En la lección, la información que debes conocer está escrita en letra normal, y lo que se recomienda decir o leer en voz alta a los niños está en negrita. Todos los recursos para cada lección, incluyendo la Guía para el Maestro, la Página del estudiante, la Tarjeta de conexión familiar y otros materiales, pueden descargarse en un archivo ZIP haciendo clic en el siguiente enlace:
En algunas lecciones encontrarás "Artículos de recurso". Estos son textos escritos por expertos de todo el mundo que ayudan a los maestros en su labor con niños y adolescentes. Pueden compartirlos con padres o tutores si lo consideran apropiado.
Su señor le respondió: “¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel! En lo poco has sido fiel; te pondré a cargo de mucho más. ¡Ven a compartir la felicidad de tu señor!
Mateo 25:21
Dios nos ha dado a cada uno de nosotros habilidades y talentos maravillosos. A veces, quizás nos preguntamos cómo nuestros pequeños esfuerzos pueden hacer una diferencia. Pero Dios usa todo los que nos ha confiado para llevar gloria a su nombre.
Pide a Dios que te muestre un talento o habilidad que tengas y no estés usando. Después dile que te muestre cómo te puede ayudar a usar esa habilidad para hacer una diferencia, en las vidas de los que te rodean. Incluso si la tarea es pequeña o no sientes que tu talento o habilidad es suficiente, confía en que Dios multiplicará tus dones. Cuando eres fiel en las cosas pequeñas, vas a quedar sorprendido de cómo Dios bendice tus esfuerzos. Una manera de usar tus habilidades y talentos es enseñando esta clase. ¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel! ¡Estás usando lo que se te dado de manera sabía!
Anima a tus estudiantes a preguntar a sus familiares cómo toman decisiones en cuanto al dinero. Esto ayudará a los adolescentes a pensar de qué manera pueden ayudar a sus familias usando sus recursos de manera sabia.
Consejo para el docente: Si es posible, envíe por correo electrónico o mensaje de texto la tarjeta de conexión familiar a las familias de sus estudiantes.
A medida que llegan los estudiantes, pídeles que reciten la oración que aprendieron durante las últimas 4 semanas.
Cuando estés listo para comenzar con la enseñanza, coloca los elementos limpios reciclables en una pila al frente de la clase. Di a cada estudiante que elija algo del montón. No les digas cómo los usarán.
Cada uno de ustedes tiene un artículo que puede ser reutilizado. Piensa en una manera nueva y diferente de usarlo. Debe ser distinta de la forma que se usa normalmente. Por ejemplo, si recojo un lápiz que está roto, no podría usarlo para escribir. Pero podría utilizarlo para tocar un ritmo.
Dales 2 minutos para pensar en formas de reutilizar estos artículos. Después permite que 4 o 5 estudiantes compartan sus ideas. Luego haz que encuentren una pareja y dales las siguientes instrucciones.
Trabajarás con tu pareja para pensar en maneras en las que pueden usar sus artículos juntos para darles un propósito nuevo. O pueden crear un nuevo artículo usando los 2 objetos que tienen.
Da a los estudiantes 3 minutos para trabajar juntos a fin de crear artículos nuevos o decidir los nuevos propósitos para sus objetos. Después deja que 4 o 5 parejas compartan sus ideas.
¡Todos tuvieron ideas muy creativas! Aprender a usar nuestros recursos de manera creativa es una habilidad útil. Cuando utilizamos nuestros recursos de manera sabia, a menudo podemos suplir para nuestras necesidades y a veces incluso nuestros deseos.
Usamos los recursos a nuestro alrededor para suplir nuestras necesidades. Cuando pensamos en recursos, a menudo, lo primero que se nos viene a la mente son cosas físicas tal como la ropa, la comida, las herramientas o el dinero. Estas son importantes. Pero también tenemos otros recursos como nuestras inteligencia, habilidades, talento, cuerpos, influencia y tiempo. Todas estas cosas nos han sido dadas por Dios.
Podemos utilizar estas cosas para suplir nuestras necesidades y las carencias de los demás. Por ejemplo, si tienes influencia sobre tus amigos, puedes usarla para animar al grupo a servir a una persona mayor en la comunidad. O si tu vecino se lesionó, puedes utilizar tu cuerpo fuerte para ayudarlo con el trabajo de su jardín.
Todos los recursos que poseemos son valiosos, y debemos manejarlos de manera sabia. Esto se llama “mayordomía”. Significa que administramos algo que nos ha sido confiado de manera cuidadosa y responsable.
Presta atención a esta parábola de la Biblia que habla de 3 siervos. Recuerda que la parábola es una historia que Jesús contó y que nos enseña una verdad espiritual usando un ejemplo práctico. Observa si puedes descubrir cuál siervo fue un buen administrador o mayordomo de lo que se le dio.
Haz que un estudiante lea Mateo 25:14–18 en voz alta y desde la Biblia. Si no es posible, el versículo está impreso a continuación.
