En la lección, la información que debes conocer está escrita en letra normal, y lo que se recomienda decir o leer en voz alta a los niños está en negrita. Todos los recursos para cada lección, incluyendo la Guía para el Maestro, la Página del estudiante, la Tarjeta de conexión familiar y otros materiales, pueden descargarse en un archivo ZIP haciendo clic en el siguiente enlace:
En algunas lecciones encontrarás "Artículos de recurso". Estos son textos escritos por expertos de todo el mundo que ayudan a los maestros en su labor con niños y adolescentes. Pueden compartirlos con padres o tutores si lo consideran apropiado.
Ya no hay judío ni griego, esclavo ni libre, hombre ni mujer, sino que todos ustedes son uno solo en Cristo Jesús.
Gálatas 3:28
Nuestro mundo está lleno de discriminación. Juzgamos a los demás de acuerdo a su origen étnico, idioma, clase social y género. Valoramos a las personas según lo que dicen o por su apariencia física. Sin embargo, Dios no se fija en lo que nosotros miramos. A sus ojos, aquellos que creen en Él son uno, independientemente de cuánto dinero tengan, la tribu a la cual pertenecen, la iglesia que asisten, o sean hombres o mujeres. Jesús ofrece salvación para todas las personas, y Dios nos da a todos nosotros la responsabilidad de compartir su amor y mensaje con el mundo.
Piensa en tu propia vida. Si eres mujer, ¿qué sería de tu vida sin Cristo? y ¿qué puedes hacer para ser parte de su obra? Si eres mujer u hombre, ¿cuántas mujeres han compartido el amor de Dios contigo? ¿cuántas te han ayudado a crecer espiritualmente? ¿de qué forma tu vida sería diferente sin ellas? Nuestro lugar en el reino de Dios no depende de nuestro origen étnico, cultura, idioma o género. Depende completamente de la gracia de Dios. Entonces a medida que te involucras en su obra, comienza a ver el mundo como Él lo hace, lleno de hombres y mujeres que valora y atesora. Muéstrales a aquellas que te rodean el respeto y la honra que merecen por ser creaciones únicas de Dios. Que Dios te use para hacer el mundo un poco más como Él quiere que sea, un lugar en el que todos somos uno en Él.
Anima a los estudiantes a pedirles a sus familiares que compartan acerca de una mujer en la comunidad que es digna de honra y respeto. Luego pueden decidir juntos una manera de honrar a esta mujer por su labor en favor de las personas.
Consejo para el docente: Si es posible, envíe por correo electrónico o mensaje de texto la tarjeta de conexión familiar a las familias de sus estudiantes.
Da la bienvenida a los estudiantes a medida que llegan. Pídeles que hablen entre sí y compartan algunas cosas honorables que otros hicieron por ellos.
Leeré varias tareas. Cada una de ellas es algo importante que necesita ser hecho. Muchas son labores que la gente realiza todos los días. Mientras leo cada una, decide si generalmente eso es algo que describe el quehacer de una mujer o niña. Si es así, levanta la mano derecha. Si es una actividad que un hombre o un niño generalmente realiza, alza la mano izquierda. Si es una labor que ambos llevan a cabo, levanta las 2 manos.
Lee cada declaración y dales algunos segundos para decidir. Pídeles que bajen sus manos antes de que leas cada declaración.
¿Alguno de ustedes levantó una mano cuando otros estudiantes estaban levantando una mano diferente o ambas? ¿En qué tareas tuvieron diferencias de opiniones? ¿Por qué?
Las respuestas de los estudiantes variarán. Permite que 2–3 adolescentes compartan lo que piensan.
Ahora leamos las declaraciones de nuevo. Si piensas que esta actividad describe una forma en la que una persona puede mostrar el amor de Dios por los demás, levanta ambas manos.
Lee las declaraciones de nuevo, repite el proceso de permitir que tengan algunos segundos para tomar sus decisiones y después pídeles que bajen sus manos antes de que leas la siguiente actividad.
