Cada recurso digital utilizado en esta lección está disponible para descargar utilizando el botón a continuación. Durante la lección, la información para ti está escrita en letra regular y lo que sugerimos para hablar o leer en voz alta a los niños está en negritas.
En algunas lecciones encontrarás “ARTÍCULOS DE RECURSOS”. Son artículos escritos por expertos de todo el mundo que te equiparán para tu trabajo con niños y adolescentes. Compártelos con los padres o tutores si lo consideras apropiado.
Como has pedido esto, y no larga vida ni riquezas para ti, ni has pedido la muerte de tus enemigos, sino discernimiento para administrar justicia, voy a concederte lo que has pedido. Te daré un corazón sabio y prudente, como nadie antes de ti lo ha tenido ni lo tendrá después.
1 Reyes 3:11b–12
Todos tenemos problemas. Estos son un resultado directo del pecado. Algunos de ellos son fáciles de resolver, mientras que otros no. En este versículo, Dios le dio sabiduría al rey Salomón. Él sabía que ser rey significaba tener que arreglar las disputas de las demás personas y también las propias. Como un adulto que cuida a sus hijos, tú también te puedes encontrar ayudando a los niños a resolver sus problemas.
Cualesquiera que sean los problemas que tú y tus niños enfrentan, ten claro que Dios proveerá la sabiduría necesaria para resolverlos. A veces, quizás, necesitarás mirar a más de una solución para un problema antes de resolverlo. Cuando le pides al Espíritu Santo que guíe tus pensamientos y acciones, Él lo hará. Que Dios te de un corazón sabio y entendido para ayudarte a guiar tus decisiones y resolver tus problemas.
Anima a las familias de tus estudiantes a hablar sobre lo que han hecho y donde necesitaron más de un intento para que resulte.
Consejo para el docente: Si es posible, envíe por correo electrónico o mensaje de texto la tarjeta de conexión familiar a las familias de sus estudiantes.
Saluda a los niños a medida que entran a la sala y pídeles que nombren un paso para resolver problemas. Luego diles que se sienten en un círculo. Cuando te unas a los estudiantes en el círculo, trae contigo las piedras, el material suave, el cuero y los palos.
Hemos estado hablando acerca de resolver problemas. Hoy, tengo un problema y necesito que todos me ayuden a resolverlo. ¿Te gustaría ayudarme?
Tengo algunos objetos aquí que fingiremos que todos son parte de un animal. Deben trabajar juntos para descubrir qué tipo de animal es. Pasa esta piedra por el círculo. Cierra los ojos mientras sientes la piedra. Pon atención si se siente fría o caliente, suave o áspera, dura o suave. Hay 4 piedras en total y estas son la primer pista.
Dales tiempo para que pasen una de las piedras por el círculo.
Las respuestas pueden incluir: dura, suave y fría.
Miremos a todas las piedras.
Hay 4.
Coloca las piedras en el suelo como si fueran las pezuñas de un venado. Coloca 2 juntas hacia donde estaría el frente del animal y 2 juntas hacia donde sería la parte posterior.
Las respuestas pueden incluir: cabras, ovejas, ciervos, antílopes, gacelas, u otros animales con pezuñas.
Necesitaremos mirar a las demás pistas para decidir cuál es nuestro animal. Ahora miremos al pequeño pedazo de cuero. Pasemos el pedazo por el círculo.
Ahora pasemos por el círculo este trozo de material suave. Imaginaremos que es la cola de un animal.
Permite que respondan de 2–4 niños.
¡Ahora te estás acercando a descubrir qué animal estamos fingiendo que es! Tenemos una pista más para ayudarnos a resolver nuestro problema, los 2 palos. Pasémoslos por el círculo.
Las respuestas pueden incluir: llenos de bultos, suaves o ásperos, puntiagudos, etc.
Las respuestas quizás incluyan: cabras, antílopes, gacelas, venados, y otros animales parecidos.
¡Genial! Ahora juntemos todas las piezas.
Permite que contesten 3–4 niños. Si los estudiantes se quedan estancados, guíalos con pistas sobre el animal que pensaste al comienzo de la actividad.
Gracias por ayudarme a resolver el problema. ¡Parece que tenemos un venado con nosotros en nuestra sala!
Opcional: Si utilizas las Páginas del Alumno, pídeles a los niños que dibujen los objetos en el pájaro con los lápices de colores.
En la vida, no siempre es fácil resolver los problemas. A veces puede que hayas tratado de resolver un problema de varias formas antes de que encuentres una solución. Quizás algunos problemas grandes nunca se solucionarán por completo. Pero Dios nos ayuda incluso cuando los problemas no se acaban.
Permite que respondan 2–3 niños.
Haz que todos los niños levanten el número de dedos que muestra cada paso. Los pasos son: 1. orar por entendimiento; 2. identificar el problema; 3. Recolectar información; 4. Tratar de resolver el problema.
Has aprendido los 4 pasos para resolver problemas, pero ¿qué pasa si tu primera solución no funciona? Hay un paso más para ayudarte cuando esto sucede.
Paso 5: Intenta con otras soluciones.
Habrá momentos cuando elijas lo que tú piensas que es la mejor respuesta y el problema no se resuelva. Existirán otras ocasiones cuando elijas una solución y funcione de la manera que quieras. A veces los problemas pueden ser muy difíciles. En la corte, se cuentan ambos lados de una historia. Escucha lo que dice la Biblia sobre averiguar cuál es la información correcta para ayudarte a resolver un problema.
