En la lección, la información que debes conocer está escrita en letra normal, y lo que se recomienda decir o leer en voz alta a los niños está en negrita. Todos los recursos para cada lección, incluyendo la Guía para el Maestro, la Página del estudiante, la Tarjeta de conexión familiar y otros materiales, pueden descargarse en un archivo ZIP haciendo clic en el siguiente enlace:
En algunas lecciones encontrarás "Artículos de recurso". Estos son textos escritos por expertos de todo el mundo que ayudan a los maestros en su labor con niños y adolescentes. Pueden compartirlos con padres o tutores si lo consideran apropiado.
“Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza. Entonces ustedes me invocarán, y vendrán a suplicarme, y yo los escucharé. Me buscarán y me encontrarán cuando me busquen de todo corazón.
Jeremías 29:11–13
En tiempos difíciles, a menudo leemos la primera parte de este pasaje y nos regocijamos en la esperanza que promete. ¡Dios tiene planes para ti! Él quiere buenas cosas para nosotros, ahora y en el futuro. ¡Él nos dará esperanza! Esta seguridad nos puede ayudar cuando pasamos a través de momentos difíciles. Sin embargo, con frecuencia, pasamos por alto la maravillosa promesa de la segunda parte donde dice que Dios nos escucha cuando clamamos a Él. Dios habló estas palabras al pueblo de Judá, quienes desobedecieron a Dios y le dieron la espalda. Sin embargo, aún prometió escucharlos cuando clamaran. Lo mismo es cierto para todos nosotros. Adoramos a Dios que nos ama tanto que encontró una manera de traernos de vuelta a Él. ¡Esta es nuestra esperanza!
¿Estás luchando con tiempos difíciles? Clama a Dios. Él te escuchará. ¿Estás sufriendo o te sientes solo? En tu momento de dolor, Él está ahí. En los momentos de temor, Él te escucha. En los periodos de dolor y soledad, Él se preocupa. No pierdas la esperanza. En cambio, ¡encuentra la esperanza en la fuente de toda esperanza! Cuando busques a Dios con todo tu corazón, lo encontrarás. Está dónde siempre ha estado, caminando a tu lado.
Anima a las familias a que hablen sobre una ocasión cuando no tenían esperanza. Pídeles que compartan lo bueno que los sacó de esa situación.
Consejo para el docente: Si es posible, envíe por correo electrónico o mensaje de texto la tarjeta de conexión familiar a las familias de sus estudiantes.
Saluda a los niños mientras llegan a la sala de enseñanza. Invítalos a compartir un chiste divertido o una historia. Esto les mostrará que te preocupas por ellos y por lo que dicen. ¡También hará de tu clase un lugar de alegría y esperanza!
Haz un gesto con la mano para silenciar a los niños. Diles que se sienten en círculo para comenzar la clase.
Opcional: Si tienes más de un balón u objeto blando, divide la clase en grupos más pequeños de 10 a 15 estudiantes, para que más niños puedan participar en el juego.
Vamos a comenzar con un juego divertido. Le daré a un niño de cada círculo un balón. Todos lo pasarán por el círculo. Puedes pasarlo a quien quieras. A medida que lo haces, di algo divertido. Puedes decir una broma rápida, hacer una cara divertida o decir algunas palabras graciosas. Pero, no digas cosas que son de mala educación o que pueden lastimar los sentimientos de alguien. ¡Ten cuidado de que no se te caiga el balón cuando te estés riendo!
Entrega el balón a un niño. Permite que los niños pasen el balón durante 2-3 minutos. Si estás usando el balón, los niños pueden patear o entregar el balón a otro niño. Si estás usando un objeto suave, ellos pueden lanzarlo o entregarlo a la persona que tienen a su lado. Sostén el balón o el objeto mientras haces la siguiente pregunta.
¿Te alegraste de que alguien te pasara el balón? ¿Por qué sí o por qué no?
Permite que 2 o 3 niños respondan.
Si te gusta ser divertido y contar chistes, probablemente querías que alguien te pasara el balón. Si no te gusta esto o no te gusta hablar frente a muchas personas, quizás no querías el balón.
¡Este fue un juego divertido! Vamos a jugar de nuevo. Pero esta vez, cuando tengas el balón, contarás algo triste o difícil. Por ejemplo, podrías hablar sobre alguien que murió, un temor que tengas, o algo que te hace enojar.
Entrégale el balón a un niño diferente. Permite que pase el balón por el círculo. Si se le cae a alguien, anímalo diciendo algo así: “¡Ese fue un buen intento!” Deja que los estudiantes tengan 2 o 3 minutos para jugar. Luego coloca el balón a un lado.
