En la lección, la información que debes conocer está escrita en letra normal, y lo que se recomienda decir o leer en voz alta a los niños está en negrita. Todos los recursos para cada lección, incluyendo la Guía para el Maestro, la Página del estudiante, la Tarjeta de conexión familiar y otros materiales, pueden descargarse en un archivo ZIP haciendo clic en el siguiente enlace:
En algunas lecciones encontrarás "Artículos de recurso". Estos son textos escritos por expertos de todo el mundo que ayudan a los maestros en su labor con niños y adolescentes. Pueden compartirlos con padres o tutores si lo consideran apropiado.
Ante la promesa de Dios [Abraham] no vaciló como un incrédulo, sino que se reafirmó en su fe y dio gloria a Dios, plenamente convencido de que Dios tenía poder para cumplir lo que había prometido
Romanos 4:20–21
Abraham y Sara eran ancianos y no tenían hijos. Pero Dios le había prometido a Abraham que iba a ser padre de muchas naciones, con más descendientes que estrellas en el cielo. Abraham era un hombre que tenía convicciones. Él creía que Dios tenía el poder de hacer lo que había prometido. Así que Abraham siguió creyendo.
Aun cuando las circunstancias parecían imposibles, Abraham siguió firme en sus convicciones acerca de Dios. Al preparar tu corazón para esta lección, haz una lista de las convicciones que tienes acerca de Dios; las cosas en que crees tan firmemente que afectan cada aspecto de tu vida. Luego pide al Espíritu Santo que prepare los corazones de los niños para que crean estas verdades.
Avisa a los padres de tus alumnos que estará comenzando una unidad de cuatro lecciones sobre las convicciones. Dales la definición de “convicción” que sus alumnos estarán aprendiendo: la convicción es una creencia firme que influye en nuestras actitudes y acciones. Anímalos a hablar con sus hijos acerca de las convicciones que ellos tienen. Pueden empezar con un ejemplo de todos los días: tengo la convicción de que el alimento es importante para mi cuerpo, así que voy a comer.
Consejo para el docente: Si es posible, envíe por correo electrónico o mensaje de texto la tarjeta de conexión familiar a las familias de sus estudiantes.
Haz un juego de pelota con tu grupo. Lanza una pelota o piedrita a cualquier estudiante en el círculo y dile que la pase a cualquier otro niño. Al continuar con el juego, di que sólo hay una regla para el juego: que nadie puede quedarse con la pelota o la piedrita por más de un segundo antes de pasarla a otro jugador. Después de un rato, toma la pelota o piedrita y empieza a jugar solo, sin pasarla a otro. Comenta a la clase que ya no te gusta la regla y que quieres jugar solo. Después de uno o dos minutos, que todos tomen asiento.
Durante las próximas cuatro lecciones vamos a hablar de algo llamado “convicciones”. Es una palabra que parece difícil, pero el significado es sencillo. Tener convicciones significa aferrarse a una creencia tan firmemente, con tal fuerza, que tiene poder de influir en todo lo que pensamos, decimos y hacemos.
Muchos de ustedes tienen una convicción o creencia firme de que es importante seguir las reglas de un juego. Cuando lo que yo hice no correspondía con su convicción, me lo dijeron.
Los cristianos tenemos la convicción firme e inquebrantable de que Dios influye en lo que pensamos, en cómo actuamos y en cómo tratamos a los demás. Una convicción puede inspirar a gente común como ustedes y yo a hacer cosas extraordinarias.
Les voy a dar algunos ejemplos de las convicciones. Éstas son convicciones que cualquier persona podría tener, sea o no cristiana. Recuerden que las convicciones son creencias firmes que influyen en lo que hacemos.
Tengo la convicción de que la gravedad siempre funciona, por lo cual, no voy a saltar desde edificios altos.
Tengo la convicción de que los demás confían en las personas que siempre dicen la verdad, así que siempre diré la verdad.
Tengo la convicción de que el consumo de drogas es peligroso, por lo cual, nunca usaré drogas.
Permite a dos o tres niños que den su opinión. Sus convicciones pueden ser sencillas o espiritualmente significativas. Si se les hace difícil pensar en convicciones por su propia cuenta, dales estos dos ejemplos: 1. Tengo la convicción de que mi cuerpo necesita comida para vivir, así que voy a comer. 2. Tengo la convicción de que Dios escucha y contesta mis oraciones, así que voy a orar y escuchar en mi corazón lo que Dios me dice.
