Cada recurso digital utilizado en esta lección está disponible para descargar utilizando el botón a continuación. Durante la lección, la información para ti está escrita en letra regular y lo que sugerimos para hablar o leer en voz alta a los niños está en negritas.
En algunas lecciones encontrarás “ARTÍCULOS DE RECURSOS”. Son artículos escritos por expertos de todo el mundo que te equiparán para tu trabajo con niños y adolescentes. Compártelos con los padres o tutores si lo consideras apropiado.
—Señor —le dijo Marta a Jesús—, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto. Cuando María llegó adonde estaba Jesús y lo vio, se arrojó a sus pies y le dijo: —Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.
Juan 11:21, 32
Marta y María le dijeron a Jesús exactamente lo que estaban pensando. Ellas se armaron de valor, porque las mujeres en esos días no le hablaban a un maestro de la manera en que lo hicieron. Pero no fingieron que las cosas estaban bien cuando no era así. No entendían por qué Jesús no había venido de una vez cuando mandaron a decirle que su hermano estaba enfermo. Ellas le hablaron sinceramente, aunque puede haber sido difícil hacerlo. Y, ¿cómo respondió Jesús? Las escuchó y tuvo compasión de ellas.
Al preparar tu corazón para enseñar, sigue el ejemplo de Marta y de María. Pasa tiempo en oración sincera con Dios. Dile exactamente lo que estás pensando y cómo te sientes. Pídele que te muestre si hay aspectos de tu vida donde no has sido sincero, ya sea en lo que sientes y piensas, o en alguna otra cosa. Pide que te muestre en qué áreas te falta sinceridad. Al arrepentirte, pídele que te dé valor para ser siempre sincero con Él, contigo mismo, y con otros.
Avisa a los padres o tutores de tus alumnos que esta semana los niños estarán aprendiendo sobre la importancia de la honradez. Pueden hablar con sus hijos sobre por qué es importante ser honrado y lo que puede pasar cuando alguien miente y engaña.
Consejo para el docente: Si es posible, envíe por correo electrónico o mensaje de texto la tarjeta de conexión familiar a las familias de sus estudiantes.
Conforme lleguen tus alumnos, diles que van a hacer un juego acerca de la verdad y la mentira. Cuéntales tres cosas interesantes acerca de ti. Dos cosas que dirás serán ciertas y una será una mentira. Si hay otro adulto ayudándote, que también tenga tres cosas para decir. Las tres situaciones deben parecer creíbles, pero poco comunes. Trata de dejarlos perplejos con algo que parezca cierto, pero que no lo es.
Por ejemplo, podrías decir:
Los tres detalles son datos interesantes y los tres podrían ser ciertos; pero en el juego, uno no lo es. Vuelve a decir las tres cosas. Pide a los niños que voten por la afirmación que creen que es una mentira. Diles cuál declaración es mentira y aplaude para felicitar a los que adivinaron correctamente.
Muchas veces puede ser imposible saber si alguien está mintiendo, especialmente si esa persona está acostumbrada a mentir.
Cuenta algo conocido acerca de alguien que mintió y tuvo que pagar con muy malas consecuencias. Podría ser un mito, una fábula, o algo de la historia o de las noticias que sea familiar para los alumnos. Luego haz las siguientes preguntas:
Cuando alguien es honrado, los demás son más propensos a confiar en ellos. Cuando alguien miente, la gente pierde la confianza. Se hace difícil tener amigos y mantener buenas relaciones. A través de los años, muchos gobernantes y empresarios han perdido a sus amigos, sus puestos y su reputación cuando se descubrió su falta de honradez.
No siempre es fácil saber si una persona está diciendo la verdad o no. Normalmente, se espera que la gente sea honrada. Cuando alguien miente, uno pierde la confianza en esa persona. Para que vuelvan a ganar la confianza tendrán que demostrar una y otra vez que se han arrepentido y que ahora hablan la verdad. Es fácil perder la confianza pero es muy difícil ganarla de nuevo. A veces las personas mienten porque es como si tuvieran una barrera que les impide decir la verdad.
Permite que los niños comenten sus ideas antes de continuar.
Una barrera es un obstáculo. Por ejemplo, un pedazo grande de madera frente a una puerta podría ser una barrera para que la gente no entre o salga por la puerta. En el caso de la honradez, una barrera podría ser algo que nos hace sentir temor a decir la verdad.
Las respuestas podrían ser: si tiene miedo, si cree que alguien puede resultar herido, u otras ideas. Alguien puede mentir porque no quiere quedar mal con sus amigos o porque cree que una mentira puede hacerle parecer mejor de lo que es. Una de las barreras más comunes para no decir la verdad es tener miedo de meterse en problemas.
Aunque a veces parece que la mentira es la única forma de salir de un problema, nunca es una buena decisión. Para ser honrado hay que ser valiente. Debemos tener el valor de hacer lo que parece difícil ahora porque sabemos que es correcto y que a la larga será lo mejor.
Ser honrado muchas veces es difícil. A veces se necesita valor para ser honrado. Les voy a contar una historia bíblica de dos hermanas, llamadas María y Marta. Presten atención a la forma cómo hablan con Jesús. ¿Son sinceras con Él? ¿Le dicen lo que están pensando, o le ocultan la verdad?
Opcional: Si usas La Biblia en Acción, que los niños lean las páginas 604–606, antes de que les cuentes la historia.
Un hombre llamado Lázaro estaba enfermo. Él era el hermano de María y Marta, y un amigo cercano de Jesús. Jesús estaba enseñando en otra ciudad, así que las hermanas le mandaron a decir que Lázaro estaba enfermo. Jesús se quedó donde estaba dos días después de recibir el aviso.
Mientras tanto, Lázaro murió. La noticia de su muerte aún no había llegado a Jesús, pero aun así Jesús sabía que su amigo había muerto. Jesús y sus discípulos fueron a la ciudad donde vivían sus amigos. Cuando Marta supo que venía Jesús, salió a recibirlo, mientras que María se quedó en casa. Escuchen lo que Marta dijo a Jesús cuando lo vio.
Si es posible, lee Juan 11:21 en su Biblia. Si es posible, comparte la imagen de Marta llorando de la Biblia en Acción.
Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.
Juan 11:21
Marta seguramente estaba muy triste y angustiada. ¡Su hermano había muerto! Ella estaba segura de que Jesús tenía el poder de curar a los enfermos, pero Él no había llegado a tiempo para sanar a Lázaro. Marta fue muy sincera con Jesús, lo cual requirió que sea valiente. Las mujeres en esa cultura no hablaban tan abiertamente con los hombres, y podían meterse en problemas al hacerlo. ¡Pero Marta le dijo a Jesús exactamente lo que estaba pensando! Jesús no la reprendió ni la hizo avergonzar. Jesús se limitó a escuchar a Marta.
Un poco más tarde, María salió al encuentro de Jesús. Escuchen lo que María dijo a Jesús cuando lo vio.
Lee Juan 11:32. Si es posible, comparte la imagen de María llorando de la Biblia en Acción.
Cuando María llegó adonde estaba Jesús y lo vio, se arrojó a sus pies y le dijo: —Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.
Juan 11:32
Como Marta, María fue sincera con Jesús. Se armó de valor para hablarle abiertamente, pero ella confiaba en Jesús. Jesús escuchó lo que le dijo y tuvo compasión de ella.
Jesús le preguntó dónde habían puesto el cuerpo de Lázaro, y las personas que acompañaban a María lo llevaron a la tumba. A Jesús le importaba Lázaro y sus hermanas. Sintió profunda tristeza al ver la tumba de Lázaro. La Biblia dice que Jesús lloró. Jesús mostró abiertamente sus lágrimas y su dolor.
Explica a los niños que Él tenía sentimientos como nosotros.
Jesús sintió gran compasión por María y Marta, y por los amigos de ellas. Él oró a su Padre en el cielo y luego llamó a Lázaro para que saliera de la tumba. ¡Jesús resucitó a Lázaro de entre los muertos!
Mucha gente vio cómo Jesús respondió ese día a la sinceridad de María y de Marta. Las personas vieron que Jesús lloró, y vieron su compasión y su poder cuando llamó a Lázaro para que saliera de la tumba. Como resultado, muchas personas creyeron en Jesús ese día.
