Confío en Dios cuando sufro

INDICACIONES PARA MAESTROS SOBRE LOS RECURSOS DIGITALES

En la lección, la información que debes conocer está escrita en letra normal, y lo que se recomienda decir o leer en voz alta a los niños está en negrita. Todos los recursos para cada lección, incluyendo la Guía para el Maestro, la Página del estudiante, la Tarjeta de conexión familiar y otros materiales, pueden descargarse en un archivo ZIP haciendo clic en el siguiente enlace:

En algunas lecciones encontrarás "Artículos de recurso". Estos son textos escritos por expertos de todo el mundo que ayudan a los maestros en su labor con niños y adolescentes. Pueden compartirlos con padres o tutores si lo consideran apropiado.

Enfoque en la Formación Espiritual

Materiales
  • Biblia
Materiales opcionales
  • Cartel del Versículo para Memorizar
  • Páginas del Alumno
  • Crayones

Devocional del maestro

Aunque digo: «Me encuentro muy afligido», sigo creyendo en Dios.

Salmos 116:10

El dolor viene de muchas formas. Nuestros cuerpos pueden estar adoloridos después de una lesión o sentir dolor cuando las enfermedades no desaparecen. La aflicción y pérdida pueden lastimar nuestras emociones y hacer que nos sintamos desesperanzados. Entonces, ¿dónde está Dios cuando estamos sufriendo, lastimados y afligidos? Está a nuestro lado, consolándonos y amándonos.

Piensa en algo que te haya causado dolor. Quizás has experimentado la pérdida de un ser querido. A lo mejor vives con una enfermedad que te hace doler tus músculos o huesos, especialmente cuando llueve. ¿Confías en Dios en cuanto a tu dolor? Déjame preguntarte nuevamente, ¿realmente confías en Él? Puede ser más fácil sentirse enojado cuando estás sufriendo que sentirse cerca del Señor. Sin embargo, Él quiere que pongas tu confianza en Él y le entregues tus preocupaciones. Entiende tu dolor y te ayudará a superarlo. Después de todo, ¿quién entiende mejor el dolor que Jesucristo? Sufrió el dolor de perder a sus amigos, el dolor de ser clavado en la cruz y el dolor provocado por el pecado del mundo. ¡Confíale tu dolor!

Conexión familiar

Anima a las familias a que hablen con sus hijos acerca de las veces cuando algún miembro de la familia experimentó algún dolor. Pídeles que compartan cómo superaron el sufrimiento. Explica que Dios ofrece ayuda cuando estamos heridos.

Consejo para el docente: Si es posible, envíe por correo electrónico o mensaje de texto la tarjeta de conexión familiar a las familias de sus estudiantes.

La Lección

1. Conexión:

Realizar un juego con el pulgar y hablar sobre la confianza en Dios.

Da la bienvenida a los niños a medida que ingresan a la sala de clases. Pregunta si hay algún estudiante que quiera compartir de qué manera confió en Dios la semana pasada. Escucha sus ideas a medida que llegan a la sala de enseñanza. Luego, ayúdalos a juntarse en parejas para la primera actividad. Pide que los niños se junten con los niños y las niñas con las niñas, si es posible. Si un estudiante queda sin pareja, puede haber un grupo de tres. Tomarán turnos para jugar el juego.

Hoy hablaremos sobre confiar en Dios en las cosas que nos duelen. Cuando sentimos dolor, es fácil sentirse atrapado y indefenso. Dios siempre está ahí, incluso cuando sufrimos. Para ayudarnos a recordar esto, comenzaremos la clase con un juego. 

Tú y tu pareja tratarán de atrapar el pulgar del otro. Siéntense lo suficientemente cerca como para darse la mano de manera cómoda. Coloca tu mano al frente en un puño. Tiene que permanecer en el escritorio o en el suelo. Dale a tu compañero un “pulgar hacia arriba”. Engancha tus 4 dedos encorvados con los de tu pareja. Tus pulgares deben sobresalir. 

