Cada recurso digital utilizado en esta lección está disponible para descargar utilizando el botón a continuación. Durante la lección, la información para ti está escrita en letra regular y lo que sugerimos para hablar o leer en voz alta a los niños está en negritas.
En algunas lecciones encontrarás “ARTÍCULOS DE RECURSOS”. Son artículos escritos por expertos de todo el mundo que te equiparán para tu trabajo con niños y adolescentes. Compártelos con los padres o tutores si lo consideras apropiado.
Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!
2 Corintios 5:17
Jesús pagó el precio por tus pecados, cada uno de ellos. Cuando aceptaste el regalo de la salvación a través de su sacrificio, te convertiste en una nueva creación, completa y maravillosamente nueva. Debido a que Jesús murió para pagar el precio por nuestros pecados, es Pascua todos los días. Cada día tienes la oportunidad de vivir para Él.
¿De qué manera el sacrificio de Jesús cambió tu vida? ¿sabes cuándo te ama? ¿estás dejando que su amor fluya a cada parte de tu corazón y alma? ¡Te ama lo suficiente para dar su vida por ti! Deja que la paz y el gozo que solo su amor puede dar te llene de manera completa. Y a medida que enseñas esta lección a tus estudiantes, permite que vean la paz y el gozo en tu vida. ¡Eres el hijo amado del Rey más sublime!
Anima a que tus estudiantes pregunten a sus familiares, “¿Qué cosas de la vida evitan que te sientas libre?” Luego pueden compartir que todos somos pecadores, pero, el regalo del amor de Dios en Jesús ha hecho un camino para que alcancemos la verdadera libertad. Recuérdales que deben orar a Dios para que les dé oportunidades y la valentía de compartir las buenas nuevas de Jesús con sus familias.
Consejo para el docente: Si es posible, envíe por correo electrónico o mensaje de texto la tarjeta de conexión familiar a las familias de sus estudiantes.
Pregúntales por qué cosas buenas están agradecidos el día de hoy, y comparte una alabanza específica o acción de gracias de tu propia vida.
Pide a un estudiante que lea Proverbios 5:22 en voz alta y desde la Biblia. Si no es posible, el versículo está impreso a continuación.
Un hombre malvado queda preso por sus propios pecados; son cuerdas que lo atrapan y no lo sueltan.
Proverbios 5:22 NTV
El pecado es como estas cuerdas. Nos ata. No importa con cuánto empeño tratemos de liberarnos, todavía estamos amarrados y no podemos desatarnos. Nunca podremos pagar el precio por nuestros pecados, ya que este es la muerte. Sin embargo, ¡Dios tenía otro plan!
Pide dos voluntarios del mismo género. Amarra las cuerdas o paños sobre sus muñecas, uniendo las cuerdas como se muestra aquí. Los nudos no tienen que ser muy apretados, ya que debes ser capaz de deslizar tu dedo entre la cuerda y la muñeca del estudiante.
Dile a los estudiantes que traten de separar las cuerdas para que no estén entrelazadas. Pueden girar, doblar, ponerlas por arriba o por abajo. No pueden desatarlas o sacarlas de las muñecas. Permite que lo intenten por unos pocos minutos, mientras el resto de la clase los mira y ofrece sugerencias.
Deja que los estudiantes ofrezcan sus pensamientos.
Muéstrales la solución, como se ilustra a continuación. Uno de los estudiantes tendrá que tomar el medio de su cuerda, doblarla, y pasarla a través del nudo, donde está atada a la mano del otro estudiante. Después abrir la cuerda y ponerla alrededor de la mano del otro estudiante y sacarla por debajo.
Hay una sola manera para ser libre de nuestro pecado. Debido al amor de Dios por nosotros, envió a su Hijo Jesús, para realizar el último sacrificio por nuestra libertad y perdón. Durante la Pascua, celebramos la muerte y resurrección de Jesús.
Él es Dios en forma humana. No tiene pecado, sin embargo, murió en una cruz para pagar por los pecados de todos. Es un miembro de la Trinidad, el Hijo de Dios.
La historia comienza cuando Jesús fue a orar a un lugar llamado el Monte de los Olivos. Sus discípulos estaban con él. Debido a que Jesús es el hijo Dios, sabía que estaba a punto de morir. Tenía entendido que iba ser difícil y doloroso. Pon atención a lo que dice Jesús mientras ora a su Padre.
Si es posible que un estudiante lea cada parte de la historia de la Pascua, en voz alta y desde la Biblia. Si no es posible, usa los pasajes impresos aquí. Haz una pausa después de cada sección para permitir que los adolescentes piensen o compartan.
Entonces se separó de ellos a una buena distancia, se arrodilló y empezó a orar: «Padre, si quieres, no me hagas beber este trago amargo; pero no se cumpla mi voluntad, sino la tuya». Entonces se le apareció un ángel del cielo para fortalecerlo.
