Control del enojo: piensa en la otra persona

INDICACIONES PARA MAESTROS SOBRE LOS RECURSOS DIGITALES

En la lección, la información que debes conocer está escrita en letra normal, y lo que se recomienda decir o leer en voz alta a los niños está en negrita. Todos los recursos para cada lección, incluyendo la Guía para el Maestro, la Página del estudiante, la Tarjeta de conexión familiar y otros materiales, pueden descargarse en un archivo ZIP haciendo clic en el siguiente enlace:

En algunas lecciones encontrarás "Artículos de recurso". Estos son textos escritos por expertos de todo el mundo que ayudan a los maestros en su labor con niños y adolescentes. Pueden compartirlos con padres o tutores si lo consideran apropiado.

Enfoque en Habilidades para la Vida

Materiales
  • Biblia
Materiales opcionales
  • La Biblia en Acción, “El clamor de la sangre del hermano”, páginas 24–28
  • Cartel del Versículo para Memorizar
  • La Biblia en Acción, imagen de Caín matando a Abel
  • Lápices
  • Páginas del Alumno

Devocional del maestro

Por lo tanto, como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse de afecto entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia.
Colosenses 3:12

Piensa en lo que se nos ordena en este versículo: revístanse de afecto entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia. Ahora piensa en una situación en la que alguien te hace enojar mucho. En esa situación, ¿te “revistes” y te pones la ropa que se menciona en este versículo? ¿O te concentras en cómo te sientes o en el mal que piensas que te han hecho? Es muy fácil pensar sólo en lo que sientes o en lo que estás experimentando. Pero Dios tiene algo mejor para ti.

Dios quiere que pienses en la otra persona. Cuando piensas en los sentimientos y experiencias de esa persona, empiezas a ver por qué hace lo que hace. Eso no quiere decir que su mal comportamiento está bien. Pero Dios comenzará a abrir tu corazón para que sientas compasión hacia esa persona. Es muy difícil sentir compasión y enojo al mismo tiempo. Piensa en alguien con quien estás enojado. Pide a Dios que te dé un corazón revestido de afecto entrañable, bondad, humildad, amabilidad y paciencia hacia esa persona.

Conexión familiar

Informa a las familias que esta semana los niños aprenderán el tercer paso en el control del enojo. Ese paso es pensar en la otra persona. Anímalos a que se turnen para contar lo mejor y lo peor que les pasó durante el día. A medida que cada persona cuenta lo que le pasó, los demás pueden expresar compasión o alegría por lo que están escuchando.

Consejo para el docente: Si es posible, envíe por correo electrónico o mensaje de texto la tarjeta de conexión familiar a las familias de sus estudiantes.

La Lección

1. Conexión:

Aprender algo acerca de otro niño.

A medida que lleguen los niños, muéstrales que estás contento de que hayan venido a la clase.

Pide a todos que busquen una pareja. Diles que van a contarle algo interesante acerca de sí mismos a su pareja. Si necesitan ayuda para saber qué decir, sugiere estas ideas:

  • ¿Cuántos hermanos tienes?
  • ¿Cuál es tu fruta favorita?
  • ¿Dónde naciste?
  • ¿Cuál es tu deporte favorito?
  • ¿Algo que no te gusta hacer?

Entrega al primer niño de cada pareja un minuto para que hable; luego el otro niño hablará durante un minuto. Reúne a todos y pide a cada niño que presente a su compañero y diga la cosa interesante que contó su pareja.

¿Te interesó más aprender algo acerca de tu pareja o te gustó más hablar de ti mismo?

Permite que dos niños respondan.

A veces puede ser difícil pensar en la otra persona, porque queremos concentrarnos en nosotros mismos. Hoy vamos a aprender que es importante pensar en la otra persona cuando tratamos de controlar nuestro enojo.

Repasemos los primeros dos pasos que hemos aprendido.

