Cada recurso digital utilizado en esta lección está disponible para descargar utilizando el botón a continuación. Durante la lección, la información para ti está escrita en letra regular y lo que sugerimos para hablar o leer en voz alta a los niños está en negritas.
En algunas lecciones encontrarás “ARTÍCULOS DE RECURSOS”. Son artículos escritos por expertos de todo el mundo que te equiparán para tu trabajo con niños y adolescentes. Compártelos con los padres o tutores si lo consideras apropiado.
Pues Dios no nos ha dado un espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio.
2 Timoteo 1:7
Todos hemos tomado decisiones que lamentamos, y hemos enfrentado las consecuencias de las elecciones malas. A menudo nuestras peores decisiones están motivadas por los deseos más profundos que tenemos tales como, seguridad, felicidad, y la necesidad de ser amados. Ante la tentación, dejamos ir nuestro dominio propio y tratamos de agarrar la felicidad o la seguridad que tanto deseamos. Sin embargo, pronto descubriremos que dejarnos caer en la tentación no nos guía a la seguridad, la felicidad o el amor. Solo seguir a Dios nos lleva a estas cosas.
Piensa en los deseos de tu vida qué más te tientan. Repite las palabras de este versículo cada vez que sientas que el autocontrol desaparece ante esa tentación. En las situaciones más difíciles, susurra una oración. Dios te ayudará para responder en poder, amor y dominio propio. Cuando permites que Dios gobierne tu vida, puedes confiar que él está obrando para tu bien, incluso cuando no parece ser lo que tú deseas.
Anima a los estudiantes a preguntar a sus familias, “¿Alguna vez has pedido ayuda para escoger el dominio propio en una situación difícil? ¿Quién te ayudó y cómo?” Luego pueden compartir que Dios nos ayuda a elegir el dominio propio.
Consejo para el docente: Si es posible, envíe por correo electrónico o mensaje de texto la tarjeta de conexión familiar a las familias de sus estudiantes.
A medida que los adolescentes llegan, salúdalos y pregúntales de qué manera pusieron en práctica usar el dominio propio, durante la semana pasada. ¿Los saludos con las manos fueron de ánimo y ayuda? Invita a 1–2 estudiantes a compartir sus saludos con todo el grupo.
Cuando todos hayan llegado, pídeles que se separen. Deben estar al menos a un brazo de distancia el uno del otro. Pídeles que estiren sus brazos completamente para asegurarte de que no están parados muy cerca. Cada uno de ellos debe escoger a un compañero cercano para realizar esta actividad.
Párate cerca de tu compañero, pero asegúrate de que no estés justo al lado de nadie más. Cuando yo diga que comiencen, uno de ustedes cerrará sus ojos y dará vueltas tan rápido como sea posible. El otro compañero se asegurará que no se dañe o y hiera al resto. Cuando yo diga “deténganse”, el compañero que no dio vueltas dará cinco pasos grandes para alejarse. El que giró abrirá sus ojos y tratará de caminar hacia su compañero. ¿Listos? ¡Comiencen!
Haz que los estudiantes den vueltas mientras cuentas hasta 10. Asegúrate de que los compañeros que no giran miren a los que lo hacen para que no se lastimen.
¡Deténganse! Los compañeros que no giraran den cinco pasos largos para alejarse. Aquellos que están girando, abran sus ojos y caminen hacia sus compañeros.
Dales unos pocos segundos para intentar esto. Después diles que cambien de roles y hagan la actividad de nuevo.
Los estudiantes pueden decir que fue difícil caminar después de girar. También que casi se estrellaron con las otras personas o cosas.
Es complicado controlar nuestros cuerpos cuando estamos mareados, y también escoger el dominio propio cuando tenemos emociones fuertes. Es difícil no dejar que las emociones y los deseos determinen nuestro comportamiento.
Permite que 1–2 estudiantes compartan historias de sus propias vidas. Si es posible cuenta tus experiencias también.