Lucas 22:41–43
Después de eso, Jesús fue arrestado. Se lo llevaron a un juicio ante los líderes judíos religiosos. Temprano, a la mañana siguiente, lo llevaron al gobernador romano, Pilato, ya que sólo los oficiales romanos tenían autoridad para dictar la pena de muerte. Jesús no tenía pecado. No merecía ser castigado. Pilato se dio cuenta de que Jesús no había cometido ningún crimen, y no quería hacerse responsable de su muerte. Le preguntó al pueblo si quería que soltara a Jesús, pero ellos gritaron que lo crucificaran. La palabra “crucificar” significa matar a alguien clavando sus manos y pies a una cruz de madera. Cuando se crucifica a alguien, no muere de manera inmediata, sino que lo hace con mucho dolor y lentamente, colgando de la cruz por horas o incluso días hasta que no puede empujar su cuerpo hacia arriba para respirar.
Que otro estudiante lea la siguiente parte de la historia.
Pilato, como quería soltar a Jesús, apeló al pueblo otra vez, pero ellos se pusieron a gritar—¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo! Por tercera vez les habló:—Pero ¿qué crimen ha cometido este hombre? No encuentro que él sea culpable de nada que merezca la pena de muerte, así que le daré una paliza y después lo soltaré. Pero a voz en cuello ellos siguieron insistiendo en que lo crucificara, y con sus gritos se impusieron.
Lucas 23:20–23
Algunos soldados romanos lo golpearon de manera brutal y luego lo llevaron para ser crucificado. Jesús comenzó a llevar su propia cruz, pero estaba tan débil debido a la golpiza, que los soldados obligaron a un hombre a que se la llevara. Cuando Jesús estaba colgando la cruz, la gente se burló de él.
Que otro estudiante lea la siguiente parte en voz alta y desde la Biblia. Si es posible, muestra a los estudiantes la imagen de la muerte de Jesús de la Biblia en Acción.
La gente, por su parte, se quedó allí observando, y aun los gobernantes estaban burlándose de él.—Salvó a otros —decían—; que se salve a sí mismo si es el Cristo de Dios, el Escogido. También los soldados se acercaron para burlarse de él. Le ofrecieron vinagre y le dijeron:—Si eres el rey de los judíos, sálvate a ti mismo. Resulta que había sobre él un letrero, que decía: «Este es el Rey de los judíos». Desde el mediodía y hasta la media tarde toda la tierra quedó sumida en la oscuridad, pues el sol se ocultó. Y la cortina del santuario del templo se rasgó en dos. Entonces Jesús exclamó con fuerza: —¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu! Y al decir esto, expiró.
Lucas 23:35–38, 44–46
Es posible que los estudiantes respondan que se sintió triste, adolorido, o que confiaba en Dios. Pudo haber sentido amor o compasión por quienes estaba dando su vida.
Jesús debió haber experimentado un profundo dolor a medida que era crucificado por nuestros pecados. Su sacrificio fue angustioso. ¡Sin embargo hay buenas noticias! ¡La historia no se acaba aún! Leamos el resto del relato. Algunas mujeres que creían en Jesús fueron a la tumba para ungir su cuerpo con especias.
Haz que otro estudiante lea la parte final de la historia en Lucas 24:1–8. Si es posible, muestra a los estudiantes la imagen de las mujeres en la tumba de la Biblia en Acción.
El primer día de la semana, muy de mañana, las mujeres fueron al sepulcro, llevando las especias aromáticas que habían preparado. Encontraron que había sido quitada la piedra que cubría el sepulcro y, al entrar, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. Mientras se preguntaban qué habría pasado, se les presentaron dos hombres con ropas resplandecientes. Asustadas, se postraron sobre su rostro, pero ellos les dijeron: —¿Por qué buscan ustedes entre los muertos al que vive? No está aquí; ¡ha resucitado! Recuerden lo que les dijo cuando todavía estaba con ustedes en Galilea: “El Hijo del hombre tiene que ser entregado en manos de hombres pecadores, y ser crucificado, pero al tercer día resucitará”. Entonces ellas se acordaron de las palabras de Jesús.
Lucas 24:1–8
Los estudiantes pueden responder que muestra que Dios es más poderoso que la muerte. Nos deja en claro también que, a veces, Dios envía ángeles para entregar mensajes. Jesús conquistó la muerte.
A pesar de que Jesús estuvo libre de pecado, murió en la cruz para pagar el precio por todos nuestros pecados. Después resucitó y ahora está con el Padre en el cielo. Él es nuestro abogado, lo que significa que habla con Dios en nuestro nombre. Y debido a que Jesús murió por los pecados, Dios nos perdona. Esto se llama gracia, el regalo no merecido del perdón de nuestros pecados. La gracia de Dios nos hace libres de la atadura del pecado, ya que Dios es más poderoso que el pecado y la muerte. Jesús resucitó de la muerte, venció al pecado y a la muerte en nuestro nombre. ¡Él está vivo!
