En la lección, la información que debes conocer está escrita en letra normal, y lo que se recomienda decir o leer en voz alta a los niños está en negrita. Todos los recursos para cada lección, incluyendo la Guía para el Maestro, la Página del estudiante, la Tarjeta de conexión familiar y otros materiales, pueden descargarse en un archivo ZIP haciendo clic en el siguiente enlace:
En algunas lecciones encontrarás "Artículos de recurso". Estos son textos escritos por expertos de todo el mundo que ayudan a los maestros en su labor con niños y adolescentes. Pueden compartirlos con padres o tutores si lo consideran apropiado.
Antes de la clase, amarra las puntas del hilo o papel para hacer dos coronas. Las utilizarás en la sección de enseñanza de la lección.
Solo el de conducta intachable, que practica la justicia y de corazón dice la verdad;
Salmos 15:2
No siempre es fácil decir la verdad. Otras personas pueden persuadirnos para exagerar o mentir sobre ciertas cosas. Incluso podemos enfrentar consecuencias cuando elegimos ser honestos. Cuando pensamos en el costo terrenal de decir la verdad, puede darnos un poco de temor. Sin embargo, el gozo eterno de Dios y saber que hemos hecho lo correcto de acuerdo a Él, es nuestra recompensa.
Piensa en una oportunidad cuando fue difícil para ti decir la verdad. ¿Qué sucedió? Al decir la verdad, incluso cuando es difícil, honras a Dios. Sin embargo, esto no quiere decir que debes decirle la verdad a alguien de una manera hiriente. Las palabras honestas muestran integridad, especialmente cuando no son correspondidas. Que Dios bendiga las palabras que usas esta semana.
Anima a las familias a jugar un juego con sus hijos que use palabras de integridad. Haz que cada miembro de la familia piense en una declaración que sea verdadera sobre ellos mismos. Luego pide a cada familiar que diga algo bueno de alguien.Di a los familiares que tomen turnos para hacer estas declaraciones mientras los otros miembros dicen si la declaración es verdadera o amable.
Consejo para el docente: Si es posible, envíe por correo electrónico o mensaje de texto la tarjeta de conexión familiar a las familias de sus estudiantes.
Saluda a los niños mientras llegan a la sala de enseñanza. Pide a cada niño que te diga algo que sea verdadero sobre él. Por ejemplo, “me gustan las matemáticas” o “tengo dos hermanos”.
Hoy continuaremos hablando sobre la integridad. ¿Alguien recuerda nuestra definición de integridad? Vamos a decirla juntos.
La integridad significa hacer lo correcto siempre y en todas partes.
Hoy vamos a hablar sobre cómo ser íntegros con nuestras palabras. La integridad en nuestras palabras significa decir lo correcto siempre. Esto significa decir la verdad y hablar palabras buenas. Vamos a hacer una actividad para pensar en lo que es verdadero y lo que no es verdadero.
Leeré algunas declaraciones. Si digo algo verdadero, ponte de pie y tócate la cabeza. Si digo algo falso o que no es verdad, agáchate y tócate los dedos del pie. ¿Listo
¿Verdadero o falso?
Permite que 2 o 3 niños respondan:
Una vez, cuando alguien te dijo algo que no era cierto ¿le creíste?
¿Qué pasó cuándo tu dijiste algo que no era verdad?
La verdad incluye hechos reales e información sobre una cosa, una persona o algo que pasó. Cuando alguien dice la verdad, esa persona habla sobre algo que realmente le sucedió a él o a alguien más.
Como aprendimos la semana pasada, la Palabra de Dios nos dice la verdad. Podemos mostrar integridad en nuestras palabras al decir la verdad y hablar palabras que ayuden a la gente.
Hoy, escucharás una historia sobre un hombre valiente que escogió tener integridad al hablar la verdad. No solo dijo la verdad, sino que lo hizo cuando todos los demás estaban diciendo algo que no era cierto. Fue el único entre muchas personas que estuvo dispuesto a decir la verdad. Su nombre era Micaías. Él era un profeta. Un profeta es alguien que entrega la verdad de Dios a los demás.
Pide a los niños que pasen adelante para representar la discusión entre el rey Acab de Israel y el rey Josafat de Judá. Di a los niños qué rey serán. Da a cada rey una corona. Invita al resto de los niños a actuar como profetas.
El rey Acab de Israel quería ir a la guerra. Deseaba recuperar los terrenos de Ramot y de Galaad que Dios había dicho que pertenecían a Israel, entonces le pidió a Josafat, rey de Judá, que lo ayudara a pelear la batalla.
