Cada recurso digital utilizado en esta lección está disponible para descargar utilizando el botón a continuación. Durante la lección, la información para ti está escrita en letra regular y lo que sugerimos para hablar o leer en voz alta a los niños está en negritas.
En algunas lecciones encontrarás “ARTÍCULOS DE RECURSOS”. Son artículos escritos por expertos de todo el mundo que te equiparán para tu trabajo con niños y adolescentes. Compártelos con los padres o tutores si lo consideras apropiado.
Como ciudad sin defensa y sin murallas es quien no sabe dominarse.
Proverbios 25:28
Piensa en algún momento cuando tú o alguien que conoces perdió el control. Tal vez comiste algo en exceso y te enfermaste. Quizás heriste el corazón de alguien por expresar libremente tu amargura. Tal vez explotaste en ira y destruiste algo valioso. ¿Cuánto dolor en el corazón sentiste después de experimentar o ver esto?
Una vida sin dominio propio solo trae dolor y angustia, a ti y a los demás. Dejar que los sentimientos y los deseos gobiernen nuestra vida es como derribar una muralla de protección. Sin embargo, con la ayuda de Dios, se puede reconstruir la muralla. Pasa tiempo confesando al Señor tus debilidades. Pide al Espíritu Santo que te ayude a ejercer dominio propio. Alaba a Dios por Su amor y perdón, que trae sanidad en todas nuestras debilidades.
Avisa a los padres o tutores que ésta es la última lección sobre el dominio propio. Pídeles que hablen en familia acerca de las oportunidades cuándo ejercieron dominio propio y cuándo no lo hicieron. ¿Cuáles fueron los resultados en ambos casos? Como familia, sería bueno que se inspiren unos a otros a ejercer dominio propio.
Consejo para el docente: Si es posible, envíe por correo electrónico o mensaje de texto la tarjeta de conexión familiar a las familias de sus estudiantes.
Conforme lleguen los alumnos, pregúntales cómo mostraron dominio propio en situaciones difíciles durante la semana. Si tienes un testimonio de cómo ejerciste dominio propio esta semana, cuéntalo a los niños.
Permite que uno o dos niños respondan. Si es necesario, recuerda a los alumnos que el dominio propio es la decisión de hacer lo correcto, aun cuando no tengamos ganas de hacerlo.
Vamos a hacer un juego para mostrar que hay que esforzarse, para ejercer dominio propio.
Pide que todos los niños se sienten en un círculo en el piso. Dales dos piedras o pelotas a dos niños, una chica y otra grande. Señala a la piedrita o pelota pequeña y diles a los niños que siempre deben lanzarla. Señala a la piedra o pelota grande y diles que siempre deben hacerla rodar. Comenzarán a lanzar o hacer rodar las piedras o pelotas lentamente alrededor del círculo. Deben tratar de no confundirse en cuál debe hacerse rodar y cuál se debe lanzar. Si alguien se equivoca con cualquiera de las piedras o pelotas, sale del juego. El círculo se hará más pequeño y los niños jugarán de nuevo. Cada vez que inicien una nueva ronda, anima a los niños a jugar más rápido. Cuando se haga más rápido el juego, más niños se confundirán acerca de lo que deben hacer con cada piedra o pelota. Cuando tenga un ganador o hayan jugado por 5 ó 6 minutos, comenta el juego con los niños.
Los niños pueden responder que se habría terminado el juego, que se hubieran enojado con el niño egoísta, u otras cosas.
Hoy vamos a hablar de algunas formas de practicar el dominio propio en situaciones difíciles. Recuerden que el dominio propio significa tomar la decisión de decir o hacer lo correcto, aun cuando sea difícil.
Vamos a leer un pasaje de la Biblia que nos dice lo que pasa cuando alguien no tiene dominio propio.
Si es posible, lee Proverbios 25:28 en tu Biblia. Si utilizas el Cartel del Versículo para Memorizar, muéstralo a los estudiantes.
Como ciudad sin defensa y sin murallas es quien no sabe dominarse.
Proverbios 25:28
Cuando alguien no ejerce dominio propio, significa que no tiene defensas para protegerse; es como una ciudad que no tiene murallas. Una persona que no sabe dominarse puede lastimar su cuerpo por abuso de drogas y bebidas alcohólicas. Una persona que no ejerce dominio puede ser codiciosa y egoísta. Una persona que no se domina puede destruir una amistad con su ira. Esta persona no tiene “murallas” como ayuda. Cuando Dios nos enseña que debemos ejercer dominio propio, es porque Él sabe que eso nos ayudará a estar sanos y protegidos.
Escuchen estas palabras que escribió el apóstol Pablo:
¿No saben que en una carrera todos los corredores compiten, pero sólo uno obtiene el premio? Corran, pues, de tal modo que lo obtengan. Todos los deportistas se entrenan con mucha disciplina. Ellos lo hacen para obtener un premio que se echa a perder; nosotros, en cambio, por uno que dura para siempre. Así que yo no corro como quien no tiene meta; no lucho como quien da golpes al aire. Más bien, golpeo mi cuerpo y lo domino, no sea que, después de haber predicado a otros, yo mismo quede descalificado.
1 Corintios 9:24–27
Con una carrera.
