Cada recurso digital utilizado en esta lección está disponible para descargar utilizando el botón a continuación. Durante la lección, la información para ti está escrita en letra regular y lo que sugerimos para hablar o leer en voz alta a los niños está en negritas.
En algunas lecciones encontrarás “ARTÍCULOS DE RECURSOS”. Son artículos escritos por expertos de todo el mundo que te equiparán para tu trabajo con niños y adolescentes. Compártelos con los padres o tutores si lo consideras apropiado.
Nosotros amamos porque él nos amó primero.
1 Juan 4:19
Dios nos amó primero. El amor es su idea. Él es la fuente del amor y nos muestra cómo amar. Sólo podemos amar al permanecer en contacto con su amor. Cuando recibimos plenamente el amor incondicional de Dios, esto cambia nuestra forma de tratar a los demás. Su amor nos mueve a mostrar amor a los demás de formas que nunca antes habríamos pensado. Comenzamos a notar las necesidades de las personas que nos rodean y a pensar en cómo podemos ayudarlas.
Entonces, ¿qué hace el amor? ¡Actúa! Ve a la gente y responde a sus necesidades. El amor es lo que nos mueve a consolar, ayudar, alentar, corregir, y a apoyar a los demás. El amor es lo que nos lleva a hacer el esfuerzo de llevar a otros a Jesús, así como los cuatro amigos llevaron al paralítico a Jesús. Esta semana, pide a Dios que te llene con toda la plenitud de su amor. Luego, deja que fluya, en la medida que buscas algunas maneras de ayudar a otros.
Informa a los padres o tutores de tus alumnos que los niños aprenderán que pueden mostrar amor al ayudar a otros. Anímalos a pensar en maneras cómo su familia puede ayudar a alguien esta semana.
Consejo para el docente: Si es posible, envíe por correo electrónico o mensaje de texto la tarjeta de conexión familiar a las familias de sus estudiantes.
Cuando lleguen los niños, pregúntales cómo han pasado la semana. ¿Alguno de ellos experimentó el amor de Dios en un momento determinado? Permite que los niños que quieran hacerlo cuenten brevemente su experiencia a la clase. Tú mismo comparte un testimonio. Esta actividad no debe durar más de cinco minutos.
Di a los niños que comenzarás la clase con un juego. Marca un lugar de partida y una meta. Divide la clase en equipos de cinco o seis alumnos cada uno.
Correremos una carrera. En cada equipo tendrán que trabajar juntos para llevar a alguien a la meta. Cada equipo elegirá a un compañero que llevarán desde el punto de partida hasta la meta. Esta persona fingirá que se ha lastimado la pierna y que necesita que lo lleven a la sala de salud que está donde está la meta. El primer equipo que cruce la meta, gana. Todos los compañeros del equipo deben sostener a la persona que están llevando. La persona que llevan no puede tocar el suelo en absoluto o tendrán que empezar de nuevo.
Si notaste que los jugadores se ayudaron mutuamente, aliéntalos y felicítalos. Después del juego, diles que este juego tiene como referencia una historia bíblica que ellos quizá conozcan. Permíteles un minuto para que adivinen cuál es la historia.
Opcional: Si es posible, comparte la imagen de La Biblia en Acción
Escuchen las palabras de Jesús en Juan 15:12.
Y este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros, como yo los he amado.
Juan 15:12
En este versículo, ¿qué dice Jesús que hagamos?
Que nos amemos unos a otros.
Cuenta la siguiente historia a los niños. Hay varios lugares donde te detendrás y leerás tres diferentes maneras en cómo puede continuar la historia. Deja que los niños escojan la parte que creen que debe ser. La correcta finalización está subrayada.
Jesús quiere que nos amemos tal como Él nos ama. A veces eso es fácil de hacer y otras veces puede ser difícil. Una forma de mostrar amor a los demás es ayudándolos.
Hoy escucharán una historia bíblica acerca de cuatro amigos que fueron amables con otro amigo ayudándolo de una manera grandiosa. Es posible que ustedes hayan oído antes esta historia. Voy a detenerme varias veces para leer tres formas en las que puede haber continuado la historia. Ustedes escogerán lo que creen que sucedió realmente.
Jesús estaba enseñando en una casa. La casa estaba llena de gente porque todos estaban ansiosos por escuchar a Jesús. Había cuatro amigos que querían llevar a un amigo paralítico a ver a Jesús; pero al llegar no podían entrar.
¿Qué creen que hicieron los amigos?
Se dieron por vencidos y decidieron volver al día siguiente.
¡Exactamente! Los amigos hicieron un hueco en el techo y bajaron al hombre que no podía caminar hacia donde estaba Jesús. Cuando el hombre que estaba en la camilla estuvo frente a Jesús, Jesús lo miró.
¿Qué piensan que hizo Jesús?
