En la lección, la información que debes conocer está escrita en letra normal, y lo que se recomienda decir o leer en voz alta a los niños está en negrita. Todos los recursos para cada lección, incluyendo la Guía para el Maestro, la Página del estudiante, la Tarjeta de conexión familiar y otros materiales, pueden descargarse en un archivo ZIP haciendo clic en el siguiente enlace:
En algunas lecciones encontrarás "Artículos de recurso". Estos son textos escritos por expertos de todo el mundo que ayudan a los maestros en su labor con niños y adolescentes. Pueden compartirlos con padres o tutores si lo consideran apropiado.
En cambio, la sabiduría que desciende del cielo es ante todo pura, y además pacífica, bondadosa, dócil, llena de compasión y de buenos frutos, imparcial y sincera.
Santiago 3:17
Cuando estamos en una situación en la que necesitamos sabiduría, muchas veces dependemos de nosotros mismos. Tomamos nuestras decisiones basados en nuestras propias ideas o experiencias. Sin embargo, debido a que muchas veces reaccionamos con ira o egoísmo, la confianza en nosotros mismos nos conduce a una situación peor, ya que muchas veces nuestras reacciones son egoístas o llenas de enojo. También es fácil buscar asesoramiento de quienes nos dirán lo que queremos escuchar en lugar de buscar consejo de personas que aman a Dios.
Dios dice que libremente nos dará sabiduría del cielo, de Él mismo. En la descripción de Santiago sobre la sabiduría, observa que varias de las cualidades también se enumeran como frutos del Espíritu (Gálatas 5:22). Esto se debe a que fluyen de Aquel cuya naturaleza tiene estas cualidades. Las Escrituras también nos dicen que Jesús ha sido hecho sabiduría de Dios por nosotros (1 Corintios 1:30). Cuando buscamos conocer más profundamente a Jesús, seremos más como Él y mostraremos estas cualidades. Dedica tiempo esta semana en la presencia de Jesucristo, la sabiduría de Dios.
Informa a los padres y tutores de tus alumnos que la lección de hoy es acerca de escuchar el consejo sabio. Los padres pueden pedir a sus hijos que digan cómo pueden saber si el consejo es sabio y justo.
Consejo para el docente: Si es posible, envíe por correo electrónico o mensaje de texto la tarjeta de conexión familiar a las familias de sus estudiantes.
Cuando lleguen los niños salúdalos con una sonrisa. Tu entusiasmo y tu sonrisa establecerán el tono de la clase.
Comienza la clase de hoy con un juego. Despeja un espacio abierto en el salón. Pide a los niños que se pongan en el centro. Tú harás algunas preguntas. Por cada una de las cuatro posibles respuestas, señala un lugar del aula. Los niños deben elegir su respuesta y correr hacia el lugar que corresponde. Después de que todos hayan escogido el lugar conforme a su respuesta, que vuelvan al centro para la siguiente pregunta. Haz esto con todas las preguntas.
Pide a los niños que se sienten y pregunta:
Normalmente, habrá algunos niños que escogerán respuestas diferentes de lo que decida la mayoría. Formula la siguiente pregunta a uno de esos niños:
Haz la siguiente pregunta si nadie escogió de manera diferente a la mayoría.
A veces las personas hacen cosas o deciden algo porque escuchan malos consejos en lugar de buscar buenos consejos y de seguir la sabiduría de Dios. Muchas veces es más fácil seguir lo que hacen los demás.
Vamos a escuchar acerca de un rey que tomó una decisión imprudente porque escuchó malos consejos. Después vamos a oír acerca de alguien que siempre escuchó la sabiduría de Dios.
¿Recuerdan que hablamos de Salomón, el rey de Israel, que era un rey muy sabio? Dios le había dado sabiduría, poder y riquezas. Cuando Salomón murió, su hijo Roboán llegó a ser rey.
Opcional: Si es posible, comparte la imagen de La Biblia en Acción.
Roboán había sido rey solo por corto tiempo cuando el pueblo del norte de su reino fue a verlo. Tenían la esperanza de convencer al rey Roboán de que los tratara mejor que su padre.
—Tu padre era un amo duro—dijeron a Roboán —. Tuvimos que hacer todo tipo de trabajo duro para él. También tuvimos que pagar muchos impuestos—se quejaron—. Aligera nuestra carga de trabajo duro. Reduce los impuestos que tu padre nos hizo pagar. Si lo haces, te seguiremos.
