En la lección, la información que debes conocer está escrita en letra normal, y lo que se recomienda decir o leer en voz alta a los niños está en negrita. Todos los recursos para cada lección, incluyendo la Guía para el Maestro, la Página del estudiante, la Tarjeta de conexión familiar y otros materiales, pueden descargarse en un archivo ZIP haciendo clic en el siguiente enlace:
En algunas lecciones encontrarás "Artículos de recurso". Estos son textos escritos por expertos de todo el mundo que ayudan a los maestros en su labor con niños y adolescentes. Pueden compartirlos con padres o tutores si lo consideran apropiado.
¡Ya se te ha declarado lo que es bueno! Ya se te ha dicho lo que de ti espera el Señor: Practicar la justicia, amar la misericordia, y humillarte ante tu Dios.
Miqueas 6:8
Dios defiende al huérfano, a la viuda y al extranjero (Deuteronomio 10:18), y hace justicia a los necesitados y afligidos (Salmos 140:12). Se opone a la opresión y brinda refugio al pobre y al vulnerable. Se preocupa por los que han sido tratados con injusticia, y nos llama a hacer lo mismo.
¿Como puedes hacer lo que el Señor requiere de ti: hacer justicia, amar la bondad y caminar humildemente con tu Dios? Comienza mirando el carácter de Dios y escoge mirar el mundo como Él lo hace. Considera las injusticias que has visto y experimentado. Pídele que te muestre cómo hacer justicia de la manera que Él sabe que es mejor, incluso si no es lo que esperabas o deseabas. Luego haz justicia, ama la bondad y camina humildemente con tu Dios, dejando que su justicia reine en tu vida.
Alienta a los estudiantes a preguntar a sus padres: —¿De qué manera puedes mostrar justicia a alguien que no es tratado de manera justa? Luego pueden compartir que Dios ama la justicia y defiende aquellos que son tratados con injusticia.
Consejo para el docente: Si es posible, envíe por correo electrónico o mensaje de texto la tarjeta de conexión familiar a las familias de sus estudiantes.
A medida que lleguen los estudiantes, salúdalos cálidamente e invítalos a compartir situaciones donde vieron injusticias en sus familias y comunidades. Cuando estés listo para comenzar la clase, reúne al grupo en un círculo grande.
Dirige a la clase en una conversación sobre las injusticias que han visto en su comunidad o nación. Diles que compartan solo las situaciones, no los nombres de la gente involucrada. Recuérdales ser respetuosos con aquellos que están viviendo esas situaciones y con los demás en la clase.
Opcional: Si tienes disponibles los periódicos opcionales, entrega a cada grupo una sección. Los estudiantes buscarán historias de injusticias en su comunidad o nación. Cada grupo elegirá una historia para discutir.
Divide a los estudiantes en grupos de 3 o 4. Los adolescentes permanecerán en sus grupos durante toda la clase.
Cada grupo escogerá una situación para discutir. Si más de un grupo discute la misma realidad, está bien. Pídeles que conversen sobre las siguientes preguntas:
¿Quién experimentó la injusticia?
¿Por qué la persona atravesó por la injusticia?
Dales aproximadamente 5 minutos a los grupos para hablar sobre sus respuestas. Después realiza las preguntas nuevamente a toda la clase. Deja que 2 o 3 grupos distintos compartan sus respuestas a cada pregunta. Después de la discusión, comparte lo siguiente:
La justicia es una parte importante de quién es Dios. Forma parte de su carácter y de su relación con nosotros. La Biblia nos dice que Dios siempre es justo, bueno y amoroso. Su justicia es para todos. No importa si la persona es un líder muy conocido o un huérfano desconocido. Su estándar de justicia es el mismo para todos. Cuando pensamos en cómo tratamos a los demás, debemos intentar tratarlos como Dios lo haría.
Haz que un estudiante lea Miqueas 6:8 en voz alta y desde la Biblia. Si no es posible, el versículo está impreso a continuación.
¡Ya se te ha declarado lo que es bueno! Ya se te ha dicho lo que de ti espera el Señor: Practicar la justicia, amar la misericordia y humillarte ante tu Dios.
Miqueas 6:8
¿Qué quiere decir hacer justicia?
Permite que 2 o 3 estudiantes compartan lo que piensan. Si es necesario, recuérdales que la justicia de Dios busca restaurar y traer sanidad a las personas y a la situación. Actuar justamente significa tratar a todas las personas con amabilidad, respeto y brindar compasión, consuelo y cuidado a los que están en necesidad.
“Justicia” significa hacer lo que es moralmente correcto basado en los estándares de Dios. Solo Dios es bueno, justo y la justicia es una de las cualidades de su carácter. Hemos hablado sobre la primera parte de la justicia de Dios, la venganza. Ahora discutiremos la segunda parte, la restauración.