  • Todos griten el primer paso.
    • Hagan juntos los movimientos del primer paso. Detente y cálmate: ponte de pie con un salto y coloca la mano al frente como diciendo a alguien que se detenga. Luego baja ambos brazos hacia los lados y lentamente vuelve a sentarte.
  • Todos griten el segundo paso.
    • Hagan juntos los movimientos del segundo paso. Di lo que sientes: coloca ambas manos junto a la boca y muévelas hacia adelante como si fueran palabras que salen de tu boca. Después coloca ambas manos sobre tu corazón para mostrar lo que estás sintiendo.

2. Enseñanza:

Aprender el tercer paso en el control del enojo, y escuchar cómo Caín manejó su enojo (Santiago 1:19; Génesis 4).

Cuando alguien hace algo que nos hace enojar, es fácil pensar solamente en nosotros mismos. Solo pensamos en lo heridos que estamos, o cuánto queremos que sea castigada esa persona, o por qué es malo lo que nos hizo. Pero cuando pensamos solamente en nosotros mismos, el enojo aumenta.

El tercer paso en el control del enojo es pensar en la otra persona. Pensamos en lo que la persona puede estar sintiendo y experimentando. Vamos a aprender los movimientos para el tercer paso.

Enseña a los niños los movimientos. Haz una pausa para que hagan los movimientos cada vez que digas las palabras “piensas en la otra persona”.

Piensa en la otra persona: señala tu cabeza, y luego apunta hacia la otra persona.

Cuando pensamos en lo que la otra persona está sintiendo o experimentando, mostramos compasión.

¿Por qué será que pensar en los sentimientos y las experiencias de la otra persona pueden ayudarte a controlar el enojo?

Permite que los niños digan lo que piensan.

Cuando pensamos en los sentimientos de la otra persona, podemos empezar a entender por qué hizo lo que hizo. Cuánto más sintamos compasión por alguien menos enojado estaremos con la persona. La Biblia nos da un sabio consejo sobre esto. Escuchen este versículo:

Versículo para Memorizar

Si utilizas el Cartel del Versículo para Memorizar, muéstralo a los estudiantes.

Mis queridos hermanos, tengan presente esto: Todos deben estar listos para escuchar, y ser lentos para hablar y para enojarse.
Santiago 1:19

¿Qué opinan que significa estar “listos para escuchar”?

Explica a los niños que esto significa que tenemos que prestar atención a lo que la otra persona en realidad está diciendo.

¿Qué opinan que significa ser “lentos para enojarse”?

Es importante que los niños comprendan que debemos tener cuidado de que el enojo no sea nuestra primera reacción ante una situación.

¿Cómo puedes practicar el ser lento para enojarte?

Permite que dos o tres niños digan lo que piensan.

Escuchar a la otra persona es una manera de ser lento para enojarse. Cuando escuchamos a la persona, podemos tener compasión. Podemos comenzar a entender lo que está sintiendo. Podemos entender por qué se comportó como lo hizo. Esto no significa que estamos de acuerdo con lo que hizo. Pero sí significa que podemos entender mejor sus sentimientos. Cuanto mejor comprendamos sus sentimientos, tanto menos enojo sentiremos.

Imagina que otro niño te da un puñetazo en el estómago y te insulta.

Si no manejas tu enojo con los pasos 1, 2 y 3, ¿cómo crees que podrías reaccionar?

Permite que los niños den sus respuestas abiertamente.

Ahora imagina que recuerdas cómo seguir los pasos 1, 2 y 3. Te detienes y te calmas.

Haz una pausa para que los niños hagan los movimientos del Paso 1.

Dices lo que estás sintiendo.

Haz una pausa para que los niños hagan los movimientos del Paso 2.

Piensas en la otra persona.

Haz una pausa para que los niños hagan los movimientos del Paso 3.

En esta situación simulada, ahora que has seguido los pasos 1, 2 y 3, podrás ver que hay marcas en la cara y en los brazos del otro niño. Podrás ver que alguien le ha hecho daño.

Después de haber seguido los pasos 1, 2 y 3 en esta situación, ¿cómo crees que reaccionarías?