Haz que el niño que juega a ser Acab le pida a “Josafat” que lo ayude. Si es posible lee directamente de tu Biblia.
Así que el rey de Israel reunió a los profetas, que eran casi cuatrocientos, y les preguntó: ¿Debo ir a la guerra contra Ramot de Galaad, o no? Vaya, Su Majestad contestaron ellos, porque el Señor la entregará en sus manos.
1 Reyes 22:6
Que los niños sin corona repitan: — Vayan, Israel ganará.
Todos los profetas dijeron lo mismo: ¡Que Israel ganaría la batalla! Sin embargo, el rey Josafat pensó que, a lo mejor, ellos no decían la verdad. Escucha lo que dijo.
Pero Josafat inquirió: ¿No hay aquí un profeta del Señor a quien podamos consultar?
1 Reyes 22:7
Pide a los niños que simulen ser Josafat repitiendo lo que dijo el rey. Luego, pídele a él que actúe como si no les creyera a los profetas.
Josafat pensó que los profetas no eran verdaderos y que realmente no entregaban mensajes de parte de Dios. Acab le dijo a Josafat que podían preguntarle a Micaías.
Di al niño que juega a ser Josafat que diga: —Podríamos preguntarle a Micaías.
A Acab no le gustaba Micaías porque no predecía cosas buenas para él, pero, de todos modos, él y Josafat enviaron a buscar a Micaías. Escucha lo que sucedió a continuación.
Ahora bien, el mensajero que había ido a llamar a Micaías le advirtió: —Mira, los demás profetas a una voz predicen el éxito del rey. Habla favorablemente, para que tu mensaje concuerde con el de ellos.
1 Reyes 22:13
¿Qué hubiese sido lo más fácil de hacer para Micaías?
Hubiera sido más fácil para Micaías estar de acuerdo con los otros profetas.
¿Qué debe hacer Micaías?
Debe decir la verdad.
Hubiera sido más fácil para Micaías seguir la corriente de lo que los otros profetas decían, pero Micaías tenía integridad. Pretende que soy Micaías mientras escuchas lo que digo.
Simula ser Micaías y di:
Le diré al rey lo que Dios quiere que diga:
Ve a los niños simulando ser los reyes y di:
Dios me mostró una visión de tus ejércitos siendo derrotados en la batalla. Los otros profetas te están diciendo mentiras. Si vas a la batalla en contra del rey de Aram, el rey Acab sufrirá grandes daños.
Luego di a los niños que simulen ser los reyes y actúen como que no creyeran lo que les dices.
Los reyes no escucharon a Micaías. Acab ordenó que Micaías fuera arrojado a la cárcel hasta que Acab regresara sano y salvo de la batalla.
Pide al niño que simula ser Acab que se quite la corona.
Acab decidió disfrazarse para ir a la batalla, entonces nadie sabría que era el rey. Sin embargo, durante la batalla, ¡una flecha perdida hirió al rey Acab y murió esa noche! Micaías había dicho la verdad. Todo sucedió tal como lo había declarado.
Pide a los niños que se sienten en sus asientos habituales. Permite que 1 o 2 niños respondan.
¿Cómo Micaías actuó con integridad en sus palabras?
Escogió decir exactamente lo que Dios le dijo a pesar de que fue la única persona que declaró esto. Dijo la verdad.
Micaías tomó una decisión valiente para decir la verdad. Aunque fue echado a la cárcel por hacer lo correcto, él dijo la verdad. Esto agradó a Dios. La Biblia dice que Dios quiere que digamos la verdad y hagamos lo correcto.
¿Quién, Señor, puede habitar en tu santuario? ¿Quién puede vivir en tu santo monte? Solo el de conducta intachable, que practica la justicia y de corazón dice la verdad;que no calumnia con la lengua, que no le hace mal a su prójimo ni le acarrea desgracias a su vecino;
Salmos 15:1–3
Cuando decimos la verdad, somos íntegros con nuestras palabras. Cuando decimos cosas buenas y cariñosas sobre los demás, mostramos integridad con nuestras palabras. Vamos a hablar sobre tres maneras en las que podemos tener integridad en nuestras palabras.
Escucha de nuevo este versículo bíblico sobre las personas que agradan a Dios.