No todas las enfermedades son causadas por las cosas malas que hacemos. Sin embargo, cada persona es un pecador que necesita perdón. Jesús lo sabía y perdonó al hombre enfermo, porque le preocupaba la enfermedad del cuerpo, pero también la enfermedad del corazón.
Cuando Jesús perdonó los pecados del hombre paralítico, los maestros religiosos pensaron: “¿Qué dice Jesús? ¡Esto es blasfemia! Sólo Dios puede perdonar pecados”. Por supuesto, Jesús sabía lo que estaban pensando, porque Él es Dios.
Entonces Jesús hizo una pregunta a los líderes religiosos. ¿Qué creen ustedes que les preguntó?
Tienen razón, Jesús les preguntó si era más fácil perdonar los pecados del hombre o decirle que se levante y camine. Jesús perdonó los pecados del hombre, pero no se contentó con eso. Todos los que estaban reunidos escucharon atentamente para ver lo que Jesús haría.
¿Qué le dijo Jesús al hombre enfermo?
¿Pueden imaginar cómo se sintió el hombre cuando Jesús le dijo que tome su camilla y se fuera a su casa? Imaginen que hubieran estado allí y que hubieran visto ese milagro. Delante de sus ojos, hubieran visto al hombre levantarse y tomar su camilla. Sólo momentos antes había estado paralizado y no podía caminar. Después salió por la puerta caminando. Todos estaban asombrados.
¿Qué creen que dijo la gente?
Así es, la gente nunca había visto algo semejante. ¡Vieron algo tan asombroso! Todo comenzó cuando cuatro amigos decidieron ayudar a un hombre paralítico.
Opcional: si usas La Biblia en Acción, haz que los niños repasen “Sobre el techo”, en las páginas 560–562.
Ahora, divide la clase en parejas. Formula cada pregunta y da a los niños un minuto para que respondan junto a su pareja. Pide a una o dos parejas que comenten sus ideas a toda la clase.
¿Quién fue el más amoroso en esta historia?
Después que los niños respondan, si no lo mencionaron, señala que Jesús es el más amoroso. Él sanó el corazón del hombre, así como su cuerpo.
Lee Juan 15:12 a los niños. Invítalos a decirlo contigo. Repítanlo en un susurro y luego grítenlo. Pide a los niños que lo repitan sin tu ayuda. Si utilizas el Cartel del Versículo para Memorizar, muéstralo a los estudiantes.
Y este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros, como yo los he amado.
Juan 15:12
Como dijimos al comienzo de la clase de hoy, a veces es fácil mostrar amor a los demás y otras veces puede ser difícil. Jesús quiere que le obedezcamos, y quiere que amemos a otros porque hemos recibido su amor. Con su amor en nuestro corazón podemos amar a los demás.
Cierren los ojos por un momento. Piensen en cuánto Jesús les ama. Como aprendimos la semana pasada, Él te ama cuando decides hacer lo bueno, pero te ama también cuando decides hacer lo malo. Jesús te ama cuando tienes días felices y te ama cuando estás pasando por dificultades. Él quiere llenarte con su amor. Si quieres recibir su amor ahora, junta las manos delante de ti como si fueran una taza llena de agua. Luego finge que bebes el agua.
Ahora abran los ojos. Pensemos en cómo podemos obedecer el mandamiento de Jesús y amar a los demás como Él nos ama. Piensen en silencio sus respuestas.
Piensen en una o dos personas a las que pueden amar ofreciéndoles su ayuda esta semana.
¿Qué puedes hacer para ayudarles esta semana?
Mientras los niños piensan en silencio, sugiere varias ideas prácticas. Por ejemplo, pueden mostrar amor a su madre ayudándole en la cocina. Podrían mostrar amor a un amigo ayudándole con una tarea escolar.
Invita a los niños a ponerse de pie y decir cómo quieren ayudar esta semana. Pueden decir algo como: “Esta semana quiero ayudar a (nombre de la persona) con (lo que piensan hacer)”
Opcional: si usas las Páginas del Alumno, allí hay espacio para que los niños dibujen a las personas que eligen ayudar y lo que harán para ayudarlas.
Finaliza la clase con la siguiente oración de bendición por los niños, basada en 1 Juan 4:19.
Bendición: amamos a otros porque Jesús nos amó primero. ¡Que seas lleno del amor de Jesús para que esta semana muestres su amor ayudando a otros.
Si tienes tiempo, comparte esta canción con los estudiantes:
Copyright: VIDA POR VIDA © 2021 DAVID C COOK. SE PERMITE LA REPRODUCCIÓN SOLO PARA SER USADA EN EL AULA. TODOS LOS DEMÁS USOS REQUIEREN AUTORIZACIÓN POR ESCRITO. SOLICÍTELO POR CORREO ELECTRÓNICO A [email protected]. TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS.