En la lección, la información que debes conocer está escrita en letra normal, y lo que se recomienda decir o leer en voz alta a los niños está en negrita. Todos los recursos para cada lección, incluyendo la Guía para el Maestro, la Página del estudiante, la Tarjeta de conexión familiar y otros materiales, pueden descargarse en un archivo ZIP haciendo clic en el siguiente enlace:
En algunas lecciones encontrarás "Artículos de recurso". Estos son textos escritos por expertos de todo el mundo que ayudan a los maestros en su labor con niños y adolescentes. Pueden compartirlos con padres o tutores si lo consideran apropiado.
1 – No te hagas daño.
2 – No hagas daño a otros.
3 – No dañes una propiedad.
En mi angustia invoqué al Señor; clamé a mi Dios, y él me escuchó desde su templo; ¡mi clamor llegó a sus oídos!
Salmos 18:6
Todos alguna vez hemos tenido problemas; pero ¿cómo reaccionamos? ¿Destruimos cosas? ¿Nos enojamos? ¿Nos hacemos daño? Cuando nos inundan los problemas puede ser fácil responder de tal manera que dañemos alguna cosa o que perjudiquemos a los demás, o incluso a nosotros mismos. Piensa en alguna vez cuando reaccionaste mal a una emoción fuerte. ¿Cómo respondiste?
Dios quiere que acudamos a Él; que Él sea el que escuche nuestro clamor. Él es tan grande que puede llevar nuestro dolor, nuestro enojo, nuestras frustraciones. Él cuida de ti. Él te escucha. Dios no quiere que hagas daño a otros o a ti mismo debido a tu dolor. Él anhela que acudas a Él con tu angustia para que tu corazón pueda empezar a sanar. Acude a Él ahora. Dile todo lo que sientes. Entrega tu angustia, tu frustración, o tu enojo al amor purificador de Dios.
Muchos niños han sido víctimas del enojo o la angustia de sus padres. Anima a tus alumnos a hablar en familia de las tres reglas de “no dañar” que aprenderán hoy. ¡Esto puede cambiar a toda una familia!
Consejo para el docente: Si es posible, envíe por correo electrónico o mensaje de texto la tarjeta de conexión familiar a las familias de sus estudiantes.
Conforme lleguen los niños, pregunta si estuvieron atentos a sus emociones durante la semana.
Hoy vamos a seguir aprendiendo acerca de cómo expresar nuestras emociones de una forma sana. Recuerden que las emociones no son ni buenas ni malas. A veces nuestra forma de actuar debido a lo que sentimos no es buena, pero las emociones son sólo una señal. Las emociones nos dicen cómo nos sentimos. Dios nos dio las emociones.
Es importante que los niños entiendan que los mecanismos de defensa pueden ser útiles por un tiempo. Nos dan tiempo para pensar en cómo deberíamos responder a una situación emocional. Pero si siempre ocultamos nuestros sentimientos, esto nos hace daño e incluso podemos enfermarnos. Si es posible, debemos hacer frente a la situación que provocó las emociones negativas para que no vuelva a suceder.
Pide a los niños que de nuevo esta semana estén atentos a sus emociones fuertes. Diles que van a hablar de esto la próxima semana.
A veces lo más difícil al hablar de nuestras emociones es averiguar lo que estamos sintiendo, ¡y nombrarlo! Así que vamos a hacer un juego para nombrar las emociones. Voy a leerles algunas declaraciones acerca de lo que me hace sentir cierta emoción. Cuando crees que sabes cuál es la emoción, párate y dila.
Al leer las declaraciones, haz una pausa después de cada frase para que los niños tengan tiempo de adivinar.
Recibí una buena calificación en el examen.
Mi tía favorita viene de visita.
Alguien me dio un caramelo.
Posibles respuestas: feliz, emocionado.
¡Felicitaciones por nombrar la emoción! Ahora reúnanse con un compañero. Piensen en una emoción, pero no dicen qué es. Luego piensen en dos o tres declaraciones que sirvan para describir situaciones que muestren la emoción, como el ejemplo que les di. Tú y tu pareja deben turnarse en describir cómo se sienten, sin decir la palabra de lo que sienten. ¡Vamos!
