En la lección, la información que debes conocer está escrita en letra normal, y lo que se recomienda decir o leer en voz alta a los niños está en negrita. Todos los recursos para cada lección, incluyendo la Guía para el Maestro, la Página del estudiante, la Tarjeta de conexión familiar y otros materiales, pueden descargarse en un archivo ZIP haciendo clic en el siguiente enlace:
En algunas lecciones encontrarás "Artículos de recurso". Estos son textos escritos por expertos de todo el mundo que ayudan a los maestros en su labor con niños y adolescentes. Pueden compartirlos con padres o tutores si lo consideran apropiado.
No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos.
Filipenses 2:3.
Como seres humanos, buscamos estar con quienes son similares a nosotros. Nos miramos al espejo para ver si tenemos los ojos de nuestro padre, y nos agrada cuando las personas comentan que tenemos las manos de nuestra abuela o la inteligencia de nuestra hermana. A menudo, formamos amistades basadas en intereses comunes o ideas afines. Estas similitudes crean lazos entre nosotros. Nos convertimos en NOSOTROS, y los demás que no son como nosotros se convierten en ELLOS. Pero todos los seres humanos tenemos en común una importante característica: somos creados a imagen de nuestro Creador. Todos somos NOSOTROS: creaciones preciosas de nuestro Dios misericordioso y bueno que desea que tratemos a los demás con amabilidad y amor. Sin embargo, a menudo no dejamos que estas semejanzas nos unan.
Piensa en un momento cuando notaste que alguien era diferente. ¿Trataste a esa persona como si fuera menos valiosa o menos digna de honra porque no era como tú? Si es así, ¿cómo crees que le hicieron sentir tus palabras y acciones? ¿Y cómo te hicieron sentir a ti? El prejuicio crece cuando pensamos más en nosotros mismos que en los demás. Pero cuando nos detenemos a pensar en la importancia que tienen los otros, encontramos que nuestras diferencias crean formas nuevas de mostrar amor y honra. Entonces, deja de pensar tanto en ti mismo y enfócate más en los demás. No dejes que las diferencias traigan separación. En cambio, permite que traigan riqueza y nuevas perspectivas a tu vida. Celebra estas diferencias y agradece a Aquel que nos hizo a su imagen con creatividad y amor.
Anima a los estudiantes a preguntar a sus familiares: ¿Qué tienes de diferente a los demás? También pueden celebrar y honrar las diferencias mientras escuchan con respeto las respuestas.
Consejo para el docente: Si es posible, envíe por correo electrónico o mensaje de texto la tarjeta de conexión familiar a las familias de sus estudiantes.
Saluda a los estudiantes por nombre a medida que llegan. Pregúntales si vieron a los demás de manera más positiva durante la semana pasada. Anímalos a que eviten mencionar los nombres mientras comparten sus historias.
Reúne a los estudiantes.
La última vez aprendimos sobre el prejuicio. Prejuicio significa formar nuestras propias opiniones sobre otros en función de sus características externas, tales como su apariencia, religión, habilidades o género, en vez de sus características internas, como su integridad, valor o compasión.
La Biblia nos enseña que todas las personas son creadas a imagen de Dios. Él valora a cada persona por igual. No muestra favoritismo ni parcialidad. Tristemente muchas personas no ven a los demás de la misma forma que Dios lo hace. En cambio, dejan que sus prejuicios y diferencias los separen. Vamos a realizar una actividad para ver que las diferencias pueden ser interesantes.
Para hacer esta actividad, colóquense en línea en el orden que les diga. Por ejemplo, si digo “del más alto al más pequeño”, se ubicarán en ese orden. Pero aquí está la parte difícil, ¡no pueden hablar en absoluto! Pueden hacer movimientos con sus manos, expresiones faciales, o usar cualquier otra forma de comunicación que no involucre hablar. Para realizar esta actividad sin hablar, ¡tendrán que trabajar juntos!
Escoge una característica que los estudiantes utilizarán para formar su fila. Aquí hay algunas ideas: del menor al mayor, de pies más grandes a más pequeños, orden de los cumpleaños de acuerdo a la fecha del calendario, o dedos más cortos a más largos. Puedes usar estas ideas o pensar en otras. Haz que los estudiantes repitan esta actividad con 3 o 4 características diferentes. Luego reúnelos para que conversen.
Como podemos ver en esta actividad, todos tenemos diferencias. Algunas de nuestras diferencias son obvias exteriormente, tal como el largo de nuestro cabello o nuestra altura. Algunas no se pueden ver exteriormente, como la fecha de nuestro cumpleaños o los colores que nos gustan. Sin embargo, todas estas diferencias hacen de nuestro mundo un lugar más interesante. ¿Te gustaría vivir en un mundo donde cada persona fuera exactamente igual a la otra? ¡Sé que a mí no me gustaría!
