En la lección, la información que debes conocer está escrita en letra normal, y lo que se recomienda decir o leer en voz alta a los niños está en negrita. Todos los recursos para cada lección, incluyendo la Guía para el Maestro, la Página del estudiante, la Tarjeta de conexión familiar y otros materiales, pueden descargarse en un archivo ZIP haciendo clic en el siguiente enlace:
En algunas lecciones encontrarás "Artículos de recurso". Estos son textos escritos por expertos de todo el mundo que ayudan a los maestros en su labor con niños y adolescentes. Pueden compartirlos con padres o tutores si lo consideran apropiado.
Al de carácter firme lo guardarás en perfecta paz, porque en ti confía. Confíen en el Señor para siempre, porque el Señor es una Roca eterna.
Isaías 26:3–4
Cuando te sientes abrumado, temeroso y tenso, ¿adónde acudes? Dios quiere que acudas a Él. Dios es la Roca. Esto significa que Él es una defensa, una fortaleza, un refugio. Tú puedes acudir a Él y estar seguro y en paz, aun si hay tormentas enfurecidas alrededor tuyo.
Muchos de los niños a quienes enseñas viven en circunstancias donde pueden sentirse en peligro e inseguros. Hoy les enseñarás que hay seguridad en Dios, la Roca. Él es un refugio, una defensa, un lugar de paz. Cuando vengan a ti y te cuenten las cosas difíciles que están experimentando, señálales a Dios, La Roca eterna.
Anima a los niños a que compartan con los miembros de su familia el ritmo de la mano y el versículo que aprenden en la última parte de la lección. ¡Tal vez los niños podrán mostrarles a Dios La Roca!
Consejo para el docente: Si es posible, envíe por correo electrónico o mensaje de texto la tarjeta de conexión familiar a las familias de sus estudiantes.
Saluda a tus alumnos cuando entren en la clase. Pregúntales si durante la semana experimentaron al Dios que ve.
Coméntales que comenzarán con un divertido juego. Cada equipo tendrá una piedra que será su “hogar”, y competirán con un palo que llevarán a esa piedra. En este juego, la piedra es el lugar seguro.
Divide la clase en dos equipos iguales. Si tienes muchos niños, escoge a 16 niños para que jueguen mientras los demás aplauden a los dos equipos. Los equipos deben hacer fila uno frente al otro, a unos 4 ó 5 metros de distancia.
Los jugadores en cada equipo deben contar a cada uno en la fila. Cada equipo tendrá un niño con 1, 2, 3, etc. Los niños deben recordar su número.
Coloca el palo en el centro del espacio, entre las dos filas. Designa un lugar de inicio para cada equipo y coloca allí una piedra para cada uno. Esa piedra es su “hogar”, un lugar de seguridad.
Para iniciar el juego, debes decir un número. Los dos jugadores que tengan ese número correrán al palo. El primero en tomar el palo correrá a la “piedra hogar” de su equipo. El otro jugador tratará de tocar al niño que lleva el palo.
Si el jugador que tiene el palo llega a salvo a su “hogar”, sin que lo toquen, su equipo recibe un punto. Si lo tocan antes de que llegue a su “piedra hogar”, no recibe puntos. Siempre se devuelve el palo al centro. Jueguen unos cinco minutos. El equipo que tenga más puntos será el ganador.
Después del juego, comenta con los niños qué significa tener una piedra como un lugar seguro hacia donde correr cuando tengan problemas.
Uno de los nombres de Dios es Roca.
Una roca es sólida y fuerte, y puede ser un lugar de refugio. Eso describe quién es Dios. La historia bíblica de hoy es acerca de un rey famoso que conoció a Dios desde niño: el rey David. Dios dijo que David era un hombre conforme a Su corazón. David también era pastor de ovejas, guerrero y músico. Escucharemos de diferentes acontecimientos en la vida de David. Ustedes escucharon algunas de las cosas por las que pasó David. Habrá cosas que no han oído antes. Cada vez que oigan que Dios salvó a David den un grito de alabanza.
Dirige a los niños para que aplaudan y griten: “¡Dios la Roca, salva!” Practiquen este grito de victoria un par de veces antes de que cuentes la historia.
El rey David era el hijo menor de su familia, su trabajo era cuidar el rebaño de ovejas de su padre. A veces, cuando estaba en el campo con las ovejas, lo atacaba un león o un oso. Dios dio a David la fuerza para pelear contra estos animales salvajes y proteger a las ovejas. Dios también protegió a David de estas bestias salvajes. Gritemos una alabanza a Dios.
Permite que los niños aplaudan y griten la alabanza.
Un día, Dios envió al profeta Samuel a ungir en secreto a David para que fuera el próximo rey de Israel. En ese tiempo el rey era un hombre llamado Saúl, y él aún no sabía que Dios estaba dando el reino a David. Después de que David fue ungido por Samuel siguió en el campo con las ovejas. Un día, su padre lo mandó a que llevara comida a sus hermanos mayores que estaban en el ejército del rey Saúl.
Permite que los niños digan lo que recuerdan de esta historia.
Cuando David vio al poderoso Goliat que amenazaba al ejército, dijo que pelearía contra él. David confió en Dios la Roca. En el nombre del Señor, David mató a Goliat con su honda y una piedra. Dios salvó a David de Goliat. ¡Gritemos una alabanza!
Anima a los niños a que aplaudan y griten una alabanza.
David llegó a ser capitán en el ejército de Saúl. Muchas veces fue a la batalla contra los enemigos de Israel. En cada oportunidad, Dios salvó a David. ¡Gritemos una alabanza!
