Lidiando con experiencias dolorosas

INDICACIONES PARA MAESTROS SOBRE LOS RECURSOS DIGITALES

En la lección, la información que debes conocer está escrita en letra normal, y lo que se recomienda decir o leer en voz alta a los niños está en negrita. Todos los recursos para cada lección, incluyendo la Guía para el Maestro, la Página del estudiante, la Tarjeta de conexión familiar y otros materiales, pueden descargarse en un archivo ZIP haciendo clic en el siguiente enlace:

En algunas lecciones encontrarás "Artículos de recurso". Estos son textos escritos por expertos de todo el mundo que ayudan a los maestros en su labor con niños y adolescentes. Pueden compartirlos con padres o tutores si lo consideran apropiado.

Enfoque en Habilidades para la Vida

Materiales
  • Biblia
Materiales opcionales
  • Lápices
  • Cartel del Versículo para Memorizar
  • La Biblia en Acción, imagen de José y sus hermanos
  • Páginas del Alumno
  • Hojas de papel pequeñas, 1 por cada estudiante
  • Bolsa o tazón

Devocional del maestro

Sálvame, Dios mío, que las aguas ya me llegan al cuello. Me estoy hundiendo en una ciénaga profunda, y no tengo dónde apoyar el pie. Estoy en medio de profundas aguas, y me arrastra la corriente. Cansado estoy de pedir ayuda; tengo reseca la garganta. Mis ojos languidecen, esperando la ayuda de mi Dios.
Salmos 69:1–3

Todos experimentamos dolor. Suceden cosas malas, incluso a los cristianos. La gente que ama a Dios aun puede ser abusada, perseguida y asesinada. Los cristianos incluso pueden estar atrapados en esclavitud sexual, experimentar violencia y sufrir pérdidas debido a desastres naturales. En nuestro mundo caído y pecaminoso, todos experimentamos dolor.

Jesús advirtió a sus discípulos que enfrentarían situaciones dolorosas. Sin embargo, también prometió que él había vencido el mundo, ¡entonces podían cobrar valor! ¿Hay alguna situación dolorosa en tu vida? ¿te preguntas dónde está Dios? Habla con Él sobre eso. El escuchará mientras te lamentas. Te ama y conoce el dolor por el que atraviesas. Pídele que traiga la paz que sólo el Espíritu Santo te puede dar.

Conexión familiar

Cuéntales a los miembros de la familia de tus estudiantes que estás enseñando una clase sobre cómo enfrentar las experiencias dolorosas. Si es posible, otórgales copias del artículo de recurso titulado “¿Cómo ayudar a los adolescentes a atravesar el proceso de duelo?”. Alienta a las familias a hablar con sus hijos adolescentes sobre las experiencias dolorosas que han sufrido sus familias.

Consejo para el docente: Si es posible, envíe por correo electrónico o mensaje de texto la tarjeta de conexión familiar a las familias de sus estudiantes.

La Lección

1. Conexión:

Escribir un poema o canción sobre un mundo perfecto o sobre el mundo real.

Mientras llegan los estudiantes, pregúntales si pudieron practicar la generosidad durante la semana pasada. Invita a 2 o 3 estudiantes a compartir sus historias con todo el grupo.

Consejo para el maestro: Quizás algunos de los estudiantes han experimentado un dolor profundo y duelo. Si a los jóvenes les falta apoyo familiar, el dolor y el sufrimiento pueden afectarlos aún más. Las lecciones de esta unidad abordan temas difíciles tales como el duelo, el suicidio y la muerte. A pesar de que no puedes quitar el dolor que experimentan los adolescentes, puedes ayudarlos a ver que hay un Dios que los ama y que está con ellos en medio del dolor.

Hoy vamos a comenzar con algunas lecciones sobre cosas difíciles que experimentamos en la vida. Antes de empezar, tengo un par de preguntas para ti.

¿Cómo sería un mundo perfecto?

¿Cómo es el mundo real?

Divide la clase en 2 grupos de alrededor 10 estudiantes cada uno. Cada grupo escribirá un poema o una canción. Uno de ellos redactará un poema o canción sobre la vida en un mundo perfecto. El otro grupo hablará sobre el mundo real, incluyendo las cosas malas que ocurren. Recuérdales usar ideas de la discusión y asegúrate de que todos tengan oportunidad de participar.

