Cada recurso digital utilizado en esta lección está disponible para descargar utilizando el botón a continuación. Durante la lección, la información para ti está escrita en letra regular y lo que sugerimos para hablar o leer en voz alta a los niños está en negritas.
En algunas lecciones encontrarás “ARTÍCULOS DE RECURSOS”. Son artículos escritos por expertos de todo el mundo que te equiparán para tu trabajo con niños y adolescentes. Compártelos con los padres o tutores si lo consideras apropiado.
¡IMPORTANTE! Divide a tus alumnos en dos grupos: uno para varones y uno para niñas. Si es posible, que un hombre enseñe a los varones y que una mujer enseñe a las niñas. Si es posible, que los niños y las niñas se reúnan en diferentes salones de enseñanza, donde no puedan verse ni oírse. No incluyas a niños menores de ocho años en estas sesiones, aunque puedes incluir a niños mayores.
Esta lección es acerca del abuso sexual. Es un tema muy difícil, pero es importante para tus alumnos. Ellos necesitan sentir confianza para expresar sus pensamientos y sentimientos acerca del abuso en general, así como cualquier abuso que pudieran haber experimentado.
He aquí algunos consejos para establecer un entorno seguro:
Establece límites respetuosos. Los profesores varones sólo deben dar consejos a las niñas y asesorarlas cuando están en presencia de otros. Estos profesores deben evitar tocar a una niña y no deben estar solos con ellas. Lo mismo ocurre con las maestras y su trato con los varones; deben hablarles y aconsejarles sólo en presencia de otros. Las maestras no deben tocar a los muchachos ni estar solas con ellos. Todos los maestros deben hablar con los niños en un lugar abierto y donde otros puedan verlos fácilmente.
¡IMPORTANTE! Hay cuatro cosas que tú necesitas comunicar a cualquier niño que te cuente alguna experiencia relacionada con el abuso sexual.
Tú has escuchado al niño.
Tú crees lo que te ha contado.
Lo que le pasó al niño fue malo.
Tú quieres ayudar a proteger al niño.
Si algún niño te cuenta que él o alguien que conoce ha experimentado abuso, reconoce su dolor. Asegúrale que no fue por su culpa lo que pasó. Éste es un mensaje muy importante. ¡Repítelo frecuentemente! Muchos niños se culpan por haber sido heridos o maltratados. Diles que hablando del dolor y contando a Jesús acerca de lo que han sufrido es un paso importante hacia la recuperación.
Haz lo que puedas para obtener ayuda para el niño. No dejes de informar a tus propias autoridades. Lamentablemente, en algunos lugares el abuso sexual no se considera algo malo; hasta se culpa al niño por el abuso. Hagas lo que hagas, ten cuidado de no hacer nada que pueda poner en mayor peligro al niño. Si es apropiado y seguro para el niño, entonces debes informar a las autoridades.
Toma en cuenta mis lamentos; registra mi llanto en tu libro. ¿Acaso no lo tienes anotado? Cuando yo te pida ayuda, huirán mis enemigos. Una cosa sé: ¡Dios está de mi parte!
Salmos 56:8–9
Cuando el dolor y la angustia nos abruman, podemos pensar que no se ven nuestras lágrimas. Sin embargo, nuestro gran Dios ve cada lágrima que derramamos. Él registra nuestro dolor. Ha grabado nuestro llanto en su libro. Aunque es reconfortante saber que Él nos ve y nos cuida, el siguiente versículo nos da aún más esperanza. ¡Dios está de nuestro lado! No estamos solos en medio de la angustia. Él nos ve. A Dios le importa lo que nos sucede a nosotros, Él lo nota y Él está con nosotros.
Al enseñar este difícil tema, ora que Dios te ayude a comunicar claramente a tus alumnos que Dios los ve, que se fija en ellos, y que cuida de cada uno. Entender el dolor de otra persona no es fácil; pero Dios quiere usarte para satisfacer sus necesidades más profundas. Pasa tiempo en su Palabra, en adoración; ora que seas lleno hasta que sobreabundes de todo lo que el Espíritu quiere decir y hacer a través tuyo.
Informa a los padres o tutores de tus alumnos que tú estás enseñando sobre el difícil tema del abuso. Dales el artículo de recurso que está antes de esta lección para que entiendan por qué estás enseñando sobre este tema. Debes estar disponible para hablar con ellos si tienen preguntas.