“Restauración” se refiere a que la situación vuelva a ser de la manera que Dios quería que fuese. Actuar de manera justa quiere decir tratar a las personas de la forma que Dios quiere que las tratemos, cuidando de aquellos que no tienen a nadie que los cuide y respetando a todos los que nos rodean.
La justicia no es solo una actitud. Es una acción. Cuando hacemos justicia, actuamos basados en la bondad, la misericordia y la compasión que Dios pone en nuestros corazones. Cuando nuestros corazones son transformados por su amor y comenzamos a ver a los demás como Él lo hace, empezaremos a tratar a las personas de la forma que Él lo haría, con amabilidad, amor, misericordia y compasión.
Escucha lo que la Biblia enseña respecto de hacer justicia y traer restauración.
Que 3 estudiantes distintos lean los versículos que están a continuación.
¡Aprendan a hacer el bien! ¡Busquen la justicia y reprendan al opresor!
¡Aboguen por el huérfano y defiendan a la viuda!
Isaías 1:17
Él defiende la causa del huérfano y de la viuda,
y muestra su amor por el extranjero, proveyéndole ropa y alimentos.
Deuteronomio 10:18
Si utilizas el Cartel del Versículo para Memorizar, muéstralo a los estudiantes.
Yo sé que el Señor hace justicia a los pobres y defiende el derecho de los necesitados.
Salmos 140:12
¿Por qué crees que Dios presta especial atención a hacer justicia por los huérfanos, las viudas, y aquellos que viajan lejos de su hogar?
Él se preocupa por todos, incluidos aquellos que no tienen a nadie más que se preocupe por ellos.
Dios se preocupa profundamente por la justicia hacia todas las personas. Pero, en particular enfatiza la justicia para la gente que puede ser ignorada o que los demás consideran como menos valiosa.
¿Quién en nuestra comunidad podría ser considerado como menos valioso o importante?
Quizás respondan que los pobres, los huérfanos, aquellos de otras clases, tribus o castas y aquellos que tienen discapacidades.
Jesús nos mostró y enseñó cómo hacer justicia a todas las personas, incluso aquellas que se consideran como menos valiosas o menos importantes. Cuando compartía con sus seguidores sobre cómo tratar a los demás, les contó esta parábola. A medida que la leemos, piensa en lo que enseña acerca de la justicia.
Jesús respondió: —Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de unos ladrones. Le quitaron la ropa, lo golpearon y se fueron, dejándolo medio muerto. Resulta que viajaba por el mismo camino un sacerdote quien, al verlo, se desvió y siguió de largo. Así también llegó a aquel lugar un levita y, al verlo, se desvió y siguió de largo. Pero un samaritano que iba de viaje llegó adonde estaba el hombre y, viéndolo, se compadeció de él. Se acercó, le curó las heridas con vino y aceite, y se las vendó. Luego lo montó sobre su propia cabalgadura, lo llevó a un alojamiento y lo cuidó. Al día siguiente, sacó dos monedas de plata y se las dio al dueño del alojamiento. “Cuídemelo —le dijo—, y lo que gaste usted de más, se lo pagaré cuando yo vuelva”. ¿Cuál de estos tres piensas que demostró ser el prójimo del que cayó en manos de los ladrones? — El que se compadeció de él — contestó el experto en la ley. — Anda entonces y haz tú lo mismo —concluyó Jesús.
Lucas 10: 30–37
Ahora identifiquemos a las personas de esta historia. No conocemos nada del hombre que fue asaltado. Solo sabemos que estaba herido y necesitaba ayuda. Tanto el sacerdote como el levita eran judíos que servían en el templo. El samaritano pertenecía un grupo de personas que los judíos odiaban y los consideraban sin valor.
¿Quién sufrió injusticia en esta historia?
El hombre que fue asaltado y golpeado.
¿Quién esperarías que hiciera justicia y mostrara bondad al hombre que necesitaba ayuda? ¿Por qué?
Deja que 2 o 3 estudiantes comuniquen lo que piensan. Después guíalos a comprender que tanto el sacerdote como el levita tendrían que haber entendido la justicia de Dios y deberían haber tratado al hombre herido de manera justa.
¿Quién mostró verdaderamente justicia en esta historia? ¿Por qué fue sorpresivo que actuara con justicia?
El samaritano trató de manera justa al hombre herido. Esto fue sorpresivo porque los samaritanos eran odiados por los judíos, y entonces los judíos no hubieran esperado este trato justo de un samaritano.
¿Cómo sus acciones reflejaron la justicia de Dios?
Se preocupó por un hombre que los otros maltrataron e ignoraron. Intentó traer restauración a la situación proveyendo para las necesidades físicas del hombre herido.
Ahora leeremos algunas situaciones. Después de cada una, hablaremos sobre cómo se aplica la justicia de Dios. Recuerda que la justicia de Dios trae restauración a la persona o a la situación.
