En la lección, la información que debes conocer está escrita en letra normal, y lo que se recomienda decir o leer en voz alta a los niños está en negrita. Todos los recursos para cada lección, incluyendo la Guía para el Maestro, la Página del estudiante, la Tarjeta de conexión familiar y otros materiales, pueden descargarse en un archivo ZIP haciendo clic en el siguiente enlace:
En algunas lecciones encontrarás "Artículos de recurso". Estos son textos escritos por expertos de todo el mundo que ayudan a los maestros en su labor con niños y adolescentes. Pueden compartirlos con padres o tutores si lo consideran apropiado.
Mis queridos hermanos, tengan presente esto: Todos deben estar listos para escuchar, y ser lentos para hablar y para enojarse.
Santiago 1:19
Ser pronto para escuchar y tardo para hablar. Suena sencillo; sin embargo, puede ser muy difícil. Nos gusta cuando otras personas escuchan lo que les contamos y cuando les interesa nuestra opinión. Seas extrovertido o tímido, siempre se siente bien hablar con alguien que te escuche. A todos nos gusta sentir que somos conocidos.
Esta semana, haz un esfuerzo por ser la clase de persona que escucha con atención y hace que los demás se sientan conocidos. Cuando eres un buen oyente y muestras interés sincero por otra persona, eres un buen ejemplo de Jesús. Así que, escucha con atención a los niños de tu clase. Cuando se sientan conocidos y valorados, aprenderán a confiar cada vez más en Dios.
Dile a los padres o tutores que esta semana los niños van a aprender acerca de cómo ser buenos oyentes. Pide a los niños que digan a sus familias las cinco cosas que aprendieron hoy acerca de cómo escuchar atentamente.
Consejo para el docente: Si es posible, envíe por correo electrónico o mensaje de texto la tarjeta de conexión familiar a las familias de sus estudiantes.
Antes de la clase, busca un lugar al aire libre que tenga tierra y que puedas usar para la actividad de Conexión. Reúne palitos; necesitarás uno por cada dos niños.
Cuando lleguen los niños para la clase de hoy, reúnelos afuera y forma parejas. Cada pareja debe sentarse espalda con espalda. Da un palito a uno de los niños de cada pareja. Ese niño será el remitente; el otro niño será el receptor.
El “remitente” usará el palito para dibujar una forma u objeto sencillo en el suelo delante de él. Por ejemplo, puede dibujar un cuadrado, un corazón o un objeto sencillo, como el sol o un árbol. El “receptor” no puede mirar el dibujo.
Después el “remitente” le dará el palito al “receptor” y le indicará cómo dibujar la misma imagen; pero no puede decirle cuál es la forma o el objeto; sólo puede describirlo. Los receptores deben escuchar con atención y dibujar lo que escuchan. No pueden hacer ninguna pregunta mientras dibujan.
Da a las parejas como dos minutos para que hagan los dibujos. Cuando terminen, cada pareja debe comparar sus dibujos. Luego los niños pueden mirar cuidadosamente los dibujos de las demás parejas; pero sin pisar o arruinar cualquiera de los dibujos.
Opcional: Los niños pueden hacer la misma actividad con tiza en el cemento o con papel y lápiz en lugar de palitos y tierra. Las parejas deben sentarse espalda con espalda mientras los remitentes dibujan sus formas u objetos en el papel. Cada remitente le dirá a su receptor cómo debe dibujar la misma forma. El receptor escuchará con atención y seguirá las instrucciones para dibujar en su papel.
Para dibujar correctamente las formas, la persona que dio las instrucciones tenía que comunicarlas claramente, y la persona que recibía las instrucciones tenía que escuchar con atención. Aun con las mejores aptitudes de comunicación, un mensaje puede aparecer confuso. Por eso, algunas formas no se parecen en nada a lo que debieran ser. Este juego demuestra que no siempre es fácil escuchar con atención.
Hoy nos concentraremos en mejorar nuestras habilidades de escuchar. Aprenderemos que escuchar con atención es importante en todas nuestras relaciones, con las personas y con Dios.
Cuando una persona realmente te escucha, demuestra que tú le importas. Un buen oyente te presta atención y muestra interés en lo que dices en la conversación.
Las siguientes cinco reglas pueden ayudarte a ser un mejor oyente. Para ser un buen oyente haz esto:
Las respuestas de los niños dependerán del lenguaje corporal que es apropiado y típico en su comunidad.
Si sabes lo que siente la persona con quien estás conversando, puedes oír todo el mensaje de lo que te está diciendo.
