En la lección, la información que debes conocer está escrita en letra normal, y lo que se recomienda decir o leer en voz alta a los niños está en negrita. Todos los recursos para cada lección, incluyendo la Guía para el Maestro, la Página del estudiante, la Tarjeta de conexión familiar y otros materiales, pueden descargarse en un archivo ZIP haciendo clic en el siguiente enlace:
En algunas lecciones encontrarás "Artículos de recurso". Estos son textos escritos por expertos de todo el mundo que ayudan a los maestros en su labor con niños y adolescentes. Pueden compartirlos con padres o tutores si lo consideran apropiado.
De modo que se toleren unos a otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes.
Colosenses 3:13
Todos hemos pecado, y nuestro pecado ha herido a alguien. Cuando confesamos nuestro pecado a Dios, ¡Él es fiel para perdonarnos! Pero el Señor también quiere que nuestras relaciones con los demás sean restauradas. Piensa en las personas a quienes has ofendido. Ora, y sigue estos pasos de perdón para comenzar el proceso de restauración:
Si necesitas pedir perdón a alguien, conversa esta semana con la persona, si es posible. Dios quiere que vivamos en la libertad que proviene de recibir su perdón, y también de los demás.
Informa a los padres y tutores de tus alumnos que esta semana los niños van a aprender acerca de la importancia de pedir perdón a los demás. Anima a las familias a que pregunten a los niños sobre los cuatro pasos que deben seguir al pedir perdón.
Consejo para el docente: Si es posible, envíe por correo electrónico o mensaje de texto la tarjeta de conexión familiar a las familias de sus estudiantes.
Comienza la clase con un juego para ayudar a los niños a aprender más sobre el perdón. Forma cuatro equipos de dos personas cada uno. Las parejas deben ser varones con varones y niñas con niñas. Da a una persona de cada equipo la bolsa con los objetos pesados. Los otros niños pueden animar a uno de los equipos.
El niño de cada pareja que tiene la bolsa con los objetos pesados será el “dador de la carga” y el otro será el “corredor”. Todos pónganse en fila con su pareja, en un lado del salón. Escuchen atentamente esta situación y sigan mis instrucciones.
El “dador de la carga” ha dicho o hecho algo feo al “corredor”. El “corredor” está tan herido que no cree que pueda perdonar al “dador de la carga”. Él está agobiado por la angustia y no puede dejar de pensar en su corazón herido.
Dile a cada “dador de la carga” que dé la bolsa pesada a su compañero, el “corredor”.
El “dador de la carga” se parará detrás del “corredor”, con las manos en los hombros del “corredor”. Esto muestra que la falta de perdón del “corredor” es como una carga pesada. Su libertad es limitada. El “dador de la carga” no debe soltar los hombros del “corredor” hasta que él suelte la carga.
Cuando yo diga: “¡Vayan!”, cada “corredor” debe caminar hacia el otro lado del salón. Las parejas deben permanecer juntas.
Cuando lleguen al otro lado, el “dador de la carga” le pedirá perdón al “corredor”. Entonces el “corredor” dirá: “te perdono” y dejará caer la carga pesada. En ese momento el “dador de la carga” soltará al “corredor”, y juntos correrán hacia el otro lado
Grita: “¡Vayan!” para que los niños pasen al otro lado del salón. Presta ayuda cuando sea necesario, para estar seguro de que nadie se lastime. Después de que todas las parejas hayan regresado al inicio, que los niños se sienten. Haz las siguientes preguntas, y permite a dos niños que respondan cada una de ellas:
¿Qué equipo ganó este juego?
Después que los niños respondan, señala que todos ganaron, cuando alguien pidió perdón y cuando perdonaron.
Al no perdonar, ¿cómo afectó esto al “corredor”?
No podía moverse libremente.
Cuando el “corredor” no perdonó, ¿cómo afectó esto al “dador de la carga”?
El “dador de la carga” también estaba atrapado en la relación. No podía moverse libremente.
¿Cómo te sentiste cuando el “dador de la carga” soltó al “corredor”?
La semana pasada hablamos acerca de aceptar el perdón de Dios. Hoy hablaremos más sobre el perdón.
¿Quién recuerda lo que es el perdón?
El perdón significa soltar u olvidar un daño o una ofensa que se nos hizo. No significa que lo que nos pasó estaba bien. Pero sí quiere decir que decidimos que no vamos a dejar que lo que pasó nos oprima, así como el “dador de la carga” oprimía al “corredor”. Cuando perdonamos, soltamos nuestro enojo y nuestra amargura. Para los cristianos, esto significa también que confiamos en que Dios decida las consecuencias de ese mal.
Es importante que aprendamos a perdonar y también a cómo aceptar el perdón. Es difícil perdonar, pero Dios quiere que perdonemos. Escuchen esta historia bíblica acerca de dos hermanos que tenían algo que necesitaban perdonar.
Opcional: Si usas La Biblia en Acción, los niños pueden leer “El estofado de la primogenitura”, en las páginas 68–70, y “El robo de la bendición”, en las páginas 71–75.
En tiempos del Antiguo Testamento, el hijo mayor tenía el derecho a la primogenitura y a una bendición especial. La primogenitura le daba en herencia el doble de la riqueza del padre, dos veces más de lo que sus hermanos recibían.
¿Recuerdan a Abraham y a Isaac, su hijo milagroso? Isaac y su esposa, Rebeca, tenían gemelos, llamados Esaú y Jacob. Esaú era el hijo mayor. Se suponía que debía recibir la primogenitura y la bendición especial.