Debido a su dolor, las personas que han sido heridas por alguien muchas veces dañan a otra persona. Eso no significa que está bien que ese niño te golpeó. Pero es importante recordar que cada persona ha tenido diferentes experiencias que hacen que responda de esa manera. Cuando piensas en la otra persona, puedes empezar a entender por qué te trata de cierta forma.

Tal vez trates de pensar en la otra persona, pero aun así no entiendes por qué hizo lo que hizo. Si es seguro, puedes preguntarle acerca de cómo se siente. Puedes preguntarle lo que siente y por qué. Puedes preguntarle si puedes ayudarle. Si no quiere responder a tus preguntas, deja de preguntar.

Voy a contarles una historia de la Biblia acerca de dos hermanos, Caín y Abel. Caín no controló su enojo. Como resultado, hizo algo muy malo. Escuchen con atención y piensen en cómo Caín podría haberse portado de otra manera si hubiera controlado su enojo, siguiendo los pasos 1, 2 y 3.

Divide la clase en dos grupos. Un grupo representará a Caín, y el otro grupo representará a Abel. Hay lugares en la historia que te indican que señales a uno u otro grupo. Cuando lo hagas, los grupos mostrarán cómo creen que Caín o Abel se hubieran sentido en ese momento de la historia. Los niños solo pueden mostrar con su rostro lo que los hermanos pueden haber sentido.

Opcional: Si usas La Biblia en Acción, que los niños lean la historia “El clamor de la sangre del hermano”, en las páginas 24–28.

Adán y Eva tuvieron dos hijos. El primer hijo fue Caín y el segundo hijo fue Abel. Abel era pastor de ovejas y Caín era agricultor. Pasó el tiempo y ambos hermanos trajeron una ofrenda al Señor.

Cuando llegó el tiempo de la cosecha, Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Dios. Abel trajo una ofrenda al Señor de lo más gordo y valioso de sus ovejas. El Señor se mostró contento con Abel y su ofrenda. Pero no estaba contento con Caín y su ofrenda.

Señala a ambos grupos. Pide que cada uno muestre cómo puede haberse sentido su hermano.

Opcional: Si es posible, comparte la imagen de La Biblia en Acción.

No sabemos por qué Dios no estaba contento con la ofrenda de Caín. Puede haber sido porque Caín no ofreció a Dios lo mejor de su cosecha, mientras que Abel le dio a Dios de lo mejor. Caín se enojó mucho. Su rostro estaba triste.

Señala al grupo de Caín para que los niños muestren cómo Caín pudo haberse sentido.

Dios dijo a Caín: “¿Por qué estás enojado? ¿Por qué está triste tu rostro? Haz lo bueno y serás aceptado. Si no lo haces, el pecado está listo para atraparte. ¡Debes controlarlo!”.

Caín le dijo a Abel: “Salgamos al campo”.

Apunta a ambos grupos. Pide que cada uno muestre cómo su hermano puede haberse sentido.

Mientras estaban en el campo, Caín atacó a Abel y lo mató.

Apunte al grupo de Caín y que los niños muestren cómo Caín pudo haberse sentido.

¡Qué cosa horrible pasó! Hablemos de esta historia.

¿Con quién estaba Caín enojado en esta historia?

Con Dios y con su hermano.

¿Les parece que estaba bien que Caín estuviera enojado con Abel y con Dios? ¿Por qué sí o por qué no?

Permite que los niños respondan abiertamente. No hay necesariamente una respuesta correcta o incorrecta, ya que la Biblia no dice por qué la ofrenda de Caín fue inaceptable.

Dios advirtió a Caín de que estaba en peligro de pecar. Dios incluso le dijo cómo podría evitar el pecado. Pero Caín no prestó atención a Dios. En cambio, se dejó controlar por su enojo. ¡Y mató a su hermano!

Consejo para el maestro: El enojo es un sentimiento natural, dado por Dios. Por sí solo, el enojo no es pecado. Sin embargo, el enojo de Caín parece haber sido causado por la envidia que sintió de su hermano. La Biblia señala que la envidia es pecado.

¿Qué podría haber hecho Caín para controlar su enojo?

