Cada recurso digital utilizado en esta lección está disponible para descargar utilizando el botón a continuación. Durante la lección, la información para ti está escrita en letra regular y lo que sugerimos para hablar o leer en voz alta a los niños está en negritas.
En algunas lecciones encontrarás “ARTÍCULOS DE RECURSOS”. Son artículos escritos por expertos de todo el mundo que te equiparán para tu trabajo con niños y adolescentes. Compártelos con los padres o tutores si lo consideras apropiado.
Antes de la clase, consigue pequeños premios para los niños, uno para cada uno. Algunas ideas son: flores, pequeñas golosinas, figuras adhesivas (stickers) o notas escritas a mano.
El Señor es clemente y compasivo, lento para la ira y grande en amor.
Salmos 103:8
Dios te ama porque Dios es amor. Él no te ama por lo que tú hayas hecho o dejado de hacer. No te ama por la obra que haces por Él. No te ama porque llevas una vida recta. Tú no puedes ganarte el amor de Dios. No puedes perder el amor de Dios. ¡Dios te ama por quién es Él! Te ama con un amor que nunca acaba, que nunca deja de ser, y que nunca cambia. ¡Su amor es abundante!
¿Alguna vez has sentido que quieres ganarte el amor de Dios? Nadie puede ganarse el amor de Dios. Es tuyo para que lo recibas. Dios nos invita a cada uno con los brazos abiertos, como el padre del hijo pródigo recibió al hijo descarriado, aun cuando había escogido caminos destructivos. Esta semana, comienza cada día con una sencilla oración: “Amado Dios, gracias por amarme sin reserva. Recibo hoy tu amor”.
Informa a los padres o tutores de tus alumnos que esta semana los niños aprenderán que Jesús los ama, sea que decidan hacer lo bueno o lo malo. Anima a las familias a que hablen de alguna vez cuando alguien les dio un regalo no merecido.
Consejo para el docente: Si es posible, envíe por correo electrónico o mensaje de texto la tarjeta de conexión familiar a las familias de sus estudiantes.
Coloca la botella o el frasco en el piso. Marca un lugar, a unos dos metros de la botella, y di a los niños que formen una fila desde ese lugar. Cada uno tendrá su turno para intentar encestar una piedra en el frasco. Diles que, si todos logran encestar la piedra en el frasco, todos recibirán un premio.
Permite a cada niño intentar encestar la piedra dentro del frasco. Si algunos niños se frustran por lo difícil que es hacerlo, anímalos diciendo que hagan lo mejor que puedan. Después de que lo hayan intentado , pídeles que se sienten, y entrega a cada uno de ellos un premio.
Los niños quizá digan que se sorprendieron, que se alegraron, que se sienten emocionados o aliviados, o quizás tienen algún otro sentimiento.
Hoy aprenderemos una historia que contó Jesús. Alguien en la historia recibe algo muy especial, aun sin haberlo ganado.
Cuando Jesús vivió en la tierra, los recaudadores de impuestos solían engañar a la gente y cobrarles más de la cuenta. Un día, algunos recaudadores de impuestos y otros pecadores se reunieron alrededor de Jesús. Esto no le gustó a la gente religiosa. Pensaban que Jesús no debía pasar tiempo con personas tan pecaminosas. Así que Jesús contó varias historias, o parábolas, para que las personas religiosas entendieran que Él ama a cada persona, no importa lo que esa persona haya hecho. Esta es una de las historias que Jesús contó.
Escoge tres niños para que representen la historia a medida que la vas contando. Asigna los papeles de padre, hijo mayor e hijo menor. Si esto no sería ofensivo, algunos niños pueden actuar como si fueran cerdos. Diles que deben representar la historia en silencio, con mucha expresividad, mientras la relatas.
Opcional: Si usas La Biblia en Acción, los niños pueden leer esta historia antes de que los actores la representen. Se encuentra en “El padre amoroso”, en las páginas 600–603.