Repite cada regla lentamente con el grupo. Pide a voluntarios que digan en sus propias palabras lo que significa cada regla, o que den ejemplos de cómo sería si ponen en práctica esta regla.
Que los niños se sienten en parejas. Dile a uno de los niños de cada pareja una situación de la que debe hablar. A su compañero le toca escuchar. Cuando digas la señal, el “oyente” debe decir lo que ha oído. Entonces el niño que habló corregirá cualquier error o añadirá cualquier cosa que se le escapó a su compañero. Recuerda a los niños que deben prestar toda su atención a la persona que está hablando y que deben tratar de entender lo que está sintiendo esta persona. Después deben intercambiar los papeles y la otra persona debe hablar de la segunda situación mientras que su compañero escucha y responde. Cada parte de esta actividad será de dos minutos.
Aquí hay situaciones que puedes usar (o inventa tus propias situaciones, que se ajusten mejor a tu entorno):
Conversador 1: Explica a tu amigo cómo hacer un juego. Explícale las reglas, los objetivos, y todo lo demás que la otra persona necesita saber para jugar bien. No importa si tu compañero ya sabe cómo hacer el juego. Explícalo como si tu amigo nunca hubiera oído hablar de ese juego.
Conversador 2: Haz de cuenta que puedes conocer a cualquier persona que desees, y hablarle sobre tu vida. ¿A quién quisieras conocer y cuáles son algunas cosas de las que quisieras hablarle? ¿Qué crees que la persona te contestaría?
Cuando termines, pide a todo el grupo que responda a estas preguntas:
Vamos a aprender un versículo bíblico acerca de cómo escuchar.
Es necio y vergonzoso responder antes de escuchar.
Proverbios 18:13
Este versículo dice que es importante escuchar antes de responder. Levanta la mano si alguna vez has empezado a hablar mientras que otra persona aún estaba hablando. ¡Miren cuántas manos! Es una cosa muy común. La Biblia dice que es vergonzoso hacer eso. ¿Por qué es vergonzoso responder antes de escuchar?
Lea Santiago 1:19 de su Biblia, si es posible. El texto está impreso aquí. Pide a los niños que escuchen atentamente. Luego pide que las parejas digan el versículo el uno al otro varias veces. Cuando una persona está hablando, su pareja debe escuchar atentamente.
Mis queridos hermanos, tengan presente esto: Todos deben estar listos para escuchar, y ser lentos para hablar y para enojarse.
Santiago 1:19
Después de que los niños hayan hablado con su compañero, pide a dos o tres niños que digan su opinión a la clase. Este versículo dice que es importante escuchar antes de hablar. No te enojes con alguien antes de escuchar lo que tiene que decirte.
Al repasar las habilidades para escuchar, levanta un dedo por cada consejo. Esto puede ayudar a los niños a recordar los consejos.
Repasemos las buenas habilidades para escuchar. Los buenos oyentes:
Opcional: Si usas las Páginas del Alumno, permite a los niños contestar las preguntas en su página para repasar rápidamente las formas de ser un buen oyente.
Cuando escuchamos con atención a nuestros amigos, la amistad se fortalece. Cuando escuchamos atentamente a los miembros de nuestra familia, nuestra relación con ellos se hace más fuertes. La Biblia nos habla de la importancia de escuchar a Dios. Si somos cristianos, Jesús dice que somos sus amigos.
Piensa en alguien cercano a ti, como un miembro de la familia, un maestro, o un amigo.
Así como en nuestras relaciones con nuestros familiares y amigos, Dios quiere que le hablemos y que escuchemos lo que Él quiere decirnos, sobre todo a través de su Palabra y de Su Espíritu Santo.
Opcional: Pide tres voluntarios. Asigna las actuaciones: uno será el pastor, otro será un extraño, y el tercero será una oveja. Dile que una oveja conoce la voz de su pastor. Coloca una venda en los ojos de la oveja o pídele que cierre bien los ojos. Dile al pastor y al extraño que caminen de puntillas y se pongan a tres o cinco metros de distancia de la oveja. Asegúrate que el espacio entre la oveja y los otros dos actores esté abierto, sin nada con que puedan tropezarse. El pastor y el extraño deben llamar por nombre a la oveja. La oveja debe tratar de escuchar con atención a la voz del pastor e ir hacia él.
Vamos a leer otro versículo de la Biblia. En este versículo, Jesús se refiere a sí mismo como un pastor y a sus seguidores como sus ovejas.
Lee Juan 10:27.
Mis ovejas oyen mi voz; yo las conozco y ellas me siguen.