Una persona que tiene convicciones es alguien cuyas convicciones son tan firmes que afectan la forma en que vive. Hoy tendremos una historia bíblica acerca de un hombre que tenía convicciones; este hombre era Abraham.
Abraham era un hombre que tenía una gran convicción. Él creía en Dios tan firmemente que cualquier cosa que le dijera que haga, lo hacía. Gracias a esta convicción tenemos una de las historias más emocionantes de la Biblia. Ahora se las voy a contar.
Un día, hace mucho tiempo, Dios sorprendió a un anciano llamado Abraham. “Voy a hacerte padre de muchas naciones”, le prometió Dios.
Abraham se preguntaba cómo eso sería posible, ya que él y su esposa eran ancianos y no tenían hijos. ¿Cómo podría él ser padre de naciones si no tenía hijos? Pero Dios hizo un milagro. ¡Esta pareja de ancianos tuvo un bebé! ¡Qué alegría sintieron cuando nació su hijo Isaac! Isaac nació cuando Sara, la esposa de Abraham, tenía 90 años de edad y Abraham tenía 100 años.
Años más tarde, Dios puso a prueba la fe de Abraham. Dios quería ver si la convicción de Abraham de seguirlo sería firme aun cuando Dios le diera algo muy difícil de hacer. Dios le dijo: “Toma a tu hijo, tu único hijo; sí, a tu hijo Isaac, a quien amas, y sacrifícalo como holocausto”.
Opcional: Si es posible, comparte las imágenes de la Biblia en Acción.
Aunque Abraham seguramente sintió que su corazón se le hizo pedazos, no renunció a su convicción de seguir a Dios. También creía en la promesa de Dios de que él y Sara serían el padre y la madre de muchas naciones. Eso significaba que tenían que tener hijos, e Isaac era su único hijo. ¿Haría Dios otro milagro y resucitaría a Isaac después del sacrificio? Abraham sabía que el sacrificio de niños no agradaba a Dios ni era algo que Él pediría que se hiciera. Desconcertado, pero lleno de fe, Abraham obedeció. Preparó un altar, tal y como Dios le había dicho. En el altar puso a Isaac, y levantó el cuchillo para sacrificar a su único hijo.
Opcional: Si es posible, comparte las imágenes de la Biblia en Acción.
Vamos a leer la siguiente parte de la historia tal como está en la Biblia.
Si es posible, lee Génesis 22:11–12 directamente de la Biblia.
Pero en ese momento el ángel del Señor le gritó desde el cielo: —¡Abraham! ¡Abraham!—Aquí estoy—respondió. —No pongas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas ningún daño—le dijo el ángel—. Ahora sé que temes a Dios, porque ni siquiera te has negado a darme a tu único hijo.
Génesis 22:11–12
Con fuerza de convicción Abraham creyó en Dios, su Padre espiritual. Dios salvó a Isaac y bendijo a Abraham con descendientes tan numerosos como las estrellas del cielo.
Permite que los niños digan lo que piensan. Si es necesario, sugiere las siguientes ideas: Abraham tenía la convicción de que Dios sabía lo que era mejor, aunque no tenía sentido para él en ese momento. Abraham tenía la convicción de que Dios cumpliría su promesa de que él y Sara serían los padres de muchas naciones. Abraham tenía la convicción de que es mejor obedecer a Dios que desobedecerle.
Permite que los niños digan lo que piensan. Ellos pueden sugerir que Abraham estaba dispuesto a sacrificar a su único hijo debido a sus convicciones. Señala que Hebreos 11:19, en el Nuevo Testamento, dice que Abraham estuvo dispuesto a sacrificar a Isaac porque tenía la convicción de que Dios podía resucitar su hijo de la muerte.
Muchos años después, en un libro de la Biblia llamado Romanos, el apóstol Pablo escribió acerca de Abraham y de su firme convicción. Escuchen con atención la forma en que Pablo describe a Abraham en estos versículos. Voy a leerlos dos veces.
Si es posible, lee Romanos 4:20–21 directamente de la Biblia dos veces. Si utilizas el Cartel del Versículo para Memorizar, muéstralo a los estudiantes.
Ante la promesa de Dios [Abraham] no vaciló como un incrédulo, sino que se reafirmó en su fe y dio gloria a Dios, plenamente convencido de que Dios tenía poder para cumplir lo que había prometido.
