En la lección, la información que debes conocer está escrita en letra normal, y lo que se recomienda decir o leer en voz alta a los niños está en negrita. Todos los recursos para cada lección, incluyendo la Guía para el Maestro, la Página del estudiante, la Tarjeta de conexión familiar y otros materiales, pueden descargarse en un archivo ZIP haciendo clic en el siguiente enlace:
En algunas lecciones encontrarás "Artículos de recurso". Estos son textos escritos por expertos de todo el mundo que ayudan a los maestros en su labor con niños y adolescentes. Pueden compartirlos con padres o tutores si lo consideran apropiado.
Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.
2 Corintios 9:7
Dios ama al dador alegre, alguien que da libremente y con gozo de corazón. Todas nuestras posesiones, nuestro tiempo y nuestro dinero provienen de nuestro Padre generoso. Él da libremente porque nos ama. Y es por ese exceso de gratitud hacia Él que también podemos dar de manera libre.
A veces, quizás todos nos hemos sentido presionados a darle a una persona o a una causa. Nos sentimos culpables y obligados. Pero esta no es la manera de nuestro Padre. Desea que demos de manera libre sin importar si estamos en abundancia o en necesidad. Algunas de las personas más generosas del mundo son aquellas que han pasado necesidad. Dan generosa y alegremente porque no quieren que los demás experimenten el mismo nivel de necesidad. Responden desde el corazón. Esta semana practica sostener las cosas con las manos abiertas para que puedas dar de manera libre en respuesta a las necesidades a tu alrededor.
Anima a los estudiantes a pensar en una cosa que pueden hacer para dar a los demás. Luego que inviten a sus familias a unirse a ellos para dar.
Consejo para el docente: Si es posible, envíe por correo electrónico o mensaje de texto la tarjeta de conexión familiar a las familias de sus estudiantes.
Mientras los estudiantes llegan, pídeles que compartan lo más generoso que han hecho. Cuando estés listo para comenzar la clase, invita a 2 o 3 de los estudiantes a contar sus historias a la clase. Después explica el juego que viene a continuación.
Coloca los tazones o baldes en una línea recta en un área vacía de tu clase. Haz que los estudiantes se formen en una fila, un estudiante atrás del otro, a unos 2 metros de distancia de los tazones. Da una piedra a cada estudiante. Explícales el juego.
Cada estudiante tendrá un turno para tratar de lanzar la piedra dentro del balde o mantenerla. Tienen que estar a 2 metros de los baldes. Si uno de ellos lanza una piedra y aterriza en el balde, puede recuperarla y obtener 2 piedras más. Si la piedra no cae en el balde, ese estudiante está fuera del juego. Cada vez que un adolescente tire una piedra dentro del balde, obtendrá otras 2 piedras además de la que lanzó. Si un estudiante escoge mantener la piedra, simplemente se va al final de la fila. Continúa jugando por 10 minutos. Al final del juego, pídeles que cuenten sus piedras. La persona con la mayor cantidad de piedras gana.
Algunos de ustedes escogieron mantener sus piedras y terminaron el juego con una sola. Pero algunos decidieron tirar sus piedras para tener la oportunidad de obtener más. Algunas personas que lanzaron sus piedras las perdieron y quedaron fuera del juego, sin embargo, algunos ganaron más piedras.
Cuando tenías solo una piedra, puede haber sido difícil arriesgarse a arrojarla. Cuando tienes poco, quizás se siente que dar es más difícil. Escucha esta historia sobre algunas chicas que tenían muy poco pero aún daban lo que poseían.
Un grupo de niñas en India estaban aprendiendo lecciones como estas. Aprendían sobre ser amables y generosas con los demás, especialmente con los discapacitados tales como las personas sordas o ciegas. Decidieron visitar la escuela para niños ciegos para cantarles canciones y compartir historias de la Biblia con ellos. Incluso planearon un programa de Navidad para los estudiantes de esa escuela.
Este fue un gran regalo de bondad. Pero la compasión de estas niñas fue aún más maravillosa. Las chicas que hicieron esto son todas huérfanas y están infectadas con el virus VIH/SIDA. Aunque tenían circunstancias difíciles, se dieron cuenta de que todavía tenían algo valioso para entregar.
¡Todos tenemos algo para dar también! Escucha esta historia de la Biblia que habla sobre el dar.
Jesús se detuvo a observar y vio a los ricos que echaban sus ofrendas en las alcancías del templo. También vio a una viuda pobre que echaba dos moneditas de poco valor. —Les aseguro —dijo— que esta viuda pobre ha echado más que todos los demás. Todos ellos dieron sus ofrendas de lo que les sobraba; pero ella, de su pobreza, echó todo lo que tenía para su sustento.
Lucas 21:1–4
¿Qué crees que quiso decir Jesús cuando mencionó que ella dio más que todos, ya que los demás habían dado mayores sumas de dinero?
Permite que 2 o 3 estudiantes compartan sus ideas.
Jesús conocía la pobreza de la viuda, como también el sacrificio que había hecho al dar este regalo. Vio que su corazón era dadivoso y confiaba en Dios para sus necesidades.
¿Por qué un regalo dado con sacrificio es más valioso que uno dado con abundancia?
Guía a los estudiantes a entender que dar de forma sacrificial nos permite confiar en Dios y su provisión para nuestras vidas. Dar cuando estamos en abundancia también es bueno pero no requiere el mismo nivel de confianza.
Opcional: Si es posible, comparte la imagen de La Biblia en Acción.
Escucha la historia sobre una persona en necesidad que confió en Dios cuando le pidió dar a alguien que lo necesitaba.
Muchos años antes de que Jesús viviera en la tierra, un profeta llamado Elías vivió en una región que sufría de gran hambruna. El Señor dirigió Elías a una ciudad llamada Sarepta, donde encontraría a una viuda que lo alimentaría.
Cuando Elías llegó a Sarepta, vio a la viuda recogiendo palos al lado del pozo. Le pidió un refresco, un poco de pan. Escucha su respuesta:
—Tan cierto como que vive el Señor tu Dios —respondió ella—, no me queda ni un pedazo de pan; solo tengo un puñado de harina en la tinaja y un poco de aceite en el jarro. Precisamente estaba recogiendo unos leños para llevármelos a casa y hacer una comida para mi hijo y para mí. ¡Será nuestra última comida antes de morirnos de hambre!
1 Reyes 17:12
Esta viuda era muy pobre, como muchas otras mujeres viudas en su época. Se le había acabado la comida y esperanza. Aun así Dios le pidió que diera de su pobreza. Elías la animó a confiar en Dios y no tener temor. La viuda respondió con generosidad, confiando en Dios por su propio futuro y el de su hijo. Después de que horneó pan para Elías con el último puñado de harina y aceite, sus recursos fueron multiplicados. El aceite nunca se acabó. Pudo vender aceite y pagar todas sus deudas. Dios suplió sus necesidades durante toda la hambruna.
¿Qué nos dice esto sobre lo que Dios piensa de nuestras necesidades y generosidad?
Dirígelos a comprender que Dios suplirá nuestras necesidades y quiere que seamos generosos incluso cuando tengamos poco.
La historia de la viuda nos enseña que Dios ve las cosas que nosotros no vemos. Hubiese sido fácil notar a la gente rica que dio bastante dinero. Sin embargo, Jesús observó y vio a la mujer que solo dio 2 monedas. Sabía el valor del regalo de la viuda. Incluso más que la cantidad dada, a Jesús le preocupaba lo que había en su corazón. Ser generoso, como lo fue la viuda, muestra que no somos temerosos ni codiciosos.
Escucha este versículo sobre lo que Dios ve cuando das:
Si utilizas el Cartel del Versículo para Memorizar, muéstralo a los estudiantes.
Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría.
2 Corintios 9:7
Dios nos llama a dar con alegría y libertad. Esto nos ayuda a confiar más en Él. También es, de diferentes maneras, algo positivo para nosotros:
La generosidad cambia nuestros cerebros para que sintamos menos estrés. Nos puede ayudar a lidiar mejor con el dolor físico e incluso hacer que sea más fácil manejar situaciones dolorosas. Esta nos lleva a un mayor contentamiento y felicidad, y nos puede ayudar a desarrollar mejores relaciones con los demás, ya que la comunidad se beneficia cuando alguien es generoso.
Incluso aquellos que han pasado por situaciones dolorosas o difíciles en la vida, tal como las chicas sobre las que hablamos antes, a menudo tienen mucha compasión y son bastante generosos porque conocen lo que es estar en necesidad.
A continuación, hay algunas cualidades de aquellos que son generosos:
Dan cuando quizás los demás no lo hacen. Ven las necesidades cuando otros no.
Dan cuando parece que no tienen nada para dar porque son la respuesta a una necesidad o porque Dios los guía.
Dan debido a su propia gratitud por todo lo que tienen en la vida, sea dinero, salud, tiempo, familia, amigos, o por algo más.
Ayudan a los demás, incluso a aquellos que pueden ser diferentes a ellos.
Dan de maneras grandes y pequeñas de su tiempo, su dinero y de sí mismos.
Presta atención a algunas situaciones sobre el dar. En cada una de ellas, piensa en una manera en que la persona puede dar de forma generosa. Recuerda que hay otras cosas que puedes regalar que no sean dinero. Puedes ser generoso con tu amistad, tu tiempo, tus habilidades, tus posesiones y cualquier cosa que tengas que pueda ser compartida con las personas.
¡Todos fueron muy creativos al pensar en diferentes formas de ser generosos en estas situaciones! Ahora meditemos en nuestras propias vidas. Piensa en una forma en la que puedes ser generoso con tu familia o en nuestra comunidad. A lo mejor puedes pasar tiempo generosamente con un hermano menor que generalmente ignoras. Quizás puedes ayudar a alguien que está llevando una carga pesada. Tal vez le puedes regalar dinero a una persona que lo necesita. Busca necesidades a tu alrededor y pregúntate: –¿Qué puedo hacer? ¡Pide a Dios que te ayude a ver las formas en las que puedes ser generoso!
Al usar los recursos de manera sabia, trabajar duro y aprender a contentarte, puedes ser un buen mayordomo de los recursos que se te han otorgado. Y al dar generosamente, mejorarás tu vida y la vida de los demás a tu alrededor.
Opcional: Si usas la Página del Alumno, da a los estudiantes tiempo para completarla.
Finaliza la clase diciendo esta bendición por tus estudiantes, basada en 2 Corintios 9:7:
Bendición: Que seas lleno de confianza en Dios para que puedes dar de buena gana y alegremente a aquellos que te rodean.
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