En la lección, la información que debes conocer está escrita en letra normal, y lo que se recomienda decir o leer en voz alta a los niños está en negrita. Todos los recursos para cada lección, incluyendo la Guía para el Maestro, la Página del estudiante, la Tarjeta de conexión familiar y otros materiales, pueden descargarse en un archivo ZIP haciendo clic en el siguiente enlace:
En algunas lecciones encontrarás "Artículos de recurso". Estos son textos escritos por expertos de todo el mundo que ayudan a los maestros en su labor con niños y adolescentes. Pueden compartirlos con padres o tutores si lo consideran apropiado.
Antes de enseñar esta lección, piensa en una historia simple de tu vida con la que los niños sean capaces de identificarse. Esta puede ser una historia de tu niñez o un relato de una situación que sea común para ellos. Esta historia debería tomar alrededor de 1 a 3 minutos. Prepárate para contar la historia a los niños como parte de la sección de respuesta de la lección.
No les decía nada sin emplear parábolas. Pero, cuando estaba a solas con sus discípulos, les explicaba todo.
Marcos 4:34
Jesús utilizaba historias para enseñar a sus seguidores la manera que debían vivir. Contaba historias con las que las personas se podían identificar y podían comprender en un nivel básico. Sin embargo, siempre había algo más en las historias de modo que otras personas pudieran entender. Nuestras propias historias pueden ser así también. Cuando contamos historias de nuestras propias vidas, los demás pueden entender ciertas partes. Quizás sean capaces de imaginarse los lugares de los que hablamos o incluso las personas que incluimos en nuestras historias.
Piensa en una ocasión cuando aprendiste algo sobre Dios por medio de una experiencia que tuviste. Esta quizás fue una experiencia muy desafiante. ¿Qué fue lo que te acercó a Dios en esa experiencia? ¿Alguna vez has pensado en contar esta historia a alguien más? Si no lo has hecho, considera esto: A lo mejor Dios use tu historia para enseñar, animar y construir relaciones con otros. Incluso puede utilizarla para mostrar su obra en tu vida y animar a los demás. Trata de compartir tu historia con alguien. ¡Puedes quedar sorprendido de cómo Dios la usará!
Anima a que los integrantes de la familia piensen en algo alegre que les haya sucedido. Pídeles que cuenten esta historia a sus hijos utilizando palabras o acciones que ayuden a los niños a experimentar el mismo gozo.
Consejo para el docente: Si es posible, envíe por correo electrónico o mensaje de texto la tarjeta de conexión familiar a las familias de sus estudiantes.
Saluda a los niños a medida que llegan. Haz que se sienten en un círculo en medio de la sala de clases.
Las historias son muy importantes. Nos cuentan sobre nuestra historia, nos enseñan lecciones y nos ayudan a compartir nuestras experiencias con otras personas.
La Biblia es la gran historia de Dios. Nos cuenta quién es Dios y su relación con nosotros. Dentro de una gran historia, hay muchas historias más pequeñas. La primera historia de la Biblia nos dice que Dios creó todas las cosas, incluso a las personas. Escucha estos versículos sobre la creación de Dios.
Si es posible, lee estos versículos directamente de tu Biblia.
Los cielos cuentan la gloria de Dios, el firmamento proclama l a obra de sus manos. Un día transmite al otro la noticia,una noche a la otra comparte su saber.
Salmos 19:1–2
Todo lo creado por Dios cuenta una historia porque todo lo que Él creó es parte de su historia. El cielo cuenta la historia de la creación al mostrar que Dios separó el cielo del mar. También muestra que Dios creó el día y la noche. Cuando miramos el cielo, recordamos la historia de Dios de la creación.
Las historias también nos pueden ayudar a aprender lecciones y a comunicarnos con los demás. La mayoría de las historias incluyen:
Para ayudarnos a recordar cada una de estas partes, escuchemos una historia verdadera de la Biblia sobre María y Marta. Esta historia real comienza así:
Opcional: Si es posible, comparte la imagen de La Biblia en Acción.
Mientras iba de camino con sus discípulos, Jesús entró en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa.
Lucas 10:38
¿Dónde ocurre esta historia?
En la casa de Marta.
¿Qué evento inicia el viaje de Jesús con Marta?
Ella le dio la bienvenida a su hogar.