—Denme tres días para pensarlo—les dijo Roboán —. Luego vuelvan y les daré la respuesta.
¿Qué piensan que hizo Roboán durante los tres días, que pudiera ayudarle a tomar una decisión?
Antes de continuar con la historia, permite que los niños digan lo que piensan.
Hubiera sido bueno que Roboán orara y pidiera a Dios sabiduría. Pero Roboán no hizo eso. En cambio, el rey Roboán convocó a los ancianos que habían sido asesores de su padre.
—¿Qué me aconsejan? ¿Cómo debo responder a estas personas? –les preguntó.
Los ancianos, y más sabios consejeros, respondieron:
—Si estás dispuesto a ser un líder servidor para el pueblo y les das una respuesta amable, siempre te van a seguir y serán leales.
Ellos le aconsejaron a que haga lo que la gente le pedía.
Roboán decidió hacer la misma pregunta a los jóvenes con quienes se había criado. Roboán los había nombrado sus asesores ahora que él era el rey. Roboán les preguntó lo mismo.
—¿Qué me aconsejan? ¿Cómo debo responder al pueblo, que quiere que yo sea más amable con ellos?
Los jóvenes le respondieron:
—Debes decirles a los que se quejan de que vuelvan a sus casas. Eres el rey. Diles que eres mejor y más poderoso que tu padre. Si les pareció que tu padre era duro con ellos, tú serás aún más duro. Diles que, si no te siguen, les castigarás mucho más de lo que hizo tu padre. Necesitan saber quién es el que manda.
¿Qué consejo creen que siguió Roboán?
Cuando el pueblo volvió después de tres días para recibir la respuesta, el rey Roboán les habló duramente. Rechazó el consejo de los ancianos y más sabios consejeros, y escuchó a sus amigos. Le dijo al pueblo:
—Si les parece que mi padre les puso una carga pesada de trabajo e impuestos, ¡esperen hasta que vean lo que yo voy a hacer! Voy a exigir mucho más de ustedes.
Así que el pueblo del norte lo rechazó como rey y volvieron a sus casas. Desde entonces, Israel se separó en reino del norte y reino del sur. Muchas veces estuvieron en guerra entre ellos.
Opcional: Si usas La Biblia en Acción, da a los niños unos minutos para que lean “De la sabiduría a la locura”, en las páginas 367–369 y “Un reino partido en dos”, en las páginas 370 y 371.
Roboán cometió un grave error. ¿Cuál fue su error?
Roboán siguió el mal consejo de sus amigos y terminó con un reino dividido. Hizo lo que él quería y lo que querían sus amigos en lugar de pedir a Dios que le diera sabiduría.
¿Cuáles fueron para Israel las consecuencias de la decisión de Roboán?
Hubo un reino dividido, y el norte y el sur lucharon unos contra otros.
¿Por qué creen que Roboán escuchó a sus amigos en lugar de pedir a Dios que le diera sabiduría?
Consejo para el maestro: Si algunos de los niños de tu clase siempre han dependido de sí mismos, tal vez no conozcan a nadie a quien puedan pedir un consejo sabio. Es importante que ellos sepan que tú estás disponible para ayudarles y darles sabios consejos.
A veces, cuando tenemos que tomar una decisión, pensamos que debemos hacerlo por nuestra propia cuenta. A veces queremos hacerlo nosotros porque no queremos escuchar a otros. O puede ser que hemos tenido que depender de nosotros mismos porque no había nadie a quien pedirle un consejo. Pero Dios quiere que busquemos consejos sabios. Escuchen este versículo:
Si utilizas el Cartel del Versículo para Memorizar, muéstralo a los estudiantes.
Cuando falta el consejo, fracasan los planes; cuando abunda el consejo, prosperan.
Proverbios 15:22
Dios quiere que busquemos buen consejo. Escuchen lo que podemos aprender de la vida de Jesús. Veamos a quién Él escuchó.
Lee los siguientes versículos de su Biblia, si es posible.
No hago nada por mi propia cuenta, sino que hablo conforme a lo que el Padre me ha enseñado. El que me envió está conmigo; no me ha dejado solo,
porque siempre hago lo que le agrada.
