En la lección, la información que debes conocer está escrita en letra normal, y lo que se recomienda decir o leer en voz alta a los niños está en negrita. Todos los recursos para cada lección, incluyendo la Guía para el Maestro, la Página del estudiante, la Tarjeta de conexión familiar y otros materiales, pueden descargarse en un archivo ZIP haciendo clic en el siguiente enlace:
En algunas lecciones encontrarás "Artículos de recurso". Estos son textos escritos por expertos de todo el mundo que ayudan a los maestros en su labor con niños y adolescentes. Pueden compartirlos con padres o tutores si lo consideran apropiado.
Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica.
Efesios 2:10
Cuando pensamos en mayordomía o administración, a menudo pensamos en manejar nuestros recursos como nuestro tiempo o dinero. Sin embargo, Dios nos ha creado y todas nuestras vidas deben ser administradas por Él. Nos llama su hechura, y ha preparado buenas obras para que las pongamos en práctica. La palabra griega original para “hechura” es la fuente de nuestra palabra para “poema”. ¡Somos el poema de Dios!
Cada uno de nosotros es un poema único de Dios con diferentes talentos, habilidades, personalidades y experiencias. Él desea usar todas estas cosas para buenas obras, cosas que preparó con anticipación para que las hagamos. Cosas como la bondad, el amor, ayudar a los demás y la compasión. Quiere que manejemos nuestro trabajo bien para que estas cosas puedan fluir por medio de nosotros hacia los demás.
Piensa en tu trabajo y cómo puedes usarlo para la gloria de Dios. Es importante trabajar duro, pero es incluso más importante trabajar para Dios. Puedes confiar en Él en cuanto a tu trabajo. Te necesitan en esta clase, en tu iglesia, en tu hogar, y en tu comunidad. ¡Él tiene trabajo para ti! Ora que el Espíritu Santo te guíe a las buenas cosas que ha preparado para que hagas.
Fomenta que los estudiantes les pregunten a sus familiares acerca de los momentos que han trabajado duro por algo que querían. Después pueden compartir lo que aprendieron sobre el trabajo en esta lección.
Consejo para el docente: Si es posible, envíe por correo electrónico o mensaje de texto la tarjeta de conexión familiar a las familias de sus estudiantes.
A medida que llegan los estudiantes, pídeles que compartan contigo y con los demás sobre las personas que trabajan duro en la comunidad. Cuando estés listo para comenzar con la clase, invítalos a compartir sus ideas.
¿Quiénes son algunas de las personas que trabajan más duro en nuestra comunidad?
Deja que 4 o 5 estudiantes respondan. Sugiere aquellos en puestos respetados y los que trabajan duro en trabajos que sirven a otros.
¿Por qué piensas que estas personas trabajan duro?
¿Qué piensas de ellos y por qué?
Algunas de estas personas tienen más dinero porque trabajan duro. Algunos de ellos trabajan arduamente solo para suplir las necesidades básicas de sus familias. Algunos son hombres y otras mujeres. Todos trabajan duro, sin importar si sus trabajos son muy respetados o no.
Realicemos un juego para aprender más sobre el trabajo.
Divide a los estudiantes en 2 equipos. Haz que los equipos se formen en fila en un extremo de la sala. Coloca los baldes frente a los equipos en el otro lado del espacio de enseñanza. Deja que cada equipo sepa qué balde pertenece a cada cual. Esparce las piedras por todo el lugar. Luego explica la actividad a los estudiantes.
Cuando diga “¡ahora!” cada uno de ustedes recogerá una piedra y la pondrá en el balde de su equipo. Solo puedes recoger una a la vez, pero puedes buscar más después de que pongas la piedra en el balde. El equipo con más piedras gana. ¡Ahora!
Permite que los estudiantes pongan las piedras en los baldes. Cuando hayan terminado, anuncia al equipo ganador. Después toma las piedras de uno de los baldes y vuélcalas en un montón, en medio de los baldes. Extiende las piedras del otro balde de nuevo. Haz que los estudiantes se formen en línea en sus equipos al otro lado del espacio de enseñanza.
Cuando diga “¡ahora!” esta vez, tu equipo correrá a poner las piedras en su balde. En esta oportunidad, puedes recoger tantas piedras como quieras y ponerlas en el balde. El equipo que tenga más piedras en sus baldes al final del juego gana. ¡Ahora!