Permite que los niños digan lo que piensan. Asegúrate de que mencionen los tres pasos para controlar el enojo que han aprendido hasta ahora. Señala que Caín debería haberse arrepentido ante Dios.

3. Respuesta

Practicar el uso de los pasos 1–3 en el control del enojo.

Vamos a practicar los tres pasos para controlar el enojo que hemos aprendido. Primero repasemos los pasos y los movimientos.

  • Paso 1. Detente y cálmate.
    • Ponte de pie con un salto y coloca la mano al frente como diciendo a alguien que se detenga. Luego baja ambos brazos hacia los lados y lentamente vuelve a sentarte.
  • Paso 2. Di lo que estás sintiendo.
    • Coloca ambas manos junto a la boca y muévelas hacia adelante como si fueran palabras que salen de tu boca. Después coloca ambas manos sobre tu corazón para mostrar lo que estás sintiendo.
  • Paso 3. Piensa en la otra persona.
    • Señala tu cabeza, y luego apunta hacia la otra persona.

Pide a los alumnos que se levanten y se separen un poco.

Piensa en una situación en que te enojaste y reaccionaste mal.

Da a los niños un momento para que piensen. Dales sugerencias si no pueden pensar en algo.

Imagina que estás en esa situación en este momento y estás comenzando a sentirte enojado. Tu corazón empieza a latir rápidamente. Las palmas de las manos se te ponen sudorosas. ¿Cuáles son algunas cosas que puedes hacer para detenerte y calmarte?

Los niños dan ideas. Pueden sugerir: orar, respirar lentamente tres veces, contar en silencio hasta diez, o pensar en un lugar tranquilo.

Practiquen ahora una de estas cosas.

Da a los niños tiempo para que practiquen una de las técnicas que les ayudarán a detenerse y calmarse.

Sigue imaginando que estás en la situación que te hace enojar. Te has detenido y te has calmado. Ahora te toca hacer el segundo paso, que es decir lo que estás sintiendo. Piensa en lo que estás sintiendo en este momento. Luego di en voz alta la declaración “siento”.

Haz una pausa para que los niños digan lo que están sintiendo.

Piensa de nuevo en tu situación. ¿Estás enojado con otra persona? Si es así, sigue el tercer paso, que es pensar en los sentimientos y las experiencias de la otra persona. Piensa en lo que puede estar sintiendo. Piensa en lo que puede haber experimentado o en que puede haber sido maltratado por otros.

Si estás enojado con Dios, ora y habla con Dios acerca de lo que estás sintiendo. Pídele que te ayude a cambiar para que puedas tener una íntima relación con Él.

Da a los niños un momento para que piensen.

¿Esto que hicimos te hizo sentir diferente? Si es así, ¿de qué manera?

Opcional: Si usa las Páginas del Alumno, allí hay espacio para que los niños hagan una actividad que muestra cómo piensan en la otra persona.

Dios conoce las experiencias de cada persona. Él sabe lo que cada persona siente. Y se preocupa por cada persona. La próxima vez que estés enojado con alguien, ten en cuenta los sentimientos y las experiencias de la persona. Ora. Pide a Dios que te ayude a ver a la otra persona como Él la ve. Cuando te imaginas cómo es la vida para esa persona, tus sentimientos hacia ella van a cambiar.

Escuchen este versículo que dice cómo podemos tener buenas relaciones con las personas:

Por lo tanto, como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse de afecto entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia.
Colosenses 3:12

Dios quiere que en nuestras relaciones con las personas tengamos compasión, amor, bondad, humildad y paciencia. No podemos tener relaciones como estas si estamos enojados con los demás.

Finaliza la clase diciendo esta oración por los niños, basada en Colosenses 3:12. Pide a los niños que simulen que se ponen ropa mientras tú declaras la bendición sobre ellos.

Bendición: Cuando estás enojado, que Dios te ayude a pensar en la otra persona. Que Él te ayude a revestirte de compasión, bondad, humildad y paciencia.

Si tienes tiempo, comparte esta canción con los estudiantes:

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