Había un hombre que tenía dos hijos. El hijo menor le dijo a su padre: “Padre, dame lo que me toca de la herencia”. Así que el padre dividió su dinero y todo lo que poseía, y lo distribuyó entre sus hijos.
Haz una pausa para que los niños escogidos actúen en silencio la escena.
Poco después, el hijo menor tomó todo el dinero y las cosas que su padre le había dado, y se fue lejos. Allí llevó una vida desenfrenada y gastó todo su dinero inútilmente. Después de un tiempo, hubo hambre en la tierra, y él no tenía dinero ni comida. Así que consiguió trabajo cuidando cerdos en una granja. El hijo tenía tanta hambre que quería comer lo que comían los cerdos, pero nadie le daba nada.
Haz una pausa para que los niños escogidos actúen en silencio la escena.
El hijo pensó en la casa de su padre. “Hasta los criados en la casa de mi padre tienen suficiente para comer”, pensó. Así que decidió regresar a su casa y pedirle a su padre que le dejara ser uno de los criados.
Haz una pausa y pregunta a los niños:
El hijo menor desperdició todo el dinero que su padre le había dado. ¿Cómo crees que el padre responderá a la propuesta del hijo menor?
Permite que dos o tres niños den sus ideas. No les digas enseguida lo que pasó.
Leamos la siguiente parte de la historia directamente de la Biblia.
Si es posible, lee Lucas 15:20–24 de tu Biblia.
Así que [el hijo menor] emprendió el viaje y se fue a su padre. Todavía estaba lejos cuando su padre lo vio y se compadeció de él; salió corriendo a su encuentro, lo abrazó y lo besó. El joven le dijo: “Papá, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no merezco que se me llame tu hijo”. Pero el padre ordenó a sus siervos: “¡Pronto! Traigan la mejor ropa para vestirlo. Pónganle también un anillo en el dedo y sandalias en los pies. Traigan el ternero más gordo y mátenlo para celebrar un banquete. Porque este hijo mío estaba muerto, pero ahora ha vuelto a la vida; se había perdido, pero ya lo hemos encontrado”. Así que empezaron a hacer fiesta.
Lucas 15:20–24
Dile a los niños que hacen el papel de hijo menor y de padre que actúen en silencio la escena. Cuando terminen, que la clase aplauda a los niños escogidos.
¿Cómo reaccionó el padre cuando vio a su hijo menor?
El padre se compadeció de su hijo. Corrió hacia él, y lo abrazó y lo besó. ¡Lo hizo antes de que el hijo le pidiera perdón por lo que había hecho!
El padre amaba a su hijo. Lo amaba cuando el hijo vivía en su casa y seguía las reglas. Siguió amándolo cuando el hijo se escapó, cuando desperdició el dinero, y cuando tomó muy malas decisiones. El padre seguramente estuvo triste y decepcionado cuando su hijo se fue, pero nunca dejó de amarlo.
Dios el Padre es como el padre en esta historia. Él siempre te ama. Él te ama sin importar lo que hagas. Él te ama sin importar lo que otras personas te hayan hecho. Él te ama sin importar lo que otras personas piensen de ti. Dios te ama cuando te sientes que vales poco y piensas que nadie te ama. Él te ama con un amor que no tiene fin y nunca deja de ser. Su amor por ti nunca cambia.
Dios nos ama siempre, ¡sin condiciones! Por eso envió a su Hijo Jesús para que perdonara nuestros pecados. ¡El amor de Dios nunca cambia! ¡El amor de Dios nunca deja de ser!
Ahora van a usar su imaginación cuando les cuente tres historias. Al escuchar, recuerden que Dios es como el padre en la historia que acaban de escuchar. Después de cada historia, díganle a alguien a su lado lo que Dios podría decirle al niño.
Haz una pausa después de leer cada una de las breves historias para que los niños digan lo que piensan. Deja que uno o dos niños comenten sus ideas a la clase antes de leer la siguiente historia.
