Cada recurso digital utilizado en esta lección está disponible para descargar utilizando el botón a continuación. Durante la lección, la información para ti está escrita en letra regular y lo que sugerimos para hablar o leer en voz alta a los niños está en negritas.
En algunas lecciones encontrarás “ARTÍCULOS DE RECURSOS”. Son artículos escritos por expertos de todo el mundo que te equiparán para tu trabajo con niños y adolescentes. Compártelos con los padres o tutores si lo consideras apropiado.
Por mi integridad habrás de sostenerme, y en tu presencia me mantendrás para siempre.
Salmos 41:12
Vivir con integridad puede resultar difícil a veces. Puede ser fácil decir una pequeña mentira para cubrir un error. Quizás sea sencillo para ti pasar por alto a un amigo en necesidad porque estás ocupado. Sin embargo, este versículo dice que Dios te sostendrá por tu integridad. No tienes que intentar tener integridad en tus propias fuerzas.
¿Y cuál es el resultado de tener integridad, de ser sincero? Estar en la presencia de Dios. Piensa en eso. Cuando te levantas cada mañana, cuando trabajas, cuando cuidas de tu familia, en este mismo momento…estás en Su presencia. Él te ama. Él te cuida. Él andará contigo y te ayudará a cada paso del camino. Toma un momento para sentarte y agradecerle a Dios por Su presencia. Solo quédate quieto por un momento para estar con Él, ¡deleitándote en Él como Él se deleita en ti!
Los padres o tutores, a menudo, se preocupan acerca de quiénes son los amigos de sus hijos. Quieren asegurarse de que tales amigos los ayudarán a tomar buenas decisiones y no los guiarán por malos caminos. Infórmales a los padres o tutores que la lección de hoy habla de los buenos amigos que nos ayudan a vivir con integridad.
Consejo para el docente: Si es posible, envíe por correo electrónico o mensaje de texto la tarjeta de conexión familiar a las familias de sus estudiantes.
Da la bienvenida a los estudiantes a la clase. Pídeles que compartan cómo les fue con la práctica de la integridad esta semana. Anímalos a continuar trabajando para tener integridad.
Dile a la clase que vas a comenzar la lección de hoy con un “gran enredo” que los conectará con lo que están aprendiendo. Pídeles que se pongan de pie y formen una larga línea, tomándose de las manos, sin soltarse el uno del otro. Tú serás el líder y, dándole la mano al último niño, pasarás por debajo de los brazos de los demás niños en zigzag, mientras los otros te siguen. Recuérdales que no deben soltarse. Sigan pasando hacia adelante y hacia atrás por debajo de los brazos de cada niño hasta que todo el mundo está enredado. Cuando están tan enredados que no resulte posible continuar, elige un nuevo líder e intenten la actividad otra vez. Cuando hayan terminado la segunda ronda, haz que los niños se sienten.
Esta es la tercera vez que hemos hablado de la integridad. Para vivir una vida de integridad, necesitamos la ayuda de nuestros amigos que se preocupan por nosotros –especialmente cristianos, quienes nos ayudarán a hacer y decir lo correcto. La vida es muy difícil para vivirla sin amigos.
Muéstrales a los niños el dibujo del árbol.
Permítanme ilustrar la importancia de los amigos hablando del árbol gigante de Secuoya, el árbol más alto y más ancho del mundo. Algunos tienen más de 100 metros de altura. Otros tienen troncos que son lo suficientemente anchos como para que un coche pase a través de ellos. Los anillos de los árboles de secuoya se ensanchan en su tronco a medida que crecen año tras año. Su gruesa corteza forma un anillo protector por fuera. La presencia del ácido tánico y la ausencia de resina hacen a la secuoya extraordinariamente resistente a los insectos destructivos y al fuego.
Se podría pensar que la secuoya gigante tiene raíces muy profundas. ¿De qué otra forma podría llegar a tener 100 metros de altura? Si creen esto, están equivocados. Las secuoyas tienen raíces poco profundas. Permanecen verticales al llegar a los 30 metros, mientras van entretejiendo o enredando sus raíces con las de las secuoyas vecinas. Si no enredaran sus raíces unas con otras, estos magníficos árboles se volarían en la primera tormenta.
Las secuoyas son como el juego que jugamos al iniciar la clase. Estábamos enredados como las raíces de las secuoyas.