Romanos 4:20–21
¡Sí! Abraham tenía la convicción o fe firme de que Dios tiene poder para hacer lo que ha prometido. Dios prometió a Abraham que tendría más descendientes, o familiares, que las estrellas del cielo, y Abraham lo creyó. Cuando Dios pidió a Abraham que sacrificara a su único hijo, Abraham estuvo dispuesto a obedecer. Él confió en Dios y creyó en sus promesas.
Opcional: Si tienes La Biblia en Acción, los niños pueden repasar las páginas 60–63.
Pide a los niños que formen parejas. Deben poder verte y oírte claramente, sentados con su pareja.
Abraham es un gran ejemplo para nosotros y para todos los cristianos. Tenía convicciones acerca de Dios y vivía conforme a esas convicciones. Ustedes tienen ahora la oportunidad de responder a lo que han aprendido. Piensen en formas prácticas sobre cómo pueden vivir conforme a sus creencias o convicciones. Tal vez tengan convicciones acerca de Dios como tuvo Abraham. Si aún no han entregado su vida al Señor, puede ser que tengan otras convicciones.
Explica a la clase que le vas a leer tres declaraciones que indican convicciones. Cada declaración terminará con las palabras: “Por lo tanto, voy a ________”. Después de cada declaración, cada estudiante pensará en algo práctico que pueda hacer que coincida con esa convicción. Deben decir sus ideas a su pareja.
Convicción 1: creo en la promesa de Dios de que Él nunca me dejará. Por lo tanto, voy a ________________.
Da a los estudiantes tiempo para pensar y para que digan sus ideas a su pareja. Si se les hace difícil pensar en algo que pueden hacer, sugiere lo siguiente: voy a hablar con Dios cuando estoy triste, asustado, o solo.
Convicción 2: pienso que la gente confía en los que no mienten. Por lo tanto, voy a ________________.
Da a los estudiantes tiempo para pensar y para que digan sus ideas a su pareja. Si se les hace difícil pensar en algo que pueden hacer, sugiere lo siguiente: voy a decir la verdad.
Convicción 3: creo que al ser amable uno hace feliz a los demás. Por lo tanto, voy a ________________.
Da a los estudiantes tiempo para pensar y para que digan sus ideas a su pareja. Si se les hace difícil pensar en algo que pueden hacer, sugiera lo siguiente: voy a compartir algo de comida con un amigo o ayudar a alguien que necesita ayuda.
Pide a tres o cuatro niños que digan algo que van a hacer esta semana debido a sus convicciones.
Muchos de ustedes ya tienen buenas convicciones. Si son cristianos, toman decisiones todos los días que tienen que ver con lo que creen acerca de Dios, tal y como hizo Abraham.
Si ya tienen estas convicciones, o si quieren que Dios aumente su fe en Él y les ayude a creer, pongan la mano sobre el corazón y repitan estas tres convicciones conmigo. Piensen en cada convicción al decirla. Permitan que cada verdad entre en su corazón cuando digan las palabras.
Algunos de ustedes tal vez no tengan aún estas convicciones. No se preocupen; pueden repetir la convicción con los demás, pero no pongan la mano sobre el corazón. Si tienen dudas, díganlas a Dios. Sean sinceros. Pídanle que les ayude a creer.
Pide a los estudiantes que se pongan de pie, en silencio. Lee cada convicción y haz una pausa para que la repitan antes de que leas la siguiente.
Convicción: creo en la promesa de Dios de que Él nunca me dejará.
Convicción: confío en que Dios sabe lo que es mejor para mí.
Convicción: estoy seguro de que es verdad lo que creo acerca de Dios.
Durante las próximas tres lecciones hablaremos más acerca de las convicciones, de tener un valor o de creer tan firmemente en algo que influya en nuestras actitudes o acciones.
Opcional: Si usa las Páginas del Alumno, permite que cada uno escriba sus propias convicciones.
Finaliza la clase dando a la clase esta bendición, basada en Romanos 4:21.
Bendición: Dios promete que nunca les dejará. Él les ama y siempre quiere lo mejor para cada uno. Les bendigo para que, así como Abraham, siempre crean que Dios tiene poder para hacer lo que ha prometido.
Si tienes tiempo, comparte esta canción con los niños:
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