En la lección, la información que debes conocer está escrita en letra normal, y lo que se recomienda decir o leer en voz alta a los niños está en negrita. Todos los recursos para cada lección, incluyendo la Guía para el Maestro, la Página del estudiante, la Tarjeta de conexión familiar y otros materiales, pueden descargarse en un archivo ZIP haciendo clic en el siguiente enlace:
En algunas lecciones encontrarás "Artículos de recurso". Estos son textos escritos por expertos de todo el mundo que ayudan a los maestros en su labor con niños y adolescentes. Pueden compartirlos con padres o tutores si lo consideran apropiado.
Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte.
Efesios 2:8–9
Como cristianos, sabemos que nuestra fe se puede observar en nuestra manera de servir a los demás. Sin embargo, muy a menudo pensamos que al hacer el bien nos volveremos en personas más buenas. Creemos que recibiremos el aplauso de los demás y la aprobación de Dios porque hemos servido bien. Pero la Biblia nos enseña que este cambio sucede al revés. Mientras Dios transforma nuestro corazón y crece nuestra fe, así también lo hace nuestro servicio a Dios y a los demás. Nuestras buenas obras son motivadas por el amor al Señor, no por un deseo de reconocimiento o un intento de ganar nuestro lugar en su familia. Así es como comenzamos a compartir el regalo del amor de Dios de maneras prácticas y visibles.
Piensa en las maneras en que sirves a los demás. Respóndete de manera honesta: ¿Sirves para que otros te noten? ¿Esperas ganar la aprobación de Dios? Si es así, puede ser el momento para dejar de mirar alrededor y comenzar a mirar hacia adentro y hacia arriba. La próxima vez que te encuentres pensando en el reconocimiento que recibirás por tu servicio, pídele a Dios que cambie tu corazón. Recuerda que tus buenas obras no pretenden glorificar tu nombre sino al gran Nombre de Dios.
Anima a los estudiantes a trabajar junto a sus familiares para pensar en algo que pueden hacer que sea amoroso, alegre, pacífico, paciente, amable, bueno o gentil. Luego pueden llevarlo a cabo juntos.
Consejo para el docente: Si es posible, envíe por correo electrónico o mensaje de texto la tarjeta de conexión familiar a las familias de sus estudiantes.
Saluda a los estudiantes por sus nombres cuando lleguen. Conoce más de la vida de tus estudiantes al preguntarle sobre sus familias, sus amigos e intereses. Si es posible, deja que tengan un poco de tiempo al comienzo de cada clase para darles la oportunidad de compartir entre sí. Esto los ayudará a construir relaciones con sus compañeros.
Cuando estés listo para comenzar la clase, divide a los estudiantes en grupos de 4 o 5.
Comenzaremos jugando un juego. Cada grupo hará la misma tarea. Luego decidiré quién lo ha hecho mejor. Ese grupo ganará el juego. Entonces escucha con cuidado las instrucciones para hacerlo bien.
Dales una tarea simple para hacer, tal como hacer una fila desde el más alto al más bajo o por nombre alfabético. Mientras lo hacen, camina por la sala y mira los grupos como si estuvieras juzgándolos. Después de que todos hayan terminado la actividad, escoge al grupo ganador. No debe ser el que lo realizó más rápido. Debe parecer como que tienes un motivo para haber elegido ese grupo.
Si el tiempo lo permite repite este juego varias veces con tareas diferentes. Escoge a grupos diferentes cada vez que lo realices. Los estudiantes deben sentirse inseguros del por qué el grupo ganador ganó el juego.
Haz que los estudiantes se sienten en sus lugares habituales para la discusión.
¿Qué aprendiste de este juego?
Es probable que los estudiantes digan que no aprendieron nada o que descubrieron que no pudieron averiguar quién ganaría.
Este juego nos puede enseñar sobre la gracia. La gracia es una bendición que no se gana ni se merece. Cuando los grupos ganaron el juego, no fue porque lo hicieron bien o hicieron mejor la tarea. Ganaron porque extendí gracia. Ganaron porque los escogí y les di el regalo de ser nombrados ganadores. No ganaron esta gracia o hicieron algo para merecerla. A veces recibimos este tipo de gracia de los demás, y nos ayuda y bendice. Sin embargo, la gracia que recibimos de Dios puede cambiar nuestra vida. Hoy aprenderemos más sobre la gracia de Dios.
Haz que un estudiante lea Efesios 2:8–9 en voz alta desde la Biblia. Si no es posible, los versículos están impresos a continuación.
Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte.