Aquellos que quieren desarrollar integridad pueden aprender varias lecciones de este árbol. En primer lugar, como el árbol de secuoya, las personas con integridad se sostienen firmes en pie, y no se caen cuando algo malo sucede.
En segundo lugar, como el árbol de secuoya, lo bueno y lo malo que nos sucede en la vida puede ser visto como los anillos de este árbol. Tener integridad nos ayuda a resistir influencias destructivas y tentaciones que podrían lastimarnos y aniquilarnos.
En tercer lugar, como el árbol de secuoya, somos más fuertes cuando nos encontramos con otros que nos ayudan en el camino de la vida. Tejemos nuestras raíces alrededor de aquellos que demuestran que son dignos de confianza. Nos entrelazamos con los que hacen lo correcto y dicen lo que es cierto. Como los árboles de secuoya, estas otras personas nos hacen más fuertes.
Hagan el “gran enredo” nuevamente, pero explícales que esta vez deberán pensar cómo construir fuertes relaciones con otras personas que los ayuden a convertirse en adultos íntegros. Sugiere que hagan esta actividad tan silenciosamente como sea posible, de modo que puedan pensar en esta idea.
¿No es maravilloso que Dios use a otras personas para fortalecernos, y hacernos más honestos y confiables?
Opcional: Si están usando las Páginas del Alumno, haz que los chicos escriban en las raíces del árbol sus nombres y de otras personas que pueden ayudarlos a crecer en integridad.
Opcional: Si tienes La Biblia en Acción, que los niños lean la historia en páginas 476–479.
Les contaré una historia real de la Biblia sobre tres amigos. Sus vidas estaban entrelazadas y fueron capaces de permanecer firmes en medio de la dificultad porque confiaron en Dios. Estos tres jovencitos eran amigos de Daniel, de quien ustedes escucharon un par de semanas atrás cuando mostró integridad al orar públicamente. La historia de hoy sucedió unos pocos años antes de que Daniel fuera arrojado al foso de los leones.
Recuerden que Daniel había sido llevado cautivo por un rey extranjero. Estos tres amigos también habían sido capturados, y vivían en el palacio con Daniel. Sus nombres eran Sadrac, Mesac y Abednego, esos no eran sus nombres verdaderos, sino que el rey los había llamado así en su idioma. El rey también había notado cuán sabios eran estos jóvenes, vio que eran hombres íntegros y los ascendió a administradores de algunas regiones de su reino, como había hecho con Daniel.
En una oportunidad, con gran orgullo, el rey hizo construir una enorme estatua de oro, y llamó a todos sus gobernadores y mandatarios para que vinieran a la dedicación de la misma. Mandó que todos se inclinaran y adoraran la estatua cuando sonara la música.
Sadrac, Mesac y Abednego eran jóvenes que amaban y obedecían a Dios, y sabían que Él es el único que debe ser adorado, por lo que determinaron que no iban a inclinarse y adorar la estatua de oro. Algunos hombres vieron que no adoraron la estatua cuando sonó la música y se quejaron de esto ante el rey.
“¡Que viva Su Majestad por siempre! Usted promulgó una ley que dice que cuando se escuche la música todos deben inclinarse y adorar la imagen de oro. Usted ha dicho que quien no lo haga será arrojado de inmediato en un horno en llamas. Hay unos judíos a los que usted ha hecho gobernadores –Sadrac, Mesac y Abednego– que no lo obedecen. Ellos no sirven a sus dioses ni adoran la imagen de oro que ha levantado”.
El rey estaba muy, muy enojado. Llamó a Sadrac, Mesac y Abednego para que se presentaran delante de él. Les dijo que sonaría la música otra vez y, si ellos no se inclinaban en adoración a la estatua de oro, serían arrojados en un ardiente horno de fuego.
“¡No hace falta que nos defendamos ante Su Majestad! Si se nos arroja al horno en llamas, el Dios al que servimos puede librarnos del horno y de las manos de Su Majestad. Pero aun si nuestro Dios no lo hace así, sepa usted que no honraremos a sus dioses ni adoraremos a su estatua, porque nosotros solo adoramos a Dios”.
Estos tres amigos mostraron integridad porque defendieron sus creencias. Dijeron que adoraban solo a Dios ¡y sus acciones concordaron con sus palabras! Confiaron en Dios, sin importar lo que pudiera suceder.