Situación: El rey Herodes quería casarse con la mujer de su hermano que se llamaba Herodías. Juan el bautista le dijo al rey que era incorrecto contraer matrimonio con ella. Como resultado, el rey hizo que amarraran y encarcelaran a Juan.
En el cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías bailó para el rey. La danza lo complació tanto que prometió darle cualquier cosa que quisiera. Entonces ella le pidió la cabeza de Juan el bautista en un plato. Herodes no quería asesinar a Juan, sin embargo debido a que había hecho la promesa enfrente de todos sus invitados, llevó a cabo lo que había prometido. Envió soldados a la prisión, le cortaron la cabeza a Juan y la trajeron en un plato a la hija de Herodías, que se la dio a su madre.
¿Herodes tuvo una oportunidad de escoger la justicia en esta situación? ¿Por qué sí o por qué no?
Herodes pudo haber escogido hacer lo correcto, incluso sintiéndose presionado para cumplir su promesa que había hecho enfrente de los demás.
¿De qué forma Herodes pudo haber mostrado justicia en esta situación?
¿Qué crees que pudo haber sucedido si hubiese escogido actuar de manera justa?
Situación: En 1994 estalló una guerra en la nación africana de Ruanda entre los grupos: tutsis y hutus. Más de 800.000 personas fueron asesinadas en todo el país, en un período de más de 100 días. Los vecinos mataban a los vecinos, y la gente que una vez había vivido unidos y en paz ahora se odiaba y se temía.
Una mujer de 17 años llamada Jacqueline huyó a Burundi cuando su familia fue asesinada. Un vecino llamado Matías había matado su familia. Matías fue arrestado, como muchas otras personas que habían maltratado y asesinado en sus comunidades.
Alrededor de 5 años más tarde, el presidente de Ruanda decidió comenzar a dejar en libertad a aquellos que estaban en prisión y que habían confesado haber sido parte de los asesinatos. Sabía que su nación requería de una sanidad profunda. A medida que quienes habían participado en la violencia regresaban a sus comunidades, la iglesia cristiana ayudó a liderar el camino hacia la reconciliación y el perdón.
Hoy Jacqueline y Matías son vecinos nuevamente. Él confeso su responsabilidad en los asesinatos y pidió perdón. Aunque fue un proceso difícil, Jacqueline escogió perdonar, a pesar de que la sanidad ha tomado un largo tiempo.
Jacqueline fue tratada de manera injusta. ¿Cómo respondió a la injusticia?
Ella respondió a la injusticia actuando de manera justa. Perdonó a Matías, que la había tratado injustamente.
Matías pidió perdón por su comportamiento injusto. ¿Crees que esto ayude a hacer justicia? ¿Por qué sí o por qué no?
¿Alguien se comportó de forma justa en esta situación? ¿Quién y de qué manera?
Jacqueline actuó justamente al perdonar. Matías se comportó de manera justa al confesar y pedir perdón. El presidente actuó justamente al buscar restauración para su nación.
La justicia de Dios es parte su carácter, y su estándar de justicia es el mismo para todos. No importa si la persona es un líder bien conocido o un huérfano desconocido. Dios promete hacer justicia para todos, y nos llama a hacer lo mismo. Y cada uno de nosotros tiene la oportunidad de hacer justicia a los demás en nuestras vidas.
Debido a que nuestro mundo está lleno de pecado y maldad, también está colmado de injusticias. La gente de todo el mundo es tratada de manera injusta. Escucha de nuevo cómo debemos buscar la justicia.
¡Ya se te ha declarado lo que es bueno! Ya se te ha dicho lo que de ti espera el Señor: Practicar la justicia, amar la misericordia, y humillarte ante tu Dios.
Miqueas 6:8
Con frecuencia no vemos a los demás como Dios lo hace. Sin embargo, Dios nos llama a preocuparnos por la justicia para todos en cada situación.
En sus grupos, piensen en una situación de injusticia que su grupo discutió al comienzo de la clase y luego respondan estas preguntas:
¿Es posible la justicia en esta situación?
¿Cómo puedes ayudar a traer justicia a esa persona o situación?
Recuerda que a veces la justicia es hacer cosas prácticas, tales como preocuparse por las necesidades de alguien, como lo hizo el samaritano. Otras veces es ayudar a la gente a perdonar y reconciliarse, como lo escuchamos en la historia de Ruanda. Dios puede usar a cada uno de nosotros para ayudar a traer justicia.
Da a los grupos 5 minutos para hablar sobre cómo hacer justicia. Permite que cada grupo comparta de manera breve sus ideas.
Opcional: Si utilizas las Páginas del Alumno, dales tiempo para completarlas.
Finaliza la clase diciendo esta bendición por los estudiantes, basada en Proverbios 28:5.
Bendición: Que comiences a entender el corazón de Dios por la justicia. Que aprendas a ver las injusticias a tu alrededor y que le muestres justicia a las personas.
Si tienes tiempo, comparte esta canción con los estudiantes:
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