En la lección, la información que debes conocer está escrita en letra normal, y lo que se recomienda decir o leer en voz alta a los niños está en negrita. Todos los recursos para cada lección, incluyendo la Guía para el Maestro, la Página del estudiante, la Tarjeta de conexión familiar y otros materiales, pueden descargarse en un archivo ZIP haciendo clic en el siguiente enlace:
En algunas lecciones encontrarás "Artículos de recurso". Estos son textos escritos por expertos de todo el mundo que ayudan a los maestros en su labor con niños y adolescentes. Pueden compartirlos con padres o tutores si lo consideran apropiado.
Antes que el pan, me llegan los suspiros; mis gemidos se derraman como el agua. Lo que más temía, me sobrevino; lo que más me asustaba, me sucedió. No encuentro paz ni sosiego; no hallo reposo, sino solo agitación.
Job 3:24–26
Cuando la vida parece ir terriblemente mal, puede hacer que perdamos la esperanza. Enfocarse en las cosas que son malas y dolorosas en nuestras vidas dificulta pensar en algo más. Los sentimientos de tristeza y desesperanza quizás nos superen y hagan que nos hundamos en una depresión. Por esta razón la depresión puede consumir todo.
¿Alguna vez has experimentado algo tan traumático que pensaste que nunca ibas a poder tener una vida normal de nuevo? Si es así, es posible que hayas experimentado una depresión. La depresión viene de muchas formas, pero siempre involucra un sentido de tristeza y desesperanza. Es durante estos momentos oscuros que es importante recordar tu relación con Aquel que puede darte esperanza. ¡Cobra ánimo! Dios es tu esperanza y tu fuerza todo el tiempo, incluso cuando la vida parece desesperanzadora. Él tiene el poder para traer luz y esperanza a tu oscuridad.
Anima a las familias para que hablen con sus hijos sobre todas las cosas buenas de sus vidas incluso cuando pasan por tiempos difíciles. Las ideas pueden incluir la habilidad de proveer para la familia, la posibilidad de utilizar las habilidades y los talentos para hacer cosas buenas y conocer que Dios se preocupa por ellos.
Consejo para el docente: Si es posible, envíe por correo electrónico o mensaje de texto la tarjeta de conexión familiar a las familias de sus estudiantes.
Da la bienvenida a los niños a la clase y pídeles que piensen sobre algo que pueda hacer llorar a alguien. Haz que los niños se sienten en grupos de 4 o 5.
Levanta la mano si alguna vez te has sentido triste. Todos nosotros nos sentimos tristes a veces, ¿cierto? Algunas veces esa tristeza puede hacernos llorar. Te daré 30 segundos para pensar en una oportunidad cuando tuviste ganas de llorar.
Mientras los niños piensan, agarra dos puñados de piedrecitas y colócalos al frente de la clase.
Simulemos que estas piedrecitas son lágrimas. La Biblia nos dice que Dios conoce todo lo que nos causa tristeza. Escucha este versículo en el que el escritor le pide a Dios que lleve la cuenta de la cantidad de lágrimas que lloró.
Si es posible, lee este versículo directamente desde tu Biblia.
Toma en cuenta mis lamentos; registra mi llanto en tu libro. ¿Acaso no lo tienes anotado?
Salmos 56:8
En un momento, vendrás y tomarás algunas piedrecitas y regresarás al lugar donde estás sentado. Comparte con tu grupo algo que te entristeció tanto que lloraste. Por ejemplo, puedes compartir que lloraste cuando alguien que amabas falleció. No necesitas decir quién murió, por qué la persona murió o cualquier otro detalle. Solo cuenta lo que sucedió que te hizo llorar. Después de que todos hayan compartido algo, cuenta todas las piedrecitas que tiene tu grupo. Después de que hayas terminado de contar, haz un montón de piedras en el medio de tu grupo.
