una oración que escucha. Es maravilloso saber que podemos hablar con Jesús acerca de cualquier cosa, en cualquier momento y en cualquier lugar. ¡Y es aún más maravilloso saber que Él también nos habla!
Para hacer la oración que escucha, necesitas desarrollar tus ojos y tus oídos espirituales. Hoy vamos a hacer esto escuchando versículos de la Biblia, que es la Palabra de Dios.
Primero, piensa en lo que acabas de oír acerca de Jesús, el buen pastor. ¿Cómo te sientes después de escuchar acerca de tu buen pastor? ¿Te sientes seguro? ¿Sientes que Él provee para tus necesidades? ¿Te sientes amado? ¿Sientes que no estás solo?
Anima a los niños a estar de pie en silencio. Después de la lectura de cada versículo, deben mostrar con su cuerpo lo que escuchan que Jesús les dice en el versículo. Por ejemplo, después de escuchar el Salmo 23:2, pueden sentarse o acostarse. Anímalos para que comiencen.
Pide a Jesús que te ayude a conocerlo mejor. Voy a leer el Salmo 23 y haré una pausa después de cada versículo para que respondas a lo que escuchas que Jesús te dice. Él puede consolarte o animarte. Con tu cuerpo responde a lo que oyes que te dice. Hagamos la prueba con el primer versículo.
Si utilizas el Cartel del Versículo para Memorizar, muéstralo a los estudiantes.
El Señor es mi pastor, nada me falta.
Salmos 23:1
Después de escuchar este versículo, podrías darte cuenta de que tienes alguna necesidad, y oyes que Jesús te dice que Él satisfará tus necesidades. Así que puedes abrir tus manos para recibir lo que Él quiere darte.
Realiza una pausa de un minuto para que los niños respondan. Continúa leyendo el Salmo 23, deteniéndote un minuto después de cada versículo para que los niños respondan a lo que les has leído.
El Señor es mi pastor… en verdes pastos me hace descansar. Junto a tranquilas aguas me conduce. (Pausa)
El Señor es mi pastor… me infunde nuevas fuerzas. Me guía por sendas de justicia por amor a su nombre. (Pausa)
Aun si voy por valles tenebrosos, no temo peligro alguno porque tú estás a mi lado; tu vara de pastor me reconforta. (Pausa)
Dispones ante mí un banquete en presencia de mis enemigos. Has ungido con perfume mi cabeza; has llenado mi copa a rebosar. (Pausa)
La bondad y el amor me seguirán todos los días de mi vida; y en la casa del Señor habitaré para siempre. (Pausa)
Salmos 23
Materiales opcionales:
Puedes dibujar o escribir lo que crees que Jesús te está diciendo.
Proporciona lápices de color y papel para que, mientras lees el Salmo 23, los niños dibujen lo que piensan que Jesús les está diciendo. Da un tiempo a algunos niños para que muestren lo que han dibujado. Si algunos niños no han oído a Dios decirles algo, sugiere que hagan dibujos de sí mismos haciendo cosas que creen que agradan a Dios.
Si usas las Páginas del Alumno, hay un espacio para que los niños respondan al Salmo 23 y escriban o dibujen lo que oyen mientras escuchan a Dios en oración.
Fin de la opción.
Felicita a los niños por su oración de escuchar y por sus respuestas. Comenta a los niños que pueden hablar con Dios de esta forma cuando quieran. Finaliza orando por los niños una bendición basada en Juan 10:27.
Bendición: Jesús es tu buen pastor. Escucha su voz y comprende cuánto te ama.
Si tienes tiempo, comparte esta canción con los estudiantes:
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