En la lección, la información que debes conocer está escrita en letra normal, y lo que se recomienda decir o leer en voz alta a los niños está en negrita. Todos los recursos para cada lección, incluyendo la Guía para el Maestro, la Página del estudiante, la Tarjeta de conexión familiar y otros materiales, pueden descargarse en un archivo ZIP haciendo clic en el siguiente enlace:
En algunas lecciones encontrarás "Artículos de recurso". Estos son textos escritos por expertos de todo el mundo que ayudan a los maestros en su labor con niños y adolescentes. Pueden compartirlos con padres o tutores si lo consideran apropiado.
Mientras Moisés mantenía los brazos en alto, la batalla se inclinaba
en favor de los israelitas; pero, cuando los bajaba, se inclinaba en favor de
los amalecitas. Cuando a Moisés se le cansaron los brazos,
tomaron una piedra y se la pusieron debajo para que se sentara en ella;
luego Aarón y Jur le sostuvieron los brazos, uno el izquierdo y otro el derecho, y así Moisés pudo mantenerlos firmes hasta la puesta del sol.
Éxodo 17:11–12
Dios escogió a Moisés para que sacara a su pueblo de Egipto. Muchas veces levantó su vara y vió a Dios hacer cosas milagrosas. Pero esta vez el esfuerzo era demasiado. Sus brazos estaban cansados; necesitaba ayuda.
¿Están cansados tus brazos? ¿tienes una responsabilidad que te parece demasiado grande o agotadora para cumplirla sin ayuda? ¿a quién podrías pedir ayuda? Tal vez alguien ya te ha ofrecido ayuda, pero es difícil para ti aceptarla. Si estás luchando para perseverar en una situación o una tarea difícil, esta semana pide ayuda a alguien. Si no sabes quién podría ayudarte, pide a Dios que te muestre a quién dirigirte. Dios quiere ayudarte a perseverar.
Informa a los padres o tutores de tus alumnos que los niños estarán aprendiendo que otros pueden ayudarnos a perseverar. Anímalos a hablar sobre esta pregunta: ¿cómo pueden los amigos ayudarnos a perseverar?
Consejo para el docente: Si es posible, envíe por correo electrónico o mensaje de texto la tarjeta de conexión familiar a las familias de sus estudiantes.
Forma grupos de cinco niños. Entrega a cada grupo 6 trapos o trozos de cartón. (Si no tienes más de 6 trapos disponibles, los grupos pueden turnarse). Pide a los niños que imaginen que hay un río muy ancho lleno de cocodrilos que corre por el centro del salón de clases. La única forma segura de cruzar el río lleno de cocodrilos es usando “barcos”, los 6 trapos o pedazos de papel que diste a los niños. Tu tarea es conseguir que todo tu equipo pase de un lado al otro del salón, sin caerse al río o sin ser comido por los cocodrilos. Trabajando juntos, deben encontrar la forma de que todos los miembros del equipo crucen el río. Es importante que el “río” sea lo suficientemente ancho para que esto requiera que los niños trabajen juntos. Cada grupo tratará de encontrar una forma diferente de hacer la actividad. Da varios minutos a los equipos para que trabajen juntos para resolver el problema.
Si alguno de los equipos no puede pensar en alguna forma de hacer la actividad, aquí te damos algunas ideas de cómo los niños pueden trabajar juntos para cruzar el río:
Cuando todos estén al otro lado del río, que los niños se sienten con su equipo para hablar acerca del juego.
¿Qué aprendieron ayudándose a perseverar unos a otros?
¿Cómo creen que esto puede ayudarles a perseverar en la vida?
Cada uno de ustedes necesitó la ayuda de sus compañeros para poder cruzar el río. Hoy escucharán la historia bíblica acerca de un líder bien conocido que necesitó la ayuda de sus amigos para perseverar.
Los amalecitas eran enemigos de los israelitas, el pueblo de Dios. Un día los amalecitas llegaron donde los israelitas estaban viviendo, en el desierto, y los atacaron. Moisés era el líder de los israelitas, y Josué era su ayudante. Moisés dijo a Josué que escogiera algunos hombres y que fuera a pelear contra los amalecitas. Moisés le dijo a Josué: “Mañana yo estaré en la cima de la colina con la vara de Dios en la mano”.
Opcional: Si es posible, comparte la imagen de La Biblia en Acción.
Moisés fue a la cima de la colina con su hermano Aarón y su amigo Jur, mientras Josué y sus hombres peleaban contra los amalecitas. Cuando Moisés levantaba las manos, los israelitas ganaban la batalla; pero cuando Moisés las bajaba, los amalecitas ganaban.
Pide a los niños que se paren y levanten los brazos sobre la cabeza. Pueden imaginar que sostienen una pesada vara de madera. Anímalos a mantener los brazos en alto hasta que les empiece a doler. Tú puedes continuar con la lección mientras siguen con los brazos en alto. Observa quién puede sostener los brazos en alto por más tiempo.