Muchas de estas tareas parecen comunes y corrientes, algunas incluso aparentan no tener importancia. Pero no importa cuál sea nuestro género, raza o posición en la comunidad, nuestra labor es importante. No importa quiénes somos, podemos hacer una diferencia en la vida de las personas.
Divide a los estudiantes en grupos de 3 o 4.
La Biblia nos cuenta muchas historias de personas que sirvieron a Dios. Muchas de ellas son mujeres. Una de esta es Tabita, una creyente de la iglesia primitiva. Quizás recuerdas la historia. Ella era conocida por sus buenas obras, incluida la confección de ropa para la gente de su comunidad. A través de este pequeño acto de bondad, compartió el amor de Dios con los demás.
Si es posible, que uno o más de tus estudiantes lean Hechos 9:36-42 en voz alta y desde la Biblia.
Si es posible, muestra a los estudiantes la imagen de la Biblia en Acción.
Había en Jope una discípula llamada Tabita (que traducido es Dorcas). Esta se esmeraba en hacer buenas obras y en ayudar a los pobres. Sucedió que en esos días cayó enferma y murió. Pusieron el cadáver, después de lavarlo, en un cuarto de la planta alta. Y como Lida estaba cerca de Jope, los discípulos, al enterarse de que Pedro se encontraba en Lida, enviaron a dos hombres a rogarle: «¡Por favor, venga usted a Jope en seguida! Sin demora, Pedro se fue con ellos, y cuando llegó lo llevaron al cuarto de arriba. Todas las viudas se presentaron, llorando y mostrándole las túnicas y otros vestidos que Dorcas había hecho cuando aún estaba con ellas. Pedro hizo que todos salieran del cuarto; luego se puso de rodillas y oró. Volviéndose hacia la muerta, dijo: Tabita, levántate. Ella abrió los ojos y, al ver a Pedro, se incorporó. Él, tomándola de la mano, la levantó. Luego llamó a los creyentes y a las viudas, a quienes la presentó viva. La noticia se difundió por todo Jope, y muchos creyeron en el Señor.
Hechos 9:36–42
Haz que los estudiantes discutan las siguientes preguntas en sus grupos.
Ella estaba llena de buenas palabras y caridad. Confeccionó vestimentas para las personas.
La levantó de la muerte a través de la oración de Pedro, y muchos creyeron en el Señor debido a su historia. También, las viudas lloraban su muerte honrando así su servicio por la comunidad.
La trataron con honra. Cuando los líderes escucharon que Tabita había muerto, enviaron a buscar a Pedro de inmediato, a pesar de que esto significaba viajar una distancia larga. Pedro fue a su casa sin demora. Incluso oró al lado de su cama, y Dios la trajo de vuelta a la vida.
Pide que 1 o 2 grupos compartan sus respuestas con toda la clase.
A lo largo de su ministerio, el apóstol Pablo viajó por Asia y Europa contándoles a las personas sobre Jesús. Lidia fue una de las personas que escuchó la enseñanza de Pablo. Ella sirvió a Dios ayudando a los demás.
Que un estudiante lea Hechos 16:14–15 en voz alta y desde la Biblia.
Una de ellas, que se llamaba Lidia, adoraba a Dios. Era de la ciudad de Tiatira y vendía telas de púrpura. Mientras escuchaba, el Señor le abrió el corazón para que respondiera al mensaje de Pablo. Cuando fue bautizada con su familia, hizo la siguiente invitación: «Si ustedes me consideran creyente en el Señor, vengan a hospedarse en mi casa». Y nos persuadió.
Hechos 16:14–15
Invitó a Pablo a y los demás líderes de la iglesia primitiva a quedarse en su casa.
Le ofreció hospitalidad a Pablo y a los otros miembros de la iglesia. Se bautizó y con ella también el resto de su casa.
Pablo y los otros aceptaron la invitación de Lidia para quedarse en su casa porque se dieron cuenta que era fiel.
Pide a 1 o 2 estudiantes que compartan sus respuestas con toda la clase.
Los estudiantes pueden responder que esto muestra que Dios las valora. También que les da dones y talentos para usar, tal como lo hace con los hombres. Les da la misma responsabilidad a las mujeres y a los hombres que lo siguen: propagar el amor y la verdad de Jesús.
