Control del enojo: di lo que sientes

INDICACIONES PARA MAESTROS SOBRE LOS RECURSOS DIGITALES

En la lección, la información que debes conocer está escrita en letra normal, y lo que se recomienda decir o leer en voz alta a los niños está en negrita. Todos los recursos para cada lección, incluyendo la Guía para el Maestro, la Página del estudiante, la Tarjeta de conexión familiar y otros materiales, pueden descargarse en un archivo ZIP haciendo clic en el siguiente enlace:

En algunas lecciones encontrarás "Artículos de recurso". Estos son textos escritos por expertos de todo el mundo que ayudan a los maestros en su labor con niños y adolescentes. Pueden compartirlos con padres o tutores si lo consideran apropiado.

Enfoque en Habilidades para la Vida

Materiales
  • Biblia
  • Proverbios del final de la lección
Materiales opcionales
  • Cartel del Versículo para Memorizar
  • La Biblia en Acción, imagen del hermano enojado
  • Papel
  • Lápices
  • Páginas del Alumno
  • Pizarra, pizarra blanca, o papel grande
  • Tiza o marcador

Antes de la clase, recorta la página que está al final de la lección con los Proverbios.

Devocional del maestro

Esta es la confianza que tenemos al acercarnos a Dios: que, si pedimos conforme a su voluntad, él nos oye. Y, si sabemos que Dios oye todas nuestras oraciones, podemos estar seguros de que ya tenemos lo que le hemos pedido.
1 Juan 5:14–15

Alguien te dijo algo y de inmediato tú te enojaste. ¿Alguna vez te has preguntado por qué las palabras de esa persona te hicieron enojar tanto? Podría ser porque sus palabras te dieron temor o te hicieron sentir vergüenza. Nuestro enojo muchas veces es una reacción a un sentimiento más profundo. Estos sentimientos más profundos controlan nuestro corazón, y reaccionamos con enojo. Dios no quiere que nuestros sentimientos nos gobiernen. Él promete escuchar cuando le pedimos ayuda.

Esta semana, pide a Dios que te muestre los sentimientos más profundos que controlan tu corazón y que te hacen reaccionar con enojo. Practica nombrar los sentimientos a medida que los va sintiendo. Usa declaraciones de “siento” para comunicarte a ti mismo tus sentimientos más profundos. Por ejemplo, podrías decir: “Siento miedo, y eso está provocando mi enojo” o “Siento vergüenza, y eso está provocando mi enojo”. Puedes confiadamente pedir ayuda a Dios. ¡Él es fiel, y está contigo! A medida que aprendas a comprender tus propios sentimientos, Dios te ayudará a enseñar a los niños a entender lo que ellos sienten.

Conexión familiar

Informa a las familias que sus hijos están aprendiendo el segundo paso para controlar el enojo. Este es el paso de nombrar los sentimientos. Anima a los niños a contar a sus padres o tutores lo que aprenden.

Consejo para el docente: Si es posible, envíe por correo electrónico o mensaje de texto la tarjeta de conexión familiar a las familias de sus estudiantes.

La Lección

1. Conexión:

Hacer breves dramas basados en versículos de Proverbios.

Saluda amablemente a los niños cuando lleguen a la clase. Pídeles que cuenten a algunos de sus compañeros algo bueno que les pasó esta semana.

La semana pasada aprendimos el primer paso en el control del enojo.

¿Quién me puede decir cuál es?

Si ninguno de los niños lo recuerda, diles que es detenerse y calmarse.

¿Quién me puede mostrar los movimientos que aprendimos?

Pide que los niños se unan contigo para hacer los movimientos de “detente y cálmate”.

  • Detente: los niños se ponen de pie con un salto y colocan la mano al frente como diciendo a alguien que se detenga.
  • Cálmate: los niños bajan ambos brazos, los ponen a los lados, y lentamente vuelven a sentarse.

Esta semana, ¿se detuvieron y se calmaron cuando comenzaron a sentirse enojados? Si es así, ¿qué hicieron que les ayudó a calmarse?

Permite que dos niños cuenten su experiencia. Prepárate para contar una experiencia propia.

Esta pregunta es un poco más difícil. La semana pasada, ¿dejaron que el enojo los controlara o controlaron ustedes su enojo? ¿Hay alguien valiente que quisiera contarnos lo que pasó?

Si nadie quiere contar algo, está bien. A veces, algunas preguntas difíciles desafían a los niños a pensar y a crecer, aunque no digan nada en voz alta.

La semana pasada aprendimos que el enojo en sí no es malo. Dios nos creó para que tengamos sentimientos, incluso el enojo. El enojo nos advierte que algo está mal o que alguien está siendo maltratado. Lamentablemente, las personas muchas veces reaccionan a su enojo de maneras que les perjudica a ellos mismos o que perjudica a otros. Podemos usar el enojo de una forma positiva cuando aprendemos a controlarlo.

Consejo para el maestro: La causa del enojo generalmente es otro sentimiento más profundo, como el miedo, la decepción o la vergüenza. Hoy los niños aprenderán a nombrar sus sentimientos para, de esta manera, aprender a controlar su enojo; y, al mismo tiempo, tratar con el sentimiento más profundo.

Vamos a leer versículos de la Biblia del libro de Proverbios para aprender más acerca del enojo y cómo controlarlo. El libro de Proverbios tiene dichos sabios que pueden ayudarnos a llevar una vida buena y justa.

Divide la clase en cuatro grupos. Da a cada grupo uno de los Proverbios que recortaste antes de la clase. Diles que cada grupo va a hacer un breve drama improvisado para mostrar al resto de la clase cuál es su Proverbio. Escogerán un niño de su grupo para que lea el Proverbio en voz alta a la clase. Los otros niños lo actuarán.

Da a los grupos alrededor de dos minutos para que se preparen. Luego cada grupo presentará su Proverbio a la clase. La creación y presentación de los dramas improvisados debe tardar solo diez minutos. Los Proverbios están impresos aquí como referencia:

El necio da rienda suelta a su ira, pero el sabio sabe dominarla.
Proverbios 29:11

La respuesta amable calma el enojo, pero la agresiva echa leña al fuego.
Proverbios 15:1

No te hagas amigo de gente violenta, ni te juntes con los iracundos, no sea que aprendas sus malas costumbres y tú mismo caigas en la trampa.
Proverbios 22:24–25

Batiendo la leche se obtiene mantequilla… sonándose fuerte sangra la nariz… provocando el enojo se acaba peleando.
Proverbios 30:33

Pide a los niños que se sienten para hablar de los dramas.

¿Qué les enseñaron estos proverbios acerca del enojo y cómo controlarlo?

Permite que los niños comenten.

¿Encontraron alguna conexión entre estos Proverbios y el primer paso para controlar el enojo, el de detenerse y calmarse?

Permite que los niños comenten lo que piensan. Algunos pueden notar que Proverbios 29:11 dice que el sabio sabe dominar la ira. Tenemos que detenernos y calmarnos para mantener el control cuando estamos enojados. Algunos pueden notar que Proverbios 15:1 dice: “La respuesta amable calma el enojo”. Cuando alguien nos hace enojar, podemos responder más fácilmente con palabras amables si primero nos hemos detenido y calmado.

2. Enseñanza:

Aprender el segundo paso en el control del enojo, y escuchar una parábola (Lucas 15:11–32).

Hoy vamos a aprender más acerca de cómo controlar nuestro enojo. El primer paso es detenerse y calmarse. El segundo paso consiste en decir lo que sientes. Vamos a aprender algunos movimientos que nos ayudarán a recordar este segundo paso.

Enseña a los niños los movimientos del segundo paso. Diles que hagan estos movimientos cada vez que tú digas: “Di lo que sientes” durante la lección.