Que no calumnia con la lengua, que no le hace mal a su prójimo ni le acarrea desgracias a su vecino;
Salmos 15:3
La Biblia dice que Dios está contento cuando no decimos cosas malas sobre los demás. También nos recuerda que digamos la verdad cuando hablamos. Por ejemplo, si alguien me dijera cosas desagradables, yo podría decir: “tus palabras me lastiman. Me pone triste verte tan enojado”. Al responder con palabras amables, no estoy tratando de dañar a la persona. Tampoco miento sobre cuánto me lastiman sus palabras y acciones.
Haz que los niños repitan juntos las tres maneras de mostrar integridad en sus palabras, usando las acciones. Luego utiliza estas acciones en la sección de respuesta mientras les recuerdas a los niños lo que han aprendido.
Pide a los niños que tomen asiento para la siguiente actividad.
Vamos a pensar en lo que sucede cuando usamos palabras íntegras y lo que ocurre cuando no lo hacemos. Piensa en una oportunidad cuando no utilizaste integridad en las palabras que hablaste. Esto podría ser algo que dijiste para no meterte en problemas, o algo que dijiste para lastimar a alguien. También, a lo mejor, es algo que mencionaste para caerle bien a tus amigos. Cuando pienses en algo que dijiste sin integridad, ponte de pie y levanta un pie del suelo.
Ponte de pie con un pie levantado para hacerles una demostración a los niños. Luego dales un minuto, o hasta que todos estén parados con un pie levantado.
Cuando te paras con un solo pie, ¿es fácil o difícil estar de pie?
Es difícil.
¿Qué puede pasar si sigues parado con un solo pie sin bajar el otro?
Me cansaré. Me podría caer.
Cuando no usas integridad en tus palabras, puedes lastimar a los demás. Es probable que las personas no confíen en ti y no honres a Dios. De la misma forma que mantener tu pie en alto, mentir y decir malas palabras hace que sea difícil hacer otras cosas buenas. Mentir y usar palabras desagradables no refleja integridad.
Piensa en una situación que te hizo pararte en un pie. Piensa en lo que podrías haber dicho para mostrar integridad. ¿Podrías haber sido honesto? ¿Podrías haber evitado decir algo que no era amable? Cuando pienses en algo que podrías haber hecho en vez de mentir o ser desagradable, toma asiento.
Espera que todos los niños tomen asiento. Si no están todos sentados después de un minuto, recuérdales que hablar con integridad honra a Dios, e involucra decir la verdad y usar palabras amables.
Ahora, piensa en una oportunidad cuando le dijiste a alguien algo que era verdad o amable. Esto podría ser algo que le dijiste para ayudarlo, o una ocasión en la que le confesaste a alguien que hiciste algo malo, u otra cosa. Cuando pienses en algo verdadero o amable que hayas dicho, ponte de pie con ambos pies en el suelo.
Espera hasta que todos los niños estén en pie o dales alrededor de 45 segundos.
Si lo que dijiste era cierto, extiende la mano delante de ti. Si lo que dijiste fue amable, extiende la mano hacia el lado. Si oraste a Dios para pedirle sabiduría, estira una mano detrás de ti. Haz una pausa para que respondan. Luego pídeles que dejen que sus brazos colgando a los lados.
¡Definitivamente es más fácil pararse en 2 pies! La siguiente vez que debas elegir entre palabras de integridad y mentir o usar palabras desagradables, recuerda esta actividad. Te puede recordar que es mejor pararse en 2 pies y honrar a Dios.
Opcional: Si usas las Páginas del Alumno, dales crayones y permite que tengan de 3 a 5 minutos para que dibujen historias sobre usar palabras de integridad.
Cuando hablas con integridad, dices la verdad y usas palabras amables. Dios te ama y te ayudará a decir la verdad, incluso cuando sea difícil. Nuestro versículo para memorizar hoy nos recuerda siempre hacer lo correcto.
Si utilizas el Cartel del Versículo para Memorizar, muéstralo a los estudiantes.
Fíjate bien en dónde pones los pies, y siempre pisarás terreno firme.
Proverbios 4:26, DHH
Di este versículo utilizando las siguientes acciones. Si creaste tus propios movimientos para la lección 5, usa tus gestos en lugar de estos.
Haz que los niños digan el versículo contigo. Repite tres veces las palabras haciendo las acciones cada vez.
Finaliza la clase diciendo esta bendición por los niños, basada en Salmos 15:2–3 y Proverbios 4:26.
Bendición: Que seas honesto de corazón. Que digas buenas palabras sobre los demás. Que confíes en Dios para que guíe tus palabras.
Si tienes tiempo, comparte esta canción con los estudiantes:
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