En la lección, la información que debes conocer está escrita en letra normal, y lo que se recomienda decir o leer en voz alta a los niños está en negrita. Todos los recursos para cada lección, incluyendo la Guía para el Maestro, la Página del estudiante, la Tarjeta de conexión familiar y otros materiales, pueden descargarse en un archivo ZIP haciendo clic en el siguiente enlace:
En algunas lecciones encontrarás "Artículos de recurso". Estos son textos escritos por expertos de todo el mundo que ayudan a los maestros en su labor con niños y adolescentes. Pueden compartirlos con padres o tutores si lo consideran apropiado.
Más bien, honren en su corazón a Cristo como Señor. Estén siempre preparados para responder a todo el que les pida razón de la esperanza que hay en ustedes.
1 Pedro 3:15
Como creyentes, somos llamados a compartir la razón de nuestra esperanza. Celebramos esa esperanza durante la temporada de Pascua, cuando recordamos el sacrificio que hizo Jesús para llevarse nuestra culpa, vergüenza, temor y restaurar nuestra relación con Dios, quien es siempre Santo y digno de honra. Esta esperanza cambia nuestras vidas, tanto en la tierra como en la eternidad. Por lo tanto, mientras celebramos nuestra gran esperanza, ¿no deberíamos estar preparados para compartirla con los demás?
Jesús nos da el ejemplo de cómo, cuándo y dónde compartir el evangelio. Considera cada una de estas ideas a continuación y escribe una forma específica en la que lo harás y dónde o con quién lo intentarás.
Ora por tu determinación de compartir. Pide al Espíritu Santo que te bendiga con sabiduría, discernimiento y valor para compartir sobre tu fe. Dile que te dé palabras respetuosas y amables que reflejen su amor. ¡Luego invita a los demás a compartir tu esperanza esta Pascua!
Si es apropiado, anima a los estudiantes a compartir el evangelio con sus familias.
Consejo para el docente: Si es posible, envíe por correo electrónico o mensaje de texto la tarjeta de conexión familiar a las familias de sus estudiantes.
Saluda a los estudiantes cuando lleguen. Hazles una de las preguntas mencionadas a continuación y escucha atentamente sus respuestas. Después de que cada uno responda, anímalos a preguntar al menos a 2 estudiantes la misma pregunta.
Cuando estés listo para comenzar la clase, comparte lo siguiente.
Una de las maneras más fáciles de comenzar una conversación es por medio de preguntas. Cuando haces una pregunta, muestras que te importa la otra persona y lo que tiene que decir. Además, las preguntas dan paso a respuestas, lo que significa que probablemente la otra persona compartirá una respuesta.
Permite que 3 o 4 estudiantes compartan sus respuestas de cada una de las siguientes preguntas.
Que los estudiantes encuentren parejas.
Vamos a hacer esta actividad de nuevo. Volveré a leer la lista de preguntas, y le harás una de las preguntas a tu pareja. Puedes formular cualquiera de las preguntas que quieras. Aquí están las preguntas:
Dales 2 minutos para hacer las preguntas. Pueden permanecer con sus parejas por el resto de la lección.
Es posible que una conversación termine después de hacer la primer pregunta y obtener la respuesta a menos que sepas cómo formular otra pregunta y después otra. Puedes llevar adelante una conversación simplemente si realizas preguntas, escuchas con atención las respuestas, y luego haces otra pregunta que lleve a la persona a la dirección que quieres ir. En muchas conversaciones, esto es útil. Te permite compartir tus creencias de manera amistosa para que la otra persona no se sienta amenazada. Le muestra honra tanto a ella como a sus creencias y te brinda una oportunidad para que demuestres amabilidad y compasión mientras compartes lo que crees que es la verdad.
Esto es especialmente importante cuando compartimos nuestra fe. A menudo somos muy apasionados sobre nuestras creencias espirituales, y nos sentimos amenazados cuando otros nos dicen que no están de acuerdo con lo que creemos. Sin embargo, cuando hacemos preguntas, podemos continuar la conversación de manera que muestre interés por los demás, mientras que nos dan la oportunidad de compartir más información sobre nuestras propias creencias.