Efesios 2:8–9
¿Qué crees que significa esta parte del versículo: “porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe”?
Permite que 2 o 3 estudiantes compartan sus pensamientos.
Somos salvos por la gracia de Dios. Su gracia es el regalo gratuito del perdón que no merecemos y que nunca podríamos ganar. Aprendimos en la última lección que Jesús murió para pagar el precio por nuestros pecados y llevarse nuestra culpa. Es importante comprender que no hay manera de que pudiéramos haberlo hecho por nosotros mismos. No importa cómo nos comportemos o las decisiones que tomemos, nunca podemos estar sin pecar. El estándar de Dios es la perfección santa. Debido al pecado, los seres humanos nunca pueden alcanzar ese nivel. Dios lo entiende, por lo que suplió una manera para que nuestra relación con Él sea restaurada por medio de Jesús. ¡Esto es gracia! Cuando aceptamos a Jesús como nuestro Salvador, recibimos el perdón que no merecemos y que no hemos ganado. Comprender la gracia de Dios nos ayuda a entender el resto del versículo. Vamos a leerlo de nuevo.
Haz que el estudiante vuelva a leer en voz alta Efesios 2:8–9 de la Biblia.
¿Qué piensas que significa que somos “salvados mediante la fe… para que nadie se jacte?
Permite que 2 o 3 estudiantes compartan sus pensamientos.
Vamos a hablar sobre algunas situaciones para comprender más sobre la fe y las buenas obras.
A pesar de que Andrés pasó su vida aprendiendo a vivir de manera piadosa, y Carlos vivió de forma mala y pecaminosa, ambos fueron salvos por la gracia de Dios. La vida de Andrés mostró el fruto del Espíritu Santo, e hizo muchas buenas obras. Sin embargo, no se ganó la salvación porque hizo el bien, ni tampoco logró vivir para siempre con Dios por las buenas obras que había hecho. Probablemente tuvo paz y alegría en su vida porque estuvo cerca de Dios. Carlos tuvo una vida difícil e hizo muchas cosas incorrectas y puede vivir para siempre con Dios, pero probablemente no disfrutó de los beneficios que provienen de caminar estrechamente con Dios.
¿Tu vida es más como la de Andrés o la de Carlos? No tienes que compartir tus respuestas con nadie. Solo piensa en ello.
Recuerda que la gracia no se gana o merece. Esto significa que es un regalo de Dios, no algo que podamos ganar. Las obras son cosas buenas que hacemos por los demás para reflejar el amor de Dios al mundo. Este versículo nos enseña que es la fe la que nos salva, no nuestras obras. ¡E incluso esa fe es un regalo de Dios! No importa lo bueno que seamos ni cuantas cosas positivas hagamos, nunca podremos hacer suficiente para ganar el perdón de Dios. Sin embargo, nos ama tanto que nos lo da como un regalo cuando nos apartamos de nuestro pecado.
¿Qué nos muestra la gracia de Dios sobre su carácter?
Permite que 2 o 3 estudiantes compartan sus pensamientos. Las respuestas pueden incluir que es bondadoso, amoroso, compasivo, paciente y perdonador.
Cuando aceptamos su regalo de gracia y le permitimos que comience a transformar nuestra vida, empezamos a pensar y actuar de tal manera que agrada a Dios. Comenzamos a mostrar las cualidades de su carácter de las que hablamos recién, tales como el amor, la bondad, la compasión, la paciencia y el perdón.
¿Cómo piensas que esta transformación puede afectar nuestro deseo de hacer buenas obras?
Permite que 2 o 3 estudiantes compartan sus pensamientos.
Dios no nos obliga a hacer buenas obras. De hecho, no podemos hacer suficientes obras para ser salvos. Escucha lo que enseña la Biblia sobre esto.
Y, si es por gracia, ya no es por obras; porque en tal caso la gracia ya no sería gracia.
Romanos 11:6
¿Qué piensas que significa este versículo?
La gracia de Dios no es el resultado de nuestras buenas obras. No podemos ganar este regalo. Si lo pudiéramos hacer, ya no sería un regalo gratuito de Dios. Sin embargo, cuando crece nuestra fe, también lo hace nuestro deseo de vivir de manera más piadosa. Las buenas obras son una forma de reflejar el amor de Dios a los demás.
Escucha el versículo bíblico que viene después del pasaje que leímos anteriormente.
Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica.
Efesios 2:10
¿Qué piensas que significa “poner en práctica” las buenas obras?
Permite que 2 o 3 estudiantes compartan sus pensamientos.