Opcional: Si usas las Páginas del Alumno, da un lápiz a cada niño. Aliéntalos a escribir el número de lágrimas que su grupo recolectó en el primer espacio en blanco. Luego, cuenta el número total de lágrimas que la clase juntó y pide a los niños que escriban el número en el segundo espacio en blanco.
Da a los niños de 3 a 5 minutos para completar la tarea. Sabrás que los niños han terminado cuando cada grupo haya hecho una pila de piedras.
El escritor del versículo bíblico que leímos le pidió a Dios que registrara sus lágrimas.
Pide a un niño de cada grupo que te diga cuantas lágrimas recolectó su grupo.
Una vez que todos los niños hayan completado la actividad, junta las piedrecitas y colócalas lejos de los niños para que no sean tentados a jugar con ellas.
¡Nuestra clase tiene muchas lágrimas! A veces nos suceden cosas que nos entristecen mucho y derramamos muchas lágrimas.
Es normal sentirse triste a veces. En ocasiones todos nos sentimos de esa forma. La depresión provoca que la gente se sienta triste, desesperanzada y a veces enojada. La depresión es cuando los sentimientos tristes duran por un largo tiempo. Esta puede hacer que la gente se sienta débil y que sea difícil hacer cosas. Puede ser causada por muchas situaciones diferentes. La mayoría de las veces comienza después de que sucede algo aterrador o de que alguien o algo importante ya no está más.
Si los niños no responden, puedes sugerir algunos ejemplos. Ver pelear a la gente. Que alguien te haga algo muy hiriente. Tener muchos problemas en tu comunidad. Experimentar un desastre natural como una inundación o un terremoto.
La Biblia habla sobre un hombre que se deprimió después de cosas difíciles que le sucedieron a su familia. En una historia real de la Biblia, un hombre llamado Job perdió todo excepto a su esposa. Sus hijos e hijas fueron asesinados, sus animales y cosechas destruidas, ¡y todo lo que poseía fue arruinado! Job era un hombre rico, hasta que todas sus posesiones fueron devastadas.
Job era un hombre que amaba a Dios. Cuando perdió todo lo que le importaba, le dijo a Dios cómo se sentía. Escucha la parte que dijo.
Antes que el pan, me llegan los suspiros; mis gemidos se derraman como el agua. Lo que más temía, me sobrevino; lo que más me asustaba, me sucedió. No encuentro paz ni sosiego; no hallo reposo, sino solo agitación.
Job 3:24–26
¡Guau! ¡Job suena muy triste! También parece como si no tuviera ningún tipo de esperanza. Así es estar deprimido. La depresión provoca que la gente se sienta desesperanzada y piense que las cosas nunca podrán mejorar. Cuando alguien está deprimido, solo puede ver las cosas malas de su vida.
Usemos nuestras palabras y acciones para demostrar cómo puede lucir estar deprimido. Muestren con sus caras cómo podría verse esto. ¡La depresión hace que la gente luzca muy triste y enojada a veces!
Haz una pausa por 30 segundos para permitir que respondan los niños.
En esta historia verdadera de la Biblia, Job perdió casi todo lo que le importaba. Muestra señales de duelo en su discusión con Dios. Antes de estos versículos, formula muchas veces las preguntas “¿Qué pasa si… ?” y “¿Por qué?”. Recuerda, cuando aprendimos sobre el duelo, estudiamos que las preguntas “¿Qué pasa si… ?” y “¿Por qué?” pueden ser parte del luto. Estar triste y enojado son provocados por el duelo también. La depresión puede ser parte del duelo.
La depresión también puede hacernos sentir débiles físicamente. A lo mejor sientes que no puedes soportarlo, o que no puedes hacer nada por ti mismo. En esta historia verdadera de la Biblia sobre Job, él explica cómo se siente su cuerpo cuando ha perdido toda la esperanza.
¿Qué fuerzas me quedan para seguir esperando? ¿Qué fin me espera para querer vivir? ¿Cómo puedo valerme por mí mismo, si me han quitado todos mis recursos?
