Cada recurso digital utilizado en esta lección está disponible para descargar utilizando el botón a continuación. Durante la lección, la información para ti está escrita en letra regular y lo que sugerimos para hablar o leer en voz alta a los niños está en negritas.
En algunas lecciones encontrarás “ARTÍCULOS DE RECURSOS”. Son artículos escritos por expertos de todo el mundo que te equiparán para tu trabajo con niños y adolescentes. Compártelos con los padres o tutores si lo consideras apropiado.
El gran amor del Señor nunca se acaba, y su compasión
jamás se agota. Cada mañana se renuevan sus bondades;
¡muy grande es su fidelidad! Por tanto, digo: «El Señor
es todo lo que tengo. ¡En él esperaré!»
Lamentaciones 3:22–24
La desilusión es una parte normal pero difícil de la vida. Puede hacernos sentir molestos, enojados, o frustrados. Es saludable que reconozcamos y hablemos sobre estos sentimientos. Cuando nos sentimos desilusionados, podemos recordar el amor de Dios por nosotros y mirar su preocupación amorosa que nunca falla.
Piensa en algo que esperabas recientemente que no sucedió. ¿Cómo reaccionaste? Habla con Dios sobre cómo te sientes. Cuéntale lo que sucedió y si crees que respondiste de manera apropiada. Pídele que te ayude cuando estés decepcionado. Recuerda su amor y preocupación por ti. ¡Agradécele por su amor incondicional y por ser todo lo que necesitas!
Anima a las familias a que hablen con sus hijos sobre alguna desilusión que hayan experimentado. Pídeles que comenten si algo bueno surgió de la situación y cómo la manejaron.
Consejo para el docente: Si es posible, envíe por correo electrónico o mensaje de texto la tarjeta de conexión familiar a las familias de sus estudiantes.
Saluda a los niños a medida que llegan a la sala de enseñanza. Mientras entran, haz un comentario acerca de cada uno que se enfoque en la verdad de Dios sobre su vida . Por ejemplo, “Dios te creó de maneras maravillosas” o “tú eres un especial tesoro”.
Hoy hablaremos sobre lo que sucede cuando las cosas no salen de la forma que esperábamos. Escuchemos las tres historias.
A medida que cuentas las historias, haz una pausa después de cada una para realizar la pregunta. Deja que 2 o 3 niños respondan.
Comencemos con Antonio. Antonio estaba ansioso de celebrar unas fiestas con su familia. En este día, se pondría la mejor ropa e iría a la ciudad para un festival especial. Su familia comería una rica comida, bailaría y escucharía buena música. Antonio había estado esperando el festival toda la semana. Sin embargo, se despierta con fiebre. Su madre dice que no puede ir al festival porque está enfermo.
¿Qué emociones piensas que siente Antonio? ¿Por qué?
Las respuestas pueden incluir: se siente triste de que no puede ir al festival. Está enojado porque se enfermó en este día especial.
Probablemente Antonio se siente triste, enojado o ambos porque realmente quería ir al festival.
A continuación, escucharemos sobre Lucía. Ella había estado trabajando duro en la escuela para recibir un premio especial. A pesar de que puso mucho esfuerzo para hacer sus deberes escolares, no obtiene el premio. Su amiga lo recibe en su lugar.
¿Qué emociones piensas que siente Lucía? ¿Por qué?
Las respuestas pueden incluir: se siente triste porque no recibió el premio. Siente celos de su amiga por recibir el premio. Se siente desesperanzada porque no puede trabajar más duro.
Finalmente, presta atención a la historia de Miguel. La familia de Miguel está planeando mudarse a una casa mejor. La casa en la que viven es muy pequeña y necesita muchas reparaciones. Aunque han estado esperando cambiarse, algo sucede y no pueden irse a la casa nueva. Por ahora, deben quedarse en su casa pequeña.
¿Qué emociones piensas que siente Miguel? ¿Por qué?
Las respuestas pueden incluir: se siente triste porque no podrá mudarse. Se siente desesperanzado porque piensa que nunca podrán vivir en una casa mejor.
En cada historia los niños están desilusionados. La desilusión es cuando algo que quieres que suceda no ocurre. Esto puede hacer que te sientas triste, enojado o desesperanzado. Todos experimentamos la desilusión de una forma o de otra. Tú decides cómo manejar la desilusión.
A veces llegan grandes desilusiones a nuestras vidas. Esperamos que sucedan cosas buenas y en su lugar pasan cosas malas. La desilusión es parte de la vida, sin embargo, la Biblia nos dice que no es una razón para perder la esperanza.
Opcional: Si es posible, comparte la imagen de La Biblia en Acción.
Si es posible, lee estos versículos directamente de tu Biblia.
El gran amor del Señor nunca se acaba, y su compasión
jamás se agota. Cada mañana se renuevan sus bondades;
¡muy grande es su fidelidad! Por tanto, digo: «El Señor
es todo lo que tengo. ¡En él esperaré!»
Lamentaciones 3:22–24
Permite que 2 o 3 estudiantes respondan las siguientes preguntas. Si los niños no levantan las manos para contestar, puedes volver a leer los versículos.
¿Por qué dice este versículo que podemos tener esperanza cuando suceden cosas que nos desilusionan?
El Señor, Dios, nos ama mucho. Se preocupa por nosotros. Es fiel. Es todo lo que necesitamos.
Según este versículo, ¿en quién podemos poner nuestra esperanza?
En el Señor, en Dios.
