En la lección, la información que debes conocer está escrita en letra normal, y lo que se recomienda decir o leer en voz alta a los niños está en negrita. Todos los recursos para cada lección, incluyendo la Guía para el Maestro, la Página del estudiante, la Tarjeta de conexión familiar y otros materiales, pueden descargarse en un archivo ZIP haciendo clic en el siguiente enlace:
En algunas lecciones encontrarás "Artículos de recurso". Estos son textos escritos por expertos de todo el mundo que ayudan a los maestros en su labor con niños y adolescentes. Pueden compartirlos con padres o tutores si lo consideran apropiado.
Aun si voy por valles tenebrosos, no temo peligro alguno porque tú estás a mi lado; tu vara de pastor me reconforta.
Salmos 23:4
Cuando nos afligimos por alguien o algo que nos importa mucho, nuestras emociones pueden ser agobiantes e inesperadas. Es posible que sintamos como que la oscuridad se nos está viniendo encima y que nunca veremos la luz de nuevo. A veces hacemos luto llorando, lamentándonos y clamando a Dios. Otras veces mantenemos las emociones escondidas, y parece que nunca sucedió nada. Podemos sentirnos aislados, como que nadie nos entiende o se preocupa por nuestro dolor. Pero incluso en la oscuridad, Dios está con nosotros.
¿Qué emociones experimentaste la última vez que estuviste afligido? ¿te sentiste solo? Agradece a Dios por estar contigo siempre. ¿Te sentiste enojado o traicionado? Dale las gracias por escuchar tus lamentos de frustración y dolor. ¿Estuviste superado por una tristeza intensa? Agradécele por estar cerca de los quebrantados de corazón. Cuando falleció Lázaro, Jesús lloró aunque sabía que Lázaro resucitaría. En tu dolor, el Dios de todo consuelo llora contigo. Promete caminar contigo, incluso en el más oscuro de los valles
Alienta a los adolescentes a preguntarles a sus familiares sobre alguien especial que falleció. Luego pueden compartir lo que aprendieron sobre las etapas del duelo.
Consejo para el docente: Si es posible, envíe por correo electrónico o mensaje de texto la tarjeta de conexión familiar a las familias de sus estudiantes.
Mientras llegan los adolescentes, pregúntales si alguno de ellos pudo consolar a alguien que estaba sufriendo. Invítalos a compartir sus historias con las demás personas. Recuérdales que no usen nombres ni detalles, solo descripciones generales de las situaciones.
Cuando estés listo para comenzar la clase, haz que los estudiantes se pongan de pie hombro con hombro en una fila larga. Cada adolescente estará de pie con sus brazos apegados a sus costados y tocándose las rodillas, tobillos y pies. Los adolescentes no pueden mover los brazos o los pies. Ponte de pie en unos de los extremos de la fila y explica la actividad.
Empujaré suavemente a la persona del extremo de la fila. Veamos lo que sucede. Recuerda, no puedes mover las manos o los pies.
De manera suave empuja el hombro del estudiante al extremo de la fila para que pierda el equilibrio, pero no lo empujes lo suficientemente fuerte como para tumbarlo. Asegúrate de empujar en la dirección de la fila, para que su hombro empuje el hombro de la persona a su lado, provocando que la persona se desequilibre. Repite el juego varias veces y haz que los estudiantes se muevan a diferentes lugares de la fila para que puedan ver que las personas a un extremo pierden más el equilibrio que las personas que están al comienzo de la fila.
Cuando empujé a la primera persona de la fila, ¿Qué sucedió en el otro extremo?
Lo que sucedió a nuestra fila es similar a lo que ocurre cuando sufrimos. Cuando pierdes a alguien o algo importante para ti, es natural pasar por un tiempo de duelo. El duelo es como una ola en el océano, siempre se mueve y cambia. El dolor y la tristeza pueden hacernos perder el equilibrio, y también hacernos sentir inestables e inseguros. Luchamos para volver a la normalidad. A veces podemos sentirnos normales por un tiempo corto, pero luego llega la siguiente ola de dolor.