Pablo dice que la vida es como una carrera. Hay que ejercer dominio propio en todos los aspectos de la vida para que uno pueda ganar.
Las respuestas pueden incluir: no fumar ni consumir drogas o bebidas alcohólicas, tratar de mantenerse saludable, hacer ejercicio para estar fuerte, comer cosas saludables, y otras cosas.
Muchas personas ejercen dominio propio cuando la vida les sonríe, pero cuando hay una situación difícil, no es tan fácil. Cuando hay algo difícil a veces queremos responder con palabras feas o con violencia física. Podemos decir o hacer cosas malas. Entonces necesitamos ayuda. Les voy a dar algunos consejos que pueden ayudarles a tener dominio propio cuando están en una situación difícil.
¡Cuenta hasta 10! Cuando te enojas puede ser fácil decir o hacer algo malo. En lugar de reaccionar inmediatamente, cuenta lentamente hasta 10. Entonces puedes responder con dominio propio.
¡Toma aire y respira! Al tomar aire, respirar profundamente, y exhalar poco a poco, te calmarás y no reaccionarás bruscamente. Por ejemplo, si tu corazón se acelera porque alguien te acosa, hacer esto puede ayudarte a no reaccionar violentamente.
¡Aléjate! Si es posible, aléjate de la situación hasta que puedas pensar con claridad sobre lo que sería mejor decir o hacer.
¡Corre! Escapar de una tentación puede ayudarte a practicar el dominio propio. Por ejemplo, si te sientes tentado a robar cuando estás con ciertos amigos, la decisión de jugar al fútbol con otros amigos pueden ayudarte a practicar el dominio propio.
¡Piensa! Trata de pensar en posibles buenas formas de tener dominio propio en la situación. Si piensas en esto antes de tiempo, estarás más propenso a responder con dominio propio cuando te encuentres en una situación difícil.
¡Recuerda! Si estás tratando de ejercer dominio propio en algún hábito que tienes, contar con recordatorios puede ayudarte. Por ejemplo, si te comes las uñas, ponete un elástico en la muñeca. Cada vez que empieces a masticar las uñas, tira del elástico. O ata una cuerda alrededor de tu muñeca o tu dedo.
La mayor ayuda que tenemos como cristianos es el Espíritu Santo. No sólo nos da fuerza para tener dominio propio, pero también puede recordarnos cómo debemos comportarnos. Al tener dominio propio ponemos primero a los demás. Podemos decir cosas que son alentadoras y que dan vida. Podemos hacer cosas que ayudan a nuestro prójimo en lugar de hacerles daño.
Permite que un par de niños respondan. Asegúrate de que no mencionen ningún nombre. Comparte tú también un ejemplo.
Ahora piensa en alguien que conoces que muestra dominio propio en algún aspecto de su vida. Trata de pensar en alguien que ejerce dominio propio aun en una situación muy difícil. Tal vez esa persona puso primero tus necesidades y te dio comida aunque ella tuvo que quedarse sin comer. Quizá esa persona controló sus sentimientos y no se enojó cuando otras personas se hubieran enojado. Mira a un compañero y dile cómo se nota el dominio propio en la vida de esa persona y cuál es el resultado de que sabe controlarse.
Da a los niños uno o dos minutos para que respondan y hablen con sus compañeros, y luego reúne a todos de nuevo.
Da a los niños unos minutos para que respondan.
Da a los niños la oportunidad de responder.
Vamos a repasar rápidamente los consejos para ayudarnos a tener dominio propio. Mírenme y hagan las mímicas que les mostraré para cada frase.
¡Cuenta hasta 10!
Muestra diez con ambas manos.
¡Toma aire y respira!
Inhala profundamente y exhala.
¡Aléjate!
Da un paso hacia atrás.
¡Corre!
Marca el paso como corriendo.
¡Piensa!
Toca tu cabeza.
¡Recuerda!
Toca tu muñeca.
Si eres cristiano, recuerda que la mayor ayuda que tienes es el Espíritu Santo. Él puede recordarte que debes tener dominio propio y te dará la fuerza para ponerlo en práctica. Puedes pedirlo en oración.
Opcional: Si usas las Páginas del Alumno, dale a los niños unos minutos para que respondan allí.
Anima a los niños a reunirse con un compañero para decir una manera de cómo quieren practicar el dominio propio esta semana. Podría ser que darán prioridad a otra persona. Podría ser que empezarán un buen hábito o que dejarán un mal hábito. Podría ser que responderán en formas que dan vida a alguien. Dales unos cinco minutos para que hablen entre sí y oren unos por otros.
Finaliza la clase con esta bendición, basada en Proverbios 25:28 y 1 Corintios 9:24–27. Ora por los niños.
Bendición: Dios está contigo. Nunca olvides que puede ayudarte a tener dominio propio. El Señor no quiere que seas como una ciudad sin murallas. ¡Recuerda que con dominio propio puedes correr bien tu carrera!
Si tienes tiempo, comparte esta canción con los niños:
Copyright: VIDA POR VIDA © 2021 DAVID C COOK. SE PERMITE LA REPRODUCCIÓN SOLO PARA SER USADA EN EL AULA. TODOS LOS DEMÁS USOS REQUIEREN AUTORIZACIÓN POR ESCRITO. SOLICÍTELO POR CORREO ELECTRÓNICO A [email protected]. TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS.