Cada recurso digital utilizado en esta lección está disponible para descargar utilizando el botón a continuación. Durante la lección, la información para ti está escrita en letra regular y lo que sugerimos para hablar o leer en voz alta a los niños está en negritas.
En algunas lecciones encontrarás “ARTÍCULOS DE RECURSOS”. Son artículos escritos por expertos de todo el mundo que te equiparán para tu trabajo con niños y adolescentes. Compártelos con los padres o tutores si lo consideras apropiado.
Como el Señor le había hablado, Agar le puso por nombre «El Dios que me ve», pues se decía: «Ahora he visto al que me ve».
Génesis 16:13
Agar era una mujer a quien pocas personas daban importancia, era una criada cuyo trabajo en la vida era obedecer a su señora. Otras personas no se fijaban en ella, pero Dios no ve a las personas como las ven los demás, Dios se fijó en Agar; Él oyó la tristeza de esta mujer, y se preocupó por ella.
Hoy hay más de siete mil millones de personas en el mundo. Sea que vivas en una ciudad llena de gente o en un pueblo rural, puede ser fácil sentirse invisible. Puedes sentir que no eres importante y que el trabajo que haces es demasiado insignificante , pero el mismo Dios que vio a Agar se fija en ti. ¡Tú eres importante para Él!
Piensa en aquellos momentos cuando tenías la seguridad de que Dios te veía. Tal vez el Señor te suplió una necesidad física en el momento preciso, quizás sentiste desánimo y viste algo que te hizo recordar la presencia de Dios. Esta semana, fíjate en el tierno e individual toque del Señor en tu vida. Como Agar, ve a Aquel que te ve, y alaba su nombre.
Informa a las familias que esta semana estarás enseñando que Dios se preocupa por cada persona, aunque el mundo no piense que son importantes. Anima a los padres y a los niños a que enumeren a las personas que consideran importantes en su país y en la comunidad. Después deben enumerar a las personas que Dios considera importantes. (¡Recuérdales que cada persona en su familia está en la segunda lista!)
Consejo para el docente: Si es posible, envíe por correo electrónico o mensaje de texto la tarjeta de conexión familiar a las familias de sus estudiantes.
Si es posible, saluda a los niños por su nombre, y pide a cada uno que diga lo mejor y lo peor que le ha pasado durante la semana. Reúne a la clase y escoge un voluntario extrovertido para que pase al frente.
Diles que van a hacer un juego de preguntas. Pide al voluntario que cierre los ojos y se tape los oídos con las manos, o pídele que salga afuera un momento.
Susurra a la clase el nombre de una persona importante con la que todos están familiarizados. Algunas ideas:
El voluntario volverá al salón o abrirá los ojos y se destapará los oídos. Para averiguar quién es la persona, hará preguntas que se pueden responder con “sí” o “no”. Ejemplos de preguntas: “¿es una mujer?, ¿es famoso?, ¿está vivo?, ¿tiene barba?” Los niños deben responder a las preguntas con “sí” o “no”, pero no deben decir nada más. Si el voluntario ya no puede pensar en algo más para preguntar, dale pequeñas pistas sobre la persona para ayudarle a adivinar. Si hay tiempo, repite el juego con un nuevo voluntario. Esta actividad no debe ocupar más de diez minutos en total.
Opcional: Haz la misma actividad descrita arriba, pero con la participación de todos. Antes de la clase, escribe los nombres de varias personas en tiras de papel, un nombre en cada papel. Deben ser nombres de personas que los niños conozcan.
Con cuidado, adhiere un papel en la ropa de cada niño, con cinta adhesiva o con un alfiler de gancho. Los niños deben dar la vuelta por el salón y mostrar a los demás el nombre que aparece en su espalda. Luego harán preguntas que pueden responderse con “sí” o “no” hasta que adivinen quiénes son. Cuando hayan adivinado correctamente, deben sentarse.
Anima a los niños a que den sus ideas. No debes corregirlos en este momento de la lección. Después tratarás estas ideas, con más detalle, durante la historia bíblica.
Hoy vamos a conocer la historia de una mujer de la Biblia que era la criada en la casa de Abram. Para muchas personas ella no era importante; Dios, sin embargo, pensaba muy diferente sobre esta mujer.
Muchos de los niños han aprendido, en lecciones anteriores, acerca de cómo Dios guió a Abram, también conocido como Abraham. Antes de contarles la siguiente parte de la historia, pídeles que digan lo que recuerdan de Abram. Felicita a los que recuerdan lo que han aprendido.
Si es posible, comparte las imáges de la Biblia en Acción mientras cuentas la historia.
Escuchen lo que les voy a contar de personas muy importantes para Dios. Abram y Sarai querían tener un hijo. Dios les había prometido que tendrían muchos descendientes, pero ya eran ancianos. Abram era rico y respetado, pero no tenía hijos, ni siquiera uno. Por muchos años esperaron tener un hijo. ¿Cómo podría cumplirse la promesa de Dios?
Sarai se sentía mal por no tener hijos, ella iba envejeciendo. Sarai sabía la promesa que Dios le había dado a su esposo, de que tendría muchos descendientes, pero parecía que la promesa no se iba a cumplir, porque ya eran ancianos. Por eso, Sarai planificó su propio plan, en lugar de esperar en Dios.
Miren a su compañero y, con una sola frase, digan lo que piensan que podría pasar.
Pide a uno o dos niños que digan sus predicciones.
Sarai tenía una criada llamado Agar. Según las costumbre de esa época, cuando una mujer no podía tener hijos, su marido a veces tenía un bebé con una criada. El niño pertenecía al marido y a su mujer, no a la criada. Sarai pensó que quizás Agar podría darle el hijo que ella no podía dar a Abram.
Abram aceptó el plan de Sarai, y Agar quedó embarazada. Todos deberían haber estado contentos, ¿verdad? No, claro que no. Este plan no honró al matrimonio ni a Dios. El amor entre marido y mujer pertenece solamente a esas dos personas. Sarai era la mujer de Abram; pero ahora Agar iba a tener un hijo de Abram.
Aunque Agar iba a tener un hijo de Abram, ella seguía siendo la criada de Sarai. Pero Agar empezó a despreciar a Sarai; a medida que el bebé de Agar iba creciendo en su vientre, ella despreciaba más a Sarai. Sarai no tenía idea de que salirse del plan de Dios podría causarle tanto dolor.
Miren a su compañero y, con una sola frase, digan lo que piensan que podría pasar.
Pide a uno o dos niños que digan sus predicciones.
En lugar de corregir a Agar, Sarai expresó contra ella todo su dolor y su ira. Sarai comenzó a maltratar a Agar. Cuando Agar ya no pudo soportarlo, se escapó.
Esto era algo muy peligroso. No era seguro que ella anduviera sola en el desierto. Probablemente tenía muy poca comida y no había dónde resguardarse. Si bien, no sabía adónde ir, para Agar quizás cualquier lugar era mejor que vivir con la crueldad de Sarai.
Agar estaba sola, en medio del desierto, y ella iba a tener un bebé. En su caminata, llegó a una fuente de agua. Mientras estaba allí sentada, débil y cansada, sucedió algo sorprendente. El ángel del Señor vino a hablarle. ¡Esto era increíble! Dios vino a hablar a una criada, a una mujer no considerada importante por otros. Pero para Dios, ella era muy importante.
Opcional: Si es posible, comparte la imagen de la Biblia en Acción.
Miren a su compañero y, con una sola frase, digan lo que piensan que el ángel dijo a Agar.
Pide a uno o dos niños que den sus ideas.
El ángel dijo:
—Agar, sierva de Sarai, ¿de dónde vienes y a dónde vas?
—Estoy huyendo de Sarai, mi señora—respondió Agar.
Miren a su compañero y, con una sola frase, digan lo que piensan que el ángel le dirá que haga.
Pide a uno o dos niños que den sus ideas.
Entonces el ángel del Señor le dijo:
—Vuelve a tu señora y sigue siendo su fiel criada.
Luego el ángel añadió:
—Tendrás muchos descendientes; serán tan numerosos que no se podrán contar.
Opcional: Si es posible, comparte la imagen de la Biblia en Acción.
¿La promesa de Dios a Agar era muy parecida a la promesa que Dios dio a Abram, no es cierto? Ella iba a tener muchos descendientes. Pero estos no eran los hijos del pacto de Dios con Abram. Recuerden que un pacto es una promesa. La promesa de Dios a Abram se iba a cumplir por medio de Sarai. El ángel del Señor le explicó a Agar que tendría un hijo que sería como un burro salvaje, apasionado por la libertad y listo para la batalla. También le dijo que diera el nombre de Ismael a su hijo.
Agar estaba sorprendida de que el ángel del Señor le había hablado a ella, una simple criada. Leamos un versículo bíblico que describe el asombro de Agar.
Si es posible, lee Génesis 16:13 en tu Biblia.
Como el Señor le había hablado, Agar le puso por nombre «El Dios que me ve», pues se decía: «Ahora he visto al que me ve».
Génesis 16:13
Agar estaba sorprendida de que el Señor le había visto. ¡Ella era importante para el Dios Altísimo! El Dios que hizo el mundo entero la vio y se preocupó por ella, hasta en su soledad y vergüenza. Ella volvió a casa de Abram y Sarai y dio a luz a un bebé, a quien Abram llamó Ismael, tal como el ángel había dicho.
A Dios le importan las personas que el mundo piensa que son importantes, y también le importan las personas que el mundo piensa que no son importantes. Dios creó a cada persona a su imagen, y cada persona es importante para Él.
Algún día, algunos de ustedes pueden llegar a ser médicos. Otros serán conductores de taxi, madres o padres. Quizás sean líderes, pastores, agricultores, o muchas otras cosas. Algún día las personas pueden pensar que tú eres importante, o puede ser que nadie piense que eres importante. Pero esto es algo asombroso que debes recordar: serás importante para Dios en el futuro, no importa lo que otras personas piensen de ti. ¡Y eres importante para Dios en este momento!
Agar era una criada. Mucha gente podría decir que ella no era importante, pero Dios nunca diría eso. Agar le importó lo suficiente como para acercarse a ella en el desierto, a Él le importó lo suficiente como para hacerle promesas especiales. Le importó lo suficiente como para decirle qué nombre debía dar a su bebé y qué tipo de hombre sería su hijo. Ella era muy importante para Dios. ¡Así como tú eres importante!
¿Alguna vez te has sentido invisible o como si nadie te viera o te tomara en cuenta? Tal vez te caíste en una calle llena de gente y nadie se ofreció para ayudarte a que te levantaras. Quizá estabas triste y empezaste a llorar en la escuela y nadie te preguntó cuál era el problema. Seguramente fue así como se sintió Agar cuando Sarai la maltrataba. Pero Agar no era invisible a Dios, y tú tampoco eres invisible. Dios te ve. Él sabe quién eres. Dios ve tus sentimientos y conoce tus necesidades. Dios te ama.
Voy a leer nuevamente las palabras de Agar, de Génesis 16:13.
Si utilizas el Cartel del Versículo para Memorizar, muéstralo a los estudiantes.
Como el Señor le había hablado, Agar le puso por nombre «El Dios que me ve», pues se decía: «Ahora he visto al que me ve».
Génesis 16:13
Diles que vas a señalar a diferentes niños. Cuando señales a alguien, esa persona debe ponerse de pie y decir: “Dios me ve, y para Él soy una persona muy importante”. Dedica tiempo para señalar a todos. Si tienes un grupo grande, señala a dos niños a la vez. Deben decir la frase juntos.
Opcional: Pide que los niños formen un círculo y se sienten. Diles que Dios los ve aún más claramente de lo que ellos pueden verse a sí mismos en un espejo. Dios ve todos los detalles acerca de ellos y se preocupa por cada parte de la vida de cada uno. ¡Dios los ama!
Pasa el espejo alrededor del círculo para que cada uno vea su propio reflejo. Cuando cada niño vea su reflejo en el espejo, que diga estas palabras en voz alta: “Dios me ve, y para Él soy una persona muy importante”.
Si usas las Páginas del Alumno, hay espacio para que los niños se dibujen a sí mismos como Dios los ve.
Hay personas que conoces que también pueden sentirse invisibles. Pueden sentir que nadie se fija en ellas o que nadie se preocupa por ellas. Dios puede usarte para que ayudes a otras personas a descubrir que Dios sí los mira y que son importantes para Él.
Voy a leer algunas historias breves. En cada una, alguien no se siente importante. Después que lea la historia, dile a tu vecino lo que podrías hacer para ayudar a esa persona, para que sepa que es importante para Dios.
Finaliza la clase con una oración, declarando una bendición sobre los niños, basada en Génesis 16:13.
Bendición: Dios es Aquel que te ve. Se da cuenta de ti cuando estás feliz y cuando estás triste. Es mi oración que siempre sepas que eres importante para él.
Si tienes tiempo, comparte esta canción con los estudiantes.
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