En la lección, la información que debes conocer está escrita en letra normal, y lo que se recomienda decir o leer en voz alta a los niños está en negrita. Todos los recursos para cada lección, incluyendo la Guía para el Maestro, la Página del estudiante, la Tarjeta de conexión familiar y otros materiales, pueden descargarse en un archivo ZIP haciendo clic en el siguiente enlace:
En algunas lecciones encontrarás "Artículos de recurso". Estos son textos escritos por expertos de todo el mundo que ayudan a los maestros en su labor con niños y adolescentes. Pueden compartirlos con padres o tutores si lo consideran apropiado.
Así que, hermanos, sigan firmes y manténganse fieles a las enseñanzas que, oralmente o por carta, les hemos transmitido. Que nuestro Señor Jesucristo mismo y Dios nuestro Padre, que nos amó y por su gracia nos dio consuelo eterno y una buena esperanza, los anime y les fortalezca el corazón, para que tanto en palabra como en obra hagan todo lo que sea bueno.
2 Tesalonicenses 2:15–17
¡Cobra ánimo! Dios toma en cuenta la labor que estás haciendo. Él conoce tu corazón. Al prepararte para enseñar la última lección de esta unidad acerca de convicciones, dedica tiempo a pensar en tus propias convicciones y las buenas obras que haces gracias a éstas. Piensa en cómo esta labor puede ser difícil; sin embargo, tú decides enseñar porque tienes esa convicción.
A lo largo de esta semana, sigue confiando en el Señor para que anime tu corazón y fortalezca tus convicciones de modo que Él sea glorificado. Anota cada manera, por más pequeña que sea, en que Él te anima y fortalece esta semana.
Comunica a los padres que ésta es la última de las cuatro lecciones sobre convicciones. Anímalos a hablar con sus hijos sobre estas palabras del maestro cristiano Howard Hendricks: “Se puede discutir acerca de una creencia. ¡Una convicción es algo por lo cual uno daría su vida!” Ellos podrían decir alguna creencia que tienen (por ejemplo, el color verde es el mejor) y una convicción firme (por ejemplo, es importante que cuide de mi familia).
Consejo para el docente: Si es posible, envíe por correo electrónico o mensaje de texto la tarjeta de conexión familiar a las familias de sus estudiantes.
En las últimas semanas hemos aprendido acerca de las convicciones.
Elige varios estudiantes para que respondan. Si es necesario, añade a su definición estas palabras: la convicción es una firme creencia que influye en nuestras actitudes y acciones.
En la última lección escucharon esta cita de un maestro cristiano llamado Howard Hendricks:
“Se puede discutir acerca de una creencia. ¡Una convicción es algo por lo cual uno daría su vida!”
Una creencia es algo que pensamos; incluso podríamos discutir acerca de eso. Una convicción es mucho más fuerte que una simple creencia. Una convicción es una creencia tan firme que influye en nuestros pensamientos, en nuestras acciones y actitudes, y en las decisiones importantes de la vida. A lo largo de la historia, muchas personas han estado dispuestas a morir por sus convicciones. Vamos a hacer una actividad para decidir si ciertas declaraciones son simplemente creencias o si son firmes convicciones.
Designa un lado del salón de clases como “creencias” y el otro lado como “convicciones”. Pide que los estudiantes se paren en el medio. Lee cada una de las siguientes declaraciones. Si creen que la declaración es una creencia que alguien puede tener, deben pararse en el lado de “creencias”. Si creen que la declaración es una convicción que alguien puede tener, algo que influye en los pensamientos, en las acciones y en las actitudes de una persona, deben pararse en el lado de “convicciones”. Ellos no tienen que estar de acuerdo con la declaración, pero tienen que decidir si se trata de una creencia o una convicción. Después de cada declaración, da a uno o dos niños la oportunidad de explicar por qué eligieron ese lado.
Pide que los niños regresen a sus asientos.
Las convicciones son más firmes que una creencia. Las convicciones son creencias que influyen en las decisiones importantes. Nuestras convicciones influyen sobre las decisiones que tomamos, si son equivocadas o son las debidas. Hoy vamos a oír acerca de un hombre que se mantuvo firme en sus convicciones y que marcó una gran diferencia para millones de personas en su país.