Deja que los estudiantes pongan las piedras en los baldes. Cuando hayan terminado, cuenta las piedras y anuncia al ganador. Luego toma las piedras de uno de los baldes y colócalas en un montón cerca tuyo. Esparce las piedras del otro balde por el área. Haz que los estudiantes formen una fila de nuevo en sus equipos al frente de sus baldes.
Cuando diga “¡ahora!” busca y recoge tantas piedras como quieras y ponlas en el balde de tu equipo. Nadie puede usar las piedras que están en el montón cerca mío. ¡Ahora!
Cuando los estudiantes hayan puesto todas las piedras en los baldes, cuéntalas y anuncia al ganador. Coloca las piedras y los baldes a un lado para usarlos en la actividad de respuesta. Luego diles que se sienten para hablar sobre el juego.
¿Fue difícil agregar una piedra al balde de tu equipo durante la primera ronda? ¿Por qué sí o por qué no?
¿Fue difícil añadir una piedra al balde de tu equipo durante la segunda de ronda? ¿Por qué sí o porque no?
Algunos de ustedes pudieron que recoger rocas del montón y fácilmente ponerlas en el balde de su equipo. Otros tuvieron que buscar en los alrededores para encontrar piedras.
¿Cómo te sentiste si tuviste que mirar por los alrededores para encontrar una piedra en vez de poder usar una del montón?
Y en la tercera ronda del juego, ¿creíste que fue más fácil que las otras anteriores? ¿por qué piensas eso?
Fue más fácil poner las piedras en los cubos cuando había muchas esparcidas por el área. Todos tuvieron que realizar la misma cantidad de esfuerzo para encontrar una piedra y ponerla en el balde.
La segunda vuelta quizás se sintió más difícil. Podías poner tantas piedras en el balde como quisieras, pero para aquellos que llegaron primero al montón de piedras fue más fácil llenar el balde.
En la tercera ronda, hubo menos piedras. Por lo tanto, cuando alguien recogía muchas, quedaban menos o nada para que los demás recogieran.
Imagina estas piedras como si fueran recursos, tales como agua limpia, comida o dinero.
Si las piedras fueran recursos que necesitaras, ¿cambiaría como trabajaste? ¿Por qué sí o porque no?
En nuestra última clase, aprendimos a utilizar los recursos de manera sabia. Hablamos sobre el tiempo, los talentos, las habilidades y la inteligencia. El trabajo también es un recurso que nos ha sido dado por Dios, y también podemos aprender a ser buenos administradores de él. Nuestro trabajo puede ser uno en el que ganamos dinero, ayudamos en el hogar, o nuestros deberes de la escuela. Aprendamos más sobre el valor del trabajo duro.
La semana pasada, leímos una parábola sobre 3 siervos. La historia nos enseñó sobre la buena mayordomía de los recursos que se nos dan. Esta semana tendrás la oportunidad de enseñarle a los demás sobre ser un buen mayordomo de tu trabajo.
Divide a los estudiantes en 5 grupos. Entrégale a cada uno de ellos un versículo bíblico del final de la lección. El grupo creará una sátira o sketch para enseñar la idea presentada en el proverbio. Dales alrededor de diez minutos para prepararse. Después pide que cada grupo presente su sátira del proverbio.
Después de cada sketch, pregúntale a la clase de qué se trata el proverbio. Después de que unos pocos estudiantes hayan compartido sus respuestas en una oración, una persona del grupo que presenta puede leer el proverbio en voz alta.
Los Proverbios también están impresos aquí para tu referencia.
Al que trabaja, el hambre lo obliga a trabajar, pues su propio apetito lo estimula.
Proverbios 16:26
El que es negligente en su trabajo confraterniza con el que es destructivo.
Proverbios 18:9
El que labra su tierra tendrá abundante comida, pero el que sueña despierto es un imprudente.
Proverbios 12:11
Todo esfuerzo tiene su recompensa, pero quedarse solo en palabras lleva a la pobreza.
Proverbios 14:23
El perezoso ambiciona, y nada consigue; el diligente ve cumplidos sus deseos.
Proverbios 13:4
¿Estás de acuerdo con lo que dice el proverbio de tu grupo? ¿Por qué sí o por qué no?
¿Cuándo has visto un ejemplo de este proverbio en la vida real?