El rey estaba tan enojado que exigió calentar el horno siete veces más de lo normal. Pidió que los guardias más fuertes ataran a los tres amigos y los echaran en las llamas. ¡El horno estaba tan caliente que los guardias se quemaron cuando los lanzaron!
Permita que los niños expongan sus pensamientos antes de continuar la historia.
El rey miró en el horno, quizás a través de alguna ventana lateral o ventilación, y con asombro no pudo creer lo que estaba viendo “¿Acaso no eran tres los hombres que atamos y arrojamos al fuego? ¡Sin embargo yo veo a cuatro hombres caminando y ninguno de ellos se quema! El cuarto se ve como un dios”.
El rey se acercó más al horno y ordenó a Sadrac, Mesac y Abednego que salieran del fuego. Así lo hicieron y todos se acercaron a su alrededor con asombro, no se habían quemado nada. ¡Ni siquiera olían a humo!
“¡Alabado sea el Dios de Sadrac, Mesac y Abednego, que envió a su ángel y rescató a sus siervos! Confiaron en Él y, desafiando la orden real, optaron por la muerte antes que honrar o adorar a otro dios que no fuera el suyo, dijo el rey”.
Esta figura evidentemente era un ángel o Dios mismo.
Deja que los niños compartan sus pensamientos, y añade estas ideas si ellos no las mencionan: Ellos sabían que Él es el único Dios verdadero, Él es digno de nuestra adoración, Él es poderoso, Él es digno de confianza.
Como hemos aprendido las últimas semanas, necesitamos que Dios nos ayude a vivir con integridad. Él puede ser la razón por la que vivimos con integridad: porque lo amamos y lo honramos. Él puede darnos amigos para atravesar los tiempos difíciles junto a nosotros, quienes nos ayudarán a honrarlo en lo que decimos y hacemos.
Los amigos son muy importantes. Los buenos amigos nos animan a hacer lo correcto y a decir la verdad. Los malos amigos pueden llevarnos a hacer cosas que no son agradables a Dios, como mentir, hacer trampa, contar chismes y lastimar a otros. Los buenos y los malos amigos parecen estar en un constante forcejeo para ver cuál de ellos puede influenciarnos más. Si escuchamos a los buenos amigos y nos mantenemos alejados de personas que intentan influir en nosotros para hacer cosas malas, será más fácil tener integridad.
Pide a toda la clase que imaginen una o dos situaciones donde alguien quiera que ellos hagan algo que carece de integridad. Luego diles que se pongan en parejas para dramatizar estas situaciones. Uno tratará de convencer al otro de hacer algo malo, y el otro se resistirá y actuará con integridad. Después de unos minutos, hazlos que inviertan los roles y hagan la actuación nuevamente con otra situación.
Aplaude para captar la atención de tus estudiantes. Diles que se dispersen alrededor del lugar y se sienten. Si utilizas el Cartel del Versículo para Memorizar, muéstralo a los niños. Lee este versículo en voz alta.
Por mi integridad habrás de sostenerme, y en tu presencia me mantendrás para siempre.
Salmos 41:12
Sadrac, Mesac y Abednego mostraron integridad porque conocían al Dios verdadero y lo adoraban solamente a Él. Ellos creían esto tan firmemente que estaban dispuestos a perder sus vidas por esta causa. Piensen por un minuto en algo en lo que ustedes creen tan fuertemente que nunca lo negarían o dejarían de hacerlo. Tal vez crean en el único Dios verdadero como los tres amigos. Tal vez entiendan que es importante decir siempre la verdad. Quizás piensen que ser un amigo fiel es importante.
Dales a los niños un momento para pensar en alguna firme creencia que ellos tengan.
Una vez que tengan su creencia firme en mente, pónganse de pie en su lugar. Pide si dos o tres de ellos pueden decirlas en voz alta. Vamos a traer esas creencias ante Dios y a pedirle Su ayuda para ser personas íntegras. Mientras yo oro, si ustedes quieren pedir la ayuda de Dios para ser personas de integridad, levanten sus manos abiertas.
Cierra con la bendición de Proverbios 4:25–27:
Bendición: Pon la mirada en el camino recto que tienes delante. Mira el camino por donde andas para que tus pasos sean seguros y evites el mal. Tus amigos te ayudarán a caminar en integridad.
Si tienes tiempo, comparte esta canción con los niños y celebra cuán grande es Dios.
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