Consejo para el docente: Si es posible, envíe por correo electrónico o mensaje de texto la tarjeta de conexión familiar a las familias de sus estudiantes.
Saluda a los alumnos cuando llegues a la clase. Pregúntales cómo les fue en el uso de límites respetuosos esta semana. ¿Qué fue fácil y qué fue difícil sobre respetar los límites?
Comencemos la clase de hoy con un juego que hemos hecho antes: “Maestro, ¿puedo?” En este juego, darán pasos hacia adelante para ser el primero en cruzar el salón y llegar a mi lado. Deben turnarse en preguntarme si pueden dar pasos hacia adelante. ¡Pero hay algo diferente esta vez! Para decidir si van a tomar un paso deben prestar atención a dos cosas. Presten atención a las palabras que digo y a lo que muestro con mi cuerpo. Si dan un paso cuando yo no quiero que lo hagan, les diré que están fuera del juego y que deben sentarse.
Los niños deben formar una fila recta en un extremo del salón. Tú te pararás en el lado opuesto. Los niños se turnarán en preguntar si pueden dar un paso hacia adelante. Diles que pueden pedir diferentes clases de pasos, como pasos gigantes, pequeños pasos, saltos, etc. Por ejemplo, un niño puede preguntar: “Maestro, ¿puedo dar dos pasos gigantes hacia adelante?”
Cuando tú respondas, lo harás de dos maneras al mismo tiempo; con tus palabras y con tu lenguaje corporal. Puedes elegir que tus palabras y lo que muestras con el cuerpo digan lo mismo. Por ejemplo, puedes decir que sí y sonreír o puedes decir que no y fruncir el ceño. También puedes elegir que tus palabras y tu cuerpo digan lo contrario. Por ejemplo, puedes decir que sí y fruncir el ceño o decir que no y sonreír.
De vez en cuando, escoge a un niño que pide permiso para avanzar y dile que está fuera del juego. Los niños pueden quejarse de que no es justo, porque no saben lo que significan sus respuestas. Juega durante unos cinco minutos.
La mayoría dirá que era confuso no saber lo que significaban tus respuestas.
Este juego era confuso y frustrante porque ustedes no sabían si yo quería decir que sí o que no. No estaban seguros si deberían prestar atención a mis palabras o a lo que mostraba con mi cuerpo. No sabían si les permitiría avanzar o si los sacaría del juego.
A veces nuestra comunicación puede ser confusa, al igual que este juego. Decimos que sí cuando realmente queremos decir que no. O decimos que no cuando realmente significa que sí. Es importante que nos comuniquemos claramente cuando hablamos de establecer límites respetuosos. En la clase de hoy hablaremos más acerca de los límites y por qué son importantes, y de lo que pasa cuando alguien no respeta los límites. Aprenderemos sobre el abuso que puede haber cuando alguien no respeta los límites.
Hoy hablaremos de algo que puede ser difícil. Esta lección es sobre el abuso sexual. El abuso sexual se produce cuando alguien toca a otra persona de una manera irrespetuosa. Tú o alguien que conoces puede haber tenido una mala experiencia en esto. Aunque a ti no te hayan tocado de forma irrespetuosa, esta lección podría ayudarte a que no te pase o a saber cómo ayudar a otra persona.
Hablar del abuso sexual puede ayudarte a que comiences a recuperarte. Eres muy especial para Dios, y Él quiere sanar cualquier dolor que tengas. Dios tiene un gran plan para tu vida. Nada de lo que te ha pasado cambiará eso.
Opcional: escribe en un pliego de papel o en la pizarra las respuestas de los niños a la siguiente pregunta.
Anima a que los niños respondan. Recuérdales lo que han aprendido sobre el contacto irrespetuoso. Diles que el abuso sexual generalmente tiene que ver con las partes íntimas del cuerpo. Enfatiza que el abuso sexual nunca es culpa del niño. La lista final debe incluir lo siguiente:
Otorga tiempo para cualquier pregunta o comentario. Si algunos de los niños dicen que ellos o alguien que conocen ha sido víctima de abuso, felicítalos por tener el valor de contártelo. Diles que ningún niño debería sufrir de abuso y que tú quieres ayudarles (o a su amigo) y que harás todo de tu parte para protegerlos. Que sepan que tú estarás disponible después de la clase para hablar con cualquiera de ellos en privado.