El reino de los cielos será también como un hombre que, al emprender un viaje, llamó a sus siervos y les encargó sus bienes. A uno le dio cinco mil monedas de oro, a otro dos mil y a otro solo mil, a cada uno según su capacidad. Luego se fue de viaje. El que había recibido las cinco mil fue en seguida y negoció con ellas y ganó otras cinco mil. Así mismo, el que recibió dos mil ganó otras dos mil. Pero el que había recibido mil fue, cavó un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor.
Mateo 25:14–18
¿Qué siervos fueron buenos administradores del dinero?
Los siervos que se les había dado cinco mil y dos mil monedas de oro.
Si utilizas el Cartel del Versículo para Memorizar, muéstralo a los estudiantes.
Escucha la siguiente parte de la parábola.
Después de mucho tiempo volvió el señor de aquellos siervos y arregló cuentas con ellos. El que había recibido las cinco mil monedas llegó con las otras cinco mil. “Señor —dijo—, usted me encargó cinco mil monedas. Mire, he ganado otras cinco mil”. Su señor le respondió: “¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel! En lo poco has sido fiel; te pondré a cargo de mucho más. ¡Ven a compartir la felicidad de tu señor!
Mateo 25:19–21
¿Crees que este siervo fue un buen mayordomo del dinero que se le había dado? ¿Por qué sí o por qué no?
Este sirviente era honesto y utilizó el dinero de forma sabia entonces pudo dar al maestro más de lo que se le había dado. El sirviente al que se le habían entregado dos mil monedas de oro también fue un buen mayordomo. Ganó dos mil más para el maestro. El maestro le dijo lo mismo que le dijo al primer siervo.
Veamos qué le sucedió al siervo que había recibido mil monedas de oro.
Después llegó el que había recibido solo mil monedas. “Señor —explicó—, yo sabía que usted es un hombre duro, que cosecha donde no ha sembrado y recoge donde no ha esparcido. Así que tuve miedo, y fui y escondí su dinero en la tierra. Mire, aquí tiene lo que es suyo”.
Mateo 25:24–25
¿Piensas que este siervo fue un buen mayordomo del dinero que se le había dado? ¿Por qué sí o por qué no?
Cuando el siervo le dijo que sabía que el maestro era un hombre duro, estaba compartiendo su punto de vista personal del maestro. Ninguno de los otros siervos se refirió a él de esta manera. Este siervo pudo haber estado temeroso, o quizás fue herido por una persona en autoridad en el pasado.
Escucha la respuesta del maestro:
Pero su señor le contestó: “¡Siervo malo y perezoso! ¿Así que sabías que cosecho donde no he sembrado y recojo donde no he esparcido? Pues debías haber depositado mi dinero en el banco, para que a mi regreso lo hubiera recibido con intereses. Quítenle las mil monedas y dénselas al que tiene las diez mil”.
Mateo 25:26–28
¿Por qué piensas que el maestro tomó el talento de este siervo y lo dio al que tenía 10 talentos?
Lleva a los estudiantes a entender que el siervo que más trabajó con el dinero fue el siervo que se le encomendó más.
En parábolas, las personas y los objetos a menudo representan a otras personas o cosas. En esta parábola, ¿quién crees que es el maestro?
Guía a los estudiantes a comprender que Dios es el maestro.
En su respuesta, el maestro repitió la acusación del siervo en su contra. Dijo que esta era la razón por la cual el siervo debería haber sido incluso más cuidadoso y usar los talentos de manera sabia. En otras palabras, estaba diciendo, “si pensaste que iba ser duro y exigente, ¿por qué no hiciste algo con lo que te fue dado? Esto no quiere decir que el maestro era en realidad era duro y exigente. Sólo fue el punto de vista del siervo.
Esta parábola nos enseña sobre ser buenos mayordomos. Jesús la dijo cuando estaba preparándose para dejar la tierra. Deseaba que sus discípulos supieran que debían continuar compartiendo su amor con los demás. Sin embargo, esta parábola también nos enseña algo más.
¿Qué piensas que nos enseña esta parábola sobre la mayordomía?
Esta parábola nos instruye sobre cómo ser buenos administradores de los recursos que Dios nos ha dado. Primero, nos enseña que los recursos que tenemos no son nuestros. En la parábola, el dinero que los siervos manejaban pertenecía al maestro. Cualquier beneficio que obtuvieran de aquellos recursos también pertenecería al maestro. La Biblia nos dice que todo pertenece a Dios. Simplemente debemos ser buenos mayordomos de aquellos recursos. Escucha este versículo.
Del Señor es la tierra y todo cuanto hay en ella, el mundo y cuantos lo habitan; porque él la afirmó sobre los mares, la estableció sobre los ríos.
Salmos 24:1–2
Dios nos dio la responsabilidad de cuidar lo que nos ha dado, todo desde nuestras posesiones personales al planeta en el que vivimos. Somos llamados a ser buenos mayordomos de todo esto.
El segundo punto que vemos en la parábola es que no a todos se nos han dado los mismos recursos para administrar. En la parábola, los siervos recibieron diferentes cantidades de dinero para manejar.
