En la lección, la información que debes conocer está escrita en letra normal, y lo que se recomienda decir o leer en voz alta a los niños está en negrita. Todos los recursos para cada lección, incluyendo la Guía para el Maestro, la Página del estudiante, la Tarjeta de conexión familiar y otros materiales, pueden descargarse en un archivo ZIP haciendo clic en el siguiente enlace:
En algunas lecciones encontrarás "Artículos de recurso". Estos son textos escritos por expertos de todo el mundo que ayudan a los maestros en su labor con niños y adolescentes. Pueden compartirlos con padres o tutores si lo consideran apropiado.
Si usas la actividad opcional, antes de la clase escribe las etapas del duelo en cinco hojas de papel. Son: Negación, Enojo, Negociación, Depresión, Aceptación. Muestra cada una de estas hojas al hablar de las etapas del proceso de duelo.
La semana que viene harán un drama. Elige a cinco estudiantes que son buenos lectores y dales copias del guión que está al final de la próxima lección. Pídeles que practiquen durante la semana para que lean su parte con expresión. Diles que no se olviden de traer su copia del guión la próxima semana.
Dichosos los que lloran, porque serán consolados.
Mateo 5:4
En esta lección presentarás a los estudiantes cinco etapas del proceso de duelo: negación, enojo, negociación, depresión y aceptación. Las etapas o fases que conducen a la aceptación traen sentimientos intensos e incómodos. Como fieles cristianos, podemos pensar que estas etapas son extremas o innecesarias; pero no es así. Cada etapa es un estado natural, y aun saludable, al pasar por el duelo y obtener sanidad.
Piensa en alguna gran pérdida que has tenido. ¿Tuviste espacio y tiempo para procesar tu aflicción, o sentías que tenías que ocultar tu dolor? Pasa tiempo ahora dejando que Dios te consuele. Él sabe lo que necesitas. Él conoce lo que piensas y siente, aun los sentimientos que has enterrado.
Informa a los padres que vas a enseñar a los estudiantes sobre el proceso de duelo. Diles que médicos y terapeutas han definido cinco pasos en este proceso: negación, enojo, negociación, depresión y aceptación. Dales también la información que está en el Artículo de Recurso que aparece antes de esta lección.
Consejo para el docente: Si es posible, envíe por correo electrónico o mensaje de texto la tarjeta de conexión familiar a las familias de sus estudiantes.
Saluda personalmente a cada alumno cuando llegue, pronunciando el nombre de cada niño. Esta lección aborda un tema muy difícil: el proceso de duelo. Así que aprovecha el momento de la llegada para mostrar a cada uno que te preocupas por ellos. Pregunta a cada uno cuál ha sido su mejor momento de esta semana.
Dile a los estudiantes que se sienten en círculo. Pide voluntarios, uno por vez. Susurra en el oído del niño una de las emociones escritas a continuación y pídele que actúe esa emoción con su cuerpo y las expresiones faciales. Los demás deben tratar de adivinar la emoción que su compañero está tratando de representar. Repite este proceso varias veces con otros voluntarios. Éstos son algunas emociones que puedes usar:
Generalmente no es fácil. La gente expresa sus sentimientos de diferentes formas. Nuestro rostro y todo el cuerpo dicen mucho acerca de lo que estamos sintiendo, pero no todo.
Como las personas muestran sus emociones de formas diferentes, en ocasiones es difícil comprender lo que realmente están sintiendo. Piensen en el enojo. Por lo regular, se ve que una persona está enojada porque su cara se pone roja, porque aprieta los puños, porque grita, o porque está angustiada. Sin embargo, algunas personas muestran su enojo quedándose calladas o dejando de comer. A veces ni siquiera entendemos nuestros propias emociones.
Las emociones que muestran duelo o pérdida a menudo son los más difíciles de identificar de inmediato. Cuando alguien muere o pierdes algo que es importante para ti, es natural que te aflijas. La mayoría lloramos al principio, pero conforme pasa el tiempo, escondemos nuestros sentimientos; pero no se van. Esto es malo para nosotros. Otros creen que estamos bien, y no hacen nada por ayudarnos. En realidad, estamos escondiendo nuestro dolor, y generalmente eso nos lastima. ¿Por qué? Porque nuestro corazón no está sanando de la manera que necesitamos para vivir tranquilos hoy y en el futuro.
