En la lección, la información que debes conocer está escrita en letra normal, y lo que se recomienda decir o leer en voz alta a los niños está en negrita. Todos los recursos para cada lección, incluyendo la Guía para el Maestro, la Página del estudiante, la Tarjeta de conexión familiar y otros materiales, pueden descargarse en un archivo ZIP haciendo clic en el siguiente enlace:
En algunas lecciones encontrarás "Artículos de recurso". Estos son textos escritos por expertos de todo el mundo que ayudan a los maestros en su labor con niños y adolescentes. Pueden compartirlos con padres o tutores si lo consideran apropiado.
Puse en el Señor toda mi esperanza; él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor.
Salmos 40:1
Puede ser muy difícil esperar con paciencia. Dios nos escucha cuando lo llamamos, pero a veces la respuesta no viene de inmediato. La paciencia involucra resistencia y perseverancia. También requiere confiar en quién es Dios, su carácter, poder y amor. Piensa en una ocasión de tu vida cuando aumentó tu paciencia. ¿Te sorprendió tener tanta paciencia? A veces Dios usa circunstancias difíciles para ayudarte a crecer en la paciencia.
No puedes leer sobre la paciencia en un libro e inmediatamente tener más paciencia. Tampoco hablar con un amigo y luego tener más paciencia. Cada vez que tu paciencia es probada, es una oportunidad para crecer. Recuerda que puedes confiarle tus problemas a Dios. Clama por su ayuda. Entrégale tu problema y cree que Él lo manejará, no importa cuánto tiempo tarde. Cuando confías en Dios, tu paciencia crecerá. ¡Dios escucha tus oraciones y te ayudará a ser paciente!
Anima a las familias a hablar sobre las cosas que tardan un largo tiempo, como los proyectos que hacen, o esperar que las plantas crezcan u otras cosas que toman tiempo para terminarse. Pueden contarle a los niños cómo tienen paciencia mientras esperan.
Consejo para el docente: Si es posible, envíe por correo electrónico o mensaje de texto la tarjeta de conexión familiar a las familias de sus estudiantes.
Da la bienvenida a los niños mientras ingresan a la clase. Pregúntales si hicieron algo durante la semana pasada donde necesitaron paciencia.
A medida que entraron a la clase, les pedí que pensaran en algo que hicieron la semana pasada donde necesitaron paciencia. Gira hacia la persona que está a tu lado y comparte si fue difícil tener paciencia en esa situación y por qué.
Deja que por 2–3 minutos los niños compartan con sus compañeros.
A veces la paciencia puede ser muy difícil. Hoy hablaremos acerca de tener paciencia en las situaciones que nos suceden. Para ayudarte a comenzar, ¡hagamos un juego!
Te sentarás con las manos apoyadas, al frente tuyo, en el suelo. No puedes moverlas hasta que yo te haga una señal levantando ambas manos sobre mi cabeza. Si mueves tus manos antes de mi señal, debes ponerte de pie y esperar que se acabe el juego. ¿Listo?
Siéntate en silencio con los niños por un minuto. No te muevas o digas nada a menos que lo necesites. Esto parecerá un tiempo muy largo, ¡incluso para ti! Si notas que algún niño está moviendo sus manos, de manera amable pídele que se ponga de pie. Después de un minuto, levanta ambas manos por sobre tu cabeza como indicando a los niños que se muevan.
¡Guau! Ese fue un tiempo largo, ¿verdad? Así es como se siente esperar por un minuto en silencio. Levanta la mano si pensaste que fue difícil sentarse y esperar a que yo hiciera la señal. A veces es muy difícil esperar cuando estás en medio de una situación. Hagamos el juego de nuevo. Esta vez haremos algo mientras esperamos.
Siéntate con los estudiantes por 2 minutos. Dales algunas distracciones mientras mantienen sus manos quietas en el suelo. Aquí hay algunas sugerencias: cantar, hacer un ritmo de clic con la lengua para que lo repitan los niños, o pedirles que sigan los movimientos que haces con tu cabeza. Al final de los 2 minutos, levanta ambas manos por sobre tu cabeza. Permite que 2–3 niños respondan a cada una de las siguientes preguntas.
¿Sabían que en esta oportunidad esperaron por 2 minutos? ¡Es el doble de tiempo que la primera vez que esperaron la señal!
Las respuestas pueden incluir: nos pudimos mover, hicimos cosas divertidas y otras respuestas similares.
Recuerda la paciencia es esperar o pasar por situaciones complicadas sin quejarte o enojarte. La paciencia significa que confías en Dios y sigues trabajando hacia algo.
Puede significar que esperas que un problema termine sin perder la esperanza. O a lo mejor, quiere decir esperar a que se cumpla una promesa.