Marta y María fueron sinceras en decirle a Jesús sus sentimientos. En la Biblia vemos a hombres y mujeres que le dijeron a Dios exactamente lo que estaban pensando y cómo se sentían. Dios quiere que seamos sinceros con Él. Dios quiere que también seamos sinceros con nosotros mismos y los demás.
La mentira es como hacer rodar una piedra o una pelota por una colina. Una vez que se le dé un empujón, va rodando más y más rápido, y se hace más difícil detenerla. Cuando dices una mentira, muchas veces tienes que decir más mentiras para encubrir la primera mentira.
Se te hace difícil dejar de mentir y te sientes atrapado. Al fin, tienes una larga lista de mentiras, y esas mentiras con el tiempo te atraparán.
Siempre puedes recurrir a Dios cuando te sientas tentado a decir una mentira. Él te ayudará a encontrar una salida. Un adulto de confianza también puede ayudarte si estás en una situación en la que quieres mentir. Los adultos tienen años de sabiduría y experiencia y pueden ayudarte a determinar lo que debes hacer sin recurrir a la mentira.
Lee Efesios 4:15. Si utilizas el Cartel del Versículo para Memorizar, muéstralo a los estudiantes.
Más bien, al vivir la verdad con amor, creceremos hasta ser en todo como aquel que es la cabeza, es decir, Cristo.
Efesios 4:15
Dios siempre sabe si no somos sinceros; así que, aunque puedas engañar a una persona por un tiempo, nunca podrás engañar a Dios. Antes de que tengas el valor de ser sincero, es importante que reconozcas las formas en que estás engañando. Pasemos unos minutos pensando en la falta de honradez en nuestras vidas. Voy a hacerles algunas preguntas. Después de cada una, piensen en la respuesta. No tienen que decir nada. Las respuestas son sólo entre cada uno de ustedes y Dios.
Espera unos segundos después de cada pregunta antes de hacer la siguiente, para que los niños tengan tiempo para pensar.
Si estás listo, pasa unos momentos diciéndole a Dios que te arrepientes por mentir y engañar. Pídele que te perdone. Pídele que te dé el valor de ser honrado a partir de ahora. Si todavía no estás listo para hablar con Dios, pasa unos momentos pensando en cómo puedes ser honrado a partir de ahora.
Da a los niños algunos momentos de silencio para que oren y piensen. Después haz este ejercicio con ellos.
Los niños deben sentarse tranquilos y empuñar una mano. Diles que se concentren en cómo se sienten al tener la mano empuñada. ¿Se les está cansando la mano o se sienten estresados o tensos? Mientras siguen con la mano empuñada, deben concentrarse en tener la otra mano abierta y relajada. ¿Cómo sienten eso?
Diles que las mentiras nos pueden mantener tensos y cerrados, como la mano empuñada. Pero al hablar la verdad nos sentimos como la mano abierta y relajada. La verdad nos da la libertad de ser abiertos con la gente y nos ayuda a relajar nuestro corazón. Deja que los niños piensen en este concepto; luego pueden relajar ambas manos, prestando atención en cómo se sienten al hacerlo.
Es importante ser sincero con Dios, y también es importante ser sincero con otras personas. Para ser sinceros con los demás muchas veces necesitamos ser valientes. A veces, sin embargo, hay barreras, como dijimos al principio de la clase. Si hay barreras que podrían impedirte de ser sincero con alguien en tu vida, puedes decírmelo a mí o a otro adulto de confianza. Vamos a orar por ti y ayudarte.
Materiales opcionales: Da a cada niño una hoja de papel. En un lado, cada uno debe dibujar cómo les hace sentir la mentira. Al dorso, deben dibujar cómo les hace sentir decir la verdad.
Si usan las Páginas del Alumno, da a los niños un par de minutos para que respondan allí.
Finaliza la clase con esta bendición, basada en Lucas 6:45. Ora por los alumnos.
Bendición: Que Dios te dé el valor de ser sincero. Es mi oración que te llene de Su verdad para que las palabras que hables provengan de una abundancia de bondad en tu corazón.
Si tienes tiempo, comparte esta canción con los niños:
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