Así como el padre en la historia de hoy amaba a su hijo, Dios te ama. Dios te amaba cuando eras un bebé y Él te ama hoy. Dios te amará cuando seas grande. Dios te ama cuando eres bueno con los demás y cuando tomas buenas decisiones. Dios te ama cuando pecas y cuando tomas malas decisiones. Dios te ama tanto que dio a su Hijo para que pague el precio por tus pecados, para que seas parte de su familia por siempre.
Pensemos en el amor de Dios por nosotros durante tres acontecimientos de nuestra vida.
Pide a tus alumnos que piensen en tres acontecimientos importantes en su vida. Pueden ser buenos o malos, pero que han cambiado sus vidas. Dales estas posibles ideas: “Empecé mis estudios”,“Mi padre consiguió un buen trabajo”, “Mi hermana murió”. Dales medio minuto para que piensen.
¿Quién quiere compartir con la clase algo de su vida?
Permite que algunos niños respondan. Algunos no querrán decir nada. Eso está bien.
Yo diré las palabras: “Dios me amó cuando…”. Todos ustedes terminarán la frase al mismo tiempo, diciendo un acontecimiento importante. Pueden decirlo en voz alta o en silencio. Por ejemplo, cuando yo diga: “Dios me amó cuando…”, ustedes podrían decir: “¡Yo nací!”
Di tres veces las palabras: “Dios me amó cuando…”. Haz una pausa, en cada oportunidad, para que los niños respondan.
El padre en nuestra historia amaba a su hijo, aunque el hijo había experimentado había experimentado y hecho algunas cosas malas. Algunos de los acontecimientos importantes que ustedes pensaron también pueden haber sido alguna situación mala. Quiero que recuerden que no importa lo que hayan experimentado o lo que hayan hecho, el amor de Dios por cada uno nunca cambia, nunca acaba y nunca deja de ser.
Piensa de nuevo en tus acontecimientos importantes. ¿Qué significa para ti que el amor de Dios por ti nunca cambia, nunca acaba y nunca deja de ser, aun en esas situaciones?
Haz una pausa para que los niños piensen.
Ahora voy a decir tres veces: “El amor de Dios…”. Después de la primera vez, griten: ¡Nunca cambia! Después de la segunda vez, griten: ¡Nunca acaba! Después de la tercera vez, griten: ¡Nunca deja de ser!
Di tres veces las palabras: “El amor de Dios…”. Haz una pausa, en cada oportunidad, para que los niños griten el resto de la frase. Anima a los niños a pensar en lo que significan las palabras y pide que las griten con gran sentimiento. Repite esto.
Materiales opcionales:
Entrega a cada niño un pedazo de papel y un lápiz o crayón. Pide que dividan el papel en cuatro partes. En las primeras tres partes, harán dibujos de sí mismos en momentos importantes de su vida. En la cuarta parte, harán un dibujo de sí mismos hoy. Luego deben dibujar un corazón alrededor de cada dibujo. Diles que los corazones representan el amor de Jesús por ellos durante cada acontecimiento de su vida.
Si usas las Páginas del Alumno, allí los niños pueden hacer esta actividad.
Fin de la opción
Dios te ama con un amor que nunca acaba, que nunca cambia, que nunca deja de ser. ¡El amor de Dios por ti durará por siempre! Escucha cómo Dios canta su amor por ti mientras leo Sofonías 3:17 como una bendición.
Finaliza la clase con una oración de bendición sobre los alumnos, basada en Sofonías 3:17.
Si utilizas el Cartel del Versículo para Memorizar, muéstralo a los estudiantes.
Porque el Señor tu Dios está en medio de ti como guerrero victorioso. Se deleitará en ti con gozo, te renovará con su amor, se alegrará por ti con cantos.
Sofonías 3:17
Bendición: ten la seguridad de que el Señor tu Dios está contigo. Él es poderoso para salvar. Dios se deleita en ti con gozo, te renovará con su amor, se alegrará por ti con cantos.
Si tienes tiempo, comparte esta canción con los estudiantes:
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