La mayoría de nosotros llora y expresa sus emociones al principio, pero a medida que pasa el tiempo podemos esconder nuestras emociones. Sin embargo, eso no hace que se vayan. Solo estaban ocultas de los temas. Aferrarse a emociones dolorosas al esconderlas no es saludable. Podemos parecer que estamos bien ante los demás, por eso no intentan ayudarnos. En realidad, cuando escondemos nuestro dolor, a menudo, nos lastima porque no estamos sanando para estar saludables hoy y en el futuro.
La gente experimenta el duelo por muchas razones diferentes. Este puede sentirse por la muerte de un familiar o amigo. La gente también sufre debido a la pérdida de la salud o una herida, por ejemplo cuando una persona descubre que tiene VIH/SIDA o pierde un brazo. Las oportunidades desperdiciadas y las pérdidas financieras también pueden causar dolor. Las personas pueden sufrir el luto debido a que no son capaces de alcanzar una meta importante o no pueden recibir algo por lo que están orando, tal como nunca ser capaces de tener hijos. Todas estas son razones muy comunes para el duelo o luto.
El duelo es algo muy personal. Por lo que yo sufro quizás no te aflige a ti. Lo que pienses que es una pérdida mayor puede que no afecte a otra persona en absoluto. Es importante respetar el dolor de cada persona.
Cualquiera que sea la causa, la angustia es una respuesta normal al dolor y a la pérdida. Todos experimentan el duelo en diferentes momentos de la vida. Nos afligimos de manera saludable cuando tratamos de entender nuestros sentimientos y nos permitimos pasar por un proceso de duelo. Sin embargo, cuando no nos damos permiso para sufrir de manera saludable, podemos quedar estancados en nuestro dolor y tener dificultad para sanar nuestra pérdida.
Divide a los estudiantes en grupos de 4. Compárteles la siguiente información, y luego diles que hablen de las situaciones en sus grupos.
Hay etapas del duelo por las que pasa la mayoría de la gente. Puedes atravesarlas en cualquier orden, y quizás las experimentes más de una vez, a medida que sanas. Todas estas fases son parte normal del proceso. Te contaré acerca de cada una de ellas. Después te haré algunas preguntas para que las respondan en sus grupos.
Lo primero que haces cuando experimentas una pérdida es nombrar tu dolor. Declara para ti mismo, para los demás y para Dios lo que has perdido. Nombrar tu dolor te ayuda a entender qué es lo que perdiste. Esto puede sonar obvio. Pero a menudo no nos detenemos por completo para llorar nuestra pérdida. En cambio, tratamos de seguir con nuestra vida como si la pérdida no hubiese sucedido. Esto es posible que provoque que nos aferramos a cosas dolorosas y no sanemos.
Negación y aislamiento — En esa etapa del duelo, la persona se siente conmocionada por la pérdida y no puede creer que es verdad. Algunas personas tratan de evitar estar con los demás porque no quieren hablar o escuchar sobre la situación que causó el dolor.
Presta atención a esta situación.
Te acaban de informar que tu pie está gravemente infectado y que debe ser amputado. Nombra tu dolor. ¿Qué podrías hacer o decir para demostrar que estás en negación?
¿Cómo podrías ayudar a alguien que está en negación sobre la amputación de su pie?
A medida que hablan los estudiantes, escucha a los diferentes grupos y guíales a pensar de manera práctica. Si no las mencionan, sugiéreles ser pacientes, ofrecer consuelo, escuchar sin ofrecer soluciones o compartir sobre cómo Dios es con la persona.
La Biblia nos ofrece ayuda cuando estamos en negación. Escucha lo que les dijo Jesús a sus discípulos antes de morir. Sabía que pronto experimentarían el dolor de la pérdida.
La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden.
Juan 14:27
¿Qué promete este versículo?
¿De qué forma te puede ayudar esta promesa en los tiempos de duelo?
Enojo o resentimiento — En esta etapa del duelo, la persona se enoja y culpa a alguien más por causar el dolor, a lo mejor a Dios mismo. Cuando las personas atraviesan esta fase, pueden decir cosas que son sorpresivas o hirientes. La gente necesita expresar su frustración y trabajar esta parte del proceso del duelo.