Camina por la sala para asegurarte de que todas las parejas tengan sus manos juntas con los pulgares hacia arriba. Si a algunos de los niños les cuesta juntar sus manos correctamente, toma un momento para ayudarlos.

Tienes un minuto para atrapar el pulgar de tu compañero con tu pulgar. Debes mantener tus manos en el escritorio o en el suelo. ¡La primera persona en cada pareja que atrape un pulgar gana el juego! Solo puedes utilizar el pulgar para atrapar el pulgar de tu compañero. No puedes usar tu otra mano. Una vez que lo hayas atrapado, mantenlo presionado suavemente. No quieres lastimar el pulgar de tu compañero. Si tu pulgar queda atrapado, di: ¡Puedo confiar en Dios! Y el juego se termina. ¿Listo? ¡Comienza!

Camina y observa si el juego se juega de manera correcta. Después de un minuto, dile a los niños que el juego se terminó. Si el tiempo lo permite, puedes realizar el juego dos o tres veces más.

¡Espero que hayas disfrutado nuestro juego con el pulgar! En el juego, ¡el pulgar de una pareja quedó atrapado! En la vida puedes sentirte así. No entiendes por qué suceden cosas dolorosas. Incluso cuando no lo entiendes y aunque sea difícil, puedes confiarle a Dios tu dolor. 

2. Enseñanza:

Puedes confiar en Dios, incluso en medio de tu dolor (Salmos 116:1–12; Romanos 8:28a).

Digamos juntos esto en voz baja: Puedo confiar en Dios, incluso en mi dolor. El dolor no es divertido ni emocionante, por lo tanto cuando digas esto, dilo en voz baja. Digámoslo de nuevo en voz baja: Puedo confiar en Dios, incluso en mi dolor. En esta lección, cuando diga: Dios es el rey, Él está en control. Dirás en voz baja: Puedo confiar en Dios, incluso en el dolor. Intentémoslo juntos: Dios es el rey. Él está en control.

Conduce a los niños a responder: “Puedo confiar en Dios, incluso en mi dolor”.

El dolor viene de muchas maneras. Puedes lastimarte y sentir dolor en el cuerpo. También tus sentimientos pueden ser lastimados y ese dolor toca tus emociones. El dolor en tu cuerpo o en tus emociones puede hacerte llorar. Cuando tu cuerpo sufre, hay muchas cosas que puedes hacer para sentirte mejor. Quizás hay una venda que puedes poner sobre la herida para ayudarte a sanar. O a lo mejor existe un medicamento que puedes tomar y ayudarte a que el dolor desaparezca. 

Consejo para el maestro: Algunos niños ya han experimentado el dolor de la enfermedad, de la violencia o de la pérdida. Para estos niños, puede ser muy difícil separar el dolor físico del emocional. Eso está bien. Los dos tipos de dolor pueden a menudo venir juntos. Anima a los niños afirmando que sus ideas son válidas, incluso si incluyen ambos tipos de dolor.

Piensa por un momento en una ocasión en la que tus emociones fueron lastimadas.

  • ¿Estabas asustado cuando te sentiste lastimado? ¿Por qué sí o por qué no?

Deja que respondan 2 o 3 niños.

No siempre es fácil saber qué hacer cuando nuestras emociones están lastimadas. A lo mejor desearás escapar de ellas. Ya sea que experimentes dolor en tu cuerpo o en tus emociones, esto puede hacer que te enojes fácilmente. Puedes sentirte enojado porque no hay nada que puedas hacer, o quizás no tengas la energía que necesitas para sentirte bien con cualquier cosa. Puede ser fácil perder la esperanza cuando tu cuerpo y emociones están heridos.

Dios quiere que clames a Él por ayuda porque Dios es rey y Él está en control.

Haz un gesto para que recuerden la respuesta: “Puedo confiar en Dios, incluso en mi dolor”.

