En la lección, la información que debes conocer está escrita en letra normal, y lo que se recomienda decir o leer en voz alta a los niños está en negrita. Todos los recursos para cada lección, incluyendo la Guía para el Maestro, la Página del estudiante, la Tarjeta de conexión familiar y otros materiales, pueden descargarse en un archivo ZIP haciendo clic en el siguiente enlace:
En algunas lecciones encontrarás "Artículos de recurso". Estos son textos escritos por expertos de todo el mundo que ayudan a los maestros en su labor con niños y adolescentes. Pueden compartirlos con padres o tutores si lo consideran apropiado.
En su angustia clamaron al Señor,
y él los sacó de su aflicción. Cambió la tempestad
en suave brisa: se sosegaron las olas del mar. Ante esa calma se alegraron,
y Dios los llevó al puerto anhelado.
Salmos 107:28–30
Los desacuerdos y las discusiones que nos rodean pueden hacernos sentir como si estuviéramos en medio de un mar tempestuoso. Las discusiones pueden causar ira, ansiedad y heridas profundas. Cuando estamos en desacuerdo con alguien, no siempre la reconciliación es una reacción natural. Dios, que aquieta las tormentas y las olas, quiere reemplazar nuestro enojo con su calma. Él quiere que vivamos en paz con todos, en cuanto dependa de nosotros (Romanos 12:18).
Es cierto que Dios quiere que nos reconciliemos cuando hayamos tenido una discusión. Pero, ¿cómo lo hacemos? Si esta semana alguien te provoca en una discusión, no reacciones inmediatamente. En su lugar, cuenta hasta diez, respira profundo. ¡Y ora! Pide a Dios que produzca en ti el fruto de su presencia: amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio (Gálatas 5:22–23). Pide a Dios que te ayude a reconciliarte después de las discusiones.
Informa a los padres o tutores de tus alumnos que los niños aprenderán buenas formas de resolver las discusiones. Anímalos a que comenten estas cuatro buenas formas de manejar las discusiones: 1. Contar hasta diez. 2. Mantener la calma. 3. Decidir que hablarán cuando ambos estén tranquilos. 4. Disculparse. ¿Cuáles han intentado en el pasado? ¿Cuáles les parecen más útiles? ¿Tienen otras ideas que resultan?
Consejo para el docente: Si es posible, envíe por correo electrónico o mensaje de texto la tarjeta de conexión familiar a las familias de sus estudiantes.
Saluda calurosamente a tus alumnos conforme lleguen a la clase.
Todos tenemos desacuerdos con los demás. ¿Cómo podemos reconciliarnos con alguien que nos ha hecho enojar o nos ha dañado? Hoy vamos a hablar acerca de cómo resolver las discusiones de manera sana y positiva.
Escuchen este versículo bíblico acerca del enojo y los desacuerdos.
Si es posible, lee Efesios 4:26 de tu Biblia. También está impreso aquí:
Si se enojan, no pequen». No permitan que el enojo les dure hasta la puesta del sol.
Efesios 4:26
Este versículo dice que no importa si alguien está en desacuerdo y se enoja, siempre y cuando su ira no lo haga pecar. Yo he discutido con mi familia y mis amigos, y creo que tú también lo has hecho. Hoy aprenderemos la forma correcta de discutir y discrepar. Pero primero examinaremos cómo nos sentimos cuando vemos a alguien que discute o cuando nosotros discutimos. Por favor siéntese en círculos.
Siéntate en un círculo estrecho con los niños. Diles que pasarás una piedra alrededor del círculo, y cualquiera que tenga la piedra compartirá.
Piensa en algún momento cuando viste a dos de tus amigos discutiendo. Piensa en cómo te sentiste cuando peleaban. Daremos la vuelta por el círculo y todos dirán una frase. La frase comienza con: “Cuando vi a alguien que discutía, me sentí ________ porque ________”. Yo comenzaré. “Cuando vi a dos de mis amigos discutiendo, me sentí frustrado porque no sabía cómo ayudarles”.
Pasa la piedra al niño a tu derecha. Cada niño completará la frase y pasará la piedra a la derecha. No importa que algunos repitan lo que otros han dicho. Cuando la piedra regrese a ti, haz una pausa antes de seguir con la siguiente parte.
Ahora piensen en alguna vez en que tuvieron una discusión con alguien. Vamos a recorrer el círculo otra vez y cada persona dirá una frase. Esta vez la frase será así: “Cuando discutí con la persona en quien estoy pensando, sentí ________”. No diremos nombres. Yo comenzaré. “Cuando discutí con la persona en quien estoy pensando, me sentí triste”.
Después de decir tu frase, pase la piedra al niño a tu izquierda. Cada niño dirá la frase y pasará la piedra hacia la izquierda. De nuevo, no importa si algunos niños repiten lo que otros han dicho. Cuando todos hayan participado, pídeles que mencionen “sentimientos” que se usaron durante la actividad, tales como enojado, asustado, triste, etc. Puedes escribir en el pizarrón o en un papel los sentimientos expresados para facilitar la actividad siguiente.
Las discusiones provocan sentimientos diferentes. Algunos son sentimientos acerca de ti mismo y otros son sentimientos acerca de la persona con quien estás discutiendo. Cuando tenemos sentimientos fuertes podemos decir o hacer cosas malas o dañinas. Cuando lo hacemos, podemos sentirnos mal después, o avergonzados o tristes. Hoy aprenderemos buenas formas de manejar estas situaciones.
Veamos lo que Dios dice acerca de las discusiones.