Este es un tema difícil. Necesitamos ser sensibles y apoyarnos entre todos. Necesitamos mostrar el amor de Cristo a quienes están sufriendo. Nunca debemos burlarnos de un niño que ha sufrido de abuso, y no debemos comentar lo que ha pasado con nadie fuera de la clase.
Tanto niños como niñas pueden sufrir de abuso sexual. Vamos a repasar una lista de cómo el abuso sexual daña a los niños. Muchas víctimas de abuso sexual han sufrido algunos de los daños de esta lista, pero también pueden tener otra clase de heridas.
Éstas son algunas formas en que alguien puede reaccionar si ha sufrido de abuso sexual. Alguien que ha sido víctima de abuso sexual puede tener algunos o todos estos síntomas. O puede tener otros síntomas.
La persona que ha sufrido de abuso puede experimentar dolor, dolores de cabeza, y malos sueños. Algunos niños que son víctimas de abuso sexual pueden desarrollar llagas en sus genitales. Otros pueden contraer el VIH/SIDA. Si tú o alguien que conoces ha sido víctima de abuso sexual, es muy importante que se lo digas a un adulto de confianza. Si decides decírmelo, te ayudaré a ti o a tu amigo tanto como pueda.
Los niños dirán algunas de las siguientes cosas. Añada cualquiera que falte.
Cuando un niño ha sido víctima de abuso sexual, a veces tiene recuerdos recurrentes. Esto significa que se imagina el abuso en su mente, aun cuando está despierto. Lo siente como si estuviera experimentando el abuso de nuevo.
A veces alguien que ha sido víctima de abuso sexual llorará mucho o comenzará a drogarse o embriagarse para olvidarse del dolor. Algunos pueden aislarse; ya no quieren estar cerca de nadie. Otros intentan hacerse daño. Algunos comen o duermen muy poco o demasiado. Algunos tocan los genitales de otros. Todas éstas son señales de advertencia. Si tú o alguien a quien conoces ha sido víctima de abuso sexual, el primer paso para obtener ayuda es hablarlo con un adulto de confianza. Dios quiere sanarte para que estés saludable nuevamente.
Éstas son algunas cosas que los niños que han sufrido de abuso podrían decirse a sí mismos. Después de cada declaración les diré la verdad.
“¡Todo es culpa mía!”
¡Eso no es cierto! El abuso sexual nunca es culpa del niño.
“Me hizo sentir bien en el momento”
A veces el contacto físico o la atención se siente bien, pero lo que le pasó a este niño era malo. Esto no significa que el niño es malo o que al niño no le hizo daño.
“No puedo contarle a nadie este secreto. Me meteré en problemas”.
Un niño que ha sufrido de abuso necesita hablar con un adulto de confianza. No es culpa del niño.
“Mi vida no vale nada”.
Cada niño es muy especial para Dios. Él puede ayudar a este niño a sanarse del abuso y tener un gran futuro.
“No valgo nada. Soy un excluído”.
¡No! Este niño es muy valioso para Dios. El Señor ama a este niño y se preocupa mucho por él.
“Sólo valgo para el sexo”.
¡No! Este niño tiene muchos dones especiales, talentos y fortalezas.
“Todos los hombres son malos”.
¡No! Algunos hombres hacen cosas malas; pero hay hombres buenos que aman y protegen a los niños.
“No estoy seguro. Nunca más estaré a salvo”.
Si este niño está lejos del abusador, está a salvo. Me preocupo por este niño y quiero ayudarlo y protegerlo.
“Cuando se enteren de esto, nadie querrá ser mi amiga”.
No es culpa de esta niña que alguien la haya lastimado. Los verdaderos amigos de esta niña la amarán por lo que ella es y por todas las cosas que la hacen especial.
Los niños que son víctimas de abuso sufren mucho. ¿Qué debes hacer si tú o alguien que conoces ha sido víctima de abuso sexual o si está sufriendo abusos?
Permite que los niños respondan antes de continuar con la siguiente información.
Dile a un adulto de confianza. Aunque puedes sentirte asustado o avergonzado, si hablas de lo que pasó es una manera de empezar a recuperarte. Es difícil hablar de esto, pero se hace más fácil después de dar el primer paso. Recuerda que el abuso nunca es culpa del niño.
Si el adulto no te ayuda o no te cree, dile a otra persona. Lo que digas es importante. Al decirlo a alguien, puedes impedir que otro niño sufra de abuso. Además, tu valentía puede ayudar a otro niño que ha sufrido de abuso a tener el valor de decir lo que le pasó. Recuerda que Dios te ama y valora. ¡Dios quiere que busques ayuda!
Aunque el abusador te amenace con hacerte daño o con dañar a las personas que amas si se lo cuentas a alguien, debes decirlo a un adulto de confianza. El adulto hará lo posible para protegerte a ti y a los demás. Esta persona tomará medidas para tratar de detener el abuso.
Aunque no estés seguro si lo que te está pasando a ti o a tu amigo es abuso, habla de esto con un adulto de confianza.
Aunque tu amigo no quiere que le digas a alguien acerca del abuso, habla con un adulto de confianza que puede ayudar a tu amigo.
Habla con Dios sobre esto. Él te ama y quiere ayudarte en la recuperación. Cuando alguien ha sufrido de abuso, Dios ha visto cada lágrima. Él sabe cada cosa dolorosa que se ha dicho o hecho a esa persona. Dios se duele con la persona que ha sufrido de abuso.
Escuchen estos versículos que hablan de que a Dios le importa cada persona.
¿No se venden cinco gorriones por dos moneditas? Sin embargo, Dios no se olvida de ninguno de ellos. Así mismo sucede con ustedes: aun los cabellos de su cabeza están contados. No tengan miedo; ustedes valen más que muchos gorriones.
Lucas 12:6–7
Si Dios no olvida a los gorriones, no se olvidará de nosotros. Él conoce todos los detalles de nuestra vida; somos de gran valor.
Si utilizas el Cartel del Versículo para Memorizar, muéstralo a los estudiantes.
Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa.
Isaías 41:10
Dios está con ellos; Él es su Dios; Él los fortalece y los ayuda.
Dios nos ama y quiere que estemos protegidos de aquellos que pueden perjudicarnos. ¡Dios te conoce tan bien que sabe cuántos cabellos hay en tu cabeza! Él está a tu lado. Le importan las cosas dolorosas que te pasan. Él te dará la fuerza para que comiences a recuperarte.
Si tienes tiempo, lee lentamente tres veces el siguiente versículo a los niños.
Toma en cuenta mis lamentos; registra mi llanto en tu libro. ¿Acaso no lo tienes anotado?
Salmos 56:8
A Dios le importa mucho cuando alguien pasa por cosas dolorosas. Le da mucha tristeza cuando un niño sufre de abuso. Dios nos ama tanto a cada uno que registra cada lágrima que lloramos. Piensa en esto por un momento: el Dios Topoderoso, que creó el universo, lleva la cuenta de cada una de tus lágrimas. Si eres creyente y amas a Dios o si eres alguien que aún no lo conoce, ¡Él te ama muchísimo!
Pasaremos un momento pensando en cosas que nos han traído lágrimas. Puede ser algo doloroso que hayamos experimentado, como el abuso, o algo muy feo que alguien nos ha dicho.
Haz una pausa para que los niños piensen en algo doloroso que han experimentado. Tú también haz esta actividad juntamente con tus alumnos.
Ahora juntaremos nuestras manos y las levantaremos para poner esas cosas dolorosas en las manos de Dios. Él ve cada lágrima. A Él le importa todo lo que hemos experimentado. Siempre que tengamos lágrimas, podemos ponerlas en las manos de Dios.
Haz una pausa para que los niños levanten sus lágrimas a Dios. Haz tú lo mismo con ellos. Al ver que tú confías en Dios, ellos también se animarán a confiar en Él.
Opcional: Entrega a los niños papel y lápices de colores. Diles que dibujen una botella. En la botella pueden dibujar o escribir cosas que les han traído lágrimas. Puede ser abuso sexual o algún otro daño. Asegúrate que esto sea privado, entre ellos y Dios. Lee de nuevo el Salmo 56:8. Pueden romper sus papeles como señal de que entregaron esas cosas a Dios.
Si usas las Páginas del Alumno, puedes realizar esta actividad en la página que corresponde a esta lección.
Finaliza la clase declarando la siguiente bendición sobre los niños, basada en el Salmo 56:8-9.
Bendición: Dios conoce cada lágrima que lloras. Él sabe de cada experiencia que te causa dolor. ¡Ten la seguridad de que Él está a tu lado!
Si tienes tiempo, comparte esta canción con los estudiantes:
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