En la lección, la información que debes conocer está escrita en letra normal, y lo que se recomienda decir o leer en voz alta a los niños está en negrita. Todos los recursos para cada lección, incluyendo la Guía para el Maestro, la Página del estudiante, la Tarjeta de conexión familiar y otros materiales, pueden descargarse en un archivo ZIP haciendo clic en el siguiente enlace:
En algunas lecciones encontrarás "Artículos de recurso". Estos son textos escritos por expertos de todo el mundo que ayudan a los maestros en su labor con niños y adolescentes. Pueden compartirlos con padres o tutores si lo consideran apropiado.
Antes de la clase, piensa en algunos trabajos que tus alumnos podrían tener cuando crezcan. Los trabajos podrían incluir: conductor, profesor(a), granjero, comerciante, secretaria o enfermero(a). Piensa en trabajos conocidos por ellos.
Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica.
Efesios 2:10
A veces hay situaciones en las que no nos sentimos preparados. No sabemos qué decir a la persona que nos está contando su dolor. No sentimos que podemos hacer bien nuestro trabajo. En esos momentos necesitamos valentía.
Podemos confiar en que Dios, tal como preparó a David para combatir a Goliat enseñándole a luchar contra un oso y un león, nos está preparando a nosotros. En su palabra Dios dice que somos su obra maestra: ¡su creación! Y Él ha preparado buenas cosas para que hagamos. Si Dios ha preparado estas cosas para nosotros, podemos confiar en que Él también nos dará las habilidades y la experiencia que necesitamos, para cuando llegue la hora. ¡Ten valor! ¡Él está con nosotros!
Informa a los padres o tutores de tus alumnos que éste es el último ejemplo práctico sobre la valentía. Comenta que la lección de hoy es sobre cómo Dios usará nuestras habilidades y experiencias para darnos valor cuando enfrentemos algo difícil en el futuro. Anímalos a que cuenten cómo lo que aprendieron de niños les ha ayudado siendo adultos.
Consejo para el docente: Si es posible, envíe por correo electrónico o mensaje de texto la tarjeta de conexión familiar a las familias de sus estudiantes.
Saluda cordialmente a tus alumnos cuando lleguen a la clase de hoy. Tu entusiasmo producirá energía. ¡La energía significa gran aprendizaje!
Divide la clase en grupos de cuatro o cinco alumnos. Da a cada grupo uno de los trabajos que pensaste antes de la clase. Los grupos deben hablar sobre las respuestas de cada una de las siguientes preguntas. Haz una pausa de un minuto para que los grupos hablen de cada pregunta, antes de proseguir con la lectura de la pregunta siguiente.
Da a cada grupo dos minutos para que hablen a toda la clase del trabajo que les tocó y sobre algunas de sus respuestas. Después que todos los grupos hayan participado, continúa con la lección.
Hoy vamos a aprender que Dios puede usar las habilidades y experiencias que tenemos hoy para ayudarnos y darnos valor en las cosas que enfrentaremos en el futuro, ¡aun nuestros trabajos!
Ya hemos escuchado algunas cosas sobre la vida del rey David. Si recuerdas algo que has aprendido acerca de David, levanta la mano. Cuando te señale, dinos lo que recuerdas, pero sólo puedes hacerlo con una frase.
Permite que los niños digan lo que recuerdan. Para esto no debes usar más de cinco minutos. Si los niños aún tienen cosas que decir, comenta que pueden contarte estas cosas después de la clase.
Opcional: Si es posible, comparte las imágenes de La Biblia en Acción. Si usas La Biblia en Acción, los niños pueden leer esta historia en “Un desafío gigantesco”, páginas 276–281.
Escuchen mientras les cuento la historia de cómo Dios usó a David para que luchara contra el poderoso soldado Goliat. Para combatir a Goliat, David usó las experiencias y habilidades que ganó cuando era un niño.
Los ejércitos de los israelitas y de los filisteos estaban enfrentados con un valle que los separaba. Un ejército estaba instalado en un monte y el otro en la colina del otro lado. Cada día Goliat, un soldado gigante que medías tres metros de altura, salía a provocar al ejército israelita.
“¿Por qué se ponen en orden de batalla? –gritaba Goliat–. Manden a un hombre para que pelee conmigo. Si él gana, les serviremos. Si yo gano, ustedes nos servirán. Les reto a que manden a un hombre para que pelee conmigo”.
Todos los hombres del ejército de Israel estaban atemorizados por este enorme soldado. Nadie quería pelear con él. Goliat amenazaba al ejército cada mañana y cada noche. Hizo esto durante cuarenta días. ¡Los soldados israelitas estaban aterrorizados!