Job 6:11, 13
Job se sentía muy débil. Esto es diferente a la debilidad física que puedes sentir después de haber estado enfermo o cuando tenías mucha hambre. Job explicó que se siente débil y que no puede valerse por sí mismo. Esta es una sensación de debilidad que hace difícil moverse. Parte de la razón de esta debilidad es el sentimiento de que no hay motivo para hacer nada.
Tomemos unos minutos para volver a mostrar cómo luce la depresión. Piensa en cómo podría parecer sentirse débil. Te daré un momento para que me muestres cómo crees que podría verso esto.
Dales 30 segundos para mostrar cómo luce sentirse débil y desamparado.
Job habló con muchas personas que solo lo hicieron sentir peor sobre su situación. Se sintió horrible y desesperanzado. Al final de la historia verdadera de Job, habló con Dios sobre todas las cosas malas que le sucedieron. Job se dio cuenta de que la razón por la que se sentía tan triste y desesperanzado era no solo por lo malo que le ocurrió, sino que no había confiado en que Dios lo cuidaría. Escucha lo que dice Job en cuanto a cómo se sintió.
Todo el tiempo estoy inquieto; me enfrento a días de aflicción.
Job 30:27, TLA
Las respuestas pueden incluir: ira, tristeza, desesperanza y temor.
Job sintió muchas emociones e incluso le dijo muchas cosas enojado a Dios. Más tarde le pidió perdón a Dios. Luego, Dios trajo buenas cosas a la vida de Job. Él tuvo hijas e hijos de nuevo que le dieron nietos. Tuvo animales y tierra. Vivió bien por muchos años más después de su tiempo de depresión. Mientras nuestras vidas pueden no ser restauradas de la misma forma que la vida de Job, Dios puede y restaurará nuestra esperanza.
En esta verdadera historia de la Biblia que escuchamos hoy, un hombre llamado Zofar le explica esto a Job.
Pero, si le entregas tu corazón y hacia él extiendes las manos. Vivirás tranquilo, porque hay esperanza; estarás protegido y dormirás confiado.
Job 11:13, 18
Él es nuestro lugar seguro y podemos hablar con él sobre lo que nos molesta.
Recuerda, Dios es un lugar seguro. ¡Es tu lugar seguro! Si experimentas depresión, recurre a Aquel que trae esperanza al mundo, ¡puedes confiar en que Dios te ayuda!
Cuando te sientas triste por un largo tiempo, intenta hacer algunas de las siguientes cosas:
1. Ora y pide ayuda a Dios. Habla con Dios sobre lo que sucede en tu vida. Pídele que te ayude a sentirte mejor y atravesar por lo que te está ocurriendo.
2. Pasa tiempo con personas que sean amables y cariñosas. Cuando Job pasó tiempo con personas que no eran amables, lo hicieron sentir peor. De la misma forma, pasar tiempo con personas amables y preocupadas por tu situación te puede ayudar a sentirte mejor.
3. Ríe y juega. Encuentra cosas que te hagan reír como contarles chistes a tus amigos, ver programas de televisión o películas divertidas o leer libros entretenidos. Cuando corres, haces saltos de tijera o incluso estiramientos, te sentirás mejor porque esto reduce el estrés.
4. Habla con un adulto de confianza sobre cómo te sientes y los problemas de tu vida. Esto puede ayudar a que te sientas más esperanzado. Esa persona quizás sea capaz de ofrecer algún buen consejo y apoyo.
5. Enfócate en las cosas buenas que tienes. Cuando estás deprimido, puede ser difícil encontrar cosas que vayan bien en tu vida. Levanta una mano. Estira los dedos para que no se toquen. ¿Puedes pensar en toda esta cantidad de cosas buenas que te han sucedido a ti o a los que te rodean?
Escoge a 5 niños para nombrar algo bueno que les haya sucedido a ellos o a alguien cercano. Si se les hace difícil responder, recuérdales que la buena salud, un lugar para vivir y la gente que amamos son todas cosas buenas.