Anima a los niños a que aplaudan y griten una alabanza.
David tuvo tanto éxito en la batalla que la gente comenzó a cantar canciones acerca de él. El rey Saúl se puso celoso.
Permite que los niños digan lo que recuerdan.
Un día Saúl estaba loco de celos. Mientras David tocaba su arpa para Saúl, Saúl le arrojó una lanza para traspasar a David y clavarlo en la pared. Pero Dios salvó a David del rey Saúl. ¡Celebremos con alegría!
Anima a los niños a que aplaudan y celebren.
Saúl se puso más y más celoso de David. El rey incluso le pidió a su hijo Jonatán que lo matara. Jonatán era su amigo así que advirtió a David. Saúl intentó matarlo muchas veces. Pero, cada vez, Dios salvó a David. ¡Gritemos una alabanza!
Anima a los niños a que aplaudan y celebren con alegría..
David tuvo que huir de Saúl, porque le perseguía con sus soldados. Durante muchos años tuvo que correr y esconderse en cuevas y otros lugares, para salvarse del celoso rey. También luchó en muchas batallas contra otros reyes. En todas sus luchas y cuando huía de sus enemigos, Dios salvó a David. ¡Celebremos con alegría!
Anima a los niños a que aplaudan y celebren con alegría.
Finalmente, Saúl y su hijo Jonatán murieron en una batalla. David se entristeció; pero ahora comenzaba su vida como rey. Más tarde, un hijo de David llamado Absalón se rebeló contra él. A Absalón le parecía que debía ser rey en lugar de su padre. Empezó una rebelión. De nuevo, David tuvo que huir; ¡esta vez de su propio hijo! David sintió que se le partía el corazón. Pero Dios seguía protegiendo a David. Mandó hombres que pelearon a favor de David y derrotaron a Absalón. ¡Dios una vez más salvó a David! Demos un grito de alabanza.
Anima a los niños a que aplaudan y griten una alabanza.
Cuando David era anciano declaró que su hijo Salomón sería el próximo rey. Dios se había revelado a David de muchas formas. Antes de morir, David escribió un canto de alabanza a Dios por todas las veces que lo había salvado. Escuchen parte de lo que David escribió:
El Señor es mi roca, mi amparo, mi libertador; es mi Dios, el peñasco en que me refugio. Es mi escudo, el poder que me salva, ¡mi más alto escondite! Él es mi protector y mi salvador. ¡Tú me salvaste de la violencia!
2 Samuel 22:2–3
Permite que algunos niños digan lo que piensan.
Opcional: Si usas La Biblia de Acción, permite que los niños escojan una de las historias de David para leer ahora. Hay varias historias para elegir en las páginas 270–295.
Formula las siguientes preguntas a los estudiantes.
David atravesó muchas situaciones difíciles en su vida. Luchó contra leones y osos cuando era un muchacho que cuidaba las ovejas de su padre. Luchó contra Goliat con su honda y unas piedras. Tuvo que esconderse del rey, que lo quería ver muerto. Tuvo que huir de su hijo, que quería matarlo. Se enfrentó a muchas cosas difíciles.
Una roca es fuerte y puede proveer seguridad y refugio. Cuando David llamó a Dios “mi Roca”, estaba diciendo que Dios le daba fortaleza, seguridad y refugio. “Mi Roca” es un gran nombre que describe a Dios.
Anima a los niños a ver que Dios la Roca da fuerza, refugio y seguridad. Deja que hablen sobre los momentos en que sienten que necesitan seguridad. Enfatiza el hecho de que muchas veces Dios, como Roca protectora, usa a otras personas, para protegernos.
Si utilizas el Cartel del Versículo para Memorizar, muéstralo a los estudiantes.
Confíen en el Señor para siempre, porque el Señor es una Roca eterna.
Isaías 26:4
En este versículo aprendemos que Dios no sólo es la Roca, un lugar de refugio, sino que Él es eterno; esto significa que él vive y permanece para siempre, por eso Dios siempre estará a nuestro lado.
Formemos rápidamente grupos de cuatro o cinco. Tu grupo tendrá cinco minutos para componer un ritmo de mano que te ayudará a memorizar este versículo. Para hacer este ritmo, debes tener las manos empuñadas de modo que parezcan rocas. Puedes golpear ambas manos una sobre la otra, golpearlas con las manos de otra persona, golpearlas todas juntas, o algo por el estilo.
Da a los grupos unos cinco minutos para que compongan sus ritmos de manos. Avísales cuando hayan transcurrido cuatro minutos para que terminen. Luego los grupos deben compartir sus ritmos con toda la clase.
Opcional: Da a los niños papel y lápices para que dibujen piedras. Pueden dibujar o escribir algo en sus piedras que les recuerde que Dios quiere ser su Roca, su lugar de refugio.
Si usas las Páginas del Alumno, los niños pueden hacer allí su dibujo.
Les voy a dar a cada uno una piedra como recordatorio de que Dios quiere ser su roca. Al tener en la mano esta piedra, piensen en un aspecto de su vida que pueden comenzar a confiar en Dios como su roca. David confió en Dios como su roca. Cada uno de nosotros también podemos confiar en Dios como nuestra roca.
Da una piedra a cada niño. Comenta que esta piedra les recordará que pueden confiar en Dios, la Roca. Finaliza la clase declarando la siguiente bendición sobre los niños, basada en Isaías 26:3–4.
Bendición: Dios es la Roca. Que tengas su paz al aprender a confiar en Él. Puedes confiar en Él para siempre. Él es tu Roca.
Si tienes tiempo, comparte esta canción con los estudiantes:
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