En la lección, la información que debes conocer está escrita en letra normal, y lo que se recomienda decir o leer en voz alta a los niños está en negrita. Todos los recursos para cada lección, incluyendo la Guía para el Maestro, la Página del estudiante, la Tarjeta de conexión familiar y otros materiales, pueden descargarse en un archivo ZIP haciendo clic en el siguiente enlace:
En algunas lecciones encontrarás "Artículos de recurso". Estos son textos escritos por expertos de todo el mundo que ayudan a los maestros en su labor con niños y adolescentes. Pueden compartirlos con padres o tutores si lo consideran apropiado.
Hijo mío, si haces tuyas mis palabras y atesoras mis mandamientos; si tu oído inclinas hacia la sabiduría y de corazón te entregas a la inteligencia; si llamas a la inteligencia y pides discernimiento; si la buscas como a la plata, como a un tesoro escondido, entonces comprenderás el temor del SEÑOR y hallarás el conocimiento de Dios. Porque el SEÑOR da la sabiduría; conocimiento y ciencia brotan de sus labios.
Proverbios 2:1–6
La sabiduría que Dios da es tan valiosa que debemos buscarla como un tesoro. Pídele su sabiduría y luego haz tu parte para entender lo que Él te ha dado. Lee los versículos de Proverbios 2. Observa todas las cosas que Dios nos pide que hagamos: aceptar sus palabras, atesorar sus mandamientos, escuchar su sabiduría, aplicarla y comprenderla, pedir discernimiento, y buscar inteligencia como un tesoro escondido. La sabiduría no viene sin esfuerzo de nuestra parte. Busca al Señor y Él te ayudará.
Informa a los padres y tutores de tus alumnos que los niños van a aprender cosas que les ayudarán a ganar sabiduría. Ellos pueden pedir a sus hijos que digan las cosas que aprendieron, como: estudiar, observar y reflexionar.
Consejo para el docente: Si es posible, envíe por correo electrónico o mensaje de texto la tarjeta de conexión familiar a las familias de sus estudiantes.
Saluda a los niños y diles que estás emocionado de que estén en la clase. Pregúntales acerca de las situaciones de sabiduría de la lección anterior.
Una vez que todos hayan llegado, divide la clase en tres grupos. Da a cada grupo una de las hojas que trajiste. Diles que tienen un minuto para descubrir todo lo que pueden sobre la hoja que les ha tocado. Deben cuidar su hoja, ya que la usarán más tarde en la lección.
Después de un minuto, pide a alguien de cada grupo que diga lo que el grupo descubrió acerca de su hoja.
¿Qué descubrieron acerca de su hoja en sólo un minuto?
No tuvieron mucho tiempo para estudiar su hoja. Cuando tenemos tiempo para estudiar algo, podemos aprender más acerca de eso. Hoy aprenderemos más sobre la sabiduría y cómo desarrollar prácticas o costumbres que nos ayudarán a crecer en sabiduría.
Coloca a un lado las hojas para usarlas al final de la lección. Los niños deben permanecer en sus grupos.
Recuerden que cuando Salomón llegó a ser rey pidió a Dios que le diera sabiduría. Eso fue algo muy bueno. Dios es la fuente de toda sabiduría. Así que, si quieres ser sabio, siempre debes comenzar pidiendo sabiduría a Dios.
¿Qué crees que hizo Salomón después de pedirle a Dios sabiduría? ¿Crees que inmediatamente se hizo sabio? ¡No! Salomón tuvo que desarrollar su corazón y su mente para llegar a ser sabio. Aprenderemos algunos de los hábitos sabios que Salomón practicaba para desarrollar su corazón y su mente. Aprenderemos sobre tres hábitos de Salomón: estudiar, observar y reflexionar.
Si utilizas el Cartel del Versículo para Memorizar, muéstralo a los estudiantes.
Puedes ponerte a la sombra de la sabiduría o a la sombra del dinero, pero la sabiduría tiene la ventaja de dar vida a quien la posee.
Ecclesiastes 7:12
Uno de los libros de la Biblia que Salomón escribió es Eclesiastés. En ese libro describe algunas formas en que obtuvo sabiduría. Una cosa que Salomón hizo fue estudiar. Salomón quería entender los hechos de las cosas y por qué esos hechos eran importantes. Él quería saber cómo el aprender esas cosas podría conducir a una vida buena y útil. Todos griten conmigo: “estudiar”.
Permite que los niños griten: “estudiar”.