¿Por qué piensas que el maestro les dio diferentes cantidades de dinero?
La parábola dice que los siervos recibieron diferentes responsabilidades porque tenían habilidades distintas. Todos somos diferentes también. Puede que seas un buen líder, pero quizás no te sientas cómodo enseñando a los niños. O a lo mejor eres bueno en matemáticas, pero no en la lectura. Todos tenemos diferentes recursos de tiempo y dinero, personalidades, influencias y talentos. Pero cualesquiera que sean nuestros recursos, podemos escoger usarlos de manera sabia.
A continuación, hay algunos consejos prácticos para usar tus recursos de forma sabia. Estas ideas pueden ser usadas para ayudarte a administrar bien cualquier tipo de recurso.
Establece un presupuesto. No importa cuánto dinero poseas, tener un presupuesto es útil. Piensa en cuáles son tus necesidades básicas y planea para aquellas primero. Por ejemplo, harías un plan para tu comida antes de planificar gastar en ropa. O puede que decidas que sólo estarás una cierta cantidad de tiempo con tus amigos a fin de enfocarte en la preparación de un examen que se avecina. Practicaremos crear un presupuesto más adelante en la lección.
Mantener un registro de lo que gastas. Saber cómo gastar tu tiempo y dinero te ayudará a entender dónde gastas la mayor cantidad. Esto muestra lo que piensas en cuanto a que es más importante para ti. Si eso no es realmente tan importante como las otras cosas, puedes decidir usar tus recursos de manera diferente.
Revisa tus gastos. Mira tu presupuesto y los gastos para pensar de qué maneras puedes ahorrar dinero. Por ejemplo, si gastas mucho dinero en verduras, a lo mejor sea una buena idea comprar semillas y plantar un huerto para ahorrar.
Guarda un poco para más adelante. Incluso si es una pequeña cantidad, ahorrar dinero te puede ayudar en tiempos difíciles para cubrir con gastos inesperados. Ser sabio en tiempos de prosperidad nos ayuda a sobrevivir en tiempos de necesidad.
Practiquemos hacer un presupuesto.
Opcional: Si tienes una pizarra o un pedazo grande de papel y marcadores, escribe la actividad de presupuesto para que los estudiantes puedan verla. También puedes anotar la actividad en un pedazo de papel y dejar que los estudiantes la copien en sus cuadernos.
Opcional: Si usas la Página del Alumno, da a los estudiantes tiempo para completarla.
Imaginemos que son adultos. Piensen en un trabajo que podrían tener y cuánto ganarían esta semana por realizar esa labor. Este es su salario, la cantidad de dinero que tienen para gastar y ahorrar cada semana.
Haz una lista de las necesidades que tienes cada semana, cosas como comida, casa, gasolina, etc. Estos son tus gastos. Deben incluirlos en el presupuesto. Una muestra de un presupuesto sería algo así:
Escribe tu salario en la parte superior de la página. Enumera tus gastos y después súmalos para obtener el total. Después resta el total de los gastos a tus ingresos. Si el número es positivo, te queda dinero para gastar o ahorrar. Si es negativo, estás gastando más de lo que ganas, entonces debes encontrar una forma de rebajar tus gastos o aumentar tu salario.
Hacer un presupuesto, mantener un registro de tus gastos, revisar los gastos y ahorrar te puede ayudar a ser un buen administrador de tu dinero. Estas ideas también te pueden ayudar a manejar los otros recursos tales como tu tiempo, talentos, habilidades, cuerpo e influencia.
¿Cómo puedes ser un buen mayordomo de estos otros recursos?
Guía a los estudiantes a entender que practicar sus habilidades para mejorarlas y buscar formas de usar sus recursos para ayudar a los demás son ejemplos de ser buenos administradores.
Cada recurso que tienes es un regalo de Dios. Ser un buen mayordomo de tus recursos te ayuda a satisfacer tus necesidades. Cuando usamos nuestro dinero de forma sabia, la Biblia nos dice que se nos puede confiar más.
¿Qué recursos tienes? Quizás es dinero, tiempo, talentos, habilidades, creatividad o cualquier cosa que pueda ser útil para ti u otra persona.
Haz una breve pausa para permitir que los estudiantes tengan tiempo para pensar.
Piensa en un recurso que podrías escoger para usar de manera sabia esta semana. Puede ser tu dinero, tu tiempo o alguna otra cosa física, o a lo mejor tus habilidades y talentos. Comparte con un compañero de qué forma serás un mayordomo sabio de eso.
¿Cómo puedes usar mejor tus recursos para satisfacer tus necesidades y ayudar a los demás?
Permite que los estudiantes compartan con sus parejas por alrededor de 2 minutos.
Luego finaliza la clase diciendo esta bendición por los estudiantes, basada en Mateo 25:21.
Bendición: Que Dios te ayude a ver todos tus recursos. Y que aprendas a usarlos de manera sabia para que te diga: “¡Bien hecho, buen siervo fiel!”.
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