Los estudiantes pueden dar ejemplos tales como, comportarse de manera violenta, dañarse a sí mismos y a otros, consumir drogas, tener sexo inmoral y otros comportamientos que reflejan ira, temor o inmoralidad.
Los estudiantes quizás respondan que nos mantiene a nosotros y a los demás a salvo, evita que tomemos malas decisiones y nos impide tener que afrontar las consecuencias de nuestras decisiones emocionales.
Escoger el dominio propio les puede ayudar a vivir vidas mejores, más seguras y plenas. Esto es especialmente verdad cuando la falta de dominio propio puede ponerte en situaciones peligrosas o causar que tomes decisiones que tengan consecuencias para toda tu vida. Por ejemplo, hablar airadamente con un amigo o una amiga ya que no escogiste el dominio propio puede significar que tengas que disculparte con la persona. Incluso se puede dañar la relación. Aunque no elegir el dominio propio puede herirte a ti y a tu amigo, esta decisión quizás no cause problemas serios en tu vida. Sin embargo, escoger consumir drogas porque quieres ver lo que se siente, puede exponerte a riesgos de salud de por vida, e incluso la muerte. Escoger tener sexo fuera del matrimonio puede causar que te enfrentes con una enfermedad de transmisión sexual. Las chicas pueden quedar embarazadas.
En las situaciones donde nuestros deseos o emociones son fuertes, puede que ejercitar el dominio propio sea especialmente difícil. Para satisfacer nuestros deseos, es posible que seamos tentados a tomar decisiones malas que tienen el poder de afectar el resto de nuestras vidas. Gracias que podemos pedir ayuda mientras trabajamos el dominio propio, incluso durante las tentaciones. Dios quiere que vayamos a él cuando estamos luchando, incluso con las cosas que parecen muy difíciles de manejar. Y cuando él está en control de nuestras vidas, puede ayudarnos a tener dominio propio.
¿Recuerdas a David, el joven pastor que Dios eligió para que se convierta en el futuro rey de Israel? Dios vio que él era un hombre conforme al corazón de Dios. Pero cuando Dios lo llamó para ser rey, Israel ya tenía un rey llamado Saúl. Después de que David mató al gigante, peleó muchas batallas por el rey Saúl, y la gente comenzó a amar al pastor-guerrero que derrotaba a sus enemigos. Las personas aclamaban a David cuando regresaba de la batalla. Esto hizo que Saúl se pusiera celoso y enojado. Quería deshacerse de David.
Si es posible, muestra a los estudiantes las imágenes de los celos de Saúl y el escape de David de la Biblia en Acción.
Pregúntales lo siguiente. Después lee las 3 respuestas posibles. Luego que hayas leído todas las respuestas una vez, diles que las leerás de nuevo, y que levanten sus manos para mostrar cuál respuesta piensan que es la correcta. Sigue este mismo proceso con todas las preguntas de esta historia.
1. Se sentiría seguro de que aún era el rey y estaría feliz por el éxito de David.
2. Decidiría matar a David para deshacerse de él.
3.Huiría y dejaría que David fuera el rey.
Saúl no escogió el domino propio. Decidió mandar hombres que mataran a David.
1. Trataría de evitar a Saúl, para que este no pudiera asesinarlo.
2. Intentaría matar a Saúl.
3. Haría que alguien asesinase a Saúl por él.
David escogió el dominio propio. A pesar de que probablemente fue tentado para tratar de matar al rey Saúl, decidió evitarlo ya que de esta manera Saúl no podría asesinarlo. La esposa de David dejó que este escapara por una ventana. Después puso un ídolo pequeño en su lugar de la cama y también almohadas de pelo de cabra en la cabecera que cubrió con ropa, entonces los hombres de Saúl pensaron que David estaba ahí. ¡El rey se enojó muchísimo!