El esforzarte para enfocarte en estas cosas, te ayudará a tener esperanza de que existen cosas buenas a tu alrededor.
Pídeles que tomen asiento en un círculo.
Vamos a finalizar nuestra lección de hoy con una actividad que nos ayude a enfocarnos en las buenas cosas de nuestras vidas. Piensa algo que te haga sonreír, reír o que te hace sentir tranquilo. Esto podría ser un recuerdo feliz que te hizo sentir como si todo en tu vida fuera bueno o podría ser algo que disfrutas ver en la naturaleza, como una mariposa, por ejemplo.
Haz una pausa de 30 segundos para darles tiempo para pensar.
Ahora, trata de pensar en algo que podría hacerte sentir muy triste o enojado. Quizás un recuerdo de alguien que extrañas porque ya no lo ves, algo que te sucedió y que realmente te atemorizó o algo que te lastimó por dentro.
Haz una pausa por 30 segundos para darles tiempo para pensar.
En un momento, llamaré a niños para compartir cosas que los entristecen y enojan mucho. Estos niños se pondrán de pie fuera del círculo.
Pide a los niños que se coloquen de pie en un círculo. Luego, llama a 5 o 7 niños. Una vez que estos niños se hayan puesto de pie fuera del círculo, pide al resto de la clase que ayude con la siguiente parte de la actividad.
Recuerda, en la historia de Job aprendimos que Dios puede restaurar nuestra esperanza. Él tiene el poder para ayudarnos a recordar las cosas buenas que suceden en nuestras vidas. ¡Pidámosle ayuda! “Dios por favor ayuda a restaurar la esperanza en aquellos que piensan en cosas tristes. En el nombre de Jesús, amén”.
Los que aún están parados en el círculo, necesito su ayuda para restaurar la esperanza de aquellos que están afuera del círculo. Levanta la mano si puedes pensar en algo que te haga sonreír, reír o te de tranquilidad.
Selecciona a un niño para que nombre algo que lo haga feliz o le inspire paz. Pídele que se dirija a un niño que esté afuera del círculo y que lo traiga de vuelta. Continúa pidiendo a un niño a la vez que mencione algo esperanzador y que traiga de vuelta a otro estudiante al círculo hasta que todos los niños estén de pie en el círculo.
A veces suceden cosas que nos roban la esperanza. Cuando ocurren estas cosas, pueden hacer que nos sintamos muy tristes. Es durante esos momentos que es importante pedirle a Dios que nos ayude a encontrar esperanza y paz. Cuando buscamos esperanza en nuestras vidas, Él nos alentará. Nuestro versículo de memoria de esta semana habla sobre lo que sucede cuando ponemos nuestra esperanza en Dios.
Si utilizas el Cartel del Versículo para Memorizar, muéstralo a los niños.
¿Por qué voy a inquietarme? ¿Por qué me voy a angustiar? En Dios pondré mi esperanza, y todavía lo alabaré. ¡Él es mi Salvador y mi Dios!
Salmos 42:11
Lee cada una de las siguientes partes del versículo de nuevo mientras les muestras a los estudiantes las acciones para este versículo. Luego, repite las acciones 3 veces con los niños.
¿Por qué voy a inquietarme? —Haz un gesto hacia ti mismo, después frunce el ceño.
¿Por qué me voy a angustiar? —Encoge los hombros. Luego lleva los brazos hacia tu corazón.
En Dios pondré mi esperanza—Sonríe y señala el cielo con tus manos.
Y todavía lo alabaré—Gesticula que sí. Junta tus manos como si estuvieras orando.
¡Él es mi Salvador y mi Dios! —Apunta el cielo con tus manos. Baja las manos y señálate.
Finaliza la clase diciendo esta bendición por los niños, basada en Job 11:13, 18.
Bendición: Que le pidas ayuda a Dios cuando te sientas desesperanzado. Que confíes en Él para que restaure tu esperanza.
Si tienes tiempo, comparte esta canción con los estudiantes.
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