Tu padre perdió su trabajo, por lo tanto, ahora tienes que dejar la escuela y conseguir un trabajo para ayudar a alimentar a tu familia. Nombra tu pérdida. ¿Qué podrías hacer o decir para mostrar que experimentas enojo o resentimiento?
¿Cómo puedes ayudar a alguien que está en esta etapa del duelo?
Si los estudiantes no mencionan las siguientes ideas, sugiere escuchar a la persona sin decirle que no se enoje, compartir tus propias experiencias de enojo cuando estuviste de luto, ayudar a la persona a encontrar maneras saludables de expresar el enojo u orar por esta persona.
Cuando estamos enojados o resentidos por una pérdida, podemos sentir que estamos solos en nuestro sufrimiento. Sentimos que nuestras vidas son más difíciles que las de los demás o que somos los únicos que sufrimos. Pero nunca estamos solos. La Biblia nos promete que Dios escucha nuestro clamor. Escucha este versículo de los Salmos.
En el día de mi angustia te invoco, porque tú me respondes.
Salmos 86:7
¿Qué nos promete este versículo?
¿De qué forma nos ayuda saber que Dios nos escucha cuando sufrimos?
Negociación — En esta etapa, la persona a menudo habla con Dios y trata de ofrecer algo a cambio de hacer desaparecer las cosas adversas que suceden.
Tu hermana de 6 años fue diagnosticada con HIV. Nombra tu dolor. ¿Qué podrías decir o hacer para expresar que estás en la etapa de la negociación?
¿Qué tipo de ayuda puedes ofrecer a alguien que está en la fase de negociación del duelo?
Si los estudiantes necesitan ayuda, sugiéreles que pueden escuchar con amabilidad y compasión, como también recordarle a la persona el valor de su propia vida.
El dolor, la muerte, y las pérdidas son difíciles. Duelen. Quizás deseemos que las cosas malas nos sucedan a nosotros en lugar de a quienes amamos. Podríamos pensar que sabemos mejor que Dios lo que es bueno para nosotros y para nuestros seres queridos. Sin embargo, la Biblia nos dice que Dios conoce todas las cosas y que podemos confiar en Él siempre.
¡Qué profundas son las riquezas de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Qué indescifrables sus juicios e impenetrables sus caminos!
Romanos 11:33
¿Cómo te hace sentir saber que la sabiduría y el conocimiento de Dios son más profundos de lo que podemos entender?
¿De qué forma entender que Dios es sabio te ayuda cuando estás de luto?
Guía a los estudiantes a entender que podemos confiar en Dios en todas las cosas, incluyendo las cosas negativas que suceden en nuestras vidas.
Depresión — Una persona que experimenta depresión puede sentir que no hay propósito en la vida. Pierde el interés en la mayoría de las cosas. Casi todos los que han experimentado pérdidas atraviesan por la depresión.
Eres violada por un adolescente más grande. Nombra tu dolor. ¿Qué podrías hacer o decir para mostrar que experimentas depresión?
¿De qué forma puedes ayudar a alguien que está en esta etapa del proceso del duelo?
Aquí hay algunas ideas que puedes sugerirles si no se les ocurre: hacer cosas con la persona, contar chistes o recuerdos que hagan que la persona sonría y se ría, o recordarle las buenas cosas de su vida. Diles que deben buscar ayuda de un pastor o de otro adulto de confianza si la depresión de la persona le impide que realice sus actividades diarias o cuidarse a sí misma.
La Biblia no nos promete que no sucederán cosas malas o que no seremos lastimados o experimentaremos dolor. En realidad, Jesús les dijo a sus discípulos que pasarían por momentos difíciles en la vida. Escuchemos lo que dijo.
Si utilizas el Cartel del Versículo para Memorizar, muéstralo a los estudiantes.
Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.
Juan 16:33
¿Qué promete este versículo?
¿Cómo ayuda saber que en tiempos de dificultad Dios siempre da esperanza?
Aceptación — En esta etapa, la persona acepta la pérdida y se da cuenta que no puede cambiar la situación. Esto no significa que se ha olvidado el dolor o que no continúe doliendo. Pero muestra que la persona está comenzando a sanar. Escucha esta última situación.