Que 2 o 3 niños respondan las siguientes preguntas.
¿Esta vez te alegraste cuando te pasaron el balón? ¿Por qué sí o por qué no?
¿Fue diferente a cómo te sentiste la primera vez que jugamos el juego? Si es así, ¿por qué?
Este juego nos puede ayudar a entender la esperanza. La primera vez que lo hicimos, probablemente esperabas que te pasaran el balón. Deseabas reírte y hacer reír a todos los demás. Sin embargo, a lo mejor, la segunda vez no querías que te pasaran el balón.
No es divertido decir algo triste.
Las situaciones tristes y difíciles pueden provocar que perdamos la esperanza. Sin embargo, la esperanza nos ayuda cuando experimentamos momentos difíciles. Vamos a hablar más sobre cómo la esperanza nos puede ayudar cuando las cosas no marchan bien.
La última vez que nos vimos, les dije que la esperanza significa querer algo bueno para el futuro. Cuando esperas algo, quieres que suceda, pero no estás seguro de cuándo ocurrirá. Como aprendimos en nuestra última clase, la verdadera esperanza viene de confiar en Dios y creer que hará lo que ha prometido.
Es fácil tener esperanza cuando nuestras vidas van bien. Pero puede ser difícil estar esperanzado cuando sucede algo horrible, triste o que nos da temor. Podemos enojarnos por las situaciones que vivimos, o también decepcionarnos porque no pasó lo que queríamos que sucediera. A lo mejor, podemos perder la esperanza cuando ocurre algo difícil. La Biblia nos cuenta la historia verdadera de alguien que tenía mucha esperanza, a pesar de que enfrentó muchas situaciones difíciles. Su nombre era Jeremías.
Junta las manos con las palmas tocándose. Esta es una posición de oración.
Junta las manos y mantenlas al frente, a medida que oras. Espera hasta que todos los niños hayan hecho esto. Mientras lees la historia, cada vez que veas la palabra “acción”, haz el gesto de oración.
En un momento te contaré una historia verdadera de la Biblia que habla de un hombre llamado Jeremías. Cada vez que diga lo que Dios hizo para ayudar a Jeremías, junta las manos como si estuvieras orando (acción). Vamos a escuchar la historia verdadera de Jeremías.
Opcional: Si es posible, comparte las imágenes de La Biblia en Acción.
Cuando Jeremías era joven recibió un mensaje de Dios. Escucha lo que Dios le dijo a Jeremías:
Si es posible, lee este versículo directamente desde tu Biblia.
Antes de formarte en el vientre, ya te había elegido; antes de que nacieras, ya te había apartado; te había nombrado profeta para las naciones.
Jeremías 1:5
¿Qué le dijo Dios a Jeremías?
Dios le dijo a Jeremías que lo había escogido antes de que naciera para que fuera un profeta.
¡Dios hizo a Jeremías un profeta para las naciones! ¿Sabes lo que es eso? Un profeta es alguien que comparte mensajes de Dios con los demás. ¡Jeremías tenía un trabajo muy importante que hacer para Dios (acción)!
¿Cómo crees que se sintió Jeremías sobre este trabajo tan importante?
Haz que los niños se dirijan a otro estudiante que tengan cerca y compartan sus respuestas. Luego, permite que 2 o 3 niños comuniquen sus respuestas con toda la clase.
Jeremías estaba asustado. Le dijo a Dios que era muy joven para hablarle a las personas. Escucha lo que Dios le dijo a Jeremías:
«No le temas a nadie, que yo estoy contigo para librarte». Lo afirma el Señor.
Jeremías 1:8
Haz la acción de oración.
Dios no dejó solo a Jeremías para que hiciera este importante trabajo. Le prometió estar con él y salvarlo. Le dio la fuerza y las palabras exactas que debía decir (acción).
Dios estuvo con Jeremías, pero el trabajo de Jeremías fue muy difícil. Jeremías compartió muchas malas noticias con el pueblo de Judá. La gente no obedecía a Dios. Adoraban a los ídolos en vez de adorar a Dios. Dios le dijo a Jeremías que comunicara a las personas que sucederían cosas malas porque ellos no obedecían a Dios. Jeremías compartió este mensaje con el pueblo, pero no lo escucharon. Por eso, comunicó este mensaje a las personas muchas veces.
¿Cómo crees que se sintió Jeremías cuando la gente no escuchó los mensajes de Dios?
Haz que los niños se dirijan a otro niño que tengan cerca y compartan sus respuestas. Luego permite que 2 o 3 niños hablen de sus conclusiones con toda la clase.