Un día, cuando David fue a visitar a sus hermanos que estaban sirviendo en el ejército del rey Saúl, oyó lo que Goliat dijo. Vio a los soldados israelitas que llenos de temor huían del gigante. Pero David tuvo el valor que Dios había ido produciendo en su vida a través de los años. Cuando David oyó las amenazas de Goliat, dijo que pelearía contra él. “¿Quién es este filisteo que se atreve a burlarse de los ejércitos del Dios viviente?”, dijo David.
El rey Saúl le dijo a David que era muy joven para luchar contra el gigante, y que todos los soldados tenían miedo. Pero escuchen lo que dijo David al rey:
A mí me toca cuidar el rebaño de mi padre. Cuando un león o un oso viene y se lleva una oveja del rebaño, yo lo persigo y lo golpeo hasta que suelta la presa. Y si el animal me ataca, lo sigo golpeando hasta matarlo. Si este siervo de Su Majestad ha matado leones y osos, lo mismo puede hacer con ese filisteo pagano, porque está desafiando al ejército del Dios viviente. El Señor, que me libró de las garras del león y del oso, también me librará del poder de ese filisteo. —Anda, pues —dijo Saúl—, y que el Señor te acompañe.
1 Samuel 17:34–37
Opcional: Si es posible, comparte la imagen de La Biblia en Acción.
David salió a luchar contra Goliat con sólo una honda y unas piedritas. Él no tenía armadura, no tenía espada. Combatió con las cosas que Dios le había enseñado a usar cuando luchó contra un león y un oso. David mató a Goliat con la primera piedra que le lanzó.
Aprendió a pelear.
El Señor.
A través de las experiencias que había tenido.
Dios quiere que lo conozcamos tan bien que podamos confiar en Él cuando pasemos por tiempos difíciles o cuando necesitemos valor. Dios está desarrollando habilidades y experiencias en nosotros ahora, que podemos usar en el futuro cuando necesitemos valentía.
Regresen a los mismos grupos que tuvieron al principio de la clase. Quiero que cada uno de ustedes piense en, por lo menos, una habilidad que tengan y una experiencia que hayan tenido que creen que puede ayudarles a tener valor en el futuro. Es importante que todos en su grupo tengan tiempo de decir algo.
Por ejemplo: “Soy bueno en matemáticas, pero tengo que estudiar duro para los exámenes. Dios puede usar esta experiencia para darme valor para usar las matemáticas y trabajar duro en un trabajo futuro”.
Otro ejemplo podría ser algo como esto: “Vivo con mis tíos. Mi tía nos grita a mí y a mis primos, y a veces nos golpea. Algunas veces, cuando nos lastimó tuvimos que ir al hospital. Si bien fue triste ir, yo vi como los doctores y enfermeras nos curaban. Yo podría ser como ellos en el futuro. Me gustaría sanar enfermos.
Da a los grupos unos diez minutos para que comenten. Camina por el aula y escucha a los grupos para asegurarte de que cada niño tenga la oportunidad de comentar. Al cabo de diez minutos, aplaude para conseguir la atención de los niños. Luego pide a varios niños que comenten ante todo el grupo.
Recuerden que la mayor razón de que David tuvo valor al enfrentarse a Goliat fue porque confió en el único y gran Dios viviente. Si quieres saber más acerca de este poderoso Dios, pídele que te muestre su poder. ¡Dios te mostrará su poder porque te ama!
Opcional: Reparte papel y lápices. Pide a los niños que escriban o dibujen las habilidades y experiencias que piensan que podrían ayudarles a tener valor en el futuro. Cuando terminen de escribir o dibujar, pueden mostrarlo en los grupos.
Si usas las Páginas del Alumno, los niños pueden hacer allí esta actividad. Después pueden mostrar en los grupos lo que hicieron.
Si eres cristiano, Dios dice en la Biblia que Él tiene un propósito para tu vida. Escucha este versículo.
Si utilizas el Cartel del Versículo para Memorizar, muéstralo a los estudiantes.
Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica.
Efesios 2:10
Tal vez ahora no veas cómo Dios está obrando en tus experiencias. ¡Pero lo está haciendo! Dios te está preparando para todo lo que ha planeado. ¡Puedes tener valor porque en Dios tu vida tiene propósito!
Finaliza la clase con la siguiente bendición, basada en Efesios 2:10.
Bendición: Puedes tener valor, ¡porque Dios te ha creado con propósito! ¡Que te llene de valor saber que Dios está preparándote para hacer las cosas que Él ha planeado para ti.
Si tienes tiempo, comparte esta canción con los estudiantes:
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