Estos versículos vienen de una historia verdadera de la Biblia, la historia del pueblo de Dios, los israelitas. En esta historia, los israelitas tenían muchos motivos para estar desilusionados. Dios los había llevado a la tierra que les había prometido, una ciudad que se llamaba tanto Jerusalén como Sión. ¡Los israelitas habían vivido felizmente en esta ciudad, cuando fue invadida y destruida!
Las personas pensaron que pasarían toda su vida en esta ciudad, ¡pero se decepcionaron mucho al darse cuenta de que estaban equivocados! Muchas de las personas habían sido llevadas a una ciudad llamada Babilonia.
El profeta Jeremías habla sobre lo que sucedió en esta historia bíblica verdadera. Él caminó por las calles y vio las ruinas de lo que una vez fue una ciudad hermosa. La Biblia nos dice que Jeremías lloró por esta situación triste. Es normal sentirse triste cuando estamos desilusionados. El pueblo de Israel estaba en peligro de perder la esperanza porque su ciudad había sido destruida. Escucha lo que dice Jeremías sobre esta situación:
¿Qué puedo decir de ti, bella Jerusalén? ¿A qué te puedo comparar? ¿Qué ejemplo darte como consuelo, virginal ciudad de Sión? Profundas como el mar son tus heridas. ¿Quién podría devolverte la salud?
Lamentaciones 2:13
¿Alguna vez te pasó algo malo en vez de lo bueno que esperabas? ¿Cómo te hizo sentir?
Deja que 2 o 3 niños respondan.
A pesar de que Jeremías estaba triste, enojado y desilusionado, encontró esperanza en el Señor. Vuelve a escuchar lo que dijo:
El gran amor del Señor nunca se acaba, y su compasión
jamás se agota. Cada mañana se renuevan sus bondades;
¡muy grande es su fidelidad! Por tanto, digo: «El Señor
es todo lo que tengo. ¡En él esperaré!»
Lamentaciones 3:22–24
Hay tres cosas que aprendemos sobre cómo lidiar con la desilusión a partir de esta historia. Sígueme a medida que hago acciones para ayudarnos a recordar cada cosa.
Ponte de pie y simula dibujar en el aire. Luego toma asiento.
De la misma forma que hablar con alguien, hacer un dibujo te puede ayudar a pensar en lo que ha sucedido y que te decepcionó. Puedes dibujar en un papel o en el suelo. En tu imagen, puedes incluir detalles como dónde estabas, con quién estabas y sobre cómo te sientes.
Repasemos lo que podemos hacer para ayudarnos cuando estamos desilusionados. Cuando mencione lo que vimos recién, realiza la acción correspondiente.
Piensa en lo que harás la próxima vez que estés desilusionado.
Levanta la mano si te gustaría compartir algo que te decepcionó.
Deja que 2 o 3 niños compartan.
Opcional: si estás usando las páginas del estudiante, da 3 minutos a los niños para que escriban o dibujen sus respuestas
No todo saldrá de la forma que queremos todo el tiempo. A veces las situaciones nos desilusionan. Está bien sentirse triste o enojado cuando esto sucede. Para ayudarnos a vivir vidas llenas de esperanza, necesitamos lidiar con nuestra decepción. Vamos a hablar sobre lo que podemos hacer cuando estamos desilusionados.
Haz que los niños se sienten alrededor de un círculo. Recoge un balón y únete al círculo.
Vamos a conversar de algunas de las cosas que nos desilusionan. En un momento, lanzaremos suavemente este balón por el círculo para que alguien lo atrape. Cuando recibas el balón, nombrarás algo que te ha decepcionado o te podría decepcionar. Después de que hables, de manera suave lanza el balón a alguien más en el círculo. Continuaremos haciendo esta actividad por 3 minutos.
Si un niño no puede pensar en algo decepcionante, deja que pase el balón a un amigo que esté dispuesto a ayudarlo. Que los niños repitan lo que el amigo dijo antes de continuar con el juego. Haz una pausa después de 3 minutos.
Vamos a detenernos por un momento mientras la persona con el balón lo sostiene. Continuaremos pasando el balón por el círculo, pero ahora hablaremos sobre las cosas que nos ayudan cuando nos sentimos desilusionados. Puedes dar un ejemplo específico, o decir alguna de las cosas que aprendiste en nuestra lección.
Dales 3 minutos para seguir pasando el balón. Si un niño no sabe qué decir, puedes repetir las maneras de lidiar con la desilusión que aprendieron en la lección. Estas son: recordar que el amor de Dios nunca falla, centrarte en lo positivo, hablar con alguien sobre cómo te sientes y hacer un dibujo de lo que sucedió.
Lidiar con la desilusión para que podamos sentirnos bien y esperanzados no es fácil. Algunas decepciones son grandes y hacen que nos den ganas de rendirnos. Incluso algunas desilusiones pequeñas nos pueden desanimar. Nuestro versículo de memoria nos recuerda enfocarnos en las cosas buenas de nuestras vidas.
Si utilizas el Cartel del Versículo para Memorizar, muéstralo a los estudiantes
Por último, hermanos, consideren bien todo lo verdadero, todo lo respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración, en fin, todo lo que sea excelente o merezca elogio.
Filipenses 4:8
Canta o corea la primera parte de este versículo. Si cambiaste alguna de las acciones en las lecciones anteriores, usa los gestos que creaste.
Que los niños canten o coreen contigo a medida que repites las palabras del versículo de memoria tres veces.
Termina la clase diciendo esta bendición por los niños, basada en Lamentaciones 3:22–24.
Bendición: Dios te ama mucho. Cuando estés desilusionado y necesites ayuda, puedes hablar con Dios y recordar su amor y cuidado.
Si tienes tiempo, comparte esta canción con los estudiantes:
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