Antes de escuchar la historia, vamos a leer un pasaje importante de la Biblia. Escuchen con atención mientras lo leo dos veces.
Si es posible, lee 2 Tesalonicenses 2:15–17 directamente de la Biblia dos veces. Si utilizas el Cartel del Versículo para Memorizar, muéstralo a los estudiantes.
Así que, hermanos, sigan firmes y manténganse fieles a las enseñanzas que, oralmente o por carta, les hemos transmitido. Que nuestro Señor Jesucristo mismo y Dios nuestro Padre, que nos amó y por su gracia nos dio consuelo eterno y una buena esperanza, los anime y les fortalezca el corazón, para que tanto en palabra como en obra hagan todo lo que sea bueno.
2 Tesalonicenses 2:15–17
Las posibles respuestas podrían ser: Dios nos ama; Dios nos da salvación y esperanza; Dios nos anima y nos fortalece para hacer buenas obras.
Todas las personas son valiosas e importantes para Dios. Nelson Mandela creía en esa verdad tan firmemente que estaba dispuesto a ser encarcelado antes que renunciar a sus convicciones. Nelson Mandela era un hombre de color, de Sudáfrica, que creció en la época en que los sudafricanos blancos gobernaban el país. Los sudafricanos blancos discriminaban a los sudafricanos de color.
Si es posible, muestre a los niños la foto de Nelson Mandela.
Nelson creía en la verdad de Dios, de que las personas son valiosas e importantes, sin consideración de su educación, sus riquezas, o el color de su piel. Nelson mantuvo firme sus convicciones. Él decía que todos debían tener los mismos derechos. En ese tiempo, no era muy seguro hacer eso. En efecto, cuando trató de ayudar a los sudafricanos de color, lo metieron en la cárcel.
La cárcel era horrible. Allí trataron muy mal a Mandela. ¡Pero él no se rindió! En vez de eso, usó su tiempo en la cárcel para estudiar y convertirse en abogado. Él sabía que con un entendimiento de la ley, podría ayudar a más gente si es que obtenía su libertad.
Por fin, sucedió. Sudáfrica estaba cambiando y él pudo salir de la cárcel después de 27 años. Antes de que lo pusieran en la cárcel, él había ayudado a mucha gente. Aun mientras estaba encarcelado, había crecido su reputación, como alguien que luchaba porque todos fueran tratados igualmente.
Unos años después de que fuera puesto en libertad, la gente de Sudáfrica eligió a Nelson Mandela como su presidente. ¡Ese fue un gran cambio para el país! Mucha gente de color veía a Mandela y pensaba: “¡Ahora es nuestra oportunidad de estar al poder! ¡Ahora podemos ser malos con las personas que fueron malas con nosotros!”
Pero Nelson Mandela se había vuelto sabio en la cárcel. Él permaneció firme en su convicción de que todas las personas son importantes para Dios: blancos y negros, pobres y ricos, enfermos y sanos. ¡Todas las personas!
Nelson Mandela dijo que no a los que querían que él se vengara. Él dijo a los africanos blancos y a los africanos de color: “Somos sudafricanos. No somos enemigos unos de otros. El prejuicio es nuestro enemigo. Pelearemos contra el prejuicio. Debemos perdonar”.
Nelson Mandela tuvo que ser muy valiente para mantenerse firme en sus convicciones. Pero él sabía la verdad de Dios, de que cada persona es importante. Él fue valiente y condujo a su país a hacer lo recto y justo.
El creía la verdad de Dios de que cada persona es importante.
Mandela optó por defender los derechos de todas las personas a pesar de que significaba que sería encarcelado.
Pide a los estudiantes que se formen en parejas. Dales unos minutos, después de cada una de las siguientes tres preguntas, para que las parejas hablen entre sí sobre las respuestas. Después pide que una o dos parejas den su opinión a toda la clase.
Reúne a todos los estudiantes en un grupo grande.
Como vimos en la vida de Mandela, las convicciones son más firmes que simples creencias. Son creencias tan firmes que influyen en nuestras decisiones, aunque sean decisiones muy duras.