1. Dejaría de intentar asesinar a David porque Dios lo protegía.
2. Oraría a Dios para superar su ira y celos.
3. Se enojaría aún más, e intentaría con todas sus fuerzas matar a David.
Saúl no escogió el dominio propio. Se enojó aún más y trató con todas sus fuerzas de matar a David. Él y su ejército persiguieron a David por todo el país. Cada vez que estaban cerca de atraparlo, David se escapaba. De hecho, la Biblia dice que una vez cuando Saúl y sus hombres estuvieron cerca de él, David se fue hacia un lado de la montaña mientras Saúl iba por el otro. David debió haberse estado preocupados de que Saúl lo atraparía. Pero justo entonces un mensajero le dijo a Saúl que los filisteos habían atacado Israel, entonces tuvo que parar de perseguirlo e ir y pelear con los filisteos.
1. Oraría a Dios y le pediría ayuda.
2. Trataría de asesinar a Saúl ya que éste intentaba matarlo.
3. Se escaparía y dejaría que Saúl fuera rey.
David escogió el dominio propio. Cuando fue tentado para matar a Saúl, le pidió ayuda a Dios. Y continuó escapándose y dejando que Saúl fuera rey. David sabía que Dios no quería que dañara a Saúl, a pesar de que éste continuaba persiguiéndolo. Un día, David y sus hombres se escondieron en un lugar remoto, y el ejército de Saúl acampaba en una colina cercana. David y sus hombres se escabulleron en el campamento mientras todos dormían. Esto es lo que dijo 1 de los hombres de David.
Si es posible, muestra a los estudiantes la imagen del autocontrol de David de la Biblia en Acción.
—Hoy ha puesto Dios en tus manos a tu enemigo —le dijo Abisay a David—. Déjame matarlo. De un solo golpe de lanza lo dejaré clavado en el suelo. ¡Y no tendré que rematarlo!
1 Samuel 26:8
1. Permitiría que el hombre matara a Saúl.
2. Asesinaría al comandante del ejército de Saúl para mostrarle quién realmente estaba a cargo.
3. Le perdonaría la vida de nuevo, ya que de esta forma honraba la orden de Dios.
David escogió el dominio propio. A pesar de que quizás estuvo tentado de matar a Saúl, le perdonó la vida nuevamente. El Señor causó que Saúl y su ejército se durmieran profundamente. David tomó la lanza y el jarro de agua de Saúl. Se fue a una colina cercana y llamó al comandante del ejército del rey. Levantó la lanza y preguntó a Saúl por qué lo perseguía.
1. Enviaría a sus hombres a matar a David.
2. Le pediría perdón a David.
3. Huiría y dejaría que David fuera rey.
Saúl escogió el dominio propio. Le pidió perdón a David. Le dijo que había sido un necio y prometió que no seguiría tratado de matarle.
1. Mataría a Saúl por lo que le había hecho.
2. Le ofrecería perdón a Saúl.
3. Molestaría a Saúl y enviaría a sus hombres a pelear contra su ejército.
Incluso en momentos de gran tentación, David escogió el dominio propio. Le ofreció su perdón a Saúl. Escucha lo que dijo:
Que el Señor le pague a cada uno según su rectitud y lealtad, pues hoy él lo había puesto a usted en mis manos, pero yo ni siquiera me atreví a tocar al ungido del Señor. Sin embargo, así como hoy valoré la vida de usted, quiera el Señor valorar mi propia vida y librarme de toda angustia.
1 Samuel 26:23–24
Los estudiantes pueden responder que hubieran estado tentados de matar a Saúl para salvar sus propias vidas o porque sentían que Saúl merecía la muerte por tratar de matar a David.
Los estudiantes quizás digan que David pudo haber sido ejecutado o encarcelado. Podría haber vivido con la culpa de matar a Saúl. Hubiera tenido que enfrentar las consecuencias con Dios también.
Los estudiantes pueden decir que David no habría sido llamado un hombre conforme al corazón de Dios si hubiera matado a Saúl. Dios no lo habría bendecido para reinar como rey.
Guía a los estudiantes para ver que buscó soluciones pacíficas, obedeció al Señor y le pidió ayuda.