Tenía ella una hermana llamada María que, sentada a los pies del Señor, escuchaba lo que él decía.
Lucas 10:39
¿Dónde se sentó María?
A los pies de Jesús.
¿Por qué se sentó a los pies de Jesús?
Porque lo estaba escuchando.
Como esta es una historia verdadera, los personajes son personas reales. ¿Quiénes son estas personas en la historia?
María, Jesús y Marta.
Vamos a escuchar lo que les sucedió a continuación a María, Marta y a Jesús:
Marta, por su parte, se sentía abrumada porque tenía mucho que hacer. Así que se acercó a él y le dijo: —Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sirviendo sola? ¡Dile que me ayude!
Lucas 10:40
¿Cuál es el problema en la historia?
Marta está enojada con su hermana. Piensa que María debería ayudarla con el trabajo.
En este punto de la historia, Marta piensa que el problema era que su hermana no la ayudaba con el trabajo de la casa. A veces, nuestros problemas no son lo que aparentan ser. Presta atención a lo que Jesús le dijo a Marta cuando vio su frustración. Escucha lo que dijo:
—Marta, Marta —le contestó Jesús—, estás inquieta y preocupada por muchas cosas, pero solo una es necesaria. María ha escogido la mejor, y nadie se la quitará.
Lucas 10:41–42
Lo que Jesús dijo es un poco difícil de entender, pero sabemos que trataba de ayudar a Marta. Le explicó que María tomó una buena decisión para usar su tiempo.
¿Qué hacía María mientras Marta trabajaba?
Estaba sentada a los pies de Jesús escuchándolo.
¿Por qué sería más importante detenerse y pasar tiempo con Jesús que hacer las tareas domésticas?
Permite que 2 o 3 niños respondan.
En esta historia, Marta aprende una importante lección de Jesús.
¿Qué aprendió?
Permite que 2 o 3 niños respondan.
Jesús no le dijo a Marta que dejara de hacer lo que hacía, sino que le explicó que María estaba haciendo algo importante también. María estaba pasando tiempo con el Señor. Jesús le enseñó a Marta que es importante pasar tiempo con Dios. Esta también es una buena lección para nosotros. ¡Pasar tiempo con Dios es muy importante!
Esta historia podría no terminar de la forma que pensamos. Quizás no parece que esto sea el final de una historia. Algunas historias no tienen finales claros. A lo mejor los personajes no llegan dónde querían ir o no aprenden lo que pensaste que deberían aprender. Nuestras propias historias pueden ser de esta manera también. A veces podemos tratar de resolver un problema, pero es posible que no seamos capaces de hacerlo. Sin embargo, cuando esto sucede, por lo general aprendemos y crecemos a partir de nuestro problema.
Es divertido contar historias. Además, las historias nos pueden enseñar cosas sobre nuestra propia vida y la vida de los demás. Hoy le contarás tu historia a alguien más.
Cuando cuentas una historia, es importante hacerlo de forma que sea interesante para las personas que la escuchan. Por esta razón es fundamental añadir detalles a la historia. En el relato de Marta y María, escuchamos las palabras que dicen Jesús y Marta. Esto se llama diálogo. El diálogo es importante porque nos cuenta lo que la gente de la historia está pensando y cómo se relacionan entre sí.
Ayuda a los niños a juntarse en parejas para la siguiente actividad.
Vamos a tomar un momento para hablar con alguien sobre algo que está sucediendo. Haremos de cuenta que alguien en nuestra comunidad está dando pan gratis a todos. Llegamos a donde se reparte el pan. Hay una gran multitud reunida en ese lugar. Piensa en lo que le podrías decir a tu amigo cuando lo encuentres entre la multitud.
Dile a tu compañero lo que dirías sobre el pan gratis, la multitud o tus emociones. Por ejemplo, podría decir: ¡Estoy tan contento por este pan!
¿Qué dirías?
Anima a los niños a encontrar a alguien para hablar sobre la situación. Recuérdales que muestren sus emociones mientras dicen lo que piensan sobre lo que sucede. Dales un minuto para compartir sus pensamientos con los demás.
Puedes añadir descripciones a tu historia o agregar detalles interesantes sobre lo que dicen tus personajes, también agregar palabras interesantes que describan la acción de la historia. Vamos a practicar esto al completar algunos pensamientos. Cuando te diga un pensamiento, utilizas una palabra descriptiva para terminarlo.
Por ejemplo, me gusta la fruta porque es tan_____.
¿Qué palabra podrías usar para describir la fruta?
Los niños pueden responder con palabras como: jugosa, dulce, deliciosa, buena, u otras palabras similares. Permite que tengan 3 o 4 minutos para responder.
Todas estas son palabras buenas que describen la fruta. Vamos a usar más palabras descriptivas para completar estos pensamientos.
Puedes permitir que los niños digan las palabras descriptivas al mismo tiempo o pedir que algunos niños respondan a cada pensamiento. Asegúrate de hacer que los niños completen cada una de las siguientes oraciones.
Las palabras descriptivas hacen que una historia sea más interesante porque ayuda al oyente a experimentar la acción y las emociones con los personajes. Ayudan al que escucha a imaginarse lo que sucede en la historia como si le sucediera a él mismo.
Vamos a juntar todas las partes de una historia para ayudarnos a contar nuestras propias historias. Te narraré una historia sobre algo que me sucedió a mí. Tu historia será diferente a la mía, pero esto podría ayudarte para comenzar a pensar de qué se tratará tu historia.
Cuenta una simple historia de algo que te haya sucedido. Asegúrate de que sea algo con lo que los niños puedan identificarse. Si recuerdas una historia de tu niñez, esto podría ayudarlos a relacionarse con tu historia. Tu historia solo debe tomar de 1 a 3 minutos para dejar bastante tiempo para que los niños cuenten sus propias historias.
Ahora te daré un poco de tiempo para pensar en una historia que quieras contar. Comencemos pensando en un problema o situación difícil que hayas experimentado. Cuando hayas pensado en un problema o situación difícil sobre la que puedas contar una historia, levanta un pulgar.
Haz una pausa por 30 segundos o hasta que la mayoría de los niños tengan sus pulgares arriba.
Ahora, trata de usar las partes de una historia que has aprendido para ayudarte a crear tu historia. Recuerda, las partes de una historia son:
Si no resolviste tu problema, piensa en cómo la situación te cambió a ti o qué aprendiste del problema. Te daré un poco de tiempo para pensar en tu historia.
Ayuda a los niños a esparcirse para que cada uno tenga al menos un poco de espacio a su alrededor. Crea un ambiente calmado y tranquilo. Puedes decir una oración con los niños, bajar la luz si estás dentro de la sala de clases o hacer que los niños canten o tatareen un himno. Una vez que estén en silencio, pídeles que piensen en cosas que han sucedido en sus vidas de las que podrían contar una historia. Dales de 2 a 5 minutos para pensar en sus historias. Pueden cerrar sus ojos o susurrar en silencio para sí mismos si esto los ayuda a pensar.
Opcional: Si usas las Páginas del Alumno, dales 1 o 2 minutos para colorear o recortar sus personajes.
Ahora toma un momento para decidir cómo quieres compartir tu historia. Puedes usar voces interesantes o hacer una representación. Además, a lo mejor quieres incluir diálogos o palabras descriptivas. Toma un momento para decidir cómo contar tu historia.
Dales 30 segundos para decidir cómo contar sus historias. A continuación, haz que cada niño encuentre un compañero con quien compartir. Pídeles que elijan a un compañero en cada grupo para que cuente primero. Luego permite que tengan 1 o 2 minutos para que el primer niño en cada pareja comparta su historia. Avísales cuando sea la hora de que el segundo compañero comparta su historia. Deja que el segundo niño tenga 1 o 2 minutos para exponer.
Camina por la clase a medida que los niños comparten sus historias. Debes estar atento a lo que comparten, pero trata de no hacer comentarios. Este es un momento para que los niños compartan abiertamente una historia de sus vidas.
¡Fue genial escuchar todas sus historias! Recuerda, Dios nos creó a todos nosotros para contar y aprender de las historias. Cuando amamos a Dios y creemos en Él, ¡Dios nos hace parte de su gran historia!
Finaliza la clase diciendo está bendición por los niños, basada en Salmos 19:1–2.
Bendición: Que comprendas la importancia de contar historias. Que sepas que eres parte de la gran historia de Dios.
Si tienes tiempo, comparte esta canción con los estudiantes:
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