Es importante creer que Dios es bueno, incluso si las personas lastiman tus emociones. Es fundamental creer que Dios es bueno incluso si tu cuerpo tiene dolor. Cuando clamas a Dios por ayuda, Él te consolará. Este versículo de la Biblia es de una persona que sintió ambos tipos de dolor. Y a pesar de que sufría, sabía que Dios era bueno. 

Si es posible, por favor lee este versículo directamente desde tu Biblia.

El Señor protege a la gente sencilla; estaba yo muy débil, y él me salvó. ¡Ya puedes, alma mía, estar tranquila, que el Señor ha sido bueno contigo!

Salmos 116:6–7

Dios es bueno. Nos ama y nos conoce mejor que nadie en la tierra, incluidos nosotros mismos. Dios nos creó. Puede que no siempre entendamos por qué suceden cosas que nos causan dolor. Pero, es en esos tiempos de gran dolor que Dios nos muestra su amor. Dios sacó al autor de este Salmo de una situación peligrosa y dolorosa. No siempre nos rescata de este tipo de situaciones pero siempre está con nosotros a través de ellas. Incluso si sucede algo triste o malo, Dios es el Rey. Él está en control.

Haz un gesto para que recuerden la respuesta: “Puedo confiar en Dios, incluso en mi dolor”.

La misma persona que habló sobre la bondad de Dios también le confió a Dios su dolor. Dijo:

Aunque digo: «Me encuentro muy afligido», sigo creyendo en Dios.

Salmos 116:10

Muchas personas querían lastimar a esta persona. Por eso, estaba sufriendo mucho; sin embargo, confiaba en el Señor. No es fácil atravesar por el dolor. A veces, Dios puede usar las cosas difíciles como el dolor para ayudarnos a verlo. Cuando confiamos en Dios con nuestro dolor, esto nos puede ayudar a enfocarnos en su amor y bondad. Podemos sentirnos menos preocupados sobre nuestro dolor cuando confiamos y creemos que Dios es el Rey y Él está en control.

Hazles un gesto para que respondan: “Puedo confiar en Dios, incluso en mi dolor”.

Consejo para el maestro: Si te sientes guiado a hacerlo, y si es apropiado, comparte una historia de tu propia vida sobre un momento en el que sufriste y Dios te ayudó con eso. Tu historia animará a los niños a confiar en Dios en su propio dolor.

El dolor en el cuerpo físico toma tiempo para sanar. El dolor emocional también toma tiempo para curarse. Es importante saber y confiar en que Dios puede usar el dolor para el bien. Piensa en lo que hizo Jesús. El murió en la cruz para que tus pecados pudieran ser perdonados. Eso fue doloroso para Él. Debido al dolor que sufrió, puedes estar cerca de Dios. Eso es lo bueno que Dios hizo con el dolor de Jesús. Escucha lo que dice la Biblia:

Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman.

Romanos 8:28a

Puedes creer en la Biblia, incluso si no la entiendes ahora mismo. Puedes creer que el Creador del universo usa las cosas dolorosas para el bien, incluso si no comprendes cómo podría suceder eso. Dios es el Rey y Él está en control.

Hazles un gesto para que respondan: “Puedo confiar en Dios, incluso en mi dolor”.

Puede ser difícil atravesar por el dolor. No importa lo que suceda, Dios está contigo y no te dejará. Dios cumple sus promesas y es bueno. Esa es la razón por la que puedes confiar en Él. Dios te ama y por eso puedes poner tu confianza en Él. Dios es el Rey y Él está en control.

Hazles un gesto para que respondan: “Puedo confiar en Dios, incluso en mi dolor”.

3. Respuesta

Utilizar una oración guiada para entregar tu dolor a Jesús.

Consejo para el maestro: La siguiente actividad tiene el propósito de ayudar a los niños a enfocarse en Aquel con quien hablan, ¡Jesús! Los niños pequeños pueden entender que Jesús fue una persona real y que es Dios, pero quizás es difícil para ellos si sienten que sus oraciones salen al aire sin llegar a la audiencia deseada. Cuando los niños visualicen a Jesús en un lugar tranquilo aquí en la tierra, podrán enfocarse en Él y hablarle sobre sus preocupaciones y podrán sentir paz acerca de sus situaciones. Pensar en Dios de manera concreta y vívida es un método de oración que está enraizado en la tradición bíblica.