Diles que por muchos años se ha estudiado el tema del duelo. Se ha descubierto que las personas en duelo pasan por etapas. Comparte la siguiente información:
Ahora vamos a hablar de las etapas o fases del duelo. A todas las personas no les lleva el mismo tiempo pasar por las etapas de duelo. Algunas personas tardan semanas, otras tardan meses, y en algunas ocasiones a alguien le lleva años superar una pérdida.
No todos pasan por todas las etapas del duelo. Las personas no siempre pasan por las etapas en el mismo orden. Alguien puede pasar por una etapa más de una vez. No obstante, Dios está con nosotros en cada etapa; va a nuestro lado y nos consuela. Hagamos un estudio de cada una de las cinco etapas.
Materiales opcionales: Saca tus papeles con las cinco etapas del duelo: Negación, Ira, Negociación, Depresión, Aceptación. Muestra cada hoja al hablar del tema.
NEGACIÓN: la negación es cuando una persona está sacudida por la pérdida y no puede creer que sea cierto. Ella piensa: “¡Esto le pasa a otros, a mí no!”
Dile a los estudiantes que tienen 15 segundos para hacer una rápida “imagen congelada” que muestre la etapa de negación del duelo. Pueden pararse y usar su cuerpo y expresiones faciales para expresar la negación. Anímalos a mantener su “imagen congelada” por otros 10–20 segundos mientras pasas a mirar cada una.
ENOJO O RESENTIMIENTO: el enojo o resentimiento por lo general es la segunda etapa del duelo. Las personas que están en duelo se enojan con cualquier persona que creen que es responsable de provocar la pérdida. Sienten una angustia emocional tan grande que a veces se enojan con los médicos o con Dios, o aún con la persona que murió. Ésta es una etapa normal del duelo. Cuando alguien está en esta etapa es fácil pensar que ha perdido la fe en Dios. Pero no es así. La persona necesita expresar su frustración y pasar por esta etapa del duelo.
Pida a los estudiantes que se vuelvan a alguien sentado a su lado. Anímalos a mostrar con expresiones faciales las emociones que puedan tener en la etapa de enojo o resentimiento.
NEGOCIACIÓN: la negociación es a menudo la siguiente etapa del proceso de duelo. La persona trata de negociar con Dios para que haga algo por la pérdida, y promete hacer alguna cosa apara Dios. La persona que dice: “Si me devuelves a mi madre me convierto en cristiano” es un ejemplo de alguien que negocia.
DEPRESIÓN: otra etapa del duelo es la depresión. Éste es un sentimiento de desesperanza, cuando la persona piensa que nada tiene propósito. La depresión es un sentimiento paralizante, porque impide que hagamos las cosas que queremos hacer o que necesitamos hacer. Casi todos los que han experimentado una pérdida pasan por depresión. La gente que pasa por esta etapa transita hacia la última etapa: la aceptación.
Pide a los niños que cierren sus ojos. Sin mirar, deben levantar la mano si alguna vez se sintieron deprimidos después de experimentar una gran pérdida o tristeza. Tal vez les pareció que habían perdido la esperanza. Quizá se sienten así ahora. Después de varios segundos, diles que bajen la mano y que abran los ojos.
ACEPTACIÓN: un niño en la etapa de aceptación puede decir algo como: “Extraño a mi hermano, pero sé que él amaba a Jesús y que está feliz en el cielo. Pero siempre lo voy a extrañar”. Ha aceptado la verdad de que su hermano está muerto y que no puede cambiar la pérdida. Está agradecido por haber tenido a su hermano, y ahora está listo para seguir con su vida. Esto no significa que ha olvidado a su hermano o que ya no lo extraña. Éste es un buen estado de ánimo.
Cuando comprendemos el proceso de duelo, no necesitamos preocuparnos de que la persona que está en duelo haya dejado de confiar en Dios. Comprenderemos que su estado de ánimo es normal y que está superando su pérdida.