Lee Proverbios 15:18 de tu Biblia, si es posible.
El que es iracundo provoca contiendas; el que es paciente las apacigua.
Proverbios 15:18
Si es necesario, explica que alguien que es “iracundo” se enoja fácilmente.
Esa persona calma una pelea. Explica a los niños que al mantener la calma en lugar de enojarnos podemos ayudar a resolver las discusiones.
Escuchen otro versículo que nos muestra cómo Dios quiere que nos ocupemos de las discusiones.
No tengas nada que ver con discusiones necias y sin sentido,
pues ya sabes que terminan en pleitos.
2 Timoteo 2:23
Escuchen una breve historia que les contaré acerca de dos muchachos. Cada uno de ustedes decidirá lo que harán estos niños.
Luis y Daniel conversaban amistosamente al entrar en la clase de ciencias. Fueron los primeros alumnos que llegaron al salón, y el maestro aún no había llegado. Se emocionaron cuando vieron algo nuevo: un microscopio. Era el primer microscopio que tenía la escuela. Ambos querían usarlo primero. Comenzaron a discutir, y terminaron peleando por quién lo usaría primero. Luis insultó a Daniel. Entonces Daniel empujó a Luis y se cayó al piso. Siguieron discutiendo fuerte hasta que entró el maestro y los hizo callar.
¿Cómo completarías las siguientes frases?
¿Cuál de estas respuestas te parece una buena forma de resolver la situación?
Permite que tres o cuatro niños respondan.
Cuando hayas discutido o peleado, es bueno que pidas perdón y luego hagas algo para mostrar que te sientes mal por lo que hiciste o dijiste. Es difícil seguir enojado con alguien que está tratando de hacer lo bueno, aun después de una discusión o pelea.
Formen parejas con alguien sentado a su lado. Hablen de cuándo alguien se disculpó por haberles lastimado u ofendido. ¿Cómo les hizo sentir eso?
Prepara un testimonio personal para contar si fuera necesario.
Explica a los niños que les darás cuatro consejos para poner fin a una discusión. Después de decir cada consejo, haz una pausa para que los niños griten el consejo. Luego sigue con la explicación de cada uno.
Lo primero que debes hacer es orar. Los cristianos siempre deben pedir ayuda a Dios cuando tienen problemas. Puedes pedirle sabiduría para saber cómo manejar la situación. También puedes pedirle que te dé paz en tu corazón. Hay otras cosas que puedes hacer que son de ayuda:
Escuchen lo que dice Romanos 12:18 acerca de esto.
Si utilizas el Cartel del Versículo para Memorizar, muéstralo a los estudiantes.
Si es posible, y en cuanto dependa de ustedes, vivan en paz con todos.
Romanos 12:18
Deja que dos o tres niños digan lo que piensan. Si es necesario, explica que solo son responsables de sus propias acciones y respuestas. Si tratan de reconciliarse con alguien que no quiere amigarse, ustedes han hecho lo posible de su parte y no deben sentirse mal.
Pide a los niños que griten los cuatro consejos: cuenta hasta 10, respira profundo, decide hablar más tarde, pide perdón.
Siempre es importante pedir perdón cuando hemos ofendido a alguien. También es importante mostrar a la otra persona que nos sentimos mal por lo que hicimos o dijimos.
Los niños pueden pensar en estas respuestas: pasar tiempo con la persona, ayudarla con algo, jugar con ella, contarle algo, decirle: “no lo volveré a hacer”.
Estas son todas buenas ideas. Quisiera añadir una más. Debemos comportarnos de una manera natural con la persona, para que sepa que ya no estamos enojados o que no buscamos una oportunidad para vengarnos.
Pide a los niños que se formen en parejas. Diles que leerás tres situaciones. Después de cada una, los niños hablarán entre ellos de las buenas maneras de dejar de discutir. Permite que tres parejas den su opinión a la clase, después de cada situación.
Es común discutir o pelear. Es importante que nos esforcemos en resolver las diferencias y que dejemos de discutir. Si no estás seguro de cómo manejar una situación, pídeme un consejo o pide ayuda a un líder cristiano ó a un amigo.
Opcional: si usa las Páginas del Alumno, allí hay espacio para que los niños dibujen y escriban sobre una discusión y una buena forma de resolverla.
Indira Gandhi, que era un gran líder en la India, dijo: “no se puede estrechar la mano con un puño cerrado”. ¡Hagan la prueba!
Anima a los niños a hacer la prueba con su pareja. ¡El apretón de manos simplemente no funciona! Pregunta a los estudiantes que es lo que entienden de esta expresión de Indira. Luego sintetiza las respuestas y explica que Indira Gandhi quiso decir que cuando tenemos los puños apretados, estamos
listos para una pelea. Cuando dejemos de empuñar la mano, podemos darle la mano a la otra persona y decirle que lo sentimos.
Señala que Dios quiere que quienes lo aman se lleven bien y no se peleen. Pero cuando pelean o discuten, Dios quiere que se pidan disculpas y que se perdonen unos a otros.
Comenta que contarás lentamente hasta 25. Cada vez que digas un número, los niños deben darle la mano a alguien y decir: “no quiero pelear contigo”. Deténte cuando llegues a 25. Luego ora por los niños la siguiente bendición, basada en Romanos 12:18.
Bendición: el Señor nuestro Dios es el Dios de amor y paz. Pido a Dios que Él te ayude a vivir en paz con todos, en cuanto dependa de ti.
Si tienes tiempo, comparte esta canción con los estudiantes:
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