Consejo para el maestro: Si tienes una clase grande, haz que varios grupos hagan distintos tipos de canciones. Los grupos más pequeños permiten que los estudiantes trabajen juntos de manera más efectiva y que muchos de ellos participen.

Dales 5 minutos para escribir sus poemas o canciones. Después diles que compartan lo que escribieron. Asegúrate de animarlos aplaudiendo a cada uno de ellos.

¿Qué canción describe un mundo que te gustaría más? ¿Por qué?

A la mayoría de nosotros nos gusta cantar y escuchar canciones sobre la felicidad, y no tanto sobre cosas tristes. Pero el dolor es una parte real de la vida. Hoy hablaremos sobre cosas dolorosas y cómo atravesarlas bien.

2. Enseñanza:

Aprender acerca de los tiempos dolorosos y cómo responder a ellos (2 Corintios 1:3–4; 11:24–28; 12:8–9; Salmos 69:1–3; Salmos 46:1; Génesis 50:20a).

Cuando Dios creó el mundo, dijo que era bueno. Pero cuando Adán y Eva pecaron, todo cambió. Perdieron su relación cercana con Dios. Las enfermedades, el dolor y la muerte entraron al mundo.

Debido al pecado, nuestro mundo está lleno de dolor. Los niños sufren enfermedades incurables. La gente que amamos se muere. Las tormentas inundan las aldeas, los terremotos destruyen ciudades. La gente es abusada, maltratada y asesinada. El dolor no sólo afecta a las personas “malas” que han hecho lo incorrecto, nos afecta a todos.

Leamos sobre algunas de las cosas dolorosas y difíciles que sufrió el apóstol Pablo. Él compartió el amor de Dios dondequiera que fue. Escribió muchas de las cartas del nuevo testamento. Presta atención a algunas de las cosas dolorosas que le sucedieron Pablo.

Cinco veces recibí de los judíos los treinta y nueve azotes. Tres veces me golpearon con varas, una vez me apedrearon, tres veces naufragué, y pasé un día y una noche como náufrago en alta mar. Mi vida ha sido un continuo ir y venir de un sitio a otro; en peligros de ríos, peligros de bandidos, peligros de parte de mis compatriotas, peligros a manos de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el campo, peligros en el mar y peligros de parte de falsos hermanos. He pasado muchos trabajos y fatigas, y muchas veces me he quedado sin dormir; he sufrido hambre y sed, y muchas veces me he quedado en ayunas; he sufrido frío y desnudez. Y, como si fuera poco, cada día pesa sobre mí la preocupación por todas las iglesias.
2 Corintios 11:24–28

¿Qué tipo de dolor enfrentó Pablo?

Quizás no hayas pasado por un naufragio, sido azotado o apedreado como Pablo. Sin embargo, muchos de nosotros hemos experimentado algunos de los mismos dolores que él. Algunos de nosotros hemos sufrido robos o sido maltratados. Muchos de nosotros hemos experimentado peligros. Hemos pasado hambre o nos han mentido. Hemos conocido lo que es pasar frío o estar tan preocupados que no podemos dormir.

Algunos de los dolores de nuestra vida vienen de nuestras propias decisiones. Otros son el resultado de vivir en un mundo caído. Algunas aflicciones son causadas por las cosas malas que otros nos hacen. No importa cuál sea la causa, ¡Dios se preocupa por todo nuestro dolor!

El dolor es como una alarma que se enciende. Nos dice que algo está mal. Si tenemos dolor físico debido a una pierna rota, nos dice que nuestra pierna necesita atención médica. De manera similar, el dolor emocional es una alarma de que algo está mal y que también necesita sanidad.

Además de las cosas que acabamos de leer, Pablo sufrió otro tipo dolor. La Biblia no nos dice cuál fue. Pablo lo llamó “una espina en su carne”, entonces pudo haber sido un dolor físico, espiritual o emocional. Fuera lo que fuese, le causó un gran sufrimiento. Escucha lo que dice Pablo sobre su dolor.

Haz que un estudiante lea 2 Corintios 12:8–9 en voz alta y desde la Biblia. Si no es posible, los versículos están impresos a continuación.