Jesús pudo haber escogido no morir en la cruz, pero no lo hizo. Sufrió y murió porque nos ama profundamente. Sabía que la única manera que podíamos tener una relación con él era a través de su sufrimiento, por el castigo de nuestros pecados.
Sostén una de las cuerdas y envuelve tu brazo o muñeca con ella a medida que compartes la siguiente parte de la lección. La cuerda debe estar bien envuelta pero no tanto como estar incómodo.
Cuando estás atado por el pecado, no es posible estar cerca de Dios. Esto es porque la Biblia nos dice que la consecuencia del pecado es muerte. Tu pecado te mantiene lejos de experimentar el amor y la gracia de Dios.
Mientras lees la siguiente parte, desenvuelve la cuerda de tu muñeca.
Alguien pagó el precio por tus pecados, ¡Jesús! Su sacrificio hace posible que vivamos sin castigo. Él pagó el precio con su vida. Por esta razón, no tienes que pagarlo con la tuya. En su lugar, te da libertad a través de la gracia, puedes ser perdonado por tus pecados y vivir por siempre en el cielo con él.
Jesús desea ser tu Salvador. Sin embargo, ha dejado que escojas. Puedes elegir aceptar o rechazar su regalo de salvación. Cuando lo aceptas, te conviertes en su seguidor. Sus seguidores estarán con Él por siempre, aquí en la tierra y algún día en el cielo.
Muestra a los estudiantes la cruz.
Jesús nos invita a dejar nuestros pecados a los pies de la cruz. Cuando escogemos seguir a Jesús y pedirle perdón por nuestros pecados, nos perdonará.
Opcional: Si utilizas las Páginas del Alumno, anima a tus estudiantes a escribir cualquier tipo de pecado con el que están luchando, al comienzo del camino. Al final, pueden escribir cómo se sienten después de lo que Jesús ha hecho por ellos.
Pide a un estudiante que lea en voz alta y desde la Biblia. Si utilizas el Cartel del Versículo para Memorizar, muéstralo a los estudiantes.
Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!
2 Corintios 5:17
En este día especial, celebramos la muerte y resurrección de Jesús. ¡Debido a su sacrificio, tus pecados pueden ser perdonados! Ya que Él resucitó de la muerte, ¡tienes la oportunidad de ser hecho de nuevo!
Opcional: Puedes mostrarles el Camino de Salvación que está a continuación. Si es posible, imprime copias de este camino para darle cada uno. Planifica hablar con los que recién aceptaron a Cristo, durante el tiempo de respuestas, o al final de la lección.
Quizás ya tomaste la decisión de seguir a Jesús. Incluso si lo hiciste, puedes reafirmar tu compromiso. ¡Su amor puede hacerte alguien nuevo! ¡Así es lo mucho que te ama!
A lo mejor no has aceptado, y el regalo de Jesús y el Espíritu Santo está hablando a tu corazón ahora. Si deseas seguir a Jesús, puedes hacer una oración simple. Dile que eres un pecador y pídele que venga a tu vida y perdone tus pecados. ¡Lo hará! Dile que quieres seguirlo para siempre. Puedes orar en voz baja, con un amigo, o conmigo.
Da tiempo a los estudiantes para pensar y orar.
Ahora imagina que escribes todos tus pecados en una hoja de papel. Toma un lápiz y papel y escribe todas las cosas que quieres confesar a Dios. Toma una pausa para que los estudiantes piensen y pretendan escribir. Ahora dobla este papel imaginario, para que nadie pueda ver lo que escribiste. Esto es sólo entre tú y Dios. Haz una pausa para que los estudiantes lo hagan. Ahora cuando estés listo, toma tu papel y déjalo a los pies la cruz. Haz una pausa para que los estudiantes realicen esto.
Una vez que has confesado tus pecados y pedido perdón, tus pecados son borrados completamente. Jesús pagó el precio por ellos, entonces son lavados. Eres hecho de nuevo y hermosamente limpio. ¡Nada de lo que te sucedió y de lo que has hecho puede hacerte más perfecto ante Dios!
Materiales opcionales: Haz que los estudiantes escriban sus oraciones de confesión en un papel. Pueden luego ponerlas a los pies de la cruz o romperlas y tirarlas en un tarro de basura.
Permite que los estudiantes se sienten, piensen, oren o escriban por varios minutos.
Materiales opcionales: Haz que los estudiantes trabajen juntos para decorar la sala para la celebración. Después trae los regalos y ¡celebren el regalo maravilloso que Jesús nos ha dado!
Cuando estés listo para finalizar la clase, deja que los estudiantes sepan que estás disponible si quieren hablar u orar contigo. Cierra el tiempo con una oración por ellos basada en 2 Corintios 5:17–20
Bendición: El amor de Dios por ti es tan alto como el cielo sobre la tierra. A través de la sangre de Jesús, Dios te reconcilió consigo mismo. Ha quitado tus pecados. Que nuestro amoroso Salvador te recuerde que eres su creación nueva, y que llegues a ser un embajador para Él.
Si tienes tiempo, comparte esta canción con los adolescentes.
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