Di lo que sientes: coloca ambas manos junto a la boca y muévelas hacia adelante como si fueran palabras que salen de tu boca. Después coloca ambas manos sobre tu corazón para mostrar lo que estás sintiendo.

Todas las emociones Dios las tiene, y Dios nos creó a su imagen. Por eso, Él nos creó para que también tengamos toda clase de emociones y sentimientos. Nuestros sentimientos son muy potentes y muy reales. También pueden ser muy útiles. Los sentimientos nos pueden decir lo que está pasando en nuestro corazón. Si no reconocemos cuando estamos enojados, no podemos tomar medidas para controlar nuestro enojo. Cuando reconocemos lo que estamos sintiendo, podemos tomar medidas para controlarlo. Por eso es muy importante reconocer y decir lo que sentimos.

Haz una pausa para que los niños hagan los movimientos del segundo paso.

No podemos controlar bien nuestros sentimientos si no reconocemos lo que estamos sintiendo. Es importante reconocer que estás enojado.

Una vez que te das cuenta de que estás enojado, puedes pensar en la razón de tu enojo. El enojo, por lo general, no es lo primero que sentimos, pero muchas veces es el sentimiento que expresamos. Casi siempre sentimos algo más profundo que causa nuestro enojo. Cuando empezamos a sentir enojo, podemos preguntarnos qué fue lo que sentimos primero. Escuchen que les voy a leer algunas cosas que sentimos primero, cosas que pueden hacernos enojar. Levanten la mano si alguna vez han tenido estos sentimientos:

  • Envidia
  • Frustración
  • Miedo
  • Tristeza
  • Preocupación
  • Culpa
  • Vergüenza

Ahora pueden decir lo que están sintiendo. Puedes decirte a ti mismo: “Estoy asustado y enojado”. Si es posible, dile a la otra persona lo que estás sintiendo y por qué. Muchas veces también es bueno decir lo que quieres que pase. Por ejemplo: “Estoy enojado y quiero que dejes de pegarme”. A veces esto no es posible o no es seguro decirlo en el momento. Si ese es el caso, una vez que estés en un lugar seguro, expresa tus sentimientos a ti mismo y a Dios.

Si estás enojado por algo que otra persona ha hecho, si no es peligroso, dile a esa persona lo que sientes, cuando ambos estén calmados. Puede parecer más fácil simular que nunca estuviste enojado. Pero esto puede hacer más daño a la situación y a tu relación con la otra persona. ¡Es importante que expreses tus sentimientos!

Consejo para el maestro: El enojo muchas veces es alimentado por un profundo sentimiento de soledad, de no ser deseado o de no ser valorado. Por eso es un sentimiento tan fuerte. Pero la certeza de que Jesús nos ama y valora puede contrarrestar esos sentimientos negativos.

Repasemos juntos estos dos pasos.

El primer paso es detenerse y calmarse.

Haz una pausa para que los niños hagan los movimientos del Paso 1.

El segundo paso es decir lo que estás sintiendo.

Haz una pausa para que los niños hagan los movimientos del Paso 2.

Cuando no logramos controlar nuestro enojo podemos hacer cosas que nos perjudican o que hacen daño a otros. Recuerden que podemos herir a los demás mediante acciones físicas, así como a través de nuestras palabras.

Decir lo que sentimos nos ayuda a entender por qué estamos enojados. Cuando entendemos por qué estamos enojados, podemos pedirle a Dios que nos ayude para que no nos hagamos daño a nosotros mismos o a los demás.

Escuchen una parábola de la Biblia que Jesús contó. Hay dos hermanos en esta parábola. Quiero que escuchen con atención cómo el hermano mayor reaccionó a su enojo. Pregúntense si supo controlar su enojo.

Opcional: Si es posible, comparte la imagen de La Biblia en Acción.

Había un hombre que tenía dos hijos. El hijo menor le pidió a su padre la parte de la herencia que le pertenecía. Este hijo tomó el dinero y se fue a un país lejano. Allí gastó todos sus bienes llevando una vida mala y perdida. Cuando perdió todo, el hijo menor consiguió trabajo alimentando a los cerdos de un granjero. Tenía tanta hambre que quería comer lo que les daba a los cerdos.