La Biblia nos dice que podemos pedir ayuda a Dios para tener dominio propio, incluso en situaciones de gran tentación. David se enfrentó con la decisión de matar o posiblemente de ser asesinado. Sabía que su propia vida estaba en peligro, mientras Saúl estuviera vivo. Sin embargo, si David hubiese escogido matar a Saúl a pesar de que su ira parecía justa, podría haber enfrentado consecuencias que cambiarían su vida para siempre. Podría haber sido asesinado o encarcelado. Se podría haber sentido culpable por matar al rey Saúl, y también por no obedecer a Dios por el resto de su vida. Incluso quizás no hubiese llegado a ser rey.
David sabía que no estaba solo cuando necesitaba fuerza para escoger el dominio propio. Estaba seguro de que podía pedir la ayuda de Dios. Hizo esto en uno de los Salmos que escribió cuando huía de Saúl.
Pide a un estudiante que lea el Salmos 54:2,4–5 en voz alta y desde la Biblia. Los versículos también están impresos a continuación.
Escucha, oh Dios, mi oración; presta oído a las palabras de mi boca. Pero Dios es mi socorro; el Señor es quien me sostiene, y hará recaer el mal sobre mis adversarios. Por tu fidelidad, Señor, ¡destrúyelos!
Salmos 54:2, 4–5
Los estudiantes pueden responder que David confió en que Dios era su ayudador, que protegería su vida y se aseguraría de que David recibiera justicia.
David confió en que Dios lo ayudaría para tener dominio propio. Dios tiene el poder para ayudarte cuando deseas hacer o decir algo que te dañará a ti o a alguien más. Puede ayudarte a escoger el autocontrol en todas tus dificultades y situaciones de tentación.
Pide a un estudiante que lea 2 Timoteo 1:7 en voz alta y desde la Biblia. Si utilizas el Cartel del Versículo para Memorizar, muéstralo a los estudiantes.
Pues Dios no nos ha dado un espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio.
2 Timoteo 1:7
Deja que 2 o 3 adolescentes compartan. Considera contarles sobre un tiempo de tu propia vida cuando no llevaste la situación a Dios. Si hablas de tu vida con honestidad, tus estudiantes también estarán más dispuestos a compartir de las suyas abiertamente.
Realiza las siguientes preguntas a los estudiantes. Déjales saber que no responderán en voz alta, solo en silencio para ellos mismos.
Opcional: Si usas las Páginas del Alumno, tus estudiantes pueden registrar sus pensamientos al dibujar las situaciones en los paneles de esta página.
Piensa de nuevo en la situación de tu vida que requerirá que utilices el dominio propio. A medida que lo haces, haz un puño con 1 o ambas manos. Piensa sobre cómo te sientes, enojado, preocupado, frustrado, confundido, atemorizado. Dales un minuto para reflexionar.
Ahora puedes llevar esta situación a Dios. Ora para que te ayude a tener dominio propio. Si le pides ayuda, escucha lo que podría estar diciéndote. ¿Hay pasos específicos que puedas dar para tener dominio propio en esta situación? ¿Podrías alejarte cuando alguien dice algo que te molesta? ¿Serías capaz de respirar profundamente y orar en silencio antes de hablar?
Contempla usar algunas de las técnicas de domino propio que ya aprendimos.
1. Reconocer como se siente tu cuerpo.
2. Orar.
3. Permanecer calmado.
4. Pensar antes de hablar o actuar.
5. Escoger hacer lo contrario.
6. Practicar el autocontrol en cosas pequeñas.
7. Tranquilizarse.
8. Mirarse al espejo.
Mientras oras y meditas en las técnicas que usarás, suelta los puños. Abre tus dedos con las palmas hacia arriba. Tus manos son un símbolo de dejar ir la situación y entregársela a Dios.
Dales de 1 a 2 minutos para que oren en silencio.
Finaliza el tiempo con una bendición basada en 2 Timoteo 1:7
Bendición: Que Dios te llene con su poder, amor y dominio propio. Que reemplace tu temor, preocupación e ira con la seguridad de que su Espíritu te puede ayudar incluso en las circunstancias más difíciles.
Si tienes tiempo, comparte esta canción con los adolescentes.
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