En la lección, la información que debes conocer está escrita en letra normal, y lo que se recomienda decir o leer en voz alta a los niños está en negrita. Todos los recursos para cada lección, incluyendo la Guía para el Maestro, la Página del estudiante, la Tarjeta de conexión familiar y otros materiales, pueden descargarse en un archivo ZIP haciendo clic en el siguiente enlace:
En algunas lecciones encontrarás "Artículos de recurso". Estos son textos escritos por expertos de todo el mundo que ayudan a los maestros en su labor con niños y adolescentes. Pueden compartirlos con padres o tutores si lo consideran apropiado.
Pagó el precio del rescate de su pueblo y estableció su pacto para siempre. ¡Su nombre es santo e imponente!
Salmos 111:9
Dios hizo promesas en la Biblia, pero quizás la mayor promesa que cumplió fue perdonar nuestros pecados. Dios cumplió su promesa al enviar a su Hijo, para pagar el precio por nuestros pecados. Aun así, es fácil pensar en las promesas de Dios de la misma forma que lo hacemos con las de las personas. Si encuentras difícil creer en las promesas de Dios, quizá sea porque la gente a menudo no cumple lo que promete. ¿Cuántas veces has experimentado promesas rotas?
Es fácil hacer una promesa. Sin embargo, no siempre es sencillo cumplirlas. Algunas veces puedes tener la mejor intención, pero las cosas suceden y te impiden cumplir lo que prometiste. ¿Confías que Dios cumple sus promesas? ¿crees que pedir perdón es suficiente para ser limpio de tus pecados? A medida que enseñas hoy, confía que lo que dices a los niños es verdad. ¡Dios siempre cumple sus promesas!
Anima a las familias a hablar con los niños sobre las promesas. Diles que les den ejemplos de promesas que han hecho. Pídeles que hablen sobre las promesas que han cumplido y aquellas que rompieron.
Consejo para el docente: Si es posible, envíe por correo electrónico o mensaje de texto la tarjeta de conexión familiar a las familias de sus estudiantes.
Saluda a los niños a medida que entran a la clase. Pídeles que compartan con otros 2 niños una decisión buena que tomaron la semana pasada.
¡Bienvenidos a la clase! Hoy, hablaremos sobre las promesas, incluyendo una especial que Dios nos hizo a todos nosotros.
Deja que 2–3 niños respondan.
Una promesa es cuando le dices a alguien que vas a hacer algo y ellos creen que tú planeas hacerlo. Es algo serio.
Ayuda a los niños a juntarse de dos en dos. Es mejor si las parejas son de niños de la misma altura.
Pónganse de pie, uno frente al otro. Agarra firmemente ambas manos de tu pareja. Relájate y solamente reclínate hacia atrás. Repite lo que le digo a tu pareja. Prometo sostenerte (los niños repiten). No te soltaré (los niños repiten). Puedes confiar que cumpliré mi promesa (los niños repiten).
Los niños confiarán mutuamente para sostenerse. Diles que agarren las manos de su pareja firmemente, mantengan sus cuerpos tiesos, y se reclinen hacia atrás lo más que pueden sin soltarse o doblar sus cuerpos. Que las parejas intenten esto un par de veces.
Que los niños se sienten para hablar de su experiencia. Escoge a 2–3 para responder a cada pregunta.
Se olvidan de ellas. Sus planes cambian. Se enojan contigo. No tienen tiempo suficiente. No poseen dinero suficiente. Su ánimo cambia.
Escucha lo que dice la Biblia sobre Dios.
Si es posible, lee el versículo directamente de tu Biblia.
Dios no es un simple mortal para mentir y cambiar de parecer. ¿Acaso no cumple lo que promete ni lleva a cabo lo que dice?
Números 23:19
Este versículo nos cuenta mucho acerca de Dios.
Lee el versículo de nuevo y acepta las respuestas de los niños.
Dios es diferente de la gente que creó. Las personas pueden romper sus promesas. ¡Dios promete y después cumple! ¡Siempre! Puedes confiar que Dios hará lo que dice y proveerá lo que dijo que proveería. ¡Me hace sentir muy bien saber que Dios, quien creó todo, mantendrá sus promesas para ti y para mí! Somos muy especiales para Él. Hoy, aprenderemos sobre una promesa muy especial que hizo Dios.
La semana pasada aprendimos que, aunque Dios haya hecho un mundo hermoso, Adán y Eva eligieron pecar. Debido a ese pecado, las enfermedades, la muerte, y el dolor entraron en nuestro mundo. Esto es muy triste. Sin embargo, Dios nos ama tanto que hizo una promesa de enviar un Salvador para restaurar nuestra relación con Él. Como ya escuchaste en el versículo que leímos, puedes confiar en Dios. Él siempre cumple sus promesas.
Presta atención a la historia de un hombre llamado Abraham y escucha cómo Dios cumple lo que promete. En esta historia, también aprenderemos sobre una promesa especial que Dios nos hizo a todos.
Abram fue un hombre que escuchó y obedeció a Dios. A Dios le agradó que él lo amara y lo siguiera.
Haré de ti una nación grande, y te bendeciré; haré famoso tu nombre, y serás una bendición.