Todos lo hicieron muy bien al enseñarnos el proverbio acerca del trabajo. Aquí hay algunos consejos más prácticos para ayudarlos a ser buenos trabajadores:
Presta atención a lo que Dios dice en cuanto a nosotros y al trabajo:
Pide que un estudiante lea Efesios 2:10 en voz alta y desde la Biblia. Si no tienes una Biblia disponible, el versículo este impreso a continuación.
Si utilizas el Cartel del Versículo para Memorizar, muéstralo a los estudiantes.
Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica.
Efesios 2:10
Dios nos creó maravillosamente. Somos sus obras maestras creativas. También nos creó para trabajar. Nos dio tareas para hacer que nos beneficiarán a nosotros y a los demás, y que le llevan honra a Él. El trabajo no es una maldición o una consecuencia del pecado. Es un regalo. De hecho, es una de las maneras que reflejamos a Dios. Él trabaja y nosotros también.
¿Cómo te hace sentir que Dios te ve cómo su obra maestra o su poema?
¿Cuáles son algunas de las buenas obras que pudo haber preparado para que hicieras?
Tal como vimos en la parábola de los sirvientes y los talentos, la semana pasada aprendimos que somos responsables por la manera en que escogemos usar lo que se nos ha dado. Podemos elegir desperdiciar nuestros recursos o usarlos de manera sabia.
¿Utilizar tu tiempo sabiamente es una buena muestra de administración de tus recursos?
¿Trabajar duro es gastar tu tiempo de manera sabia? ¿Por qué sí o por qué no?
Ahora vamos a realizar un examen acerca de cómo trabajamos. Leeré una pregunta. Respóndela en silencio para ti mismo usando estas palabras: nunca, a veces, a menudo, siempre.
Opcional: Si usas la Página del Alumno, da a los estudiantes tiempo para completarla.
¿Te sorprendiste con algunas de las respuestas que diste? A veces cuando nos hacemos preguntas como estas, podemos entender mejor cómo actuamos. Luego tenemos la posibilidad de tomar decisiones para alinearnos con lo que queremos ser y quiénes Dios nos ha llamado a ser.
Coloca el balde con las piedras de la actividad de conexión al frente de la clase.
Como aprendimos, Dios tiene mucho que decir sobre el trabajo. Cuando lo hacemos bien, es útil para nosotros, nuestra familia y nuestra comunidad.
Piensa en un talento o habilidad que tengas. Ahora medita en una oportunidad que tengas para usar ese talento o habilidad en tu trabajo.
Deja que los estudiantes tengan 1 o 2 minutos para pensar en sus respuestas. Haz que los adolescentes tomen una piedra del balde y se sienten mientras la sostienen en sus manos.
Las piedras que tienen en sus manos representan el trabajo duro. Las piedras son duras, difíciles de quebrar. Algunas son pequeñas como las que sostienen en sus manos. Pero incluso, las montañas enormes están hechas de piedras. Y algunas de ellas, cuando son extraídas hábilmente y pulidas con cuidado, son muy hermosas y valiosas.
Aunque estas piedras no son valiosas en sí mismas, el trabajo duro que representan tiene un gran valor. Trabajar arduamente lleva tiempo, talentos, habilidades y oportunidades que se te han dado para ayudarte a ti mismo y a los demás para llevar gloria a Dios.
A veces puedes estar cansado y no tener ganas de trabajar. En otras oportunidades, puedes sentir que tu trabajo no vale tu esfuerzo porque no parece haber ningún tipo de recompensa. En ocasiones quizás tú trabajas y alguien más recibe los beneficios. A veces tienes que hacer cosas que no quieres.
Si quieres que Dios te ayude a ser un buen mayordomo del trabajo que tienes, ora en voz baja y pídele fuerza y sabiduría para tu labor.
Si no estás seguro de pedirle ayuda Dios, piensa en quién te puede enseñar a ser un buen trabajador.
Dales 1 o 2 minutos para pensar y orar.
Llévate esta piedra como un recordatorio de que puedes trabajar duro para Dios, para ti mismo, tu familia y tu comunidad. Dios te ha dado muchos dones, incluyendo la habilidad de trabajar duro.
Finaliza la clase diciendo esta bendición por tus estudiantes, basada en Efesios 2:10
Bendición: Que sepas que eres la creación maravillosa de Dios y que eres hecho para trabajar duro y bien para Él. Qué veas su dirección en tu vida mientras trabajas duro para cumplir sus propósitos.
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