Ahora que sabemos la razón por la que podemos confiar en Dios con nuestro dolor, tratemos de entregarle las preocupaciones que van con nuestro dolor a Jesús. Jesús es el único hijo de Dios. Recuerda que Jesús murió por nuestros pecados y sufrió en la cruz para que pudiéramos vivir con Dios en el cielo. Puedes entregarle tu dolor Jesús porque te ama.

Cierra los ojos. Imagina que estás en un lugar tranquilo y pacífico. Está lleno de belleza. Este puede ser un lugar que has visto o uno que te gustaría visitar. Ahora que has encontrado tu lugar pacífico, ves que Jesús está contigo en este sitio. Sólo disfruta de su presencia por un momento. Él quiere que le cuentes sobre tu dolor.

  • ¿Que le dirás? Piensa por un momento, luego respóndele.

Da a los niños de 30 a 45 segundos para contestar. Pueden responder en silencio o en voz alta, pero deben hablar con Jesús, no contigo o con la clase.

Jesús quiere que sepas que se preocupa por eso que te ha causado tanto dolor. Te ofrece ayuda. Todo lo que necesitas hacer es confiarle tu dolor y también todas las preocupaciones que te provoca.

  • ¿Dejarás que Jesús te ayude? ¿Qué le dirás?

Da a los niños de 30 a 45 segundos para contestar. Pueden responder en silencio o en voz alta, pero deben hablar con Jesús, no contigo o con la clase.

Agradece a Jesús por su ayuda. ¡Ahora puedes abrir los ojos!

Consejo para el maestro: Esta actividad puede animar a algunos niños a querer seguir a Jesús. Si los estudiantes desean aprender más sobre cómo convertirse en cristianos, háblales sobre los pasos del Camino de Salvación incluido para descargar al final de esta lección.

Opcional: Si utilizas las Páginas del Alumno, dales crayones y deja que tengan 3 minutos para dibujar y colorear sus dibujos.

Si pudiste o no confiar en Jesús con tu dolor y preocupaciones, ten claro que Dios desea ayudarte con eso. Ten la seguridad de que cuando sucedan situaciones dolorosas en tu vida, Dios está contigo y quiere ayudarte. Puedes confiar en Él. Nuestro versículo para memorizar hoy nos recuerda que la palabra del Señor siempre es justa.

Versículo para memorizar

Si utilizas el Cartel del Versículo para Memorizar, muéstralo a los niños.

La palabra del Señor es justa; fieles son todas sus obras.

Salmos 33:4

Aplaude al ritmo de las palabras en la primera mitad del versículo. Haz una demostración de estas acciones en la segunda mitad del versículo:

Fieles son—Señala al cielo, luego indica “si” asintiendo con tu cabeza.

Todas sus obras—Mantén un brazo sobre tu cuerpo hacia un lado. Luego llévalo hacia el frente hasta extenderlo hacia el otro lado de tu cuerpo

Repite las palabras, el ritmo y las acciones con los niños tres veces.

Finaliza la clase diciendo esta bendición por los niños, basada en Romanos 8:28.

Bendición: Que sepas que el Dios vivo y verdadero dispone de todas las cosas, las buenas y las malas, para el bien de quienes lo aman.

Si tienes tiempo, comparte esta canción con los estudiantes.

Copyright: VIDA POR VIDA © 2021 DAVID C COOK. SE PERMITE LA REPRODUCCIÓN SOLO PARA SER USADA EN EL AULA. TODOS LOS DEMÁS USOS REQUIEREN AUTORIZACIÓN POR ESCRITO. SOLICÍTELO POR CORREO ELECTRÓNICO A [email protected]. TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS.

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