Tres veces le rogué al Señor que me la quitara; pero él me dijo: «Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad».
2 Corintios 12:8–9

La Biblia tiene mucho que decir sobre el dolor que experimentamos en esta vida. Podemos ver a partir del ejemplo de Pablo que está bien pedirle a Dios que nos quite el dolor. Esto no quiere decir que Dios siempre se lo llevará. Como vimos en la vida de Pablo, Dios puede recordarnos que confiemos en Él. Nos promete que siempre estará con nosotros y nos dará la fuerza y la gracia para el momento. Sin embargo, si estás en una situación peligrosa ¡busca ayuda!

Consejo para el maestro: Si algunos de tus estudiantes se encuentran en situaciones peligrosas, trata de buscar ayuda para ellos. Si es posible, haz lo que está a tu alcance para que sean removidos de estas situaciones. Recuérdales que Dios siempre se preocupa por ellos, incluso en los momentos de dificultad.

Otra cosa que vemos en la Biblia es que está bien enojarse, llorar y lamentarse por el dolor. No está mal decir que no queremos el sufrimiento. Escucha lo que dice el Salmo en cuanto a clamar a Dios por nuestro dolor.

Versículo para Memorizar

Si utilizas el Cartel del Versículo para Memorizar, muéstralo a los estudiantes.

Sálvame, Dios mío, que las aguas ya me llegan al cuello. Me estoy hundiendo en una ciénaga profunda, y no tengo dónde apoyar el pie. Estoy en medio de profundas aguas, y me arrastra la corriente. Cansado estoy de pedir ayuda; tengo reseca la garganta. Mis ojos languidecen, esperando la ayuda de mi Dios.
Salmos 69:1–3

Este Salmo es un lamento, una canción sobre el duelo. Es similar al poema o canción que escribiste al comienzo de la clase sobre los problemas del mundo. Habla acerca del dolor y la tristeza en la vida del escritor.

¿Qué emociones expresa el escritor?

Los estudiantes pueden responder que el escritor se sintió desesperado, agobiado, cansado, desesperanzado, etc.

¿De qué manera respondió a su dolor el escritor del Salmo?

Quizás dirán que clamó a Dios y expresó su frustración de que aún no había recibido la respuesta de Dios. Estaba exhausto y cansado de esperar una respuesta de parte de Dios.

¿Qué crees que el autor quería de parte de Dios?

Consejo para el maestro: Es importante permitir que los estudiantes expresen sus sentimientos sobre el dolor, sin sentirse juzgados. Algunos pueden sentir que Dios no los ama o no se preocupa por ellos debido al dolor que han experimentado. Estas emociones son una parte normal del proceso de duelo, incluso para aquellos que confían en Dios. Para obtener más información que ayude a tus estudiantes, lee el artículo de recurso titulado “¿Cómo ayudar a los adolescentes a atravesar el proceso de duelo?”, que está justo después de esta lección.

Cuando tienes un dolor, es normal sentirse enojado o lastimado. Puedes compartir estas cosas con Dios, como lo hizo el escritor del Salmo. Dios siempre está contigo. No importa lo que suceda en tu vida o lo que digas o hagas, su amor por ti nunca cambia.

Otra cosa que aprendimos es que es bueno compartir nuestro dolor con los demás. Pablo no mantuvo su dolor en secreto. Les hizo saber a los demás cuánto sufría.

¿Por qué piensas que Pablo compartió su dolor con las personas que confiaba?

Los estudiantes pueden decir que quería consuelo o compasión.

Esto es lo que nos dice la Biblia sobre mostrar compasión a aquellos que sufren.

Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación, quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que, con el mismo consuelo que de Dios hemos recibido, también nosotros podamos consolar a todos los que sufren.
2 Corintios 1:3–4

¿Por qué estos versículos nos dicen que debemos consolar a las personas?

Los versículos dicen que debemos consolarnos entre nosotros porque hemos recibido el consuelo de Dios.

Compartir nuestro dolor con los demás no hará que desaparezca. A veces, incluso, hace que nuestro dolor parezca lastimarnos más. Sin embargo, hablar de nuestro dolor y recibir consuelo y compasión de las personas nos puede ayudar a comenzar nuestra sanidad.

Pablo confió en Jesús para darle la fortaleza que necesitaba. También puedes hacer eso. Escucha lo que dice la Biblia sobre la fuerza de Dios en tiempos de dificultad.

Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia.
Salmos 46:1

¿Qué nos dicen estos versículos sobre cómo podemos superar los momentos dolorosos?

Los estudiantes pueden responder que Dios es un refugio y una fortaleza. Que Él los puede ayudar a no tener temor, incluso cuando están en situaciones muy difíciles.

¿Esto cambia la manera de cómo te sientes cuando pasas por situaciones dolorosas? ¿Por qué sí o por qué no?

Puede que no parezca, sin embargo, el dolor puede brindar una oportunidad de crecimiento. Por ejemplo, quemarte con una olla caliente nos enseña a no poner nuestras manos en el fuego. Muchas personas miran hacia atrás, a sus tiempos de dolor, y se dan cuenta de que estos fueron los momentos cuando más aprendieron y crecieron.

Solo porque podemos aprender y crecer a partir de nuestro dolor no significa que sea fácil. El dolor puede causar heridas profundas que requieren un largo tiempo para ser sanadas. Y aunque a veces parece que siempre sentiremos ese dolor, Dios desea sanarnos.

Opcional: Si es posible, comparte la imagen de La Biblia en Acción.

Por último, Dios puede redimir incluso el dolor más horrible y transformarlo en algo bueno. Piensa en lo que aprendimos hace un tiempo acerca de José de la Biblia. Él fue vendido como esclavo por sus hermanos, llevado a un país extranjero; mintieron acerca de él y lo pusieron en prisión. Sin embargo, le dijo sus hermanos:

Es verdad que ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios transformó ese mal en bien.
Génesis 50:20

Los hermanos habían querido y le hicieron mal a su hermano. José sufrió por un tiempo prolongado. Sin embargo, confió en que Dios estaba obrando, incluso cuando no podía verlo. Otra forma de explicar esto es que Dios usó lo malo para hacer algo bueno. Dios puede incluso tejer en las cosas dolorosas de nuestras vidas algo hermoso porque nos ama tanto y porque es muy poderoso.

Piensa en un ejemplo de la vida real donde Dios usó cosas dolorosas para el bien. Compártelo con nosotros.

Debes estar preparado para compartir un ejemplo de tu propia vida o de la comunidad. Por ejemplo, tal vez alguien que camina cojeando a causa de un accidente ahora habla a los discapacitados de tu comunidad.

Responde, para ti mismo, en silencio: ¿Te ayuda saber que Dios puede usar el dolor para el bien, cuando enfrentas una situación dolorosa? ¿Por qué sí o por qué no?

Está bien luchar con la respuesta a esa pregunta. No es fácil de responder. A nadie le gusta el dolor. Sin embargo, podemos confiar que Dios nos ama y siempre está con nosotros, incluso cuando pasamos por situaciones dolorosas. Al atravesar situaciones tristes, está bien sentirse apenado, enojado o confundido. No tienes que esconder esos sentimientos. Puede llevar tiempo sanar. Entonces, puedes consolar a los demás ya que has recibido consuelo.

3. Respuesta

Orar un lamento y luego orar sobre el dolor de los demás.

Reúne a los estudiantes en un círculo grande para la actividad de respuesta.

Si pudieras pedirle a Dios que te responda una pregunta sobre el dolor o la muerte, ¿qué preguntarías?

Prepárate para compartir una pregunta que tengas en caso de que nadie responda. Anímalos a hablar de sus emociones, incluso las más difíciles. Recuérdales que pueden confiar en Dios y entregarles su enojo y dudas como así también sus otras emociones.

Consejo para el maestro: A lo mejor tus estudiantes tengan preguntas sobre por qué suceden cosas malas. Para obtener más información y versículos bíblicos útiles para compartir, lee “¿Por qué permite Dios que sucedan cosas malas?” Este artículo se puede encontrar antes de las lecciones de abuso sexual en esta guía.

Si alguna vez has experimentado algún dolor, mantén una mano abierta frente a ti.

Haz una pausa para que respondan los estudiantes. Mantén tu propia mano abierta frente a ti también.

¡Mira alrededor! Como puedes ver, todos hemos experimentado dolor. Todos entendemos lo que se siente.

Podemos responder al dolor de 2 formas diferentes. Primero, escoger aferrarnos a nuestro dolor. Enfocarnos en el evento o la persona que causó el dolor y endurecer nuestros corazones a fin de atenuar el dolor. Esto puede hacer que nos amarguemos e impedir que experimentemos gozo y paz.

La otra decisión que podemos tomar es comenzar a soltar el dolor para poder sanar. La sanidad puede ser difícil. Sin embargo, al dar pasos pequeños lentamente, comenzaremos a sentirnos mejor. Con el tiempo, seremos capaces de fortalecernos y consolar a otros. Y esto nos ayuda a sanar aún más.

El primer paso importante en la sanidad de algo doloroso es expresar el dolor. Piensa en algo doloroso que hayas experimentado. Ahora expresaremos nuestro dolor por medio de un lamento. Medita en tu dolor a medida que repites estos versículos. Puedes decirlos en voz alta o baja. Si no estás listo todavía para clamar a Dios por tu dolor, piensa en algo que te ayudaría con el pesar que sientes. Tu herida es real y está bien expresarla. Si deseas puedes golpear el suelo o pisar fuerte para expresar tu dolor.

Consejo para el maestro: Sé sensible al dolor expresado por tus estudiantes. Si es posible, habla con los que les cuesta. Ora por ellos y brinda consuelo y compasión.

Di estas oraciones del Salmo 69:1–3, 17–18, 29 en voz alta. Haz una pausa, después de cada frase, para que los adolescentes las repitan.

  • Sálvame, Dios mío, que las aguas ya me llegan al cuello.
  • Me estoy hundiendo en una ciénaga profunda, y no tengo dónde apoyar el pie.
  • Cansado estoy de pedir ayuda; tengo reseca la garganta.
  • Respóndeme pronto, que estoy angustiado. Ven a mi lado, y rescátame; redímeme.
  • Ven a mi lado, y rescátame; redímeme, por causa de mis enemigos.
  • Y a mí, que estoy pobre y adolorido, que me proteja, oh Dios, tu salvación.

Haz una pausa para que los adolescentes terminen sus lamentos de forma privada. Ofrece orar por quienes lo deseen.

Consejo para el maestro: Si no es apropiado en tu cultura tomarse de las manos, puedes hacer el resto de la actividad sin que los estudiantes lo hagan.

Ahora toma la mano de la persona que está a tu lado. Algo que puede ayudar cuando experimentas situaciones dolorosas es recordar que no estás solo. Cada persona en esta habitación ha experimentado dolor. Cuando te sientes agobiado, como si estuvieras siendo arrastrado por una corriente de dolor, ten claro que todos podemos entender cómo te sientes. Podemos apoyar y consolarnos mutuamente.

Consejo para el maestro: Orar en el grupo por las necesidades reales de los demás puede ayudar a tus adolescentes a entender que no están solos en su dolor. También les permite mostrar compasión por el dolor de las otras personas. Estas cosas facilitan el comienzo de la sanidad.

Ahora piensa en la persona que está a tu izquierda. Aunque no conozcas su dolor, puedes orar por la situación dolorosa que atraviesa.

Haz una pausa, por un minuto, para que los estudiantes puedan orar en silencio por la persona a su izquierda.

Ahora, haz lo mismo por la persona a tu derecha.

Opcional: Si tienes tiempo y materiales disponibles, puedes usar esta opción en vez de la de arriba. Da a cada uno de los estudiantes un pequeño pedazo de papel. Diles que escriban los dolores de sus vidas. No tienen que compartir detalles, y no necesitan escribir sus nombres en los papeles. Podrían solo escribir algo como “dolor”, “pena” o “abuso” en sus papeles. Haz que los doblen para que nadie pueda ver lo que han escrito. Recolecta los pedazos y mézclalos en una bolsa o tazón. Después, deja que los estudiantes escojan un pedazo de papel de la bolsa con el dolor de un estudiante diferente. El estudiante orará por esa persona.

Opcional: Si usas la Página del Alumno, da a los estudiantes tiempo para completarla.

Finaliza la clase diciendo una bendición por tus estudiantes, basada en el Salmo 34:18.

Bendición: Que confíes en nuestro Dios, que promete estar cerca cuando tu corazón se siente quebrantado. Y que te acuerdes que incluso cuando parece que no hay más esperanza, Él es poderoso para salvar.

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