Da a los niños de cinco a diez minutos para esta actividad. Observa a quienes puedan necesitar ayuda para hacer la actividad. Después del tiempo designado, escoge a uno o dos niños para que describan sus emociones para que toda la clase acierte cuál es. Sin embargo, ¡el compañero del niño no puede decir la emoción!
¡Felicitaciones a todos por nombrar emociones! Esta semana vamos a hablar de cómo expresar sentimientos de una manera sana y no perjudicial.
Opcional: Si hiciste los tres letreros, entrégalos a tres niños. Pide que los sostengan. Cada vez que menciones las reglas, estos niños deben levantarse y agitar los letreros.
Cada vez que digas una de las tres reglas, de cómo expresar emociones, los niños se pondrán de pie y pondrán una mano frente a ellos, con la palma hacia afuera, como señal de “¡alto!”.
Hay tres reglas muy importantes para expresar los sentimientos de manera sana. Estas son las tres reglas de “NO DAÑAR”. Puedes expresar emociones de una manera sana, siempre que…
Pide a los niños que repitan estas tres reglas y que hagan la señal con la mano. Usa también los letreros. Después, pueden sentarse.
Una forma dañina de expresar los sentimientos es cuando hacemos algo que perjudica a alguien o alguna cosa. Felizmente, hay algunas buenas formas de expresar los sentimientos. Comienza por nombrar la emoción que estás sintiendo. Tal vez no sabes exactamente lo que sientes. Una buena forma de averiguarlo diciendo: “Me siento (agrega acá las palabras del sentimiento o emoción) porque (pasó esto)”.
Ejemplo: “Me siento tonto porque Jaime se rió cuando di una respuesta equivocada a la pregunta del profesor”.
Después de pensar en esta frase, necesitas encontrar una buena forma de expresar tus sentimientos. Esto puede ser la parte más difícil. Voy a leer algunas formas equivocadas que puedes haber sentido al estar en esta situación. Cuando lo haga, ponte de pie y haz la señal de la mano y di cuál de las reglas de “no dañar” se está rompiendo. Siéntate después de cada una.
Malo: Voy a dejar de estudiar. (No te hagas daño.)
Malo: Voy a pegarle a Jaime. (No hagas daño a otros.)
Malo: Voy a romper la tarea de Jaime. (No dañes una cosa.)
¿Cuál sería la forma correcta de tratar tus sentimientos? ¡Detente y piensa! Sabes que no debes hacer algo que te haga daño, o que dañe a otra persona o una propiedad. Escucha algunas respuestas correctas.
Bueno: Le diré a Jaime cómo me hizo sentir y le pediré que no se burle de mí cuando cometa un error. Me estoy esforzando en los estudios.
Bueno: Voy a escribirle una nota a Jaime y le diré que me hizo daño.
Bueno: Le diré a Jaime cuánto admiro su forma de estudiar y le pediré que me ayude.
Si es posible, comparte las imágen de David y Saúl de la Biblia en Acción mientras cuentas la historia.
Leemos en la Biblia que David siguió a Dios. Con el tiempo, llegó a ser rey. Pero al principio era pastor de ovejas; cuidaba las ovejas de su padre. David aprendió a tocar el arpa, tal vez en las largas horas en el campo cuando apacentaba las ovejas. El rey Saúl invitó a David a que fuera al palacio a tocar el arpa. Con el tiempo, la relación de David con Saúl se puso fea. No era raro que el rey se enojara con David. Cuando David fue ganando poder y popularidad con el pueblo, el rey se enojó y se puso celoso. Al fin, David se escapó del palacio para que el rey no lo matara. Otros hombres se juntaron a él, y David llegó a ser su líder.
Ahora les voy a leer lo que escribió David después de huir del rey Saúl. David se escondió en una cueva, donde esperaba estar seguro. Escuchen lo que dice el Salmo 57. Fue escrito como una canción. Presten atención. Tal vez en algún momento se han sentido como David.