Esaú era el hijo favorito de Isaac. Esaú era un gran cazador y un hombre muy velludo. Jacob, el hijo menor, era el favorito de Rebeca. Él prefería quedarse en casa, en las tiendas de campaña de la familia.
Un día, Esaú llegó a casa después de un largo día de haber ido a cazar. Tenía mucha hambre. Jacob había preparado un guiso.
—Me muero de hambre —dijo Esaú a su hermano—. Dame un poco de tu guiso.
Jacob dijo que le daría del guiso, pero sólo si Esaú le daba su primogenitura. Esaú aceptó vender su primogenitura por un plato de lentejas. ¡Qué cosa más necia hizo! Regaló una doble porción de la riqueza de su padre por un plato de comida.
Opcional: Si es posible, comparte les imágenes de La Biblia en Acción.
Muchos años después, cuando Isaac era viejo y estaba ciego, le pidió a Esaú que fuera de caza y le preparara un guisado. Isaac prometió que cuando Esaú regresara lo iba a bendecir.
Mientras que Esaú estaba de caza, Jacob y su madre decidieron engañar a Isaac. Como estaba ciego, podían hacerle pensar que Jacob era Esaú, para así robar su bendición.
Rebeca preparó un guiso tal como le gustaba a Isaac. Jacob se vistió con ropas de Esaú y se puso pieles de cabra en los brazos y el cuello, para que pareciera velludo y oliera como Esaú.
Jacob llevó el guiso a su padre. Cuando Isaac olió la ropa de Esaú y sintió las pieles de cabra en los brazos y el cuello de Jacob, pensó que estaba hablando con Esaú, y dio la bendición a Jacob.
Esaú regresó con carne fresca y descubrió que su hermano menor había engañado a su padre. Esaú estaba tan enojado que quería matar a Jacob. Al temer por su vida, Jacob huyó a un país lejano y vivió con la familia de su madre.
Cuando alguien nos hace daño, es normal que estemos enojados y heridos. Pero si no aprendemos a perdonar a esa persona, el enojo y el dolor pueden volverse en amargura y causarnos mucho dolor en nuestro corazón. Eso es como en el juego que hicimos. La carga que llevamos no nos deja libres para seguir adelante.
Muchos años después, Jacob quería volver a su casa. Tenía miedo de que Esaú aún quisiera matarlo; pero esperaba que su hermano lo aceptara. Cuando los dos hermanos se acercaron, Jacob se inclinó a tierra siete veces.
En lugar de tratar de matar a su hermano, Esaú corrió hacia Jacob y lo abrazó. Los dos hermanos lloraron.
¿Te sorprende que Esaú reaccionó así al ver a su hermano Jacob?
Cada uno de nosotros, alguna vez. hemos herido a otra persona mediante nuestras palabras o nuestras acciones. Todos necesitamos pedir perdón a alguien. La Biblia no dice si Jacob pidió perdón a Esaú; pero vemos que su relación fue restaurada. Escuchen un versículo de la Biblia acerca de la razón por la que nos perdonamos.
Si utilizas el Cartel del Versículo para Memorizar, muéstralo a los estudiantes.
De modo que se toleren unos a otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes.
Colosenses 3:13
Todos pecamos contra otros y los herimos, así como Jacob pecó contra Esaú. Pero ¿cómo podemos pedirle perdón a alguien? Les voy a dar algunos pasos que les ayudarán a pedir perdón cuando hayan lastimado a otra persona.
Lee los siguientes pasos a los niños. Pide que ellos levanten un dedo por cada paso. Levantar los dedos les ayudará a recordar los pasos. Haz hincapié en las palabras subrayadas.
Repite los pasos de nuevo, levantando un dedo por cada paso. Observa si los niños pueden recordar las palabras subrayadas, sin tu ayuda.
Ahora vamos a practicar estos pasos. Busca una pareja y decidan quién será el Amigo 1 y el Amigo 2. Voy a leer una situación. Después de que yo lea la situación, el Amigo 2 tendrá la oportunidad de responder de una o dos formas:
Recuerden que deben usar los pasos que acabamos de aprender. Pide a Dios que te perdone. Pide perdón a la persona. Escucha su respuesta. Perdónate a ti mismo.
Ahora que han practicado esto en una situación simulada, quiero que piensen en una situación real en su vida. No respondan a esta pregunta en alta voz. Basta que piensen en su respuesta.
Es posible que la persona a quien necesitas pedir perdón haya muerto o se haya mudado. Puede ser que sea peligroso que hables con la persona. Aún así, tienes que pedirle perdón, así que habla con Dios de tu situación. Pídele que te perdone. Pide también a Dios que ayude a esa persona para que te perdone, para que puedas soltar la carga pesada de no perdonar. Si no estás dispuesto a hablar con Dios, siempre puedes hablar con un adulto de confianza acerca de tu situación.
Opcional: Si usas las Páginas del Alumno, que los niños hagan allí una actividad acerca del perdón.
Finaliza la clase diciendo esta oración por los niños, basada en Colosenses 3:13.
Bendición: Ámense unos a otros y perdónense unos a otros. Que Dios les ayude a perdonar, así como Él les perdona. ¡Dios quiere que tu corazón esté libre de cargas!
Si tienes tiempo, comparte esta canción con los estudiantes:
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