Juan 8:28b–29
¿A quién escuchaba Jesús?
A Dios, el Padre.
Un día, cuando Jesús estaba enseñando en el templo, llegaron unos hombres a verlo. Trajeron a una mujer que habían sorprendido cometiendo un pecado. La ley judía requería que la apedreen como castigo. Los hombres esperaban que Jesús perdone a la mujer, lo cual sería contrario a la ley. Trataron de engañar a Jesús preguntándole si debían apedrearla. Escuchemos la respuesta de Jesús.
Aquel de ustedes que esté libre de pecado, que tire la primera piedra.
Juan 8:7b
Jesús sabe que todos somos pecadores. Su respuesta sabia era para mostrar a estos hombres que ellos también eran pecadores. Uno por uno, reconocieron que eran pecadores y se fueron. Después que se habían ido todos los hombres, Jesús le dijo a la mujer que Él no la condenaba y que dejara de pecar.
Como Jesús siempre escuchaba a su Padre, siempre tenía sabiduría para actuar en cada situación. Jesús respondía a cada situación de manera útil y honrando a Dios.
¿Alguna vez escucharon un consejo que resultó ser malo? ¿Qué pasó?
Consejo para el maestro: Anima a los niños a contar acerca de situaciones, pero sin decir nombres. No queremos que comiencen a culpar a otros por sus decisiones.
Algunas de las peores decisiones en la historia del mundo se hicieron porque las personas escucharon un mal consejo en lugar de buscar un buen consejo y pedir a Dios sabiduría. Aprenderemos cómo podemos saber si el consejo es bueno o malo.
Lee en voz alta el siguiente versículo:
En cambio, la sabiduría que desciende del cielo es ante todo pura, y además pacífica, bondadosa, dócil, llena de compasión y de buenos frutos, imparcial y sincera.
Santiago 3:17
Recuerden que Dios nos dará sabiduría cuando le pedimos. También podemos pedir a otras personas que nos aconsejen. Cuando pedimos consejo, podemos probar para ver si es como la sabiduría de Dios. Podemos preguntar si coincide con lo que escuchamos en el versículo que acabo de leer.
Si puedes responder que sí a estas preguntas, entonces el consejo es sabio. Dios nos da sabiduría por medio de su Palabra, por medio de lo que el Espíritu Santo nos habla, y por medio de otros. La sabiduría que Dios da estará siempre de acuerdo con lo que está en escrito en su Palabra.
Opcional: Si usas las Páginas del Alumno, permite que los niños respondan allí.
Piensa por un momento en una situación en tu vida en que necesitas sabiduría. Tal vez tengas un desacuerdo con alguien y no sabes cómo resolverlo. Quizá tengas una necesidad y no sabes cómo va a ser satisfecha. Puede ser que estés luchando con lo que alguien te hizo y no sabes cómo empezar a perdonar y olvidar el agravio. A Dios le importa cada uno de tus problemas. Él promete estar contigo y ayudarte.
Da a los niños uno o dos minutos para que piensen en situaciones en sus propias vidas.
Materiales opcionales:
Da a los niños papel y lápices o crayones. Pueden dibujar o escribir sus situaciones.
Después de que dibujes la situación, escribe la palabra “sabiduría” al pie de la página con letras grandes. Eso es lo que Dios promete darte cuando se lo pides. Muestra tu dibujo a un amigo.
Fin de la opción
Pongámonos de pie y mostremos que queremos pedir sabiduría en nuestras situaciones. Ahora, con su cuerpo, muestren una postura de estar buscando sabiduría y buenos consejos. Por ejemplo, pueden arrodillarse en oración o tocar la cabeza para mostrar que desean sabiduría. Recuerden que pueden pedir a Dios que les dé sabiduría y pueden pedir consejo de otras personas. Una vez que estén en esa postura, quédense así hasta que yo haya dicho una bendición sobre ustedes.
Espera un minuto para que los niños adopten esas posiciones, luego la siguiente bendición sobre ellos, basada en el Salmo 32:8.
Bendición: Ten la seguridad de que Dios te instruirá y te enseñará. Él te aconsejará y te mostrará el camino que debes seguir. Dios te ayudará a saber cómo buscar el buen consejo.
Si tienes tiempo, comparte esta canción con los estudiantes:
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