También hay otros dos pasos que experimentan muchos niños en su dolor: culpa y miedo. Ellos muchas veces se sienten culpables y piensan que de alguna manera han causado la pérdida. Debido a que no entienden las causas de una pérdida, se sienten responsables de la misma. El abandono es un ejemplo. “Mi mamá no me habría dejado si yo hubiera sido una mejor persona.” Obviamente, el razonamiento del niño no es correcto.
Los niños por lo general tienen miedo de que aquello que les pasó a un pariente cercano también les vaya a pasar a ellos. Lo que no entienden, eso temen. Por ejemplo, un niño puede pensar: “Su madre tiene SIDA y se está muriendo. Temo que mi mamá va a contraer el SIDA y también se va a morir.”
Ahora les voy a leer declaraciones que un amigo que está en duelo puede decir. Después de cada declaración, les haré una o dos preguntas. Después les diré lo que la Biblia podría decir a esa persona.
Materiales opcionales: Coloca al frente del salón de clases las cinco hojas en las que ha escrito las etapas del duelo para que los estudiantes puedan referirse a ellas durante esta actividad.
1. Mi hermana tiene cáncer y se está muriendo. Si me porto bien y no desobedezco a mamá, seguramente Dios la sanará y ella no va a morir.
Esta persona se encuentra en la etapa de negociación.
Oh Dios, escucha mi clamor y atiende a mi oración. Desde los confines de la tierra te invoco, pues mi corazón desfallece; llévame a una roca donde esté yo a salvo. Porque tú eres mi refugio, mi baluarte contra el enemigo. Anhelo habitar en tu casa para siempre y refugiarme debajo de tus alas.
Salmos 61:1–4
Dios nos ama. Sólo Dios determina el número de nuestros días. No podemos negociar con Dios, pero siempre podemos venir a Él y refugiarnos en Él.
2. Mi hermanita no puede estar muerta. Los niños no mueren.
Esta persona se encuentra en la etapa de negación.
Todos morimos, así que los que viven deberían tenerlo muy presente
Eclesiastés 7:2b, NTV
Es muy triste cuando los niños mueren. Todos van a morir algún día. A Dios le importa el dolor que sentimos por la muerte de alguien y quiere consolarnos.
3. Temo que me voy a enfermar y morir como pasó con mi hermano.
Esta persona probablemente siente miedo. Tiene miedo de enfermarse y morir como pasó con su hermano.
Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa.
Isaías 41:10
En cualquier cosa que te pase en la vida, ¡Dios está presente para ayudarte!
4. Dios, te odio porque dejaste que mi padre se muera.
Esta persona se encuentra en la etapa de enojo o resentimiento.
Por medio de un solo hombre el pecado entró en el mundo, y por medio del pecado entró la muerte; fue así como la muerte pasó a toda la humanidad, porque todos pecaron.
Romanos 5:12
La Biblia dice que la muerte entró en el mundo al principio, cuando Adán y Eva pecaron. Dios no te juzga si le dices cómo te sientes realmente. Después de hacerlo, haz silencio y escucha atentamente lo que Él podría traer a tu mente desde su Palabra. Dios ha abierto el camino para que las personas que creen en Jesús puedan vivir con Él para siempre.
Entonces Jesús le dijo [a Marta]: “Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá, aunque muera”.
Juan 11:25
5. Nunca voy a superar la pérdida de mi brazo en el accidente. Ahora soy inútil.
Esta persona se encuentra en la etapa de depresión.
¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia?
Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.
Romanos 8:35, 38–39
Pueden pasarnos cosas muy difíciles y dolorosas que nos hacen cuestionar nuestro valor. Aunque sea difícil entenderlo, podemos aprender que el amor de Dios por nosotros es mayor que nuestras circunstancias. También podemos aprender que nuestro valor está en Dios, no en nuestras circunstancias.
6. Extraño a mi mamá, pero sé que amaba Jesús. Ella está feliz en el cielo; pero siempre la echaré de menos.
Esta persona se encuentra en la etapa de aceptación.
Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación, quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que con el mismo consuelo que de Dios hemos recibido, también nosotros podamos consolar a todos los que sufren.
2 Corintios 1:3–4
Dios nos consuela cuando estamos de duelo. Podemos consolar a los que sufren gracias al consuelo que hemos recibido.
Materiales opcionales:
Si usas las Páginas del Alumno, los niños deben repasar las etapas y responder al versículo en la página.
Si usas La Biblia en Acción, pide a los niños que lean allí la historia basada en 2 Reyes 5 en las páginas 406–409. Antes de que comiencen, diles que presten especial atención a la niña de vestido rosado. Ella era esclava; la habían llevado de su patria y lejos de sus padres. La Biblia no dice mucho acerca de ella, ni siquiera si sus padres estaban vivos o muertos. Es posible que hayan muerto en la guerra entre su país y el país donde ahora vivía. Probablemente ella no sabía lo que les había pasado a sus padres, y seguramente nunca lo sabría. Ella tuvo buena suerte porque era esclava de un hombre y una mujer que la trataban bien. Pero sabía que probablemente nunca volvería a su patria.
Después de la historia, divide la clase en grupos pequeños y pide a los niños que hablen acerca de esta niña y de cómo creen que ella se habrá sentido.
Opción final
Pide que los niños se sitúen en distintos lugares del salón de clases; pero deben poder verte y oírte claramente.
Vamos a dedicar unos minutos a orar por amigos que conocemos que están afligidos. Cierra los ojos. En tu mente, imagina a un niño que conoces que está angustiado o está de duelo. Pon una mano en tu regazo y levanta un dedo en esa mano. Ese dedo representa al niño por el que estás orando. Ora en silencio que Dios ayude a esa persona a pasar por el proceso de duelo con un buen estado de ánimo. Pronuncia el nombre del niño cuando hables con Dios.
Sigue orando por niños que conoces que están de duelo, y levanta un dedo por cada niño. Si estás sufriendo por una pérdida en tu vida, ora también por ti mismo. No te olvides de levantar un dedo si oras por ti mismo. Sigue hasta que hayas orado por todos los niños que conoces que están afligidos por la muerte de un ser amado o por otro motivo.
Dale a los niños unos minutos para que oren en silencio. Después lee el Salmo 34:18 en voz alta. Léelo directamente de la Biblia. Si utilizas el Cartel del Versículo para Memorizar, muéstralo a los estudiantes
El Señor está cerca de los quebrantados de corazón, y salva a los de espíritu abatido.
Salmos 34:18
Cuando estás triste, Dios está triste contigo. Él promete estar cerca de los que están sufriendo por una pérdida y que sienten algo como que se les rompe el corazón.
Pide que los niños cubran con la otra mano los dedos que han levantado.
Imagina que tu otra mano es Dios. Voy a hacer una oración. Mientras oro, imagina que Dios pone sus brazos suavemente alrededor de los niños por quienes has orado.
Amado Señor Jesús, consuela a cada niño representado por nuestros dedos levantados. Tú sabes el nombre de cada uno. Sabes también por qué están sufriendo. Tú has prometido estar cerca de ellos; ayúdales a saber que estás con ellos. Amén.
Dile a los estudiantes dos cosas antes de finalizar la clase.
Éstas son dos cosas para recordar: Primero, Dios puede darte la oportunidad de consolar a tus amigos afligidos por los que has orado. Si lo hace, puedes hablarles del proceso de duelo y pueden orar juntos para que Dios ayude a tu amigo en medio del duelo.
Luego, es posible que tú seas el niño que está angustiado. Estoy disponible para hablar contigo y orar, si lo deseas.
Pide que los alumnos se reúnan, de pie, para recibir la bendición.
Bendición: Cuando estás triste y te sientes solo, Dios está contigo. Cuando parece que nadie se da cuenta de tu dolor, Dios está contigo. Cuando te sientes deprimido y sin esperanza, Dios está contigo. Que sientas Sus brazos alrededor de ti, y que puedas consolar a otros como Dios te consuela.
Si tienes tiempo, comparte esta canción con los niños:
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