Hay veces en tu vida donde tendrás que esperar para que suceda algo interesante. Hay otras veces en las que tendrás que esperar que algo difícil se termine. No tienes que parar todo en tu vida mientras esperas. De hecho, a menudo es más fácil esperar con paciencia cuando puedes pensar en otras cosas.
Quizás tengas que esperar por un largo tiempo para que cambien algunas situaciones. A veces puede tomar días, semanas, meses o incluso años. ¿Recuerdas la historia de Noé en el arca? Tomó un largo tiempo para que Noé, su familia y los animales del arca regresaran a tierra. Lo más importante que puedes hacer mientras esperas es confiar en que Dios te ayudará. ¡Él te ama!
Cuando algo malo sucede, seguramente quieras que esa situación mejore. Quizás tu padre está enfermo y no puede trabajar. A lo mejor estás en una situación donde alguien te está lastimando. Si alguien te está lastimando puedes contárselo a alguien de confianza y esperar a encontrar una solución juntos. Quieres que estas situaciones cambien. Sin embargo, a lo mejor cambien o quizás no. Pero puedes pedirle ayuda a Dios mientras esperas ver lo que sucederá. También puedes pedirle que te ayude a enfocarte en otras cosas mientras esperas. Dios puede darte esperanza al mostrarte las buenas cosas que pasan en tu vida.
Quizás, a veces, quieras que cambie una situación porque esperas que algo positivo suceda después. Y si toma un tiempo largo para que ocurra eso bueno, puedes perder la paciencia. Esto fue cierto para un matrimonio de la Biblia que esperaba tener un hijo.
Hoy leeremos una historia verdadera de la Biblia de un hombre que tuvo que esperar muchos años para que sucediera algo. En la historia, Dios le recuerda a Abram muchas veces que no había olvidado la promesa que le hizo. Mientras leemos, actuaremos partes de la historia. Mírenme y repitan las acciones que hago.
Escucha la historia verídica de Abram de la Biblia. Cuando escuchó por primera vez (pon la mano en tu oído) que Dios le prometió que a partir de su familia haría una gran nación, Abram tenía 75 años (Levanta 7 dedos y después 5). Él y su esposa no tenían hijos (indica “no”). Esto no fue un impedimento para escuchar a Dios.
Durante los siguientes 24 años de su vida, Dios continuó prometiendo a Abram que su familia se convertiría en una gran nación (extiende los brazos hacia los lados y mira a tu alrededor). Pero aún no tenía hijos (indica “no”). Durante este tiempo, la Biblia nos dice que Abram comenzó a dudar de lo que Dios le había prometido (baja la vista hacia el suelo). Mientras lees estos versículos de la Biblia, piensa si Abram es paciente con lo que está sucediendo.
Si es posible, lee estos versículos directamente de tu Biblia. Si es posible, comparte las imágenes de la Biblia en Acción.
Señor y Dios, ¿para qué vas a darme algo, si aún sigo sin tener hijos, y el heredero de mis bienes será Eliezer de Damasco? Como no me has dado ningún hijo, mi herencia la recibirá uno de mis criados.
Génesis 15:2–3
Recuerda, la paciencia es esperar o pasar por algo sin quejarse o enojarse. La paciencia significa que confías en Dios y sigues trabajando para lograr algo. Puede que sea esperar que algo difícil termine sin perder la esperanza. O quizás esperar que se cumpla una promesa.
Deja que 2–3 niños respondan a cada una de las siguientes preguntas.
A veces podemos ser como Abram, quién no fue paciente mientras esperaba los niños que Dios prometió darle. Abram dudó de que Dios cumpliría su promesa porque había pasado mucho tiempo. Dios le recordó la promesa de que un día tendría muchos hijos en su familia. Abram creyó a Dios y continuó esperando de forma paciente los hijos de la promesa.
Luego Dios habló a Abram por medio de un sueño. Dios le explicó el plan que tenía para su familia y que un día vivirían en una tierra que Dios les prometió. Abram continuó siguiendo a Dios y esperando que llegara un hijo.
Si es posible, comparte las imágenes de la Biblia en Acción.
La Biblia nos dice que Dios le cambió el nombre de Abram por Abraham que significa “padre de muchas naciones”. Cuando llegó el momento indicado, Dios le dijo a Abraham y a su esposa Sara que tendrían un hijo. Dios le dijo:
Así confirmaré mi pacto contigo, y multiplicaré tu descendencia en gran manera.