Lee con emoción y entusiasmo. Si utilizas el Cartel del Versículo para Memorizar, muéstralo a los estudiantes.
Ten compasión de mí, oh Dios; ten compasión de mí, que en ti confío. A la sombra de tus alas me refugiaré, hasta que haya pasado el peligro. Clamo al Dios Altísimo, al Dios que me brinda su apoyo. Desde el cielo me tiende la mano y me salva; reprende a mis perseguidores. ¡Dios me envía su amor y su verdad! Me encuentro en medio de leones, rodeado de gente rapaz. Sus dientes son lanzas y flechas; su lengua, una espada afilada. Pero tú, oh Dios, estás sobre los cielos,¡tu gloria cubre toda la tierra! Tendieron una red en mi camino, y mi ánimo quedó por los suelos. En mi senda cavaron una fosa, pero ellos mismos cayeron en ella. Firme está, oh Dios, mi corazón; firme está mi corazón. Voy a cantarte salmos. ¡Despierta, alma mía! ¡Despierten, arpa y lira! ¡Haré despertar al nuevo día! Te alabaré, Señor, entre los pueblos, te cantaré salmos entre las naciones. Pues tu amor es tan grande que llega a los cielos; ¡tu verdad llega hasta el firmamento! ¡Tú, oh Dios, estás sobre los cielos; tu gloria cubre toda la tierra!
Salmo 57
Opcional: Si usas las Páginas del Alumno, los niños deben hacer dibujos basados en las partes del Salmo.
Les voy contar lo que pasó mientras David y sus hombres estaban escondidos en la cueva. Un día, el rey Saúl entró en la cueva por unos minutos. Los hombres de David lo animaron a que se acercara y matara a Saúl. Le dijeron que el Señor había puesto al rey en sus manos.
Así que David se acercó a Saúl y cortó la orilla del manto del rey. Después, David se sintió mal por lo que había hecho. Reprendió a sus hombres, y dijo: “Que el Señor me impida hacer de nuevo algo semejante. ¡Saúl es el ungido de Dios! Les prohíbo que le hagan cualquier daño o que me animen a hacerle daño de alguna manera”.
Si es posible, comparte las imágenes de la Biblia en Acción.
David estaba en medio de una circunstancia muy difícil. Sabemos que Dios lo sacó con vida, pero David no sabía eso.
Ayuda a los niños a ver que David no hizo nada para dañarse a sí mismo ni a otros. Él expresó sus sentimientos en una canción a Dios.
David dañó la propiedad de Saúl al cortar una orilla de su manto.
Piensa en alguna vez en que te puedes haber perjudicado a ti mismo, a otra persona, o una propiedad. ¿Te has sentido mal por esto, así como David? En tu corazón, habla con Dios unos minutos acerca de esto.
Di a los niños que estarás disponible después de la clase si quieren hablar contigo acerca de esto.
Divide la clase en grupos pequeños y diles que vas a decir historias de una sola oración gramatical. Por cada historia deben decir qué emoción podría sentir la persona y decidir cómo ésta debe manejar de buena forma sus emociones. Pide a dos grupos que den sus respuestas después de cada historia.
Breve historia 1: Mi madre me dejó en la casa de mi tío, y nunca regresó.
Breve historia 2: Cuando mi padre se quejó del maltrato que recibía nuestra familia en el pueblo (cambia el término por el lugar correspondiente a tu clase), lo golpearon hasta dejarlo muy mal herido.
Breve historia 3: Una de las niñas grandes en la escuela siente antipatía por mí y hace todo lo que puede por hacerme la vida difícil.
Opción, si hay tiempo: Anima a los pequeños grupos a que inventen su propia situación y cómo la persona podría solucionar de buena forma esa situación. Los grupos luego deben contar su “situación” a toda la clase.
Cierren los ojos y reciban esta bendición de Dios, que es parte de la canción de David.
Bendición: Señor, que te conozcamos a ti, tu amor llega a los cielos y tu verdad hasta las nubes. Muéstranos que oyes nuestro clamor. Sabemos que estamos seguros en tu amor.
Si tienes tiempo, comparte esta canción con los niños:
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