Como oímos la semana pasada, Jesús estuvo firme en su convicción de seguir la voluntad de Dios, aun cuando era difícil. Cuando tenemos la misma convicción que tuvo Jesús de seguir la voluntad de Dios, sin importar lo que pase, tomamos la debida decisión, aunque una decisión equivocada parezca más fácil. Por ejemplo, la decisión de hacer trampa en un examen o en una tarea en la escuela puede parecer la forma más fácil de sacar buena nota. Sin embargo, está mal hacer trampa. Cuando haces trampa no aprendes la lección o el tema y no muestras sinceramente lo que sabes. Dios quiere que seas honrado y no hagas trampa. Cuando tienes la convicción de seguir la voluntad de Dios, no importa qué pase, no harás trampa en la escuela, aunque eso signifique que saques una nota baja.
Pide que los estudiantes digan esto a una de las personas sentadas a su lado. Después pide a algunos de ellos que lo digan a toda la clase.
Estar firme en la convicción de hacer la voluntad de Dios, no importa lo que pase, puede ser difícil. Una forma sencilla de comenzar es comprometerse a tomar las debidas decisiones. Aunque no seas seguidor de Cristo, puedes tomar las debidas decisiones esta semana. Al tomar las debidas decisiones, ¡cumples la voluntad de Dios! Estás firme en la misma convicción que Jesús tuvo y mostró cuando estuvo en la tierra. Dios te va a animar y ayudar a hacer lo debido.
Cada persona tiene convicciones que considera importantes. Algunas convicciones honran a Dios y otras, no. Muchas personas, aunque no son cristianas, tienen buenas convicciones morales que influyen en su vida para que tomen buenas decisiones. Por ejemplo, pueden creer que robar es malo ó que es importante respetar a las autoridades.
Cuando una persona se entrega a Cristo, el Espíritu Santo la llena y Dios fortalece sus buenas convicciones. El término “convicciones cristianas” se refiere a las convicciones que siguen lo que Dios dice en la Biblia acerca de lo que está mal (el pecado) y lo que es bueno y agradable a Él.
Permite que dos o tres estudiantes contesten. Si es necesario, da algunas sugerencias: Dios me ama; la mentira y el robo siempre son pecado; cada persona es importante y ha sido creada a imagen de Dios; tú eres importante para Dios; Dios quiere que lo obedezcamos y lo honremos.
Necesito que me ayuden con esta parte de la lección. Voy a leer en alta voz comportamientos que veo en niños cada día. Algunos son buenos y otros no lo son. Si les parece que lo que digo muestra a un niño que cumple una convicción cristiana, levántense y pongan cara sonriente. Si les parece que el niño no cumple una convicción cristiana, levántense y pongan cara triste. Voy a escoger a uno de ustedes, cada vez, para que explique por qué puso cara sonriente o triste.
Bien hecho, ¡felicitaciones! Ahora decidirán por sí mismos lo que van a hacer debido a sus convicciones. Cada uno busque un compañero. Voy a leer una situación. Le dirás a tu compañero lo que harías y por qué.
Opcional: Si usa las Páginas del Alumno, los niños pueden escribir sus respuestas para las próximas dos situaciones en su hoja.
Estás en un mercado y ves algo que quisieras tener pero no tienes dinero para comprarlo. Nadie está mirando. Sería fácil tomarlo y salir corriendo.
Tus amigos están desobedeciendo una regla de la escuela. El director espera que todos los estudiantes le digan cuando alguien rompe una regla. Tus amigos te piden que no le digas.
Pide a los estudiantes que respondan a la siguiente pregunta en su corazón.
Pide a los estudiantes que permanezcan en silencio para pensar. Puedes darles varias sugerencias: creo que es importante honrar a mis padres, así que voy a obedecer a mi mamá; creo que Dios me ama y que soy importante para Él, así que no voy a decir cosas malas acerca de mí mismo o hacerme daño de ninguna manera.
Pide a algunos estudiantes que digan a la clase sus decisiones. Finaliza la clase pronunciando 2 Tesalonicenses 2:15–17 como una bendición sobre los alumnos.
Bendición: Sigan firmes y fieles a las enseñanzas que han recibido. Que nuestro Señor Jesucristo y Dios, nuestro Padre, que nos amó y por su gracia nos dio consuelo eterno y una buena esperanza, los anime y les fortalezca el corazón, para todo lo bueno que hagan, sea de palabra o en hechos.
Si tienes tiempo, comparte esta canción con los niños:
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