La Biblia nos dice que Jeremías se desanimó. Se preguntaba si el pueblo alguna vez escucharía a Dios. La gente se enojó con Jeremías. Se burlaron de él y lo golpearon. Fue arrestado y lo pusieron en prisión. Lo colocaron en un pozo vacío y lo dejaron sin comida para alimentarse. Pero cada vez que Jeremías pedía ayuda a Dios, Él lo salvaba. Dios cumplió lo que había prometido (acción).
Jeremías no solo compartió malas noticias con las personas. También compartió mensajes de esperanza. A pesar de que la gente iba a ser castigada por su desobediencia, Dios prometió que los protegería de sus enemigos, les daría paz, se llevaría sus temores y estaría con ellos (acción).
Dios prometió estar con Jeremías, y lo estuvo. Dios siempre hace lo que promete. Escucha lo que nos dice la Biblia sobre la esperanza en Dios:
Tenemos como firme y segura ancla del alma una esperanza que penetra hasta detrás de la cortina del santuario.
Hebreos 6:19
¿Cómo te sientes al saber que la esperanza en Dios es fuerte y segura?
Haz que los niños se dirijan a otro estudiante que tengan cerca y compartan sus respuestas.
Jeremías sabía que podía pedirle ayuda a Dios. Tenía claro que podía encontrar esperanza en Dios y que esta esperanza era segura y fuerte. Escucha algo más que Dios le dijo a Jeremías.
Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.
Jeremías 29:11
¡Dios le prometió dar esperanza a Jeremías y a todo su pueblo! ¡Te dará esperanza si confías en Él!
La última vez que nos vimos, descubrimos que podemos aprender de nuestros pecados y malas decisiones, y tener más esperanza. Otra forma de poder crecer en la esperanza es pidiendo ayuda. Cuando Jeremías se sintió triste, le pidió ayuda a Dios. Cuando se sintió desanimado, le pidió ayuda a Dios. Y cada vez que lo hizo, Dios lo ayudó brindándole esperanza.
Además de pedir ayuda a Dios, también puedes pedirle ayuda a una persona de confianza. Esto podría ser un maestro, un pastor o a un familiar. Dirígete a alguien que esté cerca y menciona el nombre de una persona a la que puedes pedir ayuda cuando la necesites.
Dales un minuto para que lo hagan.
Ahora que sabes a quien le puedes pedir ayuda, aprendamos a pedir ayuda. Esto requiere de práctica. Aquí hay algunas ideas para que uses cuando pidas ayuda.
Deja que los niños tengan un minuto para hacerlo.
Ahora que sabes a quien le puedes pedir ayuda, aprendamos a pedir ayuda. Esto requiere de práctica. Aquí hay algunas ideas para que uses cuando pidas ayuda:
Sé especifico. Cuéntale a la otra persona exactamente en qué necesitas ayuda y por qué la necesitas.
Pide ayuda para las cosas que realmente necesites. No le pidas ayuda a alguien en cosas que puedes hacer fácilmente solo.
Ayuda a otros. Cuando ayudas a los demás, aprendes a valorar la ayuda.
Ayuda a los niños a encontrar pareja para la siguiente actividad.
Vamos a practicar para pedir ayuda y ayudar a los demás. Leeré cada situación. Te dirigirás a tu pareja y pedirás ayuda como si estuvieras en esa situación. Piensa a quién puedes pedir ayuda y dile a esa persona exactamente en qué necesitas ayuda. Hagámoslo juntos. Escuchemos esta situación.
Opcional: Si usas las Páginas del Alumno, entrégales lápices de colores y lee las instrucciones para la actividad. Provee la ayuda necesaria para los niños que la pidan.
¡Todos pensaron en algunas formas buenas para resolver los problemas! Cuando solucionas los problemas, dependes de Dios y de los dones que te ha dado. ¡Pedirle ayuda a Dios y a los demás puede ayudarte a resolver problemas y a tener más esperanza! Como nos recuerda el versículo de memoria de esta semana, nos llenamos de esperanza al saber que Dios siempre está con nosotros.
Si utilizas el Cartel del Versículo para Memorizar, muéstralo a los estudiantes.
En efecto, David dijo de él: “Veía yo al Señor siempre delante de mí, porque él está a mi derecha para que no caiga. Por eso mi corazón se alegra, y canta con gozo mi lengua; mi cuerpo también vivirá en esperanza”.
Hechos 2:25–26
Repite las acciones y las palabras con los niños tres veces.
Finaliza la clase diciendo esta bendición por los niños, basada en Jeremías 1:5:
Bendición: Que sepas que eres escogido y amado por Dios. Que encuentres esperanza en Él mientras haces el trabajo importante que te ha llamado a hacer.
Si tienes tiempo, comparte esta canción con los estudiantes:
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