Te puedes estar preguntando qué tiene que ver compartir el Evangelio con la Pascua. La noticia maravillosa es que el mensaje del Evangelio es la historia de la Pascua. Es el relato sobre cómo murió Jesús, cómo fue enterrado, cómo resucitó y cómo ascendió al cielo para estar a la diestra de Dios. Hizo esto para perdonar nuestros pecados, el tuyo, el mío y el de todos los que se arrepienten y creen. Lo hizo para quitar nuestra vergüenza, culpa y temor, y llevarnos de vuelta a la relación con Dios.
¡Sin embargo, muchas personas no conocen esta historia verdadera! No saben el gran sacrificio que Jesús hizo por ellos para hacerlos aceptables delante de Dios. ¡Y no hay nada más maravilloso y esperanzador que compartir este mensaje con alguien!
Aquí hay algunos consejos que podemos aprender acerca de cómo compartir el Evangelio de Jesús, de la manera que Él lo hizo primero y mejor.
Haz que cada pareja encuentre otra pareja para trabajar juntos, para que cada grupo tenga 4 estudiantes. Lee la situación y diles que discutan las respuestas en sus grupos. Pueden permanecer en sus grupos por el resto de la sección de enseñanza.
Vamos a tratar de usar estos consejos ahora.
Situación: Vas en un autobús y te paras junto a una mujer que tiene una bolsa de mercado en su mano. Te sonríe y te saluda. Parece amistosa, y piensas que podría ser una gran oportunidad de comenzar una conversación para compartir tu fe. ¿Qué harías?
Dales 2 minutos para discutir las respuestas en sus grupos. Luego permite que 2 o 3 grupos compartan sus pensamientos con el resto de la clase.
Opcional: Si usas las Páginas del Alumno, los estudiantes pueden usarlas para tomar notas y ayudarse a recordar lo que aprenden.
Una gran manera de comenzar una conversación con otra persona es realizar una de las preguntas que te hice anteriormente. Como recordatorio, déjame repetirlas:
Estas son maneras buenas de comenzar una conversación. Puedes usarlas con alguien que conoces o alguien que no conoces. Son interesantes, pero no muy personales. Después de que hayas preguntado alguna de estas preguntas, escucha la respuesta. Si la persona parece interesada en tener una conversación contigo, intenta realizar alguna de las preguntas que están a continuación:
Estas preguntas son más personales, y puede que una persona que no conozcas no quiera compartir este tipo de pensamientos contigo. Está bien. Responde de forma amistosa y educada.
Si la persona parece interesada en continuar con la conversación, intenta realizar estas preguntas:
Si la persona dice que sí, estás listo para compartir el Evangelio. Aprendamos una forma fácil para hacerlo. Se llama el Evangelio en palabras sencillas.
Opcional: Si utilizas las Páginas del Alumno, los estudiantes pueden leer el Evangelio en palabras sencillas.
1. Dios nos ama. ¡Nos creó y nos ama más de lo que podemos imaginar! Escucha lo que dice la Biblia al respecto:
Que un estudiante lea Romanos 8:38–39 en voz alta de la Biblia. Si no es posible, los versículos están impresos a continuación.
Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.
Romanos 8:38–39
2. Nosotros pecamos. Pecar significa escoger ir en contra de lo que Dios desea para nuestra vida. La Biblia nos dice que todos pecamos, y que el castigo por el pecado es la muerte y la vergüenza. Nuestro pecado nos separa de Dios y trae deshonra a su nombre. Vamos a leer lo que dice la Biblia:
Pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios,
Romanos 3:23
3. Jesús murió. Dios envió a su hijo Jesús a tomar nuestro lugar. Él recibió el castigo por nuestro pecado al morir en la cruz. Su muerte honró a Dios y restauró nuestro honor para que no tuviéramos que estar avergonzados delante de Dios.
Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros.