Génesis 12:2
Dios prometió bendecir a Abram. Le dijo que su familia crecería y llegaría a ser una gran nación. También le ordenó que se fuera a otra tierra con su familia, y Abram hizo lo que Dios le dijo. Confío y siguió a Dios.
Las respuestas de los niños pueden incluir: la gente no cumple sus promesas, hacen promesas que no pueden realizar y no se puede confiar en las personas ya que a menudo mienten.
Permite que respondan 2–3 niños.
Más tarde, Abram escuchó la voz del Señor. Dios le prometió un hijo, como parte de su promesa de que sería el padre de una gran nación. Abram creyó en la promesa de Dios, y Dios se puso contento con Abram.
Permite que respondan 3–4 estudiantes.
Las personas no cumplen sus promesas todo el tiempo. Dios es diferente. Se puede confiar en Él ya que siempre cumple lo que promete.
Más tarde, Dios cambió el nombre de Abram por Abraham, como parte de su promesa de que sería el padre de muchas naciones. Abraham no tenía hijos cuando Dios hizo esa promesa. Pasaron muchos años, pero cuando Abraham era un hombre mayor, tuvo el hijo que Dios le había prometido. Su nombre fue Isaac. Dios probó a Abraham para ver si estaba dispuesto a entregar a su hijo o si amaba más a Isaac que a Dios. Abraham mostró que amaba más a Dios, incluso más que a su hijo.
Como recompensa, Dios le dijo:
Que te bendeciré en gran manera, y que multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena del mar. Además, tus descendientes conquistarán las ciudades de sus enemigos. Puesto que me has obedecido, todas las naciones del mundo serán bendecidas por medio de tu descendencia.
Génesis 22:17–18
Dios prometió bendecir a todo el mundo a través de Abraham. Durante muchos años, Dios hizo tal como lo había prometido. Los hijos de Abraham llegaron a ser una gran nación, llamada Israel. Fue por medio de esta nación que Dios enviaría a un Salvador, quien restauraría nuestra relación con Él.
Después de muchísimos años que Dios hizo la promesa a Abraham, Dios envió a Jesús para cumplir lo que había prometido. Dios nos ama tanto que estuvo dispuesto a entregar a su propio Hijo para salvarnos. Jesús murió en una cruz, como sacrificio, para perdonar nuestros pecados. Somos perdonados cuando creemos en Dios y decimos que lamentamos las cosas malas que hemos hecho. Se puede confiar en Dios porque siempre cumple sus promesas.
Da a cada niño un puñado de arcilla o barro espeso. Pon el agua y la toalla para que se laven cuando terminen.
Como aprendimos hoy, Dios hizo una promesa para restaurar nuestra relación con Él. ¡Nos ama muchísimo! Se puede confiar en Él porque siempre cumple lo que promete, incluso si pasa un tiempo antes de que suceda.
Ahora usaremos la arcilla para crear algo que te recuerde la promesa de Dios. Tendrás unos minutos para realizar esto. Quizás la promesa de Dios te hace pensar que Él es fuerte, entonces puedes hacer una roca grande. O tal vez, hacer un anillo como símbolo de la promesa que Dios cumplió. Puedes hacer lo que quieras, pero tienes que demostrar lo que piensas sobre la promesa de Dios.
Dales cinco minutos para crear sus recordatorios de la promesa. Después, diles que rápidamente compartan lo que hicieron y cómo estos elementos les recuerdan la promesa de Dios. Si tienes una clase grande, pide a los niños que se unan a dos compañeros cercanos para compartir con ellos.
Opcional: Si utilizas las Páginas del Alumno, haz que los niños coloreen el dibujo de Abraham e Isaac. Mientras lo hacen, recuérdales que Dios cumplió su promesa a Abraham.
Espero que hayan disfrutado mostrar lo que aprendieron sobre la promesa de Dios. Recuerda, ¡Dios siempre cumple sus promesas!
Si utilizas el Cartel del Versículo para Memorizar, muéstralo a los niños.
Repasemos nuestro versículo para memorizar una vez más.
Pues todo lo que Dios ha creado es bueno; y nada debe ser rechazado si lo aceptamos dando gracias a Dios,
1 Timoteo 4:4, DHH
Todo—Mueve las manos desde el estómago, en una curva hacia cada lado.
Dios—Con tu mano señala al cielo.
Ha creado—Ahueca las manos como si tuvieras una pelota imaginaria entre ellas. Gira la pelota en tus manos.
Bueno—Sonríe.
Nada debe ser—Mueve tu cabeza en forma de negación.
Rechazado—Haz una señal de rechazo. Empuja las manos lejos de ti, con las palmas hacia afuera.
Si lo aceptamos—asiente con la cabeza.
Dando gracias a Dios—Sonríe y haz un gesto de oración con tus manos.
Guía a los niños en las acciones para las 3 oraciones del versículo de memoria. Cuando hayan terminado, concluye la clase diciendo esta bendición por los niños, basada en el Salmo 145:13
Bendición: Que sepas que Dios te ama mucho y que siempre hará lo que dice. Que te sientas feliz de saber que Dios cumple sus promesas todo el tiempo.
Si tienes tiempo, comparte esta canción con los niños y celebra cuán grande es Dios.
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