Tabita y Lidia eran mujeres muy diferentes. Una era rica y la otra puede que no haya tenido mucho dinero. Vivían en lugares distintos y hacían cosas diferentes para ayudar a sus comunidades. Pero ambas tenían algo importante que dar a los demás, y las 2 fueron honradas por las personas y por Dios debido a sus trabajos.
La Biblia nos dice que Dios puede usar a todas las personas en Su historia. Todos fuimos creados con un propósito y tenemos valor. Sin importar quiénes somos, podemos trabajar para el bien de nuestra familia, amigos y comunidad.
Haz que un estudiante lea 1 Tesalonicenses 5:12–13 en voz alta y desde la Biblia. Si utilizas el Cartel del Versículo para Memorizar, muéstralo a los estudiantes.
Hermanos, les pedimos que sean considerados con los que trabajan arduamente entre ustedes, y los guían y amonestan en el Señor. Ténganlos en alta estima, y ámenlos por el trabajo que hacen. Vivan en paz unos con otros.
1 Tesalonicenses 5:12–13
Permite que los estudiantes hablen de sus ideas en sus grupos. Después deja que 3 o 4 compartan lo que piensan con toda la clase.
Coloca el jarro lleno de agua al frente de la clase. Coloca las 2 tazas vacías al lado del jarro, una a cada lado. Levanta una de las tazas y diles a tus estudiantes que representa a los hombres. Sostén la otra taza y diles que representa a las mujeres.
Piensa en una persona de tu vida por la que estás agradecido.
Dales algunos minutos para pensar en silencio.
Ahora piensa en las cosas que hace esa persona por las que estás agradecido. Quizás enseña a los niños en nuestra comunidad. A lo mejor ayuda a obtener medicinas para tu aldea o familia. Mientras piensas en esta persona, en silencio ven hacia el jarro. Si la persona en quien estás pensando es un hombre, vierte un poco de agua en la taza que representa a los hombres. Si la persona es mujer, vierte un poco de agua en la taza que representa a las mujeres. A medida que lo haces, di una oración de agradecimiento por él o ella. Puede ser tan simple como: —Dios, gracias por el propósito especial que tienes para (el nombre de la persona).
Permite que los estudiantes tengan varios minutos para pensar en silencio y tomar turnos para verter el agua. Si una taza comienza a llenarse, devuelve el agua al jarro. Da el ejemplo yendo primero.
Ahora piensa en una manera en la que puedes mostrar honra a esa persona. Quizás le puedes agradecer. A lo mejor puedes hacerle un pequeño regalo. Tal vez puedes comprometerte a orar a diario por ella o ayudarla con su trabajo. Pasa algunos minutos orando en silencio sobre cómo puedes ayudar a esa persona.
Si sientes que Dios te está hablando a ti sobre lo que desea que hagas, dirígete hacia el jarro, vierte un poco más de agua en la taza representando la manera en que asistirás a esa persona en su ayuda a los demás.
Si no has entregado tu vida a Jesús y no sientes que estás listo para dar ese paso, está bien. Aún puedes honrar a las mujeres en tu vida, agradeciéndoles y tratándolas con honra. Piensa en cómo lo harás y vierte un poco más de agua en la taza.
Después de varios minutos, dales la oportunidad de compartir lo que Dios les reveló durante este tiempo de respuesta.
Opcional: Si usas las Páginas del Alumno, dales tiempo para completar la actividad.
Finaliza la clase diciendo esta bendición por tus estudiantes, basada en Joel 2:28–29.
Bendición: Hace miles de años Dios habló a través de su profeta, diciendo que un día derramaría su Espíritu en todos sus hijos, jóvenes y ancianos, hombres y mujeres. Que el mismo Dios que habló aquellas palabras cumpla esa promesa en tu vida. Que derrame su Espíritu en ti hasta que te desbordes con su amor y verdad en todo lo que hagas.
Si tienes tiempo, comparte esta canción con los adolescentes.
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