Otra cosa que Salomón hizo fue observar. Observar significa mirar detenidamente y con cuidado. Salomón no miró rápidamente al mundo a su alrededor y tomó decisiones. Dedicó tiempo para estudiar el mundo. Se dio cuenta de cómo trabajaba la gente. Prestó atención a la forma de actuar de los animales. Examinó lo que pasa en las relaciones entre amigos y familiares. Por ejemplo, Salomón observó a las personas que hablan antes de pensar. ¡Se dio cuenta de que el peor necio es más inteligente que alguien que hace eso! En otra oportunidad, observó a las hormigas. Dijo que podemos aprender muchas cosas de esas pequeñas criaturas. Como ellas trabajan duro y almacenan alimento para el futuro, siempre tienen suficiente comida. Todos griten conmigo: “observar”.
Permite que los niños griten: “observar”.
Otra cosa que Salomón hizo fue reflexionar. Reflexionar significa pensar o meditar. Significa enfocar tranquilamente los pensamientos en algo para obtener un significado más profundo de eso.
Por ejemplo, Salomón reflexionó sobre el significado de la muerte. Mucha gente trata de no pensar en la muerte. Pero Salomón dijo que podemos ganar más sabiduría en un funeral que en una fiesta. ¿Por qué? Porque todos morirán algún día. Si comprendemos esto, viviremos con más cuidado. No desperdiciaremos nuestra vida en cosas sin importancia. Todos griten conmigo: “reflexionar”.
Permite que los niños griten: “reflexionar”.
Salomón estudió, observó y reflexionó. De esta forma, con la ayuda de Dios, se hizo sabio. Reyes, reinas y otras personas importantes viajaron desde todas partes del mundo para visitarlo. Querían oír su gran sabiduría.
Salomón escribió sobre muchos temas interesantes e importantes que él estudió y observó, temas sobre los cuales reflexionó. Por ejemplo, escribió sobre la amistad, el dinero, la honradez, la felicidad, el enojo, la ayuda a los demás, las peleas, y el orgullo.
Escuchen algunos de los proverbios que Salomón escribió sobre estos temas.
La amistad
El que perdona la ofensa cultiva el amor; el que insiste en la ofensa divide a los amigos.
Proverbios 17:9
El dinero
Vale más la buena fama que las muchas riquezas, y más que oro y plata, la buena reputación.
Proverbios 22:1
La honradez
El testigo verdadero jamás engaña; el testigo falso propaga mentiras.
Proverbios 14:5
El enojo
El que es paciente muestra gran discernimiento; el que es agresivo muestra mucha insensatez.
Proverbios 14:29
La ayuda a otros
Quien cierra sus oídos al clamor del pobre llorará también sin que nadie le responda.
Proverbios 21:13
Las peleas
El hombre iracundo provoca peleas; el hombre violento multiplica sus crímenes.
Proverbios 29:22
El orgullo
Al orgullo le sigue la destrucción; a la altanería, el fracaso.
Proverbios 16:18
¿Qué proverbio te gustó más? ¿Por qué?
Opcional: Si usas La Biblia en Acción, que los niños lean “Proverbios de Salomón”, en la página 357.
Entrega a cada uno de los tres grupos una hoja diferente de la que tuvieron antes.
Tratemos de usar las tres prácticas de estudio, observación y reflexión con estas hojas. Tendrán tres minutos para estudiar, observar y reflexionar sobre su hoja. No es mucho tiempo, pero traten de descubrir tantas cosas sobre su hoja como sea posible. Cada miembro del grupo debe contribuir con algún comentario. ¿Qué observan? Estas son algunas preguntas que les ayudarán:
Al cabo del tiempo, pide a cada grupo que diga lo que descubrieron acerca de su hoja mientras estudiaban, observaban y reflexionaban. Felicita a los grupos por usar estas buenas prácticas.
Dios quiere que le pidas sabiduría. Él quiere que pienses de manera creativa y tomes buenas decisiones. Él quiere que practiques el uso de la sabiduría. Una forma de ganar más sabiduría es estudiando, observando y reflexionando sobre algo, y luego escribir tu propio proverbio sobre lo que has descubierto.
Piensen en las cosas que han aprendido acerca de la sabiduría. Vamos a dedicar unos minutos para escribir nuestros propios proverbios. ¿Qué es algo bueno que sabes y que puedes decirle a un amigo? Tu proverbio puede ser corto o largo.
Haz una pausa de un par de minutos para que los niños piensen en sus propios proverbios. Después pide voluntarios para que compartan su proverbio con la clase. Si no hay mucho tiempo o si tienes una clase grande, diles que compartan su proverbio con otro niño.
Opcional: Si usas las Páginas del Alumno, los niños pueden escribir allí sus proverbios.
Bendición: Que el Señor les ayude a aprender, y a crecer en sabiduría, para que entiendan cómo vivir de una buena forma.
Si tienes tiempo, comparte esta canción con los estudiantes:
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