Juan 10:27
El trabajo de un pastor es cuidar las ovejas. El pastor conoce a cada una de sus ovejas, y las ovejas reconocen la voz del pastor. Cuando un pastor hace bien su trabajo, las ovejas confían en él y siguen su voz. Jesús es nuestro Buen Pastor. Cuando decidimos seguirle, somos como sus ovejas. Para seguirle bien, tenemos que aprender cómo es su voz y seguirla. La Biblia es la Palabra de Dios. Es el libro que nos muestra cómo es Dios. Cuando aprendemos lo que dice la Biblia, aprendemos cómo es la voz de Dios. Entonces, cuando tenemos situaciones difíciles en la vida, podemos saber lo que Dios dice que es mejor. Podemos reconocer lo que nos está diciendo porque es lo que dice la Biblia.
Pide a dos o tres niños que digan sus ideas. Algunas formas de escuchar la voz de Dios son: leer la Biblia, orar, y escuchar consejos sabios de otros. La voz de Dios siempre dice las verdades de la Biblia. Si oyen algo que va en contra de lo que dice la Biblia, no es la voz de Dios.
Saber escuchar bien es parte importante de todas las relaciones sanas. Es importante en nuestras relaciones con otras personas. Y, para los cristianos, es importante en nuestra relación con Dios. Así como todo lo que hemos aprendido acerca de la comunicación, para ser un buen oyente tenemos que practicarlo para aprender a hacerlo bien. Practiquemos para reconocer la voz de Dios y escuchar con atención lo que nos dice.
Designa un lado del salón como el espacio de “Voz de Dios” y el otro lado como “No es voz de Dios”. Recuerda a los niños que la voz de Dios siempre concuerda con las verdades de la Biblia, porque la Biblia es la Palabra de Dios. Diles que leerás seis declaraciones. Deben escuchar con atención y decidir si la declaración suena como algo que Jesús, el Buen Pastor, diría acerca de ellos. Si así es, deben ir a pararse en el lado (o indicar hacia ese lugar) “Voz de Dios”. Si no es así, deben ir a pararse o indicar al lado de “No es voz de Dios”. (Recuerde a los niños que Jesús es Dios.) Da la respuesta a cada declaración cuando los niños hayan escogido un lugar.
Dios te creó a su imagen; eres especial para Él. (Voz de Dios)
Dios creó todo en el universo. Por eso, no eres más importante que un animal o un insecto. (No es voz de Dios)
Dios mira desde el cielo, y ve tantas personas que no le importa lo que te pasa en la vida. Él es demasiado poderoso y está muy ocupado para preocuparse por un niño. (No es voz de Dios)
Dios sabe exactamente quién eres y se preocupa por todo lo que te pasa en la vida. Te invita a que le traigas tus preocupaciones y tus cargas, porque Él tiene cuidado de ti. (Voz de Dios)
Dios te ama solamente cuando eres bueno. (No es voz de Dios)
Dios te ama no importa lo que hagas. Él te ama tanto que envió a su Hijo a morir en tu lugar para que puedas estar para siempre con Él. (Voz de Dios)
Reúne a los alumnos de nuevo todos juntos.
Felicitaciones por escuchar con atención y reconocer la voz de Dios. La relación de un cristiano con Dios se fortalece cuando la persona escucha con atención a la voz de Dios. Ahora, piensa en alguien en tu vida con quien quisieras tener una mejor relación. Puede ser un amigo, un familiar, o un maestro. Tu relación con esta persona será más fuerte a medida que aprendas a escucharle mejor.
Da a los niños un momento para que piensen. Si utilizas el Cartel del Versículo para Memorizar, muéstralo a los estudiantes.
Todas las mañanas me despierta, y también me despierta el oído, para que escuche como los discípulos.
Isaías 50:4b
Les voy a leer las cinco habilidades importantes para escuchar, que aprendimos anteriormente en esta lección. Cuando se las lea, escojan una de estas habilidades para usar esta semana en su relación con la persona en quien están pensando.
Esta vez, los niños pueden levantar un dedo por cada habilidad como ayuda para recordarlas mejor.
Pide a los niños que miren a alguien cerca de ellos y le digan a quién quieren escuchar mejor y la habilidad que van practicar esta semana. Finaliza la clase orando esta bendición, basada en Santiago 1:19 y Juan 10:27.
Bendición: Que Dios te ayude a estar listo para escuchar y que seas lento para hablar. Dedícate a escuchar con atención a los demás. Más que nada, aprende a reconocer y escuchar la voz de Dios.
Si tienes tiempo, comparte esta canción con los niños:
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