Cuando reflexionó, pensó en los criados de su padre, que siempre tenían suficiente para comer. Decidió volver a casa de su padre, pedir perdón, y pedirle a su padre que lo hiciera uno de sus criados.

Cuando su padre lo vio, se llenó de compasión. ¡Corrió para recibir a su hijo y le dio un abrazo muy fuerte! Entonces el padre dijo a sus criados que le dieran a su hijo el mejor vestido, sandalias, y un anillo. También les dijo que mataran el becerro gordo para hacer fiesta y celebrar que su hijo menor había vuelto a casa.

Mientras tanto, el hijo mayor estaba trabajando en el campo. Cuando volvió a casa, oyó la música y las danzas y le preguntó a uno de los criados lo que pasaba. El criado le dijo que su hermano menor había regresado a casa y que su padre estaba celebrando el regreso con una fiesta.

¿Cómo creen que respondió el hijo mayor al oír esta noticia?

Permite que los niños comenten y den sus ideas.

El hermano mayor se enojó y no quiso entrar. Escuchemos lo que dijo.

Si es posible, lee Lucas 15:28–29 en tu Biblia. También está impreso aquí.

Indignado, el hermano mayor se negó a entrar. Así que su padre salió a suplicarle que lo hiciera. Pero él le contestó: “¡Fíjate cuántos años te he servido sin desobedecer jamás tus órdenes, y ni un cabrito me has dado para celebrar una fiesta con mis amigos!”
Lucas 15:28–29

¿Qué creen que sintió el hermano mayor que lo hizo enojarse?

El hermano mayor puede haber sentido envidia o frustración.

¿Por qué creen que se sintió así?

El hermano mayor puede haber sentido que su padre lo trató injustamente. Pudo haber sentido que su hermano menor no merecía una fiesta.

¿Creen que el hermano mayor reconoció lo que estaba sintiendo? ¿Por qué sí o por qué no?

Si el hermano mayor hubiera seguido los dos primeros pasos en el control del enojo, ¿cuán diferente habría reaccionado?

Permite que los niños respondan y digan cómo piensan que las cosas podrían haber sido diferentes.

Opcional, si hay tiempo:

Si hay tiempo, cuenta a los niños la historia de Alicia, una niña que no supo controlar su enojo.

Ahora les voy a contar de una niña llamada Alicia. La madre de Alicia estaba enferma y no podía cuidar a su hija. La hermana mayor de Alicia le dijo que tan pronto consiguiera trabajo llevaría a Alicia para que viviera con ella. Sin embargo, después de que la hermana mayor había tenido trabajo por varios meses, aún no había invitado a Alicia a que viviera con ella.

Un día, la hermana mayor vino de visita. Alicia esperaba que ese fuera el día en que su hermana la llevara a vivir con ella. Su hermana dijo que estaba viviendo con otras personas, y que no había lugar para Alicia.

Alicia comenzó a sentirse muy enojada. Su hermana quiso consolarla, pero Alicia la empujó para que se fuera. Después Alicia ignoró a su hermana durante el resto de la visita.

Su hermana se enojó porque Alicia la ignoraba. Se fue, y Alicia no sabía si su hermana volvería. Alicia estaba tan enojada que comenzó a golpearse el hombro lo más fuerte posible. El dolor en el hombro le impedía pensar en el dolor que sentía en su corazón.

¿Qué sentimientos piensan que Alicia tuvo cuando su hermana dijo que no había lugar para ella?

Los niños pueden responder que se sintió triste, decepcionada, sola, sin esperanza, traicionada, o rechazada.

Cuando Alicia comenzó a sentirse enojada, ¿qué hizo?

Si Alicia hubiera seguido los primeros dos pasos para controlar el enojo, ¿de qué manera hubiera actuado? ¿Cómo creen que podría haber terminado la historia?