Génesis 17:2
Fue difícil para Abraham creer lo que Dios le dijo, pero Dios puede hacer cualquier cosa. Abraham tenía casi 100 años y Sara de 90. Habían esperado un tiempo muy largo, ¡cuando el milagro por el que habían esperado llegó finalmente! Nació su bebé. Lo llamaron Isaac. Escucha lo que dice la Biblia sobre Abraham:
Y así, después de esperar con paciencia, Abraham recibió lo que se le había prometido.
Hebreos 6:15
No fue fácil para Abraham esperar a que le naciera un hijo. De hecho, Dios tuvo que recordarle muchas veces que Él era fiel y cumpliría su promesa. Al igual que Abraham, a veces se nos hace difícil esperar. Ya sea que queramos que algo malo deje de suceder o el entusiasmo de que pase algo bueno, puede ser difícil tener paciencia. Esto es especialmente cierto cuando no tenemos control sobre el momento en que algo sucederá.
Mientras esperas que cambie una situación en tu vida, hay algunas cosas que pueden ayudarte a esperar con paciencia. Como vimos en la historia de Abraham y Sarah, puedes comenzar hablando con Dios. Escucha este versículo:
Puse en el Señor toda mi esperanza; él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor
Salmos 40:1
Dios te escucha cuando le hablas. ¡Él escucha y responde! A veces, hablar con Dios te puede tranquilizar y ayudar a ser paciente con una situación. Recuerda, la paciencia es esperar, o atravesar por algo sin quejarte o enojarte. La paciencia significa que confías en Dios mientras esperas y no pierdes la esperanza.
En el juego que hicimos al comienzo de la clase, esperaste con más paciencia cuando estabas ocupado haciendo otras cosas. ¡Hacer diferentes actividades cuando esperas es algo muy positivo!
Permite que 2–3 niños respondan las siguientes preguntas.
Las respuestas pueden incluir: jugar, pasar tiempo con amigos y otras actividades.
Formar grupos de 4–5 niños. Haz que cada grupo se siente en un círculo pequeño. A cada uno de los grupos dales 4 palos para hacer un cuadrado o dibujarlo en un papel o en la tierra. Que los niños pasen al frente de la clase y deja que cada uno recoja 3–4 elementos coloridos para usar en el mosaico.
En un momento, crearás un mosaico con tu grupo. Un mosaico es una imagen que está hecha de muchos objetos pequeños. Vamos a hacer un mosaico en los cuadrados que hiciste con tu grupo. Te turnarás para poner los elementos coloridos en el cuadrado del grupo, para crear un mosaico. Mientras esperas tu turno, haz algo para esperar muy tranquilamente como cantar, aplaudir o hablar en voz baja con alguien de tu grupo. Debes permanecer sentado y debes ser amable con los demás.
Mientras colocas cada elemento en el mosaico que tu grupo está creando, piensa en una situación donde necesitas paciencia. Quizás necesitas paciencia cuando tienes que cuidar a tu hermana pequeña mientras tu madre trabaja, porque preferirías jugar en vez de hacer eso. A lo mejor necesitas paciencia para confiar que Dios proveerá para tu familia. Cuando pongas los elementos en el mosaico, ora en voz baja, “Dios te esperaré con paciencia”.
A medida que los grupos trabajan en sus mosaicos, camina por la clase y ayúdales si es necesario. Si a los niños les cuesta esperar pacientemente, diles que le pidan ayuda a Dios y sugiéreles que hagan otra actividad mientras esperan.
Opcional: Si usas las Páginas del Alumno, pon un puñado de trozos de papel o cartón donde grupos de 4–5 niños puedan alcanzarlos. Permite que tengan 3 minutos para crear mosaicos.
Debemos recordar de ser pacientes con las cosas que ocurren en nuestras vidas. Dios es paciente con nosotros y nos desafía a ser pacientes también. Nuestro versículo para memorizar dice:
Si utilizas el cartel del versículo para memorizar, muéstralo a los niños.
Vale más el fin de algo que su principio. Vale más la paciencia que la arrogancia.
Eclesiastés 7:8
Lee el versículo 3 veces con los niños. Mientras lo dicen juntos, permite que los niños usen el mismo ritmo e instrumentos que utilizaron la última clase.
Finaliza la clase diciendo esta bendición por los niños, basada en Salmos 40:1.
Bendición: Que te vuelvas a Dios cuando esperes. Que le pidas ayuda para ser paciente.
Si tienes tiempo, comparte esta canción con los niños:
Copyright: VIDA POR VIDA © 2021 DAVID C COOK. SE PERMITE LA REPRODUCCIÓN SOLO PARA SER USADA EN EL AULA. TODOS LOS DEMÁS USOS REQUIEREN AUTORIZACIÓN POR ESCRITO. SOLICÍTELO POR CORREO ELECTRÓNICO A [email protected]. TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS.