En la lección, la información que debes conocer está escrita en letra normal, y lo que se recomienda decir o leer en voz alta a los niños está en negrita. Todos los recursos para cada lección, incluyendo la Guía para el Maestro, la Página del estudiante, la Tarjeta de conexión familiar y otros materiales, pueden descargarse en un archivo ZIP haciendo clic en el siguiente enlace:
En algunas lecciones encontrarás "Artículos de recurso". Estos son textos escritos por expertos de todo el mundo que ayudan a los maestros en su labor con niños y adolescentes. Pueden compartirlos con padres o tutores si lo consideran apropiado.
¡Oigan esto, ancianos del pueblo! ¡Presten atención, habitantes todos del país! ¿Alguna vez sucedió cosa semejante en sus tiempos o en los de sus antepasados? Cuéntenselo a sus hijos, y que ellos se lo cuenten a los suyos, y estos a la siguiente generación.
Joel 1:2–3
Cuando el profeta Joel dijo estas palabras, las langostas estaban echando a perder la cosecha de Judá. Las langostas codiciosas y consumistas eran una imagen de lo que se había convertido el pueblo de Israel. Adoraban a otros dioses y abusaban de los pobres. Se habían olvidado de Dios y se preocupaban solo por sí mismos. Dios usó a las langostas para llamar la atención de su pueblo. Joel sabía que a menos que la historia se contara y la gente aprendiera de ella, las generaciones futuras repetirían los mismos errores.
Piensa en tu propia historia. Si es posible, escríbela. ¿Qué te trajo al Señor? ¿Qué cosas buenas y difíciles han sucedió en tu vida? ¿Qué te ha enseñado dios por medio de estas situaciones? Tu historia es parte de una historia mucho más grande, la historia de Dios. Y su historia aún no se acaba. Hónralo al compartir la historia de lo que ha hecho en tu vida. ¡Entonces toma tu lugar en su historia! Tu parte en la historia de Dios puede transformar las generaciones futuras, pero solo si la cuentas.
Anima a los estudiantes a preguntar a sus familiares sobre cuál es su historia favorita. Luego deben pedirles si la pueden contar y escuchar de manera respetuosa.
Consejo para el docente: Si es posible, envíe por correo electrónico o mensaje de texto la tarjeta de conexión familiar a las familias de sus estudiantes.
Saluda cálidamente a los estudiantes. A medida que llegan, pídeles que compartan sobre cualquier oportunidad que tuvieron para hablar en público. Incluso puedes decirles que compartan discursos cortos.
Cuando estés listo para comenzar la clase, divídelos en 4 grupos. Recorta las imágenes del final de la lección, y entrega a cada grupo una copia de la fotografía.
La última vez, vimos algunas habilidades útiles para hablar en público. ¿Cuáles fueron las cosas más importantes que aprendimos?
Permite que 2 o 3 estudiantes compartan sus pensamientos.
Hoy aprenderemos sobre una manera especial de hablar en público, contando historias. Contar historias buenas es tan común para muchos de nosotros que ni siquiera lo pensamos. Sin embargo, todos conocemos personas que cuentan historias grandiosas y personas cuyas historias no son tan interesantes de escuchar. ¡hoy aprenderemos cómo ser buenos narradores!
Una buena historia crea una imagen en nuestras mentes. Vemos la acción y conocemos sus personajes. ¡Los buenos narradores hacen que las historias parezcan tan reales que sientes como si tú mismo hubieras experimentado la historia!
Ahora contemos algunas historias. Miremos la imagen de tu grupo. Juntos, crearán una historia sobre la fotografía.
Explica a los grupos que contarán historias sobre sus imágenes. El primer estudiante comenzará la historia y compartirá una oración acerca de lo que sucede en la foto. El próximo estudiante agregará una oración, y así sucesivamente. Dales de 4 a 5 minutos para realizar esta actividad. Luego pide a 2 grupos que compartan sus historias con toda la clase.
Las historias comunican información de una forma que es fácil de entender, entonces podemos compartir ideas y emociones complicadas. De la misma forma nos ayudan a recordar eventos. Ayudan a las personas a conectarse mientras comparten experiencias y emociones. Las historias pueden enseñarnos lecciones y ayudarnos a lidiar con situaciones difíciles. También son entretenidas.
Hoy hablaremos sobre narrar historias y aprenderemos a contarlas de los más grandes narradores de todos los tiempos.
La Biblia es la historia de Dios. Puedes recordarles que la Biblia fue originalmente compartida ya que una generación les contó las historias a sus hijos, quienes les narraron las historias a sus hijos, y así sucesivamente. Con el tiempo, fue escrita y puesta en un libro. La historia de Dios ha sido compartida, escrita, recordada y atesorada por miles de años.
Mientras Jesús estuvo en la tierra, a menudo utilizó historias para enseñar a sus seguidores. Las historias son llamadas parábolas, que son historias simples que ilustran una lección moral o espiritual.
Escucha esta historia que Jesús contó a sus discípulos. Mientras lo haces, piensa en qué características de una buena narración utilizó Jesús en su historia.
Así mismo el reino de los cielos se parece a un propietario que salió de madrugada a contratar obreros para su viñedo. Acordó darles la paga de un día de trabajo y los envió a su viñedo. Cerca de las nueve de la mañana, salió y vio a otros que estaban desocupados en la plaza. Les dijo: “Vayan también ustedes a trabajar en mi viñedo, y les pagaré lo que sea justo”. Así que fueron. Salió de nuevo a eso del mediodía y a la media tarde, e hizo lo mismo. Alrededor de las cinco de la tarde, salió y encontró a otros más que estaban sin trabajo. Les preguntó: “ ¿Por qué han estado aquí desocupados todo el día?” “Porque nadie nos ha contratado”, contestaron. Él les dijo: “Vayan también ustedes a trabajar en mi viñedo”. » Al atardecer, el dueño del viñedo le ordenó a su capataz: “Llama a los obreros y págales su jornal, comenzando por los últimos contratados hasta llegar a los primeros”. Se presentaron los obreros que habían sido contratados cerca de las cinco de la tarde, y cada uno recibió la paga de un día. Por eso cuando llegaron los que fueron contratados primero, esperaban que recibirían más. Pero cada uno de ellos recibió también la paga de un día. Al recibirla, comenzaron a murmurar contra el propietario. “Estos que fueron los últimos en ser contratados trabajaron una sola hora —dijeron—, y usted los ha tratado como a nosotros que hemos soportado el peso del trabajo y el calor del día”. Pero él le contestó a uno de ellos: “Amigo, no estoy cometiendo ninguna injusticia contigo. ¿Acaso no aceptaste trabajar por esa paga? Tómala y vete. Quiero darle al último obrero contratado lo mismo que te di a ti. ¿Es que no tengo derecho a hacer lo que quiera con mi dinero? ¿O te da envidia de que yo sea generoso?” » Así que los últimos serán primeros, y los primeros, últimos».
Mateo 20:1–16
La historia es simple. Tantos los personajes como los eventos son fáciles de entender, y los oyentes pueden recordar los detalles desde el comienzo de la narración hasta el final. El lenguaje es claro y directo. Cuando narras una historia, es importante que el lector pueda seguir los eventos y entender lo que se dice.
La historia de Jesús también se trata de algo que podría pasar realmente. Su mensaje es veraz y no es exagerado. Si cuentas una historia real, es importante compartir detalles que también sean fieles a la verdad de lo que sucedió. Incluso cuando cuentes una historia inventada, es fundamental que los oyentes puedan creer que la historia que estás relatando podría ocurrir. Cuando cuentas una buena historia, tu audiencia se puede imaginar cómo se sentirían si estuvieran en la situación.
La historia de Jesús también es emocional. Podemos entender la sorpresa de los últimos trabajadores y la ira de los primeros. Estas son emociones que todos experimentamos y podemos comprender. Cuando cuentas una historia que incluye emociones, esto ayuda a que tus oyentes entiendan mejor la narración y los personales.