Fin de la opción.

3. Respuesta

Practicar cómo expresar sentimientos.

Se podría pensar que es fácil expresar los sentimientos, pero no lo es. Cuando uno empieza a sentir enojo, es fácil olvidar los pasos para controlar el enojo y reaccionar de una forma que perjudica a otros y a uno mismo. Por eso, es importante practicar los pasos cuando uno no está enojado. Vamos a practicarlos ahora.

Dile a los niños que se junten en parejas. Si tienes un número impar de niños, puede haber un grupo de tres niños.

Voy a leerles una situación. Ustedes se van a imaginar que están en esa situación. Miren a su pareja y digan cómo se sentirían en esa situación. Podrían decir algo tan sencillo como: “Me siento enojado”. O podrían decir algo como: “Me siento asustado y enojado”.

  • Situación 1: Tu hermano ha muerto. Un vecino te dice: “Tu padre gasta todo su dinero en cerveza. No sirve para nada. Si hubiera usado su dinero para llevar a tu hermano al médico, él no habría muerto”.
    • Da a los niños tiempo para que digan a su pareja cómo se sienten.
  • Situación 2: Estás en clase, en la escuela, cuando un niño comienza a burlarse de ti diciendo: “¡Eres una tonta!” cuando la maestra no está mirando, ese niño te pega duro en la cabeza. Te golpeas contra el asiento y tu nariz comienza a sangrar.
    • Da a los niños tiempo para que digan a su pareja cómo se sienten.
  • ¡Felicitaciones! Gracias por expresar lo que hubieran sentido en esas situaciones. Ahora piensen en un momento de su vida en que se sintieron enojados. Puede ser algo grande que les hizo enojar o alguna cosa pequeña. Piensen en lo que pasó en esa situación y cómo reaccionaron.
    • Haz una pausa para que los niños piensen.
  • Ahora imaginen que usan lo que han aprendido sobre el control del enojo. Imaginen lo que podrían haber hecho para detenerse y calmarse.
    • Haz una pausa para que los niños piensen.
  • Seguidamente, piensen en lo que estaban sintiendo. Usen una declaración de “siento” para decirse en voz baja lo que sintieron.
    • Haz una pausa para que los niños piensen.

Recuerden que nadie puede controlar bien el enojo por su propia cuenta. ¡Es demasiado difícil! Pero Dios quiere ayudarnos. Cuando sientan enojo esta semana, pidan a Dios que les ayude a controlarlo. Si no saben lo que están sintiendo, pregúntenle. Él les ayudará a saberlo.

Versículo para Memorizar

Si utilizas el Cartel del Versículo para Memorizar, muéstralo a los estudiantes.

La respuesta amable calma el enojo, pero la agresiva echa leña al fuego.
Proverbios 15:1

Opcional: Si usas las Páginas del Alumno, la página de esta semana incluye una lista de sentimientos que pueden ayudar a tus alumnos a decir lo que sienten cuando se enojan.

Finaliza la clase diciendo esta oración por los niños, basada en Proverbios 29:11.

Bendición: Dios se preocupa mucho por ti. Él sabe que sentirás enojo, y quiere ayudarte a controlarlo. ¡Que Dios te ayude a reconocer cuándo te sientes enojado y a decir lo que sientes!

Consejo para el maestro: Es muy importante animar a los niños a que resuelvan de buena forma el enojo. Esto les puede ayudar a desarrollar el dominio propio y prepararlos para perdonar a los demás y estar más abiertos hacia Dios.

Si tienes tiempo, comparte esta canción con los estudiantes:

Copyright: VIDA POR VIDA © 2021 DAVID C COOK. SE PERMITE LA REPRODUCCIÓN SOLO PARA SER USADA EN EL AULA. TODOS LOS DEMÁS USOS REQUIEREN AUTORIZACIÓN POR ESCRITO. SOLICÍTELO POR CORREO ELECTRÓNICO A [email protected]. TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS.

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