Romanos 5:8
4. Dios perdona. Debido a que Jesús murió, Dios perdona nuestros pecados si se lo pedimos. Este perdón es un regalo para nosotros. Cuando aceptamos su perdón, nuestro pecado y culpa no nos separa de Dios.
Porque la paga del pecado es muerte, mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor.
Romanos 6:23
5. Nosotros aceptamos. Podemos aceptar el regalo del perdón de Dios y convertirnos en parte de su familia, o elegir rechazar su regalo.
Que, si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo.
Romanos 10:9
¿Que nos enseña este versículo acerca de lo que debemos hacer para que nuestros pecados sean perdonados?
Permite que 2 o 3 estudiantes compartan sus pensamientos.
Después de que hayas compartido el Evangelio en palabras sencillas, queda solo una pregunta más. Si te sientes cómodo puedes preguntarle: ¿te gustaría aceptar el regalo del perdón de Dios? Si la respuesta es afirmativa, puedes orar con ella.
Compartir el Evangelio es una parte importante de nuestra vida como cristianos. Somos llamados a compartir nuestra fe con los demás y a estar listos para explicar por qué creemos lo que creemos. Escucha lo que nos enseña la Biblia al respecto:
Si utilizas el Cartel del Versículo para Memorizar, muéstralo a los estudiantes.
Más bien, honren en su corazón a Cristo como Señor. Estén siempre preparados para responder a todo el que les pida razón de la esperanza que hay en ustedes.
1 Pedro 3:15
¿Qué nos dice este versículo acerca del cómo y el por qué debemos compartir nuestra fe con otros?
Permite que 2 o 3 estudiantes compartan sus pensamientos. Luego llévalos a comprender que siempre debemos estar preparados para explicar y defender nuestra fe para que los demás entiendan la razón de nuestra esperanza. Tenemos que hacer esto con respeto y amabilidad.
Ahora que sabemos cómo y por qué compartir el Evangelio, vamos a hablar acerca de cuándo hacerlo. Si vivimos como lo hizo Jesús, ¡lo compartiremos en todos los lugares adonde vayamos y con todas las personas que conozcamos! Para algunos de nosotros, esto será un desafío. Y en algunas situaciones, incluso puede ser peligroso. Podemos pedirle al Espíritu Santo que nos ayude a saber cuándo y dónde debemos compartir el mensaje del Evangelio.
Tenemos que buscar e incluso crear oportunidades de compartir el Evangelio, y luego orar por sabiduría en aquellas instancias.
Opcional: Si usas las Páginas del Alumno, que los estudiantes consulten sus notas mientras practican la manera de compartir el evangelio.
Vamos a practicar para compartir el Evangelio. Comienza haciendo una de las preguntas que compartimos al comienzo de la clase. Como recordatorio, estas son:
A continuación, haz una de las siguientes preguntas. Estas son:
Son:
A continuación, comparte el Evangelio en palabras sencillas. Haremos juntos esta parte para ayudarte a recordar.
¿Cuál es la última pregunta? Vamos a decirla juntos. ¿Te gustaría aceptar el regalo de Dios?
Todos lo hicieron muy bien al compartir el Evangelio mutuamente. Si lo deseas, ora con tu pareja. Pide a Dios que te dé oportunidades de compartir el evangelio con los demás y sabiduría para saber cuándo y dónde desea que lo hagas. Esta Pascua, celebra la bendición que Dios te ha dado. Tienes una historia maravillosa para compartir que trata del perdón, la restauración del honor y la salvación. ¡Él ha cambiado tu vida! Ahora tienes la oportunidad de compartir la bendición con los demás al contarles tu historia, y la historia de la Pascua de Dios.
Haz una pausa para que los estudiantes lo hagan.
Finaliza la clase diciendo esta bendición por los estudiantes, basada en 1Pedro 3:15.
Bendición: Qué honres a Jesús en tu corazón. Y que siempre estés preparado para compartir con otros la razón de tu esperanza de manera respetuosa y amable.
Si tienes tiempo, comparte esta canción con los estudiantes:
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