Cuando ponemos en práctica las buenas obras, las hacemos como parte de nuestra vida diaria. No mantenemos un registro de ellas o esperamos que nos traigan una recompensa o elogio. Las realizamos porque amamos a Dios y a los demás, y permitimos que nuestras vidas reflejen esta actitud. Escucha algo más que enseña la Biblia sobre la fe y las buenas obras.
Si utilizas el Cartel del Versículo para Memorizar, muéstralo a los estudiantes.
Supongamos que un hermano o una hermana no tiene con qué vestirse y carece del alimento diario, y uno de ustedes le dice: «Que le vaya bien; abríguese y coma hasta saciarse», pero no le da lo necesario para el cuerpo. ¿De qué servirá eso? Así también la fe por sí sola, si no tiene obras, está muerta.
Santiago 2:15–17
¿Qué piensas que significa que la fe sin obras es muerta?
Permite que 2 o 3 estudiantes compartan sus pensamientos.
No podemos ganar nuestra salvación al hacer buenas obras. Sin embargo, las buenas obras son el resultado de nuestra fe. Si no comenzamos a cambiar para reflejar el carácter de Dios, es señal de que no estamos creciendo en fe. Este proceso de cambio puede llevar mucho tiempo, pero debe haber evidencia en nuestra vida de que somos más amorosos, compasivos y perdonadores. Tenemos que darnos cuenta de que hacer buenas obras es más natural y nos trae alegría.
¿Parece difícil hacer buenas obras sin pensar en la recompensa y los elogios? ¿Por qué sí o por qué no?
Permite que 2 o 3 estudiantes compartan sus pensamientos.
Puede parecer imposible hacer buenas obras sin pensar en la recompensa o el elogio que recibirás. Después de todo, por lo general, nuestros deseos son egoístas. Sin embargo, como lo hablamos la última vez, nuestra vida cambia cuando elegimos seguir a Jesús.
Tenemos que tratar de cambiar, pero no podemos hacerlo en nuestras propias fuerzas. Tenemos la ayuda del Espíritu Santo. El Espíritu Santo nos ayuda a cambiar en el interior para que reflejemos el amor y la gracia de Dios en el exterior. Comenzamos a mostrar características que nos hacen más parecidos a Jesús. Estas características se llaman el fruto del Espíritu. Escucha lo que nos enseña la Biblia al respecto.
En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas.
Gálatas 5:22–23
¿Cómo piensas que el fruto del Espíritu te podría ayudar a desear hacer buenas obras?
Cuando elegimos seguir a Jesús, el Espíritu Santo trabaja dentro de nosotros para producir el fruto del Espíritu en nuestra vida. Este fruto hace más fácil que los demás reconozcan que somos cristianos. También aumenta nuestro deseo de hacer buenas obras. Comenzamos a buscar maneras en las que podemos servir y amar a los demás en vez de a nosotros mismos.
Es importante recordar que no tenemos que mostrar el fruto del Espíritu en nuestra vida para ser salvos. La salvación es un regalo gratuito de Dios por medio de la fe. Dios no espera que seamos inmediatamente perfectos. Sin embargo, a medida que crece nuestra fe, nuestra vida comienza a mostrar cada vez más el fruto del Espíritu. ¡Y comenzamos a mostrar que realmente somos una nueva criatura!
Que la clase se ponga de pie en un círculo y se tomen de las manos. Si es posible, únete al círculo.
Pensaré en algo que he realizado y que muestra algún fruto del Espíritu, algo que muestra alguna buena obra para alguien. No lo diré en voz alta, ya que no lo hacemos por la recompensa o el elogio. Una vez que haya pensado en algo, apretaré la mano de la persona que tengo al lado. Luego esta persona hará lo mismo. Continuaremos así alrededor del círculo hasta que todos hayan pensado en algo que han hecho y que muestra cómo Dios ha cambiado nuestra vida de manera maravillosa.
Incluso si aún no has tomado la decisión de confiar en Dios, puedes pensar en algo amoroso, alegre, pacífico, paciente, agradable o bueno que puedes hacer por otra persona.
Dales tiempo para pensar y apretar la mano de la persona que tienen al lado. Cuando el último adolescente apriete tu mano, finaliza la clase diciendo esta bendición por los estudiantes, basada en Romanos 11:6.
Opcional: Si usas las Páginas del Alumno, los estudiantes pueden escribir sus ideas después de realizar la actividad.
Bendición: Que sepas que eres salvo por gracia y no por obras, y que permitas que esto te guíe a medida que amas y sirves a otros.
Si tienes tiempo, comparte esta canción con los estudiantes:
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