Eres abandonado por tu madre y te dejan viviendo en la calle. Nombra tu dolor. ¿Qué podrías hacer o decir para mostrar que estas comenzando a aceptar esta situación?
¿Cómo podrías ayudar a alguien que está comenzando a aceptar su pérdida?
La aceptación de la pérdida significa que estás comenzando a sanar. Sin embargo, ¿recuerdas las olas sobre las que hablamos al comienzo de la clase? No te sientas decepcionado o frustrado si vuelve el dolor. A veces algo te recordará tu pérdida y el dolor volverá. Pero generalmente cada ola de dolor es un poco más corta y más fácil que la anterior. En medio de todo esto, puedes buscar el consuelo de Dios. Escucha este versículo.
Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación, quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones.
2 Corintios 1:3–4
¿Qué nos dice este versículo sobre el consuelo de Dios?
¿Cómo ayuda el Consuelo de Dios en tiempos de dolor y sanidad?
Finalmente, es importante darte tiempo para estar de duelo. Aquí hay algunas ideas que te pueden ayudar a expresar la pérdida cuando tú o alguien más está sufriendo.
Todos los días pasa 15 minutos viviendo el luto. Llora, ora, escribe tus pensamientos, o haz cualquier cosa que te ayude a expresar tus emociones.
Escribe una carta a la persona que perdiste, o un poema sobre lo que esperabas que no sucediera.
Celebra las cosas felices de tu vida, incluyendo los recuerdos alegres de la gente que falleció. Cuando te aferras a lo positivo de la vida, eso te ayuda a superar las cosas negativas.
Habla con honestidad sobre tu duelo con la gente que confías. Cuando compartes tus emociones, eso te ayuda a expresarlas y entenderlas.
Di chistes o historias divertidas que te hagan reír. ¡Está bien ser feliz!
Recuerda ser paciente contigo mismo y con los demás que están sufriendo. Puede tomar un tiempo largo recuperarse de una pérdida.
Haz que los estudiantes se pongan de pie hombro con hombro como lo hicieron al principio de la clase. Sus brazos deben estar a los lados y sus pies juntos, y sus hombros se deben tocar.
El duelo toca todas nuestras vidas. Cuando perdemos a alguien o algo que valoramos o amamos, es doloroso. Puede causarnos daño por mucho tiempo. Y cuando alguien que nos importa está sufriendo, nos puede doler también porque sentimos la pérdida de la otra persona. Por lo tanto, ¿qué puedes hacer para ayudarte a ti mismo o a los demás?
Una de las mejores cosas que puedes hacer cuando estás sufriendo es compartir con los demás. No tienes que pasar por el duelo solo. No tienes que compartir tu dolor con todos o de una forma que te incomode. Pero cuando tienes a alguien en quien confiar y puedes hablar y llorar, alguien que escuchará tu enojo y te consolará, esa persona te puede ayudar a sanar.
Haz que los estudiantes pongan sus brazos alrededor de los hombros de sus compañeros como una forma de mostrar que ofrecerán ayuda y recibirán consuelo. Luego suavemente empuja el hombro de la persona que esté a un extremo de la fila como lo hiciste al comienzo de la lección. Esta vez, los estudiantes no se deben desequilibrar porqué se están apoyando los unos a los otros.
Cuando estás herido, busca el consuelo de la gente que confías. Ellos te pueden ayudar a pasar el luto de manera saludable que te ayudarán a sanar.
Gira hacia la persona a tu derecha y comparte una cosa que aprendiste sobre el duelo saludable.
Ahora voltea hacia la persona de tu izquierda y comparte una cosa que puedes hacer para consolar a alguien que sufre una pérdida.
Cuando estás de luto, Dios está contigo. No importa cuánto te duela, Él te consolará. Siempre camina contigo.
Opcional: Si utilizas las Páginas del Alumno, dales tiempo para completarlas.
Finaliza la clase diciendo una bendición por tus estudiantes, basada en Salmos 30:11:
Bendición: Que el Dios de toda consolación cambie tu lamento en danza y te vista con alegría. Que conozcas su amor y sanidad en tiempos de dolor.
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