La historia de Jesús tuvo un mensaje valioso. No todos los relatos tienen mensajes. Algunos son solo por diversión. Sin embargo, las narraciones que contienen mensajes significativos son fáciles de recordar y ayudan a los oyentes a aprender.
Guíalos a comprender que Jesús comparte que todos son iguales. Ya sea que confíes y creas en Él al comienzo de tu vida o al final, recibirás la misma recompensa: su perdón y el regalo de la vida eterna.
Si los estudiantes no lo mencionan, comparte que usó detalles y conversaciones entre los personajes.
Jesús les contó historias significativas y fáciles de recordar porque entendía cuán importante son y cómo contarlas bien. Tú también puedes contar relatos buenos. Además de aquellos que vimos en la historia de Jesús, aquí hay otros consejos útiles que te ayudarán a convertirte en un buen narrador.
¡Practica! Mientras más cuentas historias, te convertirás en un mejor narrador.
Todos ustedes pueden ser grandes narradores. Conoces historias que vale la pena compartir con los demás, por diversión o para ayudarlos a aprender y a crecer.
Piensa en una narración que te gustaría compartir. Podría ser una historia bíblica favorita, un relato que escuchaste, una historia de tu propia vida, o una que inventaste.
Dales un minuto para pensar. Luego diles que encuentren una pareja para la actividad.
Cuéntale tu historia a tu compañero. Debe ser corta, solo de uno o 2 minutos. Trata de usar algunas de las habilidades para contar las historias que has aprendido. Cuando termines, tu compañero compartirá la parte más importante de la historia en una oración. Después él relatará su narración, y tú compartirás la parte más importante de su historia en una oración.
Mientras los estudiantes compartan sus historias, camina por la sala para escuchar. Anímalos a mostrar interés. Cuando hayan terminado, realiza las siguientes preguntas:
Opcional: Si usas las Páginas del Alumno, los estudiantes pueden usarlas para escribir o dibujar sus historias.
La Biblia está llena de historias poderosas y memorables. Escucha lo que dijo el salmista en cuanto a contar historias.
Que un estudiante lea el Salmo 71:15–18 en voz alta y desde la Biblia. Si no es posible, el versículo está impreso a continuación.
Si utilizas el Cartel del Versículo para Memorizar, muéstralo a los estudiantes.
Todo el día proclamará mi boca tu justicia y tu salvación, aunque es algo que no alcanzo a descifrar. Soberano Señor, relataré tus obras poderosas, y haré memoria de tu justicia, de tu justicia solamente. Tú, oh Dios, me enseñaste desde mi juventud, y aún hoy anuncio todos tus prodigios. Aun cuando sea yo anciano y peine canas, no me abandones, oh Dios, hasta que anuncie tu poder a la generación venidera, y dé a conocer tus proezas a los que aún no han nacido.
Salmos 71:15–18
¿Qué tipo de historias piensas que contará el escritor de este pasaje?
Lleva a los estudiantes a comprender que el salmista contó historias sobre lo que Dios había hecho en su vida. Sabemos esto porque dice, “relataré tus obras poderosas”, y “hasta que anuncie tu poder a la generación venidera y dé a conocer tus proezas a los que aún no han nacido”.
De acuerdo a este pasaje, ¿por qué es importante que el narrador cuente estas historias?
Dios contó su historia en la Biblia, y Jesús les relató historias a sus seguidores. Estas nos ayudan a entender más sobre quién es Dios y lo que ha hecho por nosotros. Leemos sobre el amor, la guerra, el perdón, las mentiras, la traición, la reconciliación y mucho más. Hay muchas historias emocionantes en la Biblia que puedes compartir con los demás.
¡Tú también eres una parte importante en la historia de Dios! ¡Esa es una gran historia para compartir!
Finaliza la clase diciendo esta bendición por los estudiantes, basada en el Salmo 71:15–18.
Bendición: Que honres a Dios al contar su historia y la tuya. Que veas sus obras maravillosas en tu vida, y que sepas que eres una parte importante de su historia.
Si tienes tiempo, comparte esta canción con los estudiantes:
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