Moisés necesitaba perseverar para que los israelitas siguieran ganando. ¿Cómo creen que se sintieron sus brazos después de un rato?
Cansados, adoloridos, temblorosos.
Leamos directamente de la Biblia para averiguar cómo Moisés perseveró cuando sus brazos estaban cansados.
Si es posible, lee Éxodo 17:12–13 de tu Biblia. También está impreso aquí:
Cuando a Moisés se le cansaron los brazos, tomaron una piedra y se la pusieron debajo para que se sentara en ella; luego Aarón y Jur le sostuvieron los brazos, uno el izquierdo y otro el derecho, y así Moisés pudo mantenerlos firmes hasta la puesta del sol. Fue así como Josué derrotó al ejército amalecita a filo de espada.
Éxodo 17:12–13
¿Cómo perseveró Moisés, manteniendo sus manos levantadas, hasta que los israelitas derrotaran al ejército enemigo?
Con la ayuda de Aarón y Jur, que le alzaron las manos.
¿Qué podemos aprender de esta historia acerca de la perseverancia?
Moisés era el líder de una gran nación. Los israelitas esperaban que él fuera fuerte. Sin embargo, ¡aun Moisés necesitaba ayuda de otros para perseverar! Como Moisés, todos a veces necesitamos ayuda para perseverar. Pedir ayuda a alguien no es señal de debilidad; más bien, es señal de fuerza. Eso muestra que eres sabio. También muestra que entiendes que con ayuda puedes hacer mejor las cosas.
Mira a un compañero y comenta de alguna situación cuando necesitaste la ayuda de otra persona para hacer algo. Por ejemplo, puedes haber necesitado la ayuda de un profesor, para aprender a leer o la ayuda de un amigo cuando te caíste y te lastimaste.
Permite que los niños tengan dos o tres minutos para contar su experiencia a un compañero. Luego comenta acerca de alguna vez en que tú necesitaste la ayuda de alguien.
Es importante aceptar la ayuda de otros para perseverar cuando tenemos que hacer cosas difíciles. Pero también es importante aceptar la ayuda de Dios. Les voy a leer Hebreos 13:5–6. Escuchen lo que dice acerca del Señor.
Si utilizas el Cartel del Versículo para Memorizar, muéstralo a los estudiantes.
Dios ha dicho: Nunca te dejaré; jamás te abandonaré. Así que podemos decir con toda confianza: El Señor es quien me ayuda; no temeré.
Hebreos 13:5b–6a
¿Qué aprendemos de este pasaje acerca del Señor?
Que el Señor es quien nos ayuda.
Dios es poderoso, sabio, fuerte y bueno. Él no quiere que pases solo por situaciones difíciles. Dios no espera que perseveres por ti mismo. ¡Él promete estar siempre contigo, y quiere ayudarte!
Les voy a leer algunas situaciones en las que tal vez quisieran perseverar, pero es muy difícil que lo hagan solos. ¿A quién podrían acudir en busca de ayuda?
Haz una pausa después de cada situación para que los niños piensen en alguien a quien podrían pedir ayuda. Permite que dos niños respondan después de cada situación.
Opcional: si usas las Páginas del Alumno, los niños pueden responder allí.
Haz una pausa de un minuto para que los niños piensen.
Dios siempre está contigo. La Biblia dice que Él es nuestro ayudador. Si quieres pedir a Dios que te ayude, pasa unos minutos diciéndole las cosas en que necesitas ayuda para perseverar. Puedes pedirle que te dé ideas para que sepas qué hacer. Puedes pedirle que te ayude a ser valiente para pedir ayuda a otra persona. Si no quieres pedir ayuda a Dios, piensa en cómo pedir ayuda a alguien que te podría ayudar a perseverar.
Después de la pausa, pide a los niños que formen un círculo grande. El propósito es que se turnen en nombrar situaciones difíciles o cosas en las que quieren perseverar. Pueden decir algo como: “Quiero perseverar en ir a comprar pan para el desayuno todos los días, sin quejarme”. Asegura a tus alumnos que está bien si no quieren decir nada.
Cada vez que un niño nombre una situación o tarea difícil, la clase responderá gritando a una voz:
Con la ayuda de Dios y la ayuda de otros, ¡puedes hacerlo!
Da un ejemplo de tu vida diciendo algo en lo que tú quieres perseverar y guía a la clase para que respondan de la misma manera.
Cuando todos hayan tenido la oportunidad de decir algo, finaliza la clase orando por los niños la siguiente bendición, basada en Hebreos 13:5–6.
Bendición: pido que Dios, tu buen y poderoso ayudador, te dé humildad, sabiduría y valor para que aceptes la ayuda de los demás. Es mi oración que Dios provea personas en tu vida que puedan ayudarte a perseverar en situaciones difíciles.
Si tienes tiempo, comparte esta canción con los estudiantes:
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