Aunque nuestras diferencias puedan ser interesantes, algunas veces no las apreciamos. Y cuando juzgamos a las personas en función de estas diferencias, a menudo tenemos como resultado el prejuicio y el maltrato.
Imagina que caminas por la calle y pasas al lado de una mujer mientras está mendigando. Tiene las manos desfiguradas, y su cabello y ropa están sucios.
¿Cuál es tu primera reacción hacia esta mujer?
Permite que 2 o 3 estudiantes compartan sus pensamientos.
¿Cómo piensas que deberíamos responder?
Permite que 2 o 3 estudiantes compartan sus pensamientos.
La forma en que elegimos responder frente a alguien diferente a nosotros puede ser el resultado del prejuicio. Por ejemplo, si me alejo de la mujer y hago una cara desagradable, le indico a ella y a los demás que la juzgo. Esto es prejuicio porque estoy juzgando a la mujer basado en cómo se ve y actúa.
Encuentra a tu pareja y comparte acerca de una oportunidad en la que has visto prejuicio en tu comunidad. No utilices nombres, solo comparte lo que viste. Por ejemplo, podrías decir: “vi a un hombre menospreciando a una mujer mayor”.
Dales 2 o 3 minutos para compartir ejemplos de prejuicio en tu comunidad. Recuérdales que no utilicen nombres y que no se juzguen entre ellos. Luego, pídeles que discutan con sus parejas la siguiente pregunta:
¿Cómo se podría haber evitado el prejuicio en esta situación?
La mayoría de nosotros tenemos algún tipo de prejuicio. Nuestros prejuicios pueden ser el resultado de las experiencias personales, ideas que son comunes en nuestra cultura o cosas que hemos aprendido de nuestras familias y amigos. En algunas situaciones, estos prejuicios se han transmitido por medio de generaciones. De hecho, en la mayoría de las comunidades, ciertos tipos de prejuicios son aceptados e incluso fomentados.
La mayoría de los prejuicios son el resultado de las diferencias que existen entre las personas. ¿Por qué piensas que las personas juzgan a quienes son diferentes de ellos?
Permite que 2 o 3 estudiantes compartan sus pensamientos.
Aunque a menudo nos sentimos más cómodos pasando tiempo con gente que es similar a nosotros y tiene creencias parecidas, las diferencias hacen que nuestro mundo sea más interesante y nos brindan oportunidades de crecer y aprender. Las personas que son diferentes nos pueden enseñar cosas nuevas. Es posible aprender a valorar idiomas nuevos, el arte y las tradiciones. Quizás nos beneficiemos de sus ideas y perspectivas nuevas. Sin embargo, no podemos disfrutar de estos beneficios a menos que escojamos descubrir quiénes son en lugar de dejar que los prejuicios nos separen.
Vamos a hablar sobre algunas de las causas de los prejuicios y aprender sobre la verdad de Dios de la importancia de honrar las diferencias.
Una de las principales causas del prejuicio es la falta de comprensión. Con frecuencia, las personas juzgan a quienes son diferentes porque no entienden las diferencias. Se pueden sentir incómodos e incluso temerosos porque no comprenden la cultura, el idioma o las creencias de una persona. Es posible que se sientan amenazados y crean que aquellos que son diferentes están tratando de cambiarlos a ellos o sus creencias.
Otra causa del prejuicio es la influencia de los demás. Nuestra cultura, religión, familias y amigos influyen sobre nuestras creencias. Las cosas que escuchamos de los demás o leemos en las noticias pueden afectar la forma en que nos sentimos acerca de los demás.
El prejuicio también es provocado por nuestras propias experiencias personales. Por ejemplo, si hemos tenido una experiencia negativa con alguien de cierta raza o religión, podemos decir que todas las personas de esa raza o religión son iguales. Esto hace que desarrollemos un prejuicio sobre esa raza o religión.
Mientras leo esta historia de la Biblia, presta atención a los motivos que generaron estos prejuicios y escucha lo que podemos aprender sobre el prejuicio.
Opcional: Si es posible, comparte las imágenes de La Biblia en Acción.
Haz que un estudiante lea Hechos 10:1-8 en voz alta de la Biblia. Si no es posible, los versículos están impresos a continuación.
Vivía en Cesárea un centurión llamado Cornelio, del regimiento conocido como el Italiano. Él y toda su familia eran devotos y temerosos de Dios. Realizaba muchas obras de beneficencia para el pueblo de Israel y oraba a Dios constantemente. Un día, como a las tres de la tarde, tuvo una visión. Vio claramente a un ángel de Dios que se le acercaba y le decía: —¡Cornelio! —¿Qué quieres, Señor? —le preguntó Cornelio, mirándolo fijamente y con mucho miedo. —Dios ha recibido tus oraciones y tus obras de beneficencia como una ofrenda —le contestó el ángel—. Envía de inmediato a algunos hombres a Jope para que hagan venir a un tal Simón, apodado Pedro. Él se hospeda con Simón el curtidor, que tiene su casa junto al mar. Después de que se fue el ángel que le había hablado, Cornelio llamó a dos de sus siervos y a un soldado devoto de los que le servían regularmente. Les explicó todo lo que había sucedido y los envió a Jope.
Hechos 10:1–8
¿Qué aprendemos acerca de Cornelio a partir de esta parte de la historia?
Es un soldado romano y un seguidor devoto de Dios. Es generoso y obediente a Dios. Recibió instrucciones de un ángel y las obedeció.
Cuando sucedieron los eventos en esta historia, los romanos y los judíos tenían prejuicios culturales y religiosos entre sí. Pero, como Jesús compartió su mensaje con todas las personas, sus seguidores eran de diferentes trasfondos culturales y religiosos. Debido a estas diferencias, los grupos de la Iglesia primitiva con frecuencia luchaban con conflictos provocados por el prejuicio.
El día después de que Cornelio recibió instrucciones del ángel, un discípulo de Jesús llamado Pedro tuvo una visión. Mientras estaba sentado en el techo de la casa en la que se quedaba, tuvo una visión de animales que el pueblo judío nunca comería debido a sus leyes dietéticas. También escuchó una voz que le decía: “Levántate Pedro, mata y come…lo que Dios ha limpiado, no lo llames común”. Esto sucedió 3 veces.
Escucha lo que aconteció después.
Continúa la historia mientras le pides a otro estudiante que lea la siguiente sección en voz alta desde la Biblia.
Pedro no atinaba a explicarse cuál podría ser el significado de la visión. Mientras tanto, los hombres enviados por Cornelio, que estaban preguntando por la casa de Simón, se presentaron a la puerta. Llamando, averiguaron si allí se hospedaba Simón, apodado Pedro. Mientras Pedro seguía reflexionando sobre el significado de la visión, el Espíritu le dijo: «Mira, Simón, tres hombres te buscan. Date prisa, baja y no dudes en ir con ellos, porque yo los he enviado». Pedro bajó y les dijo a los hombres: —Aquí estoy; yo soy el que ustedes buscan. ¿Qué asunto los ha traído por acá? Ellos le contestaron: —Venimos de parte del centurión Cornelio, un hombre justo y temeroso de Dios, respetado por todo el pueblo judío. Un ángel de Dios le dio instrucciones de invitarlo a usted a su casa para escuchar lo que usted tiene que decirle. Entonces Pedro los invitó a pasar y los hospedó. Pedro en casa de Cornelio. Al día siguiente, Pedro se fue con ellos acompañado de algunos creyentes de Jope.
Hechos 10:17–23
¿Qué aprendemos de Pedro a partir de esta parte de la historia?
Pedro se confundió con esta visión, pero escuchó al Espíritu Santo y fue obediente. Fue amable con los hombres que envió Cornelio, aunque posiblemente eran romanos.
Escucha lo que sucedió cuando Pedro llegó a Cesárea.
Al llegar Pedro a la casa, Cornelio salió a recibirlo y, postrándose delante de él, le rindió homenaje. Pero Pedro hizo que se levantara, y le dijo: —Ponte de pie, que solo soy un hombre como tú. Pedro entró en la casa conversando con él, y encontró a muchos reunidos. Entonces les habló así: —Ustedes saben muy bien que nuestra ley prohíbe que un judío se junte con un extranjero o lo visite. Pero Dios me ha hecho ver que a nadie debo llamar impuro o inmundo. Por eso, cuando mandaron por mí, vine sin poner ninguna objeción. Ahora permítanme preguntarles: ¿para qué me hicieron venir?
Hechos 10:25–29
¿Qué podemos aprender acerca de Pedro y Cornelio a partir de esta parte de la historia?
Cornelio pensaba que Pedro era como Dios porque un ángel le había hablado sobre él. Por lo tanto, se inclinó ante Pedro. Pedro detuvo a Cornelio de tratar de adorarlo. Esto ayudó a Pedro a darse cuenta de que su visión se trataba de que todas las personas eran iguales ante los ojos de Dios.
¿De qué forma Pedro y Cornelio respondieron al prejuicio?
Permite que 2 o 3 estudiantes compartan sus pensamientos. Luego, guíalos a comprender que ambos hombres superaron sus prejuicios en obediencia a Dios. Ningún hombre fue muy orgulloso y fue así que cada uno escuchó y aprendió del otro.