Si es posible, lee este versículo directamente de tu Biblia.
El primero en presentar su caso parece inocente, hasta que llega la otra parte y lo refuta.
Proverbios 18:17
A veces puedes pensar que no tienes una solución para un problema, cuando verdaderamente necesitas más información para decidir cómo resolverlo. Entonces, ¿de qué manera encuentras la respuesta indicada a un problema si lo primero que hiciste no funcionó? Usa el paso 5 e intenta con otras soluciones posibles.
En una historia real de la Biblia, el rey Salomón sabía que necesitaba ayuda para tomar buenas decisiones. Entonces le pidió sabiduría a Dios para que lo ayudara a decidir. Escucha lo que le dijo Dios al rey Salomón.
Si es posible, comparte las imágenes de la Biblia en Acción.
Como has pedido esto, y no larga vida ni riquezas para ti, ni has pedido la muerte de tus enemigos, sino discernimiento para administrar justicia, voy a concederte lo que has pedido. Te daré un corazón sabio y prudente, como nadie antes de ti lo ha tenido ni lo tendrá después.
1 Reyes 3:11b–12
Dios hizo lo que dijo que haría porque ¡Dios siempre cumple sus promesas! Ayudó al rey Salomón a crecer en sabiduría debido a que sabía que él la necesitaría para ayudar a los demás de una forma justa. Ya que Salomón era el rey, la gente venía a él para resolver sus problemas. El rey Salomón fue sabio pidiéndole ayuda a Dios para entender las cosas de manera diferente a otros. De esta manera, él realizó el primer paso para resolver problemas (levanta 1 dedo).
La Biblia nos cuenta de una vez cuando el rey Salomón ayudó a poner a un bebé en los brazos de su madre. En esta historia verdadera, dos mujeres estaban peleando por un bebé. Ambas reclamaban ser su madre. Salomón recolectó información sobre las dos mujeres, pero aún no estaba seguro de cuál de las dos era la madre del bebé. Él las probó a ambas para poder averiguar cuál era la madre. ¡La prueba funcionó y el bebé fue dado a su madre! Dios le dio sabiduría a Salomón y él la usó para resolver problemas.
Dios nos creó a todos nosotros con mentes que buscan sabiduría. Cuando le pedimos, Dios puede darnos sabiduría, tal como lo hizo con Salomón. Cuando piensas en un problema que es muy difícil de resolver, detente y pide a Dios que te de sabiduría. Luego, usa la mente que te dio para pensar en formas diferentes para resolver el problema.
En la actividad del animal que hiciste hoy, primero miraste a cada objeto por separado. Cuando hiciste esto y consideraste cómo se sentían, solo viste parte de la solución del problema. En el momento en el que pensaste en los objetos juntos y trataste de imaginar un animal que incluyera cada parte, eso te ayudó a resolver el problema.
Está bien si no puedes resolver un problema la primera vez que lo intentas. ¡Puedes mirar al problema de una manera distinta y tratar de nuevo!
Repasemos todos los pasos para resolver problemas.
¡Hagamos un juego con dibujos! Para esto, dividiré la clase en 2 grupos. Este lado de la sala (indica un lado) es el equipo 1, y este lado (indica el otro lado de la sala) es el equipo 2. Elegiré a un niño de cada equipo. Susurraré a los niños una descripción de una imagen para dibujar. Mientras el niño dibuja, el resto del equipo intentará adivinar lo que muestra la imagen.
Puede que tu equipo no adivine la respuesta correcta de inmediato, entonces tendrás que continuar adivinando qué son las imágenes. Si estás dibujando y tu equipo no adivina de manera correcta, quizás tengas que hacer otro dibujo. La persona que dibujó para el primer equipo que adivinó correctamente escogerá a los siguientes estudiantes para dibujar para ambos equipos.
Escoge uno de los siguientes ejemplos o usa tus propias ideas. Elige escenas que sean parecidas a las que los niños ven en sus vidas diarias. Si inventas las tuyas propias, asegúrate de que sean cosas simples que los niños sean capaces de dibujar. A continuación, hay algunas ideas:
Selecciona a un niño de cada equipo para que dibuje primero. Dale a cada niño un palo para hacer el dibujo en el suelo. Continúa jugando por 3–5 minutos.
Opcional: Si tienes disponibles 8 pedazos de papel y algunos lápices de colores, usa estos en vez de dibujar con palos en el suelo.
¡Eso fue divertido! Todos lo hicieron muy bien al tratar de adivinar lo que mostraba la imagen. Nuestro versículo de memoria nos recuerda pedirle ayuda a Dios cuando resolvemos problemas.
Si utilizas el cartel del versículo para memorizar, muéstralo a los niños.
Confía en el Señor de todo tu corazón, y no en tu propia inteligencia.
Proverbios 3:5
Confía en el Señor—Junta las manos como en oración.
De todo corazón—Cruza los brazos con las palmas sobre tu corazón.
Y no en tu propia inteligencia—Indica “no” mientras tocas los lados de tu cabeza con los dedos índices.
Finaliza la clase diciendo esta bendición por los niños, basada en 1 Reyes 3:11b–12.
Bendición: Que le pidas sabiduría a Dios. Que busques hacer lo que es correcto y justo. Que Dios te de sabiduría y entendimiento cuando enfrentes un problema.
Si tienes tiempo, comparte esta canción con los niños:
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