Cornelio le pidió a Pedro que compartiera un mensaje de Dios. Escucha lo que dijo Pedro. Puedes reconocer este versículo de nuestra última lección.
Pedro tomó la palabra, y dijo: —Ahora comprendo que en realidad para Dios no hay favoritismos, sino que en toda nación él ve con agrado a losque le temen y actúan con justicia.
Hechos 10:34–35
¿Qué nos dice el mensaje de Pedro sobre el prejuicio?
Dios no muestra parcialidad o inclinación. Ama a todos los que le aman.
¿Qué nos enseña esta historia sobre cómo responder frente al prejuicio?
Permite que 2 o 3 estudiantes compartan sus pensamientos. Luego, guíalos a comprender que podemos ser obedientes a Dios y tratar de aceptar a los demás como Él lo hace.
Pedro y Cornelio escogieron honrar sus diferencias en vez de permitir que los prejuicios los separaran. Aprendieron el uno del otro y se honraron mutuamente.
¿De qué manera ayudaron estas decisiones a Pedro y a Cornelio?
¿Cómo podemos usar estas ideas para responder frente a los prejuicios de nuestra comunidad?
Ahora que conocemos algunas de las causas del prejuicio y hemos escuchado cómo respondieron Pedro y Cornelio frente al prejuicio, vamos a hablar sobre algunas maneras de responder a los prejuicios de nuestra comunidad.
Hoy, aprendimos que a menudo el prejuicio es causado por la falta de entendimiento, la influencia de otros y nuestras experiencias personales. La última vez, aprendimos a buscar lo bueno en la gente, observar las similitudes, reconocer nuestros defectos, aprender a valorar las diferencias y tratar de ver a los demás de la forma que Dios lo hace para evitar juzgar a las personas.
Según lo que hemos aprendido, ¿cuáles son algunas de las ideas prácticas que podemos usar para responder a los prejuicios de nuestra comunidad?
El prejuicio crece cuando no entendemos o no valoramos las diferencias. Una de las mejores maneras de superar el prejuicio es aprender la verdad sobre una persona o un grupo. Cuando conocemos cómo son realmente las personas, a menudo descubrimos que no son tan diferentes como creíamos. Realiza preguntas respetuosas y sé curioso sobre los demás, especialmente los que son diferentes. Escucha con respeto sus respuestas. Trata a otros con honra, incluso cuando no los conozcas. A medida que empieces a conocer a una persona o a un grupo de gente, ¡puedes descubrir que no son tan diferentes a ti!
Los prejuicios también aumentan cuando tenemos un concepto más alto de nosotros mismos y de quiénes son como nosotros. Escucha lo que nos dice la Biblia cuando pensamos más acerca de nosotros mismos que en los demás.
Si utilizas el Cartel del Versículo para Memorizar, muéstralo a los estudiantes.
No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos.
Filipenses 2:3
¿Cómo nos ayudaría a reaccionar frente al prejuicio si pensamos menos en nosotros mismos y más en los demás?
Permite que 2 o 3 estudiantes compartan sus pensamientos. Luego, guíalos a comprender que tratar a los demás con honra, como lo hicieron Pedro y Cornelio, fomenta las relaciones positivas con los demás en vez de promover el prejuicio.
Podemos responder al prejuicio tratando a los demás con honra y considerándolos más importantes que nosotros. Ahora aprendamos y honrémonos mutuamente.
Opcional: Si usas las Páginas del Alumno, dales tiempo para realizar la actividad.
Haz que los estudiantes formen círculos de 5 a 10 participantes. Los estudiantes tomarán turnos para compartir algo sobre sí mismos que puede ser diferente de otros o algo que los demás no sepan. Luego, el resto del grupo hará preguntas sobre esa diferencia. Comparte algunos ejemplos tuyos para ayudarles a entender y sentirse seguros de compartir con el grupo.
Recuérdales que deben escuchar las respuestas de manera respetuosa. Los estudiantes pueden compartir o hacer preguntas en cualquier orden. Está bien si algún estudiante comparte o pregunta más de una vez. No se requiere que los estudiantes compartan o formulen preguntas si no lo desean.
Después de 3 o 4 minutos, pídeles que respondan para sí mismos las siguientes preguntas.
Con la ayuda del Espíritu Santo, podemos comenzar a ver a los demás como lo hace Dios. Cuando oramos y confiamos en Dios, podemos lidiar con el prejuicio en nuestros propios corazones. Luego, es posible comenzar a cambiar los prejuicios en nuestra comunidad.
Finaliza la clase diciendo esta bendición por los estudiantes, basada en Romanos 12:18.
Bendición: Que elijas responder a los demás con paz y amor en vez de maltrato y juicio. Y en lo que dependa de ti, que vivas en paz con